lunes, 27 de febrero de 2012

¿Estudias o trabajas?

Por Piedad Bonnett (El Espectador).
Domingo 26 Febrero 2012

Piedad Bonnett: ¿Estudias o trabajas?"Yo tuve veinte años —escribió el escritor y filósofo francés Paul Nizán— y no dejaría que nadie dijera que esa es la edad más bella de la vida”.

Entiendo sus palabras, que parecieran contradecir el lugar común, pues a esa edad o un poco antes la sociedad le hace al muchacho una pregunta definitiva, que es recibida casi siempre con incertidumbre: ¿qué vas a hacer? O peor aún: ¿qué vas a ser? Se ha llegado a la edad de las definiciones.

Sobra decir que muchísimos jóvenes no tienen opción y se dedican al “rebusque” o a hacer aquello a lo que su circunstancia los condena: los trabajos más duros, los mismos que hicieron sus padres y sus abuelos. Nos duelen esos jóvenes, pero también, y tal vez más, los que aspirando a superar con estudio la condición en que se criaron, se estrellan con un mundo que les hace muy difícil la tarea. Puede ser el caso de Wilson, hijo de un fontanero, que sabe dibujar y querría ser diseñador o arquitecto, pero que no pasa en ninguna universidad porque su escuela no lo preparó bien y debe resignarse, por ahora, con ayudarle a su padre. O de Mabel, que cursó Sistemas en un instituto dudoso, el único que pudo pagar, y cansada de pasar hojas de vida sin ningún resultado se rinde a ser empacadora en un gran almacén de cadena mientras “algo sale”. Pero también está Andrés, egresado de biología de una universidad de prestigio, que con un préstamo hizo en el exterior una maestría y un doctorado y cuando llega al país se encuentra con que no hay sino ocasionales trabajos free-lance que no le permiten ni siquiera cancelar la deuda. “Si no encuentras trabajo, haz otra maestría”, trinaba alguien hace poco. Y es que, según la Cepal, Colombia tiene uno de los índices más elevados de desempleo juvenil en América Latina. La rabia, la desesperanza, el resentimiento, son sentimientos que necesariamente afloran en los jóvenes que ven truncadas una y otra vez sus expectativas de estudio y trabajo.

En un país donde una buena cantidad de gente se enriquece a través de la corrupción, el narcotráfico y el contrabando, elevar el nivel educativo de sus jóvenes y ayudarlos a entrar en el mercado tendría que ser una prioridad del Estado. Pero la señal que éste manda no es nada buena. Según el Observatorio Laboral para la Educación, mientras un ingeniero de petróleos o un geólogo recién graduado gana, en estos tiempos deslumbrados por la locomotora minera, seis o siete veces el salario mínimo, los profesores siguen siendo los trabajadores peor pagados. Más aún si son maestros de preescolar o de lengua castellana y literatura, pues su sueldo no llega siquiera a los $900.000 pesos. Eso hace que la delicadísima tarea de educar a nuestros niños esté en manos o de unos pocos apasionados o de los que no pasaron en otras carreras, como me confesaba un estudiante de educación hace poco. No nos extrañe, pues, que estemos en la cola de las pruebas internacionales de matemáticas y lenguaje, que nuestros adolescentes salgan de la escuela sin comprender lo que leen y sin poder escribir correctamente un párrafo y que ser maestro sea la última opción que un muchacho contemple.

En medio de este desolador panorama leo dos noticias alentadoras: que Colfuturo formará con recursos de las regalías a 50 profesionales de lugares con pocos doctores como Chocó o La Guajira, y que la ONG Enseña por Colombia acaba de seleccionar a un grupo de recién egresados destacados para que enseñen por dos años en colegios con población vulnerable. Dos iniciativas pequeñas pero esperanzadoras, siempre y cuando los profesionales tengan luego buenas propuestas de trabajo en sus regiones y el de la ONG sea un proyecto de largo aliento y en continua expansión.

lunes, 20 de febrero de 2012

Violencia urbana: a quienes condenamos

Por Ana Lucía Paz Rueda.
Directora programa de Sociología
Universidad Icesi - Cali

Los medios masivos de comunicación informan permanentemente sobre casos de violencia urbana que nos aqueja, día a día. Y se preguntan la causa de ella. El análisis debe hacerse de manera diferenciada y compleja para poder entender lo que ocurre en la ciudad.

Son importantes varios asuntos: Su denominación en plural; “las violencias” porque corresponde a distintos fenómenos sociales, culturales, económicos y políticos, estrechamente relacionados entre sí.

