viernes, 31 de agosto de 2012

La condición humana

Columnista Carlos Herrera Rozo.

Hace días… ¡Que digo! ¡Meses! Unos por vacaciones y otros por infaustos sucesos que no viene a cuento dilucidar aquí y no pocos por la superchería de las nuevas tecnologías, suspendí la publicación de los artículos que le prometí a Estudiantes de Doxa, y a Cien Libros y Una Frase. Superados los contratiempos vuelvo a emprender la misión con el ánimo dispuesto. Pido en consecuencia excusas por mi falta de entusiasmo y quizás por mi poco respeto con la labor que me prometí. Hoy al reiniciar estas sucintas críticas literarias y divagaciones diversas debo recordar al amable lector y, a mí mismo, los versos de Emily Dickinson:

Anduve de tabla en tabla
Con paso lento y prudente.
Sentía en derredor las estrellas,
En torno a mis pies el mar.
Sabía que quizás la siguiente
Fuera la pisada final.
Y anduve con ese precario paso
Que algunos llaman experiencia.

André MalrauxTodos, hombres y mujeres, caminamos por senderos diferentes y, a pesar de la disciplina que se nos aplique, siempre nuestro sendero será individual, es lo irónico de la vida, es la diferencia la que nos iguala y la que hace posible lo sublime. Cuando comenzamos a rondar la setentena nos apetece poco mentir, leer mal o vivir mal así como escribir mal aunque pocas veces conseguimos escribir bien. En fin, permítaseme esta disculpa a modo de sucinto prolegómeno al reinicio de la labor que deje desangelada.

Frases de André Malraux

“Todos sufren- pensó- , y cada uno sufre porque piensa. En el fondo, el espíritu del hombre no piensa más que en lo eterno, y la conciencia de la vida no puede ser más que angustia”.

“Se necesitan nueve meses para hacer un hombre, y un solo día para matarlo”.

“Abandono y silencio. Cargadas con todos los ruidos de la mayor ciudad de China, las ondas zumbadoras se perdían allí, como en el fondo de un pozo, los sonidos procedentes de las profundidades de la tierra”.

“El mundo es como los caracteres de nuestra escritura. Lo que el signo es a la flor, la flor misma lo es a alguna cosa. Todo es signo. Ir del signo a la cosa significada es profundizar el mundo, es ir hacia Dios”.

“La función de la inteligencia no consiste en prescindir de las cosas. La inteligencia es la posesión de los medios para dominar a las cosas o a los hombres”.

“Soy también ese cuerpo que usted quiera que sea solamente. Su presencia me aproxima a mi cuerpo con disgusto, como la primavera me aproxima a él con júbilo”.

“El maestro dice que si supiera que va a morir, cree que pintaría mejor, pero no de otro modo”.

“Siempre había pensado que es bueno para uno morir de su muerte, de una muerte que se asemeje a su vida. Y que morir es pasividad, pero matarse es acción”.

“Avanzaban en silencio entre los muros, que el cielo amarillento y cargado de bruma tornaba pálidos, en una soledad miserable, acribillada de detritus y de hilos telegráficos”.

“La vida futura vibraba tras todo aquel silencio”.

“En el camino de la venganza se encuentra la vida”.

“Aunque haya vivido dos horas como un hombre rico, la riqueza no existe… Entonces la pobreza no existe tampoco. Que es lo esencial. Nada existe: todo es un sueño”.

“Cuantos más heridos hay, cuanto más se aproxima la insurrección, más se copula”.

“Su gesto y la expresión violenta de su rostro se compaginaban mal con aquella indiferencia. Ella lo contemplaba, extenuada, con los pómulos acentuados por la luz vertical. También él contemplaba sus ojos sin mirada, sumidos en la sombra, y no decía nada”.

“La tarde de la guerra se perdía en la noche. Al ras del suelo se encendían las luces, y el río invisible llamaba hacia sí como siempre, la poca vida que quedaba en la ciudad”.

