jueves, 28 de febrero de 2013

El tiempo de la flexibilidad es el tiempo de un nuevo poder. Sennet

Por Mónica Castillo.

Sobre el libro de Richard Sennet. La Corrosión del Carácter, las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Barcelona, Editorial Anagrama, 2000.

…el término flexibilidad se usa para suavizar la opresión que ejerce el capitalismo. Al atacar la burocracia rígida y hacer hincapié en el riesgo se afirma que la flexibilidad da a la gente mas libertad para moldear su vida. De hecho, más que abolir las reglas del pasado, el nuevo orden implanta nuevos controles, pero éstos tampoco son fáciles de comprender. El nuevo capitalismo es, con frecuencia, un régimen de poder ilegible (Sennett: 10)

Este texto fue escrito terminando el viejo milenio y fue traducido en el comienzo de uno nuevo. Pero Sennet llegó a mí hace 6 meses en una clase llamada: trabajo, tecnología y burocracia. Teníamos que leer tres capítulos pero termine leyéndome todo el libro. El libro se titula la corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Sugiere a mi modo ver que el capitalismo actual ha generado un cambio en la personalidad, la personalidad se ha vuelto más inestable, efímera, la gente ya no se proyecta en un mundo y una vida a largo plazo, todo se plantea a corto plazo, todo es transitorio, pasajero, cambiante. No hay tiempo para la reflexión ética, vivimos en una sociedad que ofrece trabajos precarios e inseguros y que hace nuestras vidas se tornen riesgosas, el trabajo juega aquí un papel fundamental.

Quiero hablarles de una de las cuestiones sobre las que Sennet reflexiona: La flexibilidad. De esta se derivan cambios en las personalidades, en la vida misma de las personas, en el mercado, las relaciones, las condiciones del trabajo. Es una de las características fundamentales del mundo del trabajo actual. Sennett (2000) plantea la idea de un régimen flexible (flexibilidad externa) en tres direcciones: 1) las organizaciones se plantean sobre la base de un cambio permanente, discontinuo del pasado, irreversible e irrevocable con el objetivo de producir más rápido, con mayor eficiencia y eficacia, aparece entonces la idea de la empresa red: más abierta, flexible y fragmentada; 2) de otro lado, se hace necesario una especialización flexible de la producción en la que es necesario desarrollar productos variados cada vez más rápido, pero que serán producidos bajo un alto grado de especialización para asegurar su rentabilidad; 3) se plantea la concentración del poder sin centralización del poder, aunque el poder no busca ¿centralizarse sí se concentra en una institución de arriba hacia abajo? en los fragmentos o nodos de la red, ejerciendo el control y la dominación a través de la fijación de objetivos y metas que cada nodo tiene la “libertad” de alcanzar como quiera. De esta manera, la flexibilidad externa se plantea en las instituciones o empresas, así como en el mercado mediante la tercerización y externalización de las actividades económicas.

Este régimen flexible también se expresa en las condiciones laborales internas, es decir del trabajador, a través de tres requisitos, según Sennett (2000): 1) Flexibilidad en el tiempo de trabajo, en el lugar del trabajo, y en el contrato de trabajo. Con la prevalencia del trabajo por metas, por objetivos o por proyectos se posibilita que los horarios de trabajo se flexibilicen: “en este caso cumpla con el pedido, con las metas de ventas”, de igual forma con la entrada de nuevos sujetos al mercado de trabajo como las mujeres, muchas de ellas pueden trabajar a tiempo parcial para seguir siendo madres en media jornada laboral; 2) el lugar de trabajo debe ser flexible, cada vez más surgen nuevas modalidades de empleo o cambios en los empleos, favorecidos por los nuevos repertorios tecnológicos, que posibilitan que el empleado trabaje desde casa (o desde donde quiera), esto es que no requiera de un lugar fijo de trabajo. Esto conlleva a 3) la flexibilidad del contrato de trabajo, en el que el salario es definido según la productividad o el cumplimiento de los objetivos. Desaparece así el salario fijo, el contrato regulado y las seguridades sociales (prestaciones, servicios sanitarios, derechos, etc.) vinculadas al empleo. Todo esto forma un carácter de la flexibilidad caracterizado por la falta de apego duradero esto es, la capacidad de desprenderse del pasado fácilmente, nada parece plantearse ya, a largo plazo (no sólo el trabajo, sino las relaciones en general), así como un carácter marcado por la tolerancia y seguridad para aceptar la fragmentación. Creando vínculos débiles y superficiales en el trabajo mismo y la sociedad en general. Si bien, es necesario señalar que los discursos empresariales destacan la flexibilidad como un mecanismo que permite al trabajador más libertad y autonomía en la realización de su trabajo y en el manejo de los tiempos, desde otras versiones se afirma que la flexibilidad conlleva a un proceso de precariedad.

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