La violencia urbana es sólo una de las formas de violencia de este país; aquella que afecta y a la vez es producto de la manera en que vivimos juntos. Y es de varios tipos, sólo menciono algunas de ellas. Una es la violencia generada por la delincuencia organizada que actúa en pro de conseguir recursos económicos y de obtener poder. Otra es la violencia cotidiana derivada de la convivencia en las calles, en donde se ponen en juego las normas y el orden ciudadano. Y otra la violencia intrafamiliar que pone en evidencia las tensiones propias de las relaciones íntimas. Todas ellas son multicausales.

Los medios masivos generalmente se preguntan por el tipo de sujetos que ejercen la violencia. Esta pregunta es insuficiente. Violencia urbana: delincuencia juvenilHay que preguntarse además por el tipo de sistemas sociales que producen y reproducen la violencia; por el tipo de instituciones sociales que tenemos; por el perfil de los gobernantes que elegimos; por el tipo de grupos políticos que conformamos, por las débiles formas de organización ciudadana que nos caracterizan, por el precario sistema de justicia que nos regula, por el impacto del narcotráfico no sólo sobre lo económico y lo político sino sobre lo cultural, sobre los deseos y las expectativas de la gente; por las enormes inequidades que tenemos; por el impacto de la economía y del trabajo sobre las nuevas formas de familias y por un larguísimo etcétera.

Sólo si entendemos que los comportamientos ciudadanos son el resultado de la confluencia de éstos, entre otros muchos fenómenos, vamos a dejar de preguntarnos por el tipo de sujetos capaces de cometer delitos para pasar a preguntarnos por las causas de ello.

Las causas de la violencia son estructurales, son sociales, pero se suelen hacer análisis en donde las responsabilidades se dirigen exclusivamente a los sujetos. Es necesario insistir en que no es únicamente en el comportamiento individual en donde se encuentran las explicaciones sino en las sociedades que forman y acogen a los individuos, en otras palabras, en los tipos de individuos y de relaciones sociales que nuestras sociedades producen.

¿Por qué señalar, por ejemplo, solamente a los jóvenes cuando ellos son socializados por las generaciones que los anteceden? Porqué señalar a ciertos sectores sociales marginados cuando ellos han surgido de un entorno social, político y económico que los ha excluido sistemáticamente? ¿Por qué mirar solamente al hombre maltratador y no a la sociedad machista y patriarcal en la que ha sido formado? ¿Por qué analizar únicamente a quien viola la ley y la incapacidad de la ley para regular al ciudadano?

Si señalamos y juzgamos a los individuos (generalmente jóvenes) y no atendemos las causas profundas ni a los sistemas sociales en su conjunto, quedamos presos de la idea de que sancionando y aislando a ciertos sujetos vamos a quedar finalmente libre de delitos. Tarea imposible, inviable y absurda porque desconoce que lo que somos es producto de la manera en que históricamente nuestras instituciones sociales han funcionado. Gobiernos transparentes, equidad, educación, trabajo digno, sistemas de justicia funcionales son la salida.

No es retórico; sólo las sociedades bien gobernadas producen ciudadanos gobernables.

Motivos de reflexión

Columnista Carlos Herrera Rozo.

No más violencia ni lluvia de balas (perdidas)Se afirma, por unos y por otros, que vivimos en un mundo de cambios rápidos y violentos, que la violencia y la falta de reflexión se apoderan del entorno, que somos cada día menos dialogantes y que nos adherimos a ciertas ideologías sin pasar sus principios por un análisis crítico que nos permita un cierto equilibrio entre lo que somos y lo que queremos ser. La peor violencia, aparte de cualquiera otra interpretación sociológica o política, es la ignorancia y ella, querámoslo o no, proviene del sistema, está en el interior mismo del establecimiento. Al parecer, dentro del grupo social en que vivimos hay gentes para las que la equidad tiene la forma y adquiere el valor de una perplejidad constante y paralizante, gentes cuyo mezquino espíritu procuran por todos los medios mantener en la ignorancia a las mayorías para poder someterlas y con ello, engrosar cada día más sus carteras... Es esta violencia soterrada la que nos preocupa y el motivo de esta reflexión.

Vemos todos los días a abuelos adictos a las traga perras, a jóvenes y viejos fanáticos del futbol, a jóvenes sumergidos en internet, adolescentes suicidas, depresivos, yanquis, alcohólicos, marginales de todo tipo provenientes de los más diversos estratos de la sociedad expulsados al borde de la destrucción. En las consultas de las clínicas psiquiátricas vemos como cada día, con mayor frecuencia, se acercan jóvenes y viejos adictos a internet, a las maquinas tragaperras, a los teléfonos celulares, al porno virtual, al sexo, a las drogas legales o no, a la televisión, a los juegos de roll etc., etc.