“Entregarse, para una mujer, y poseer, para un hombre, son los dos únicos medios de que los seres puedan comprenderlo todo, sea lo que sea”.
La Condición Humana

Para defender al hombre hay que maltratar al hombre. Este no es un dilema sino una dura realidad, la democracia no es suficiente defensa a los derechos personalísimos y los totalitarismos se aplican sin reatos de conciencia en conseguir la uniformidad. El ser humano se debate en su propia humanidad: Somos generosos y monstruosos, prepotentes e impotentes, magníficos y ridículos, racionales e irracionales, nos agitamos en vano tratando de darle un sentido a la vida y a la muerte, no solo a la nuestra sino a la de los demás, de forma especial a la de nuestros amigos y camaradas. La Condición Humana es una novela, es más que una novela de aventuras, es una novela comprometida, de denuncia, del idealismo desengañado, es decir, una novela del siglo XXI en el que todos los valores se han tambaleado sin encontrar un sitio ni asidero. Citemos como ejemplo las últimas palabras del final del libro: “Todos sufren –pensó-, y cada uno sufre porque piensa. En el fondo, el espíritu del hombre no piensa más que en lo eterno, y la conciencia de la vida no puede ser más que angustia. No hay que pensar la vida con la imaginación sino con el opio”. André Malraux se implico en la guerra de España y luego en la resistencia Francesa y afirmaba que, “es el arte el que fija mis citas con la historia…”

Si queremos ironizar un poco, sobre la obra de Malraux, tendríamos que afirmar que por muy trágica que resulte la condición humana jamás será aburrida, siempre veremos la botella medio llena…

André Malraux
Entre la realidad y la ficción, aventurero, mitómano, político, ensayista y, ante todo, novelista, André Malraux (1901-1976) supo crearse para sí mismo un personaje digno de sus libros. Malraux creó una perfecta comunión entre el escritor y su obra, comunión que va más allá de las palabras y las convierte únicamente en destellos de una verdad más pura. Este intelectual francés, no se contento con vivir intensamente y con participar en los principales acontecimientos de su tiempo, ni estuvo nunca satisfecho de haber escrito un buen puñado de obras maestras, algunas de las cuales figuran sin lugar a dudas entre las mejores del siglo, se entregó a lo largo de toda su vida a la empresa de alimentar su propia leyenda: construyo un personaje capaz de recoger en sí la convulsión y agitación de toda una época. Ni fue el primero en proponerse tal cometido, ni desde luego fue el último, en pretender introducir la ficción en la realidad y firmar la historia entera con su propio nombre; vanidad o genialidad, lo cierto es que a tal obstinación debemos la existencia de una de las figuras más fascinantes y sugerentes del S.XX.

domingo, 26 de agosto de 2012

Transdisciplinariedad, una palabra de una belleza virginal

Columnas en colaboración con Trans-pasando fronterasPor Juan José Torres.
En colaboración con Trans-pasando fronteras.

La transdisciplinariedad como palabra es muy poco conocida, como dice Basarab Nicolescu (1996) es “una palabra de una belleza virginal” de la cual casi no se ha explorado y que la verdad no se ha aprovechado al máximo.

Sabemos que las palabras tienen una fuerza enorme, están cargadas de significados y nos permiten comprender y a la vez transmitir nuestros pensamientos, sentimientos y demás. Pero las palabras juegan unas con otras para formar significados y expresiones mucho más fuertes y con más sentido. Porque una sola palabra significa algo pero no encierra significados totales, es solo un pedazo de aquello que queremos expresar y solo uniéndolas podremos mostrar totalmente aquello que hay en nuestros pensamientos. Igualmente esta unión no es dada por el azar, son unidas por rimas precisas que le dan el significado que queremos a todas esas palabras que conforman las líneas de las frases que expresamos.

