martes, 2 de noviembre de 2010

Un pequeño paso para california ¿un gran salto para la humanidad?

Por Santiago Hurtado P.

El martes, dos de noviembre, en Estados Unidos, en el marco de las elecciones intermediarias, o elecciones legislativas de mitad de mandato, se estará decidiendo en el estado de California, mediante la propuesta 19, si se aprueba o no el consumo legal, con fines no medicinales de la marihuana.

Los promotores de la propuesta han esgrimido como argumentos a su favor, los beneficios económicos que la legalización de la droga podría traer al estado, principalmente en tanto que una vez se vea legalizada, se podrá cobrar un impuesto sobre el consumo de marihuana, tal como alguna vez se hizo con el consumo sobre el alcohol, que también fue prohibido en Estados Unidos, en la década de los 20.
Hay que resaltar, por supuesto, que en California, el estado que promueve la propuesta 19, el uso de la marihuana ya es legal, sin embargo solo en tanto se dedique a usos medicinales y terapéuticos, pasos que siguen los estados de Arizona y Dakota del Sur, quienes también estarán decidiendo si legalizan el uso de la cannabis sativa para usos meramente medicinales.

Ahora, dejando de lado estas cuestiones, y centrándonos de nuevo en la propuesta 19, vamos a resaltar algunas cuestiones que han levantado polémica sobre esta:
De aprobarse la propuesta, estaríamos frente a un triunfo de las libertades liberales frente a un sistema político que hasta la fecha penaliza el consumo de esta sustancia, y trata de mostrarla como un elemento peyorativo, pero más aun, representa también un triunfo frente a una sociedad poco tolerable y cargada de prejuicios frente a la droga, quienes la consumen y sus culturas. Sería un pequeño paso para California, y… ¿un gran salto para la humanidad?

Si bien es cierto que el aprobar la propuesta 19 se traduciría en una ruptura con todos los esquemas habituales en las posturas frente al consumo de la marihuana, y es bastante probable que esto se traduzca en enormes beneficios económicos para el estado de California y los Estados Unidos, dado que se implementaría un impuesto sobre su consumo, pero además de esto, al ser un elemento legal, ya no se gastarían las enormes sumas de dinero que se invierten en el combate contra “la droga” es decir, que ya no habría que emplear recursos económicos y humanos en buscar y castigar a quienes portan pequeñas dosis de este elemento, y esto reduciría enormemente el gasto en materia de seguridad, que podría ser invertido en otras aéreas, como la salud, que bastante necesita Estados Unidos.

Pero, ese es el pequeño paso para California, ¿y nuestro gran salto? Se legaliza su consumo con fines recreativos en California, ¿pero y el resto de Estados Unidos? ¿Y nosotros, las “periferias”? que pasa con nosotros, quienes no solo no podremos gozar de el privilegio de la legalización de la marihuana, sino que como un yugo adicional, hemos sido quienes hemos cargado con la lucha contra su producción y su consumo, con repercusiones sociales de magnitudes enormes.

Qué podría ser de nosotros, quienes nos endeudamos comprando armas al norte, para continuar una lucha para eliminar el narcotráfico y la proliferación del consumo de esta droga, precisamente para que desde el norte la legalicen.

La cuestión, a mi parecer es, no evitar que la legalicen, sino hacer de la legalización una cuestión de homogenización, porque puede que en california ganen si se aprueba esta medida, pero esta ganancia sería poca si a raíz de la legalización sobre la marihuana en solo un estado, otros estados empiecen a atravesar por crisis de legitimidad del aparato Estatal. O más aún, si se convierte en un elemento de conflicto internacional, o un punto de ruptura para alianzas con otros países, como Colombia, que mantienen fuertes políticas frente a la lucha contra el narcotráfico.

Es entonces necesario pensar que este gran salto que pareciese darse (de aprobarse la propuesta) puede ser no un gran salto hacia un mejor lugar, sino que, de no llevarse por un camino cuidadoso las iniciativas referentes a cultura política, cívica y ciudadana frente a esta cuestión, el gran salto podría darse hacia un abismo...

3 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

Muy bien, Santiago... te escribo este comentario desde la comodidad del futuro en el que la propuesta 19 ha sido derrotada. Pero la discusión sigue en pie... ¿Por qué insistir en mirar el consumo de marihuana u otras sustancias adictivas desde los anteojos de la moral? ¿Es acaso el Estado Policivo norteamericano una especie de cancerbero dantesco que muerde a los condenados en las puertas del infierno? La moral siempre ha sido el caballito de batalla de los totalitarismos imperiales... recuerda el fin de la esclavitud promovido por inglaterra en el siglo XIX para evitar (o demorar) el crecimiento económico del imperio actual.

Laura dijo...

El martes 2 de noviembre, sucedieron dos cosas diferentes: en primer lugar se aprobó la implementación de impuestos sobre la marihuana que es cultivada y vendida con fines medicinales; en segundo lugar la propuesta para legalizar su uso, con fines recreativos, fue derrotada.

Pero la pregunta es si fue derrotada, o aplazada? y cuáles serían las concecuencias de una posible y futura leglización. Si bien Santigo, planteas algunas posibles concecuencias, también pienso que faltaron otras, que sí son moralistas, pero que por serlo no me parece que dejen de ser importantes.

El alcohol es una droga y su abuso causa estragos. Hay familias que son destrozadas por el alcoholismo de alguno de sus miembros, hay accidentes de transito que causan muestes a diario, por el mal uso del licor. Y el hecho de que su expendio sea legal, y que su consumo no tenga ninguna limitación realmente impuesta, (porque lamentablemente ninguna se cumple) genera caos en las noches de rumba, dentro de las familias, en los menores de edad alcoholizados e intoxicados en clínicas durante las madrugadas.

Como madre de familia, temo por la legalización de sustancias psicoactivas como la marihuana, y que a partir de otras también pudieran serlo. Porque si bien las leyes en nuestro país no se cumplen, si pienso que el hecho de hacer las cosas ilegales al menos da un sentido de lo que es moralmente incorrecto, y pone frenos.

JUAN PAULO GRAJALES MOLINA dijo...

En primer lugar, esta iniciativa que se dio en California nos abre paso para escribir un libro sobre las dinamicas económicas , sociales y políticas que se dan en el país del que nuestros gobernantes nos han hecho pensar, "dependemos", cuyas dinámicas son muy parecidas a las nuestras.
La relacion entre las empresas privadas y todas estas asociaciones que buscan intereses particulares con los funcionarios del Estado es algo que como ya vimos, hace pocos años se reflejó con la crisis financiera, y llevó al modelo capitalista al colapso. Esos que se hacen llamar los promotores del desarrollo son los que sumen al pueblo en luchas parcializadas, bajo la utilización de conceptos moralistas, que se ven reflejadas en las elecciones y en la opinión pública.
Tener el poder es lo que en últimas hace decidir que es bueno y que es malo para una sociedad porque no seamos tan ingenuos, el pueblo coolombiano no elige a su presidente, asi como el Estado californiano no decide si se legaliza o no la marihuana. Existen alrededor de la lucha antidrogas y los créditos trasnacionales toda una relación con la explotación de los recursos económicos de los estados del tercer mundo asi como de la alineacion de su politica.
Hasta cuando entonces seguiremos esperando que se hace allá para supuestamente pensar que se hace acá. Dejémonos de cuentos, Colombia es el lunar de Sur America.
Mas bien miremos que pasa en Brasil o en Chile, paises que nos llevan ya un tiempo considerable en transición democrática.
Esas presunciones y esa moralidad hipócrita de los ciudadanos de este país es lo que ha permitido su subyugación.

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