¿Por qué ocurre rodo esto?

Porque la cultura oficial prefiere ser laxa, poco problemática, pacífica y contemplativa. Una cultura que no profundice demasiado en nuestras miserias o, que como ocurre con frecuencia, las oculte para no mostrarle al mundo, ni a sí mismos, el sinsentido de varias generaciones de ciudadanos, de gentes jóvenes, que ven como la ilusión de un mundo mejor se desvanece en los despachos de banqueros, multinacionales y tiburones financieros bajo la mirada cómplice de políticos aviesos, pero también de los ciudadanos que permiten la corrupción, mientras pregonan valores que jamás practican.

El mundo en que nos ha tocado vivir, ese mundo levantado bajo los principios de justicia, igualdad, solidaridad y fraternidad se ha convertido a fuerza de engaños y zalemas en una trampa en la que las nuevas generaciones naufragan, se sienten perdidos, como si atravesaran un inmenso desierto donde el avistamiento de un oasis es un monumental espejismo. El panorama no puede ser más desolador: enfermedades mentales, masacres y genocidios, millares de trabajadores sin empleo, cientos de miles de jóvenes deambulando sin destino cierto y ,como telón de fondo, un capitalismo hambriento pregonando nuevas medidas de conformidad con sus cicateros intereses, apoyados por los sectores políticos más retardatarios incrustados en la sociedad. Se trata de quitarle a los trabajadores las conquistas laborales conseguidas en años y años de luchas sindicales, de empobrecer aun más si se puede a la gran masa ciudadana y mantenerla en la ignorancia, de seguir atracando el dinero de los impuestos para hinchar los bolsillos de políticos desaprensivos, de los bancos y de los grandes consorcios económicos.

A estas gentes ya no les basta con las grandes fortunas que han amasado a costa de la miseria de los millones de ciudadanos que han explotado. Ahora quieren más, toda vía más: quieren el dinero público. Por ello los ciudadanos conscientes de sus derechos, deberes y obligaciones no podemos bajar la guardia, no podemos dejarnos engañar por quienes desde la tribuna pública hablan con ambigüedades, ocultándose detrás de las palabras, mintiendo sobre lo que piensan hacer si el favor de los ciudadanos, a los que piensan explotar, los favorece en las urnas.

El voto, nuestro voto, debe ser para aquellos que defiendan, sin más, nuestras conquistas laborales, la igualdad entre hombres y mujeres, la libertad de las mujeres para decidir si quedan o no embarazadas, la educación para todos, la salud para todos, en síntesis, un país ás equilibrado donde todos los ciudadanos sean vistos como iguales, donde no haya ciudadanos de primera y de tercera y donde las nuevas generaciones de ciudadanos tengan un futuro cierto. Pero todo esto requiere una conciencia crítica, no tragar piedras de molino y estar permanentemente alertas para que no seamos asaltados en nuestra buena fe. Albert Camus afirmaba: “algunas veces pienso en lo que los historiadores del futuro dirán de nosotros. Una sola frase será suficiente para definir al hombre moderno: fornicaba y leía periódicos”. Mañana ¿qué dirán de nosotros?...

Los tiempos están cambiando

Por Héctor Abad Faciolince (El Espectador).
Domingo 19 Febrero 2012

Héctor Abad Faciolince: Los tiempos están cambiandoLa película tiene el color de mi infancia: los años 60.

La reconstrucción es perfecta: la ropa, los muebles, las calles, los carros, el corte de pelo y, sobre todo, el quiebre en las costumbres cotidianas, el progreso moral que se dio en esa década. The Help (Historias cruzadas, aunque debería llamarse Servicio doméstico), como en su momento La cabaña del tío Tom, señalan un cambio de época. En ambos casos las tintas se recargan un poco, la realidad maniquea de blancos y negros tiene algo esquemático y sentimental, pero es precisamente eso lo que permite que todos entendamos claramente el problema. Exagerar, muchas veces, es la mejor forma de hacerse entender.