En la transdisciplinariedad, para mí, se maneja la misma lógica. Cada área del conocimiento aporta un fragmento como una palabra, tienen un significado, una función pero que no es suficiente para llenar las líneas del conocimiento, pues se necesitan que todas las áreas jueguen entre sí, se comuniquen y entren en una consecución rítmica, en un equilibrio que vaya mostrando cada parte de aquello que queremos conocer. El punto importante es aprovechar esa unión de disciplinas, es decir, encontrar que áreas se comunican entre sí dependiendo del contexto o del problema a tratar.

Volviendo a la metáfora de las palabras, no las podemos unir todas pues existen ciertas combinaciones que permiten que nos expresemos mejor en momentos precisos. Lo mismo ocurre con la transdisciplinariedad pues, aunque queramos, no siempre podemos hacer uso de toda la construcción teórica que existe para explicar un suceso. Por eso es menester encontrar la mejor mezcla de las áreas. Su unión nos permite, en un contexto específico, hablar con mayor dominio del tema en cuestión.

Pero también me parece importante señalar que no solo se debe pensar en que transdisciplinariedad es únicamente la convergencia o el trabajo en red entre las diferentes áreas del conocimiento. Por transdisciplinariedad también se entiende el encuentro de nuestra subjetividad y nuestra objetividad, creo que es una visión que no solo atraviesa lo institucional sino también la forma como los investigadores se deben enfrentar a los problemas, ya que no podemos quedarnos con la visión de que aquel ser es capaz de observar los problemas desde afuera sí mismo. Ahora debemos encontrar cómo es que el problema nos observa a nosotros, cómo nos atraviesa y cómo nos lleva a pensar; es un llamado a que los sentimientos, las metas y las motivaciones de los investigadores se entremezclen con toda la rigurosidad científica. Esto le dará una visión más fuerte aún, más crítica y, sobre todo, más humana de aquello que se quiere investigar.

En fin, la transdisciplinariedad no es solo una palabra “virgen” que requiere ser entendida. También es una revolución, no solo en la forma de relacionarse las diferentes disciplinas sino también en la forma como nosotros, los investigadores, nos enfrentamos a un ambiente cada vez más diverso y repleto de conexiones que no pueden ser entendidas si partimos de estructuras rígidas. Necesitamos flexibilizar nuestra forma de pensar y la transdisciplinariedad nos está llamando a eso, así que debemos atender su llamada.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Malvinas o falkland: un análisis cultural de la problemática

Columnista Victoria Berta.

Malvinas o falkland: un análisis cultural de la problemáticaComo paso previo al desarrollo del análisis resulta necesario destacar mi postura: Malvinas es uno de los varios ejemplos de imperialismo de ocupación en nuestro continente. Un modelo de control que se asemeja mucho a la política imperialista del siglo XIX, basada en la penetración y apropiación efectivas de una potencia sobre un territorio totalmente ajeno a ella, y al cual logró convertir en colonia (ya sea militar, económica o de ambas características). Si nuestro pensamiento pretende concretar la unión latinoamericana en pos del fortalecimiento de la región frente a la hegemonía de las potencias mundiales, además de fomentar la integración interestatal e intersocietal, debemos comenzar a enfrentarnos colectivamente (actuando como bloque y ya no como países separados) a los casos concretos de imperialismo en "Nuestramérica".

El siguiente artículo introductorio es el primero de una serie que intentará reflejar la situación de Malvinas de una forma totalmente distinta de lo que se viene realizando. Por ello analizaré, a través de fuentes no convencionales, cómo la “Cuestión Malvinas” se traslada a distintos ámbitos de la sociedad civil. Me propongo que los lectores tengan la posibilidad de leer un análisis sobre esta problemática que no esté plagado de academicismos, un academicismo que sólo la reduce a la disputa entre el Estado argentino y el inglés por la soberanía de las islas. Así, a lo largo de unos pocos párrafos, resaltaré las peculiaridades de los discursos de ambos países y los diversos símbolos que han favorecido la legitimación de sus reclamos con el objetivo de mostrar que la disputa por Malvinas se ha instalado en el ámbito cultural, consolidándose como uno de los espacios de tensión más utilizados por los Estados y sus sociedades. Intentaré dejar a un lado las pasiones y la militancia –aunque puede que en algunos momentos no lo logre- para poder resaltar lo más objetivamente posible este tipo de aspectos curiosos que inconscientemente naturalizamos y hasta pasamos por alto.

