martes, 8 de octubre de 2019

¿No estamos cansados de que nos gobiernen siempre los mismos?

Por Santiago Ardila Giraldo.
Estudiante de Medicina
Universidad Icesi, Cali.

Decir que los partidos políticos son todos iguales es desconocer varios hitos históricos de las organizaciones políticas en Colombia. No es cierto que todos sean iguales, no lo es ahora ni tampoco lo fue antes. Es verdad que hubo momentos en los que en diferentes asuntos se solaparon partido liberal y conservador, pero, nunca iguales.

Habría que pensar en el tiempo en que los partidos políticos limitaban sus filas a los notables, cuando el sufragio era estricto y la actividad política se limitaba a los propietarios. Ni siquiera en ese entonces, y hablamos de finales de los 80 y principios de los 90, los partidos eran iguales. Hay que recordar que el partido liberal se dirigía a comerciantes, abogados y artesanos y el partido conservador al clero y los terratenientes. Tampoco sus objetivos eran iguales, como explica Gary Hoskin (2011), mientras el partido liberal buscaba la descentralización, el conservador se aferraba a la tradición y a la concentración del poder.

La historia de los partidos políticos está marcada no solo por sus diferencias sino también por su intolerancia. Mil días duró la guerra que marcó la hegemonía conservadora que obligo al partido liberal a diversificar su ideología y buscar simpatizantes en el socialismo, no le funcionó, pero, más lo alejó de ser igual al partido conservador.

Tan marcada ha sido la diferencia entre partidos en Colombia que la violencia que esto produjo tras la muerte de Gaitán se trató de mermar con una salida ridícula que solapó las diferencias que enriquecían sus debates y marcó un aumento en la burocracia y clientelismo que desconocía los problemas y necesidades del pueblo colombiano. El frente nacional, ese burdel político que repartía por partes iguales el estado y sus riquezas entre los dos partidos a costas de la miseria del pueblo. Tenía que acabarse esta fuente de corrupción porque lo que si demostró es que entre más parecidos son los partidos políticos más despilfarro de los recursos estatales se presenta. Por eso lo peor que le puede pasar a una democracia es que todos los partidos políticos sean iguales. El primero de diciembre de 1957 inicia el frente nacional con uno de los hechos más bonitos que puede tener la historia de un país, votan por primera vez las mujeres, marcando un periodo de 16 años de fata de interés político.

Es interesante la forma en que Mario Latorre (2008) en su obra Elecciones y Partidos Políticos en Colombia a partir de sus propias experiencias, e investigación de campo, retrata cómo se comportaban los partidos en sus convenciones para tomar las decisiones que marcarían la dirección de cada uno. El periodo es el que estamos criticando en este momento y el que a mi forma de ver fue cuando más se parecieron los partidos políticos entre sí. El presidente era Carlos Lleras Restrepo, el penúltimo de los presidentes del frente nacional y el Dios para la convención nacional liberal. Quizás uno de los puntos en los que más se parecían los partidos de ese entonces es que a raíz de la crisis política por la falta de identidad en carencia de la necesidad de competir veían al personaje de turno como un Dios. Mariano Ospina Pereza para la convención nacional conservadora unionista y así para el resto de las convenciones, la independiente de los conservadores, el banquete de Rojas Pinilla y la del MRL del pueblo. Importante de la obra de Latorre (2008) es ver la forma en que a pesar de que no eran iguales los partidos políticos si se parecían mucho y lo malo que eso fue para el desarrollo de ideas en los 16 años que duró el frente nacional.

Y en este recorrido que venimos haciendo por la historia de los partidos políticos en Colombia para demostrar que no todos los partidos políticos son iguales nos vamos acercando a la actualidad. Hoy en día conocemos una gran cantidad de partidos, pero, no fue sino hasta 1974 que aparecen de manera formal otros partidos. Aunque el liberal Alfonso López Michelsen ganara las elecciones. La gran variedad de partidos políticos que existen hoy fue posible con la constitución de 1991 aunque el antecedente sea de los 70 que es una fecha importante para tener en cuenta en el análisis que estamos haciendo.

Qué si estamos cansados que nos gobiernen los mismo no creo que sea lo que a todos nos incomoda, es lo que han hecho esos mismos con el poder que les seguimos entregando. En ultimas ni siquiera es que se parezcan o no, es la corrupción. Si los partidos políticos fueran igual de buenos, que administren bien, ejecuten adecuadamente, generen riqueza mantengan un alto nivel de prosperidad, por nosotros podrían ser todos iguales sin problema. Pero, los consideramos igual de malos. Hoy en día, contrario a su afirmación, la representación política es más diversa e incluyente y desde que aparecieron otros partidos esto es más evidente. Sin embargo, y como lo manifiesta Fernando Cepeda (2017), desde la década de 1970 a hoy, se ve un país más corrupto. Y es curioso que desde que aumenta la representatividad en el país, aumenta la corrupción. Los mismos autores proponen varias razones para esto, entre ellas, el aumento de la riqueza en el país y la falta de control en la descentralización y desconcentración de funciones. En otras palabras, hay más dinero y no existen medidas efectivas para la prevención y castigo a los actos de corrupción.

Por otro lado, y es algo que me cuestiono, es que con el aumento de la representatividad se consigue lo que se pretende, pero, a la sociedad a la cual se representa es una sociedad corrupta. Los ejemplos son largos y anchos, desde el cobro de un taxista de manera deshonesta hasta el cohecho que se realiza con un agente de tránsito para evitar una multa. Si todos los partidos políticos son iguales, son iguales a nosotros. Así, hasta los dos partidos tradicionales se mantienen vigentes, quizás porque la sociedad que representaban antes sigue ahí, pero, también porque son colombianos y como decía el primer autor que analizamos, Gary Hoskin, en 1998 y aún vigente en el 2019 “Los partidos políticos tradiciones siempre han demostrado, al menos en retrospectiva, una capacidad destacada para adaptar su comportamiento a ambientes cambiantes, como se ha manifestado en su continua, aunque también disminuida, hegemonía electoral”.

Referencias
Hoskin, G. (2011). El Estado y los partidos políticos en Colombia. En F. Botero (comp.) Partidos y elecciones en Colombia, pp. 289-321. Bogotá D.C.: Universidad de los Andes.

Latorre Rueda, M. (2008|1968). Convenciones nacionales y banquetes. En Elecciones y partidos políticos en Colombia, pp. 35-79. Bogotá D.C.: Universidad de los Andes.

Cepeda Ulloa, F. (2017). Corrupción en Colombia. En Bagley, B.M. y Rosen, J.D. (eds.) Economía y política de Colombia a principios del siglo 21. De Uribe a Santos y el postconflicto, pp. 88-108. Cali: Editorial Universidad Icesi.

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