Trato de explicarme: la novela de Harriet Beecher Stowe (publicada en 1852) sirvió para que el gran público norteamericano entendiera por qué era urgente abolir la esclavitud y por qué había una ética superior en los abolicionistas que en los partidarios de mantener el esclavismo. Cuando Lincoln, durante la Guerra Civil, conoció a Stowe, dice la leyenda que exclamó: “¡Conque usted es la mujercita que inspiró esta gran guerra!”. Y es que las novelas son más importantes de lo que los críticos piensan: las novelas consiguen desarrollar la imaginación moral de las personas; hacen que los lectores se salgan de sí mismos y vean la realidad desde el punto de vista del otro.

Las buenas películas consiguen lo mismo y The Help nos sitúa en un momento en que se dan pasos que parecen pequeños, pero que son gigantescos en el camino de la civilización. Cuando hablan del siglo XX, los intelectuales —con sus eternos lentes de color macabro para ver el 900— suelen fijar su atención en la primera mitad: Hitler, Mussolini, Stalin, las dos grandes guerras, Hiroshima y Nagasaki: una carnicería tras otra. Se les olvida señalar que todos aquellos dictadores fueron derrotados y que las bombas nucleares nunca se han repetido. No sólo la segunda mitad del siglo XX, hasta hoy, es la más Larga Paz de la historia moderna (entre los países ricos), sino que ha sido el escenario de una revolución extraordinaria: la de los derechos civiles, la revolución humanitaria.

En un momento clave de la película se oye una canción, la canción que para muchos fue el himno del movimiento por los derechos civiles (por la liberación de la mujer y la libertad de los gays, contra la segregación de los negros y el maltrato infantil): “The Times They Are A-Changin’,” de Bob Dylan (para oírla: http://bit.ly/920uQx). La canción le avisa a todo el mundo (congresistas, políticos, escritores, padres de familia) que los tiempos están cambiando y que los perdedores van a empezar a ganar.

Lo que en The Help es historia pasada de los años 60 estadounidenses, en Colombia es presente. El problema ético del servicio doméstico ha sido siempre un tormento en mi cabeza. He escrito mucho sobre “las muchachas del servicio”, como se les dice aquí, y ellas están tan presentes en mi imaginación y en mis libros como mis hermanas. El buen trato, el salario decente, las prestaciones sociales legales, el horario adecuado, los descansos, no atenúan la culpa. Viven en nuestras casas, en familia, pero no son de la familia, y obedecen; hay una relación subordinada. Y algo más grave: quizás echarlas, prescindir de ellas, sea incluso más infame que contratarlas, al menos aquí, hoy. Ver esta película nos refresca esa culpa y aviva el dilema moral.

Cuentan que cuando Uribe visitó a ese extraño presidente de Estados Unidos que fue Jimmy Carter, dos cosas lo sorprendieron: que le pidiera que no aspirara por segunda vez a la reelección y que él mismo le hiciera y le sirviera el café en la cocina, pues no tenía empleada del servicio. Esa visión desapegada del poder (y del servicio) indica que de nuevo “los tiempos están cambiando”. Nosotros, como siempre, vamos detrás. Yo, por lo pronto, he invitado a Rosa, la muchacha que viene a mi casa tres veces por semana, para que vaya a ver la película con una amiga.

lunes, 13 de febrero de 2012

La corrupción política y administrativa una consecuencia más del sistema neo-capitalista vigente

Columnista Carlos Herrera Rozo.

Corrupción política y administrativaLa corrupción política y administrativa, no es como suele creerse, una manifestación de algunas personas o grupos de desaprensivos sino el reflejo del orden capitalista actual representada en los sectores económicos y financieros, que hacen su agosto en las actividades financieras paralelas, es decir, la economía ilícita y la economía delictiva, practicadas, sin reservas, por los grupos de poder sean estos criminales o, en su defecto, de cuello blanco. Donde con más fuerza ha demostrado su influencia la primera, es en el fraude y la evasión fiscal, últimamente puestos a descubierto, con la colaboración, a regaña dientes, de los paraísos fiscales; La segunda, la criminal, abarca un amplio espectro, que va desde los más bajos fondos del crimen hasta las más elevadas esferas de guante blanco.

La compleja ingeniería financiera y contable, la libertad total de las empresas multinacionales y capitales financieros para el intercambio de bienes, servicios y movilización de capitales; el control, cada vez más acusado, del gasto público; la desreglamentación de la vida económica y privatización generalizada de las empresas públicas han generado toda clase de irregularidades ilícitas, públicas y privadas, con que nos encontramos los ciudadanos diariamente en los medios de comunicación. Escándalos que sonrojan a propios y extraños menos a sus autores que se sienten arropados por el Estado que tiene la capacidad de enunciar la norma, pero también de transgredirla. Las denuncias impuestas al respecto por los organismos internacionales: el Banco Mundial, el FMI, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la ONU no han tenido la repercusión esperada en los medios de comunicación, ni la intervención judicial respectiva, ni las medidas administrativas y gubernamentales que impidan los desmanes. No quiere ello decir que no se hayan sancionado algunos de estos delitos y que sus responsables no estén en la cárcel, lo que quiero afirmar es que se siguen cometiendo sin que se tomen las medidas conducentes para impedirlo.