La primera peculiaridad que he notado es que ambos países han creado una historia que los presenta ante el mundo como “víctimas” del conflicto. Curiosamente, en los dos relatos la víctima sufre una “invasión” (irrupción ilegal que legitima todo tipo de reclamo al concierto internacional), proceso con el que cada uno se refiere a diferentes sucesos muy distantes entre sí.

Los argentinos consideran que fue en el siglo XIX –más precisamente en el año 1833- cuando el comandante Onslow invadió Malvinas, obligando a los argentinos establecidos allí a abandonar suelo isleño. Seis meses después de este episodio, un grupo de criollos que trabajaban en la zona se sublevó en desacuerdo con la nueva situación: su líder era el mítico gaucho Antonio Rivero (luego de varios meses, la rebelión fue sofocada y sus protagonistas juzgados). La intervención británica en territorio sudamericano reveló varios aspectos de la política internacional, entre ellos cuán ambigua y relativa resultaba la Doctrina Monroe, principalmente por la no intervención de Estados Unidos.

Por el contrario, para los ingleses Argentina invadió las islas, cuando el ejército nacional desembarcó en ellas y desplegó su bandera en 1982, momento en el cual el país sudamericano estaba sometido a una dictadura regida por la cúpula del Fuerza Armada. Desde hacía varios años que las Malvinas formaban parte de la Commonwealth of Nations -organización de países independientes que comparten lazos históricos con la corona británica (a excepción de Mozambique) cuyo fin es la cooperación internacional en el ámbito político y económico- y por tal motivo el Reino Unido decidió enviar allí un “ejercito de liberación” con el objetivo de proteger a los Falklanders del yugo de los argentinos.

Uno puede notar una segunda peculiaridad con sólo mirar un calendario; a pesar que ambos países conmemoran Malvinas, cada uno lo hace en una fecha distinta pues cada celebración apunta a rememorar un hecho histórico distinto y como consecuencia, le otorgan diferentes -u opuestos- valores y sentimientos.

Para la sociedad argentina existen dos fechas que recuerdan Malvinas. La primera de éstas es la conmemoración del 2 de abril, en la cual se busca mantener viva la memoria de los “caídos en Malvinas” y sostener el reclamo de soberanía sobre estas mismas, ya que, desde el punto de vista de la mayor parte de los argentinos, éste es un caso más de ocupación colonizadora ilegal.

La segunda no es muy conocida ya que, a diferencia de la primera, no es una celebración oficial sino más bien una fecha que principalmente posee una carga simbólica para los excombatientes (de hecho ni siquiera es feriado nacional y en el calendario no hay información al respecto): el 14 de junio, bautizado como el "Día de la máxima resistencia". Aquí lo que se intenta resaltar es el coraje de los jóvenes soldados argentinos, quienes afrontaron con valentía el avance británico con muy pocos recursos militares, alimentos y preparación, en una guerra contra un ejército profesional de un país con una basta tradición bélica.

Malvinas o falkland: un análisis cultural de la problemáticaInglaterra y los Falklanders reivindican la liberación que el ejército británico logró en el año 1982, tras casi dos meses de enfrentamiento con Argentina. Por ello el 13 de junio es el liberation day to all the Falkland Islanders and those British sailors, soldiers, marines and airmen who liberated them (el día de liberación de todos los Falklanders y de todos los marineros, soldados, marinos y aviadores que los liberaron). También en este día recuerdan a sus 255 soldados caídos en la guerra.