No es extraño, por ello, encontrarnos, en nuestro propio terruño, con la corrupción en el manejo de las arcas públicas. Los escándalos se multiplican y la actitud de los responsables políticos de los partidos son un claro ejemplo de lo que se expone en esta nota. Corrupción de la justiciaLos dirigentes, de algunas empresas saquearon las arcas públicas y ahora ninguno de sus superiores jerárquicos los conoce ni se hacen responsables de lo que ha ocurrido. Otros se dedicaron a la violación de los derechos humanos. El mejor ejemplo de estas atrocidades lo tenemos en el gobierno anterior. EL SEÑOR URIBE, entonces Presidente del Gobierno, AUN NO SE DA POR ENTERADO y no le ofrece a la ciudadanía una explicación satisfactoria de sus actos ni la de sus funcionarios inmediatos. Todos deben responder políticamente por sus acciones y no afirmar de forma irresponsable “que no han hecho nada”, ofendiendo con su actitud a todos los colombianos que creyeron en ellos de buena fe.

Quiero creer que la deshonestidad de algunos no puede ensuciar a la mayoría de los miembros de un Partido político. Pero también debe quedar claro que el silencio de los responsables políticos los convierte en cómplices por acción o por omisión. ¡La impunidad es hija del olvido!... Y no estamos dispuestos a olvidar. Todos los seres humanos tenemos una debilidad que nos hace vulnerables, un punto débil. Esa debilidad suele ser una necesidad incontrolable, o un placer secreto, o una emoción que nos supera. Sea como fuere, una vez que ha sido encontrada, quien lo hace, la explota sin medida en su propio beneficio, llevando a quien la padece a los más oscuros extremos de la criminalidad y la demencia...

El miedo manda

Por Armando Silva (El Tiempo Colombia).
Viernes 10 Febrero 2012

Armando Silva: El miedo mandaLa felicidad es lejana, cuando no es propia, mientras los miedos son cercanos, aun los lejanos.

El miedo contagia, la felicidad mucho menos.

Cada día se nos asusta más y aparecen nuevos motivos de consternación social. La actual sociedad de dominio de la técnica, los medios y la información, que se supondría haber superado ese padecimiento atávico de terror a lo desconocido, antes bien usa sus mismos instrumentos para generar más temores. Si uno, por ejemplo, sigue los telenoticieros nacionales en Colombia, una de las naciones campeonas en el subgénero terror, puede ver cómo las noticias se estructuran alrededor de temas miedosos. El año pasado lo terminanos con niñas violadas, en colegios, casas, por sus padrastros. Enero fue el de las balas perdidas, en la calle, buses, centros comerciales; febrero arrancó con quemadas de rostro con ácidos y, en fin, lo que era acción excepcional de un psicópata suelto se nos va metiendo en los espacios que se creían más resguardados. Y todos esos nuevos miedos son animados por nuestros monstruos mayores: Farc, bacrim, paras, narcos. O sea, tema no nos falta y el ingenio mediático sabrá encontrar su dosis cotidiana.

La pregunta podría ser esta: ¿por qué los miedos se propagan con más facilidad y certeza que otros sentimientos como la felicidad o la alegría? Si un televidente ve a un pueblo lejano bailando y festejando dichoso algún motivo, lo reconoce y puede pensar, lejano, "gente feliz". Pero si lo que observa es un terremoto, entonces puede sentir, cercano, "esto me puede pasar". Ello podría hacer pensar que la felicidad es lejana, cuando no es propia, mientras los miedos son cercanos, aun los lejanos. El miedo contagia, la felicidad mucho menos.

Es cierto que nuestra memoria humana es más susceptible de recordar las catástrofes y el dolor que los momentos apacibles, pero hay también una parte de la contemporaneidad que actúa a favor de la turbación. Internet, sea otro caso, ya tiene su propio miedo que se venía cultivando y al fin lo poseyó: conciencia colectiva de la corruptibilidad del sistema. El gran hermano que nos miraba distante se instaló como simple ladrón. Ahora entra a nuestras cuentas y nos saquea, nos borra. Se pasó del hacker al cracker, vulgar desbaratador de cuentas del ciudadano común.

Dos circunstancias ayudan a dimensionar el panorama. Nunca como ahora se ha usado el miedo como arma política y también es el hecho más rentable que tenemos, incluso más que la belleza. Ser bello atrae. Pero el miedo es más productivo porque nos mantiene alertas, en movimiento. Por esto define un tipo de sociedad global, que no es bella sino asustada.

El Alcalde de Bogotá acaba de anunciar que podríamos ser objeto de un ataque terrorista.

lunes, 6 de febrero de 2012

Equidad

Por Betto (El Espectador).
Jueves 2 Febrero 2012
Betto: Equidad (02.02.2012)

En este sentido...

En defensa del honor

Por César Castaño* (Semana.com).
Jueves 2 Febrero 2012

César Castaño: En defensa del honorEl fallo contra el Coronel Luis Alfonso Plazas Vega es una flagrante injusticia que abre camino a todas las que siguen.

El asalto a sangre y fuego al Palacio de Justicia a manos de la columna “Iván Marino Ospina” del M-19, es quizá una de las páginas más oscuras en la historia de los grupos terroristas en Colombia. Más allá de relatar lo que ya se conoce a través de los medios, vale la pena recordar aquellas motivaciones con que pretendieron, los extremistas, justificar la llamada operación “Antonio Nariño por los derechos del hombre”. Pero a la vez comprender, el impacto que provoca en la sociedad y sus Fuerzas Militares, un fallo marcado por claros intereses políticos.

En un pasquín publicado por el M-19¸ el 11 de noviembre de 1985, bajo el título “Oiga hermano” los guerrilleros expusieron, en cinco páginas, su versión de lo sucedido durante la toma del Palacio de Justicia. En uno de sus apartes titulado “El M-19 sí responde”, aducen algo que a todas luces es contradictorio “Nuestra defensa estaba organizada en base al enfrentamiento militar no a la toma de rehenes…”. ¿Acaso no sabían que habían perpetrado un violento secuestro contra quienes eran el símbolo de la justicia? ¿Serían tan ingenuos al pensar que esa toma de rehenes no generaría enfrentamientos que pondrían en riesgo la vida de los magistrados?

Estas inquietudes fueron resueltas por los organismos de seguridad de la época, quienes encontraron los planes originales de la infausta operación. En ellos los jefes insurgentes daban claras instrucciones sobre el proceder de cada miembro, con un detalle que presagiaba la violencia que encarnarían sus acciones. El plan ordenaba: “El segundo pelotón irá al asalto y control del tercero y cuarto pisos – decía el documento hallado en la casa con el número 8 – 42 de la calle 6ª sur - su misión es tomar los rehenes fundamentales - magistrados - que están allí. Para ello se aniquilará (sic) a las fuerzas enemigas y se concentrará a los primeros y segundos en las respectivas salas de sesiones”.

El conocimiento de este plan de guerra, deslegitimaría la mentirosa trama presentada días después, en un comunicado en el que endilgaban toda la culpa al establecimiento, vale decir a quienes actuaron cumpliendo con su deber. En ese texto aparecen como firmantes dos nombres que llaman la atención: Antonio Navarro por el mando central y Gustavo Petro por la dirección nacional.

Pero si hay una gran falacia en esta historia del horror, son los motivos “revolucionarios” que invocaron los guerrilleros para justificar la cruenta toma del palacio. En un aparte, inserto en el segundo punto del comunicado del 11 de noviembre, se refieren de manera casi altruista al propósito que tenían “Fuimos a la Corte Suprema de Justicia, en búsqueda de más amplios horizontes para el ejercicio de la democracia y con la decisión de abrir nuevos caminos a la posibilidad irrenunciable de lograr la paz mediante el diálogo…”.

Por fortuna se pudo conocer, tiempo después, lo que en verdad alentó la toma: una oscura alianza entre narcos y guerrilleros, puesta al descubierto por la Comisión de la Verdad sobre el holocausto del Palacio de Justicia. Ésta, en el informe publicado el 15 de noviembre 2006, concluyó que hubo conexión del M-19 con el cartel de Medellín, en otras palabras la famosa operación por la democracia, fue sencillamente un mandado al narcotráfico. Un dato curioso lo confirma, pues precisamente el día de la toma la única Sala de la Corte que debía sesionar, como en efecto lo hizo, era la Constitucional que había sido citada para debatir la ley aprobatoria del tratado de extradición, algo que preocupaba en extremo a los narcotraficantes, en especial a Pablo Escobar quien fuera amigo de Iván Marino Ospina. Según John Jairo Velásquez, lugarteniente del capo, por ese trabajo los narcos entregaron al grupo terrorista, inicialmente, dos millones de dólares.