A partir de mencionar brevemente las fechas patrias de cada país uno puede apreciar que las mismas reflejan el resultado de la guerra de 1982, ya que se identifica un posicionamiento más nostálgico proveniente de quien fue derrotado en el enfrentamiento (Argentina) y un posicionamiento más celebrativo, producto de lo que una victoria implica (Gran Bretaña).

En ellas también se puede identificar la imagen que cada parte -y dentro de cada una de ellas Estado y su sociedad- ha creado de sus soldados (y que desde mi punto de vista también es consecuente del desenlace de la guerra).

Los británicos identifican a quienes fueron a combatir como “héroes de la patria”, y lógicamente esto tiene mucho que ver con que el belicismo es una de las políticas más adoptadas por Gran Bretaña a la hora de afrontar este tipo de problemáticas que podrían ser dialogadas (desde 1950 Argentina ha reclamado –sin éxito- ante organismos supraestatales como la ONU que este país acepte sentarse a dialogar y buscar soluciones pacíficas al conflicto).

Malvinas o falkland: un análisis cultural de la problemáticaLa imagen que el común de los argentinos posee podemos apreciarla claramente en la situación presente que deben soportar quienes hoy simplemente son considerados “excombatientes” (término que ha desplazado a otras denominaciones existentes). Desde que finalizó la gesta, el 2 de abril se ha convertido en un día en que los jóvenes soldados que pelearon por la soberanía de las islas han reclamado al Estado -pero también a la sociedad- mayor contención y asistencia, medios que favorezcan su reinserción en el mercado laboral, ayuda económica para quienes han quedado imposibilitados de trabajar y demás reivindicaciones que naturalmente deberían haber sido otorgada a quienes sufrieron física y psicológicamente una decisión tan radical como es afrontar una guerra.

martes, 21 de agosto de 2012

Algo sobre la no certeza, la opinión y la transdisciplinariedad

Columnas en colaboración con Trans-pasando fronterasPor José Castiblanco.
En colaboración con Trans-pasando fronteras.

Ha sido difícil escoger algo sobre lo cual opinar. Difícil también empezar a escribir. Por qué dije “algo” en lugar de tema, no lo sé. Fue arbitrario. Pero entre esta divagación está mi columna de opinión. Si hubiese dicho tema implicaba que sabía de qué iba a hablar, que manejaba lo que fuese tal tema y, también quizás, que el abordaje respondería a alguna forma específica disciplinar. Por otro lado, el escribir en forma subjuntiva implica la no certeza sobre lo que estoy diciendo, es la posibilidad que “algo” sea esto y aquello, esto o aquello y también esto y lo otro. La posibilidad de ser pero no estar seguro que sea. La no certeza de lo que pienso y de lo que escribo, y de no saber si lo que estoy escribiendo representa (como reflejo) lo que estoy pensando. Y en últimas, si lo que escribo aquí, cuando sea leído pueda transmitir lo que estoy pensando.

Por otro lado está la opinión como doxa la cual no podemos probar, no tenemos certeza sobre la precisión de nuestra opinión. Es más, no podemos tenerla. Solo está, y basta, así como mis pensamientos y sobretodo mis creencias. Luego también está la no certeza de mi propia creencia. Pero la necesidad de aferrarme a algo aparece para no empantanar cada uno de los pensamientos que me surgen y promete cierta certeza no tan cierta por demás. El problema radica en que no escribo para mí. Si así fuera (forma directa) no estaría escribiendo. En este caso, el algo sobre el que trato de escribir no solo se funda en mis creencias sino en mi vivencia, con posibilidad de ser compartida por los lectores y que tome sentido en ellos de formas más o menos similares. Si se quiere, el compartir el mismo lenguaje podría ser una muestra de esto.