Este lamentable episodio que costó la vida a colombianos ilustres, pero además a personas igualmente valiosas que allí se encontraban, dio inicio a un largo proceso jurídico, en el que los militares han sido acusados por varios delitos, en especial el Coronel Alfonso Plazas Vega. Sin dejar de lado los demás implicados, quienes han soportado su propio calvario, el caso del Coronel se ha convertido en emblemático, no sólo por la férrea defensa que ha hecho de su inocencia, sino por haber sido el militar que, en su momento, apareció en medios de comunicación dando declaraciones.

Para entender un poco lo que ha sido este proceso vale la pena recordar que el 13 de noviembre de 1985, la Corte Suprema de Justicia creó un Tribunal Especial de Instrucción para adelantar una investigación sobre lo ocurrido. El mismo estaba conformado por dos magistrados, con apoyo de diez jueces especiales y más de treinta jueces auxiliares. El 31 de mayo de 1986 el Tribunal dio por terminadas sus labores, señalando como únicos responsables de los delitos cometidos a los miembros del M-19, haciendo además un elogio de la actuación de la fuerza pública.

En mayo de 1990 la Procuraduría estableció la falsedad de las acusaciones de un ex agente de policía, de apellido Gámez Mazuera, por lo cual se abstuvo de abrir investigación disciplinaria contra el Coronel Plazas y los demás acusados. Sin embargo, tras 22 años de ocurridos los hechos, la fiscal Ángela Buitrago vinculó al oficial como coautor de los delitos de secuestro agravado y desaparición forzada agravada pues, según sostuvo, estaba relacionado con la presunta desaparición de algunas personas que habrían salido con vida del Palacio de Justicia.

En febrero de 2008, la fiscal Buitrago dictó resolución de acusación contra el Oficial, lo cual posteriormente derivaría en la sentencia de 30 años que profirió la juez María Stella Jara, atendiendo los argumentos de la representante del ente acusador. Ninguna de las funcionarias, allegó jamás una sola prueba que permitiera inferir la responsabilidad del Coronel Plazas quien, pese a la falta de evidencias, fue condenado.

Así las cosas el proceso llegó en 2010 al Tribunal Superior de Bogotá, donde tres magistrados de la Sala Penal completaron su estudio, para finalmente confirmar la sentencia. Un hecho que sin duda, ha desatado una gran polémica en la opinión pública pues se evidencia, claramente, una línea argumentativa más política que jurídica.

Tras la lectura del extenso documento, llaman la atención los argumentos esgrimidos por el magistrado Hermens Darío Lara Acuña, en un salvamento de voto que ocupa algo más de 300 páginas. En estas aparecen diversos cuestionamientos que dejan en evidencia la precariedad de las acusaciones, y la ausencia de pruebas que señalen la responsabilidad del Coronel. Para Lara Acuña, la teoría de la estructura organizada de poder no funciona. Pero además destruye el rumor infundado acerca de que hubo “un plan determinado con antelación por el Ejército para permitir el ingreso del grupo guerrillero al palacio de justicia”, lo cual “no fue comprobado”, pero que finalmente “genera falsas expectativas”, apunta el jurista.

En otros apartes dice “…considero que la sentencia absolutoria es la decisión que ameritaba dictarse… por no encontrarse probado su compromiso penal a ningún título en la desaparición forzada… hicieron falta verdaderas pruebas, pues, no se encuentra una sola creíble … De acuerdo con este panorama, se imponía la absolución del Coronel Luis Alfonso Plazas Vega y, por consiguiente, su libertad” . Continúa el magistrado su exposición de motivos “Se debe investigar a todos aquellos que han falseado hechos, han creado escenarios y los han recreado mal, pero han sido tenidos en cuenta en este proceso para cimentar la condena del procesado”. Ojalá con el tiempo y en manos de una justicia no politizada, se logre establecer quién o quiénes, y bajo qué intereses recrearon esta infamia.

Pero además el Tribunal, cuyo fallo hay que acatar aun si no se está de acuerdo, dispone que el Ministro de Defensa y los Altos mandos militares, pidan perdón públicamente. No imagina uno a estos funcionarios pidiendo perdón - de espaldas al Palacio Liévano - por la afrenta cometida contra la sociedad, algo que según la procuraduría “Desborda el principio de limitación que gobierna la decisión del tribunal penal, en tanto sanciona la institucionalidad Castrense, olvidando que el proceso en ciernes tuvo como único procesado al señor Coronel Plazas Vega”.