La transdisciplinariedad busca cruzar, atravesar, compartir lenguajes específicos sobre un tema en concreto (forma directa). Lenguajes en su forma más amplia posible, incluyendo métodos, formas y técnicas de abordar tal, o cual, tema. También es una promesa: la transdisciplinariedad sería una invitación a sobrellevar la no certeza por medio de saberes compartidos por otros, ajenos en principio pero que tomarían (forma subjuntiva) sentido si nos abrimos a otras miradas, a otros lenguajes. Una invitación a no limitarnos por lo que creemos y sabemos, que nos abre la posibilidad de creer y saber otras cosas. Finalmente, quiero rescatar una de las invitaciones de la revista Trans-pasando Fronteras, la transdisciplinariedad ahí donde “la apertura, más que una iniciativa, es una necesidad”.

***

Aclaración: Este escrito apareció en mi mente de esta forma por haber leído a Jacques Derrida este fin de semana, fue un temblor bajo (¿sobre?) lo que quería escribir antes (Gerardo Reichel-Dolmatoff y Fareed Zakaria). De ahí la preocupación por la no certeza.

lunes, 13 de agosto de 2012

Asamblea constituyente… el retorno del rey

Columnista José Jairo Jaramillo.

En 21 años que tiene nuestra constitución, esta ha sufrido 29 reformas, por parte del congreso de la república, en contraposición, y solo por citar un ejemplo para ubicar al lector de esta columna, la constitución de estados unidos ha tenido 27 reformas en 224 años. Lo anterior es solo un muestra de cómo la carta política colombiana, es reformada al vaivén de las necesidades de una clase política que no tiene reparos en modificar la ley de leyes cada vez que esta es contraria a sus propios intereses, lo cual refleja la debilidad institucional de la nación.

Matador-Santos y GarzónEn los últimos meses, el país ha presenciado uno de los debates más acalorados en los últimos tiempos, la mal llamada reforma a la justicia (justicia si…pero para los congresistas). A través de este proyecto se pretendía reformar la constitución para hacer mas rápido los procesos judiciales (todos sabemos en qué termino esto, la reforma se cayó como consecuencia de la indignación ciudadana). ¿Ahora en que estamos? Dado que el congreso de la república no ha podido por falta de consenso entre los diferentes partidos que lo componen, sacar avante una reforma del sistema judicial que lo haga más eficaz y cercano al ciudadano…se le propone al pueblo que la única salida a la “grave crisis de la justicia” es convocar a una asamblea nacional constituyente. (La magnitud e importancia de una asamblea como esta es tal que la anterior a la de 1991 que dio vida a la actual constitución nacional fue en 1886).

En palabras de la ex presidente de la sala disciplinarían del consejo superior de la judicatura Julia Emma Garzón, los problemas de la rama judicial se deben a que: “Necesitamos más presupuesto, más personal” el problema de fondo es administrativo y de recursos… NO constitucional, como el país político nos lo quiere hacer ver a la sociedad civil.

¿Que se pretende con la convocatoria a una asamblea nacional constituyente?

Cuando la corte constitucional en sentencia C-141/10, prohibió una tercera posibilidad de reelección del presidente Álvaro Uribe Vélez, manifestó que la única manera de aprobar una modificación a la constitución para que cualquier presidente aspire a un tercer mandato consecutivo es a través de una asamblea nacional constituyente, pues otra reelección modifica de tal forma el equilibrio de poderes y la esencia de la carta de 1991, que configura una SUSTITUCION de la constitución y NO una mera reforma, es por eso que ni el congreso ni el pueblo a través de referendo pueden aprobar constitucionalmente una modificación a la carta que permita la tercera elección consecutiva del jefe del estado. Pues solo tienen PODER DE REFORMA, Y NO DE SUSTITUCION…detrás de la propuesta de asamblea constituyente hay claras intenciones políticas, de abrirle la puerta a otra elección de Álvaro Uribe, ¿dejara el presidente Juan Manuel santos meterse semejante golazo del Uribismo?

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