Sería absurdo ir en contra de las ceremonias de perdón y reconciliación, pues son parte fundamental en los procesos de resolución de conflictos. Pero esta en particular no responde a ese tipo de situaciones, por tanto exigir que se cumpla es someter a una innecesaria humillación a generales en actividad, quienes representan a miles de hombres que integran las Fuerzas Militares. Comandantes que han enfrentado por años a los terroristas, y se ven abocados al cumplimiento de una acción, con claro tinte político, que tendría imprevisibles consecuencias para la moral de combate, en medio de un conflicto que aun no termina. Pero además debe tenerse en cuenta el efecto sobre los ciudadanos, pues no es posible que el país olvide tanto hecho criminal cometido por quienes, en nombre de la revolución y bajo la amenaza de las armas, han sometido a los peores vejámenes al pueblo colombiano.

¿Por qué tal ensañamiento contra las Fuerzas Militares? Ese interrogante no solo se lo hacen los ciudadanos del común, sino también oficiales suboficiales y soldados, que se cuestionan sobre si ese esfuerzo que desarrollan a diario, enfrentando delincuentes y terroristas en medio de enormes entuertos jurídicos, será castigado en el futuro.

El sabio y coronel Francisco José de Caldas, en un discurso pronunciado en 1814, apuntaba “El honor militar es la primera virtud militar”, pero además hacía énfasis en que “El honor es el que arrostra todos los peligros, el que hace sufrir con alegría las vigilias, el hambre, la sed y todas las inclemencias…”. Razón tenía el inmolado prócer, pues no hay algo más duro de enfrentar para un Soldado que verse cuestionado en su honor, peor aún cuando la justicia, aquella que defiende a costa de su vida, le exige pedir perdón por algo que no ha cometido.

Ojalá no se abra la puerta a la injusticia en otros casos contra militares, pues si bien las decisiones judiciales deben ser respetadas y acatadas, ellas no pueden convertirse en instrumento de venganza política. Hay que recordar con el debido respeto con quienes administran justicia, que para que esta funcione ha de ser ciega e impartirse sin discriminación, siendo condición esencial el que todos los colombianos, con o sin uniforme, puedan igualarse frente a ella.

*Miembro de la Academia de Historia Militar

domingo, 5 de febrero de 2012

La lucha por la libertad

Columnista Carlos Herrera Rozo.

"La guerra es un medio natural y justo para someter a quienes,
nacidos para ser mandados, se niegan a someterse"

Aristóteles de Estagira

El 4 de enero se cumplieron cincuenta años de la trágica desaparición de Albert Camus en un lamentable accidente de tránsito. Recordarlo es a la vez traer a la memoria la atemporalidad de su obra, su compromiso social, su filosofía, su afirmación humanística de la vida y el augurio del renacimiento del hombre en un mundo donde la paz, la justicia social y un gobierno universal. Se levantarían sobre las ruinas y desolación que mentes criminales han ido dejando a lo largo de la historia, sus palabras golpean el yunque donde se atenaza la libertad del hombre, escuchémosle: “A la mujer que ha sido esterilizada por los SS, al hombre a quien han obligado a acostarse con su hermana, a la madre que apretaba contra su pecho al hijo mientras le golpeaban la cabeza, a la mujer a quien han obligado a presenciar la ejecución de su marido, a los que han logrado escapar de los hornos de gas y a todos los que han estado temblando día tras día durante largos años, a quienes no encuentran casa en ninguna parte y a quienes se les ha hablado de una tierra de promisión cubierta de lagos y naranjos donde nadie les escupirá la cara, y a todos esos se les ha golpeado porque los asuntos de nuestros genios políticos estaban arreglados de tal manera que no había medio de no golpearles. Y todo ello en medio de un gran silencio o del charlatanismo farisaico de quienes detentan el poder. En suma que han ajusticiado a Cristo efectivamente y lo siguen zahiriendo, y ese es el resumen de la historia universal”.

Albert CamusCamus nos invita a la rebelión: Me rebelo luego existo, resistir es la consigna, pero no resistir de cualquier forma y manera sino enfrentándose al legítimo contradictor. ¿Qué es la rebelión para Camus? Es el hombre que dice “No”. Pero si niega no renuncia; es también un hombre que dice “Si”, desde su primer movimiento. Es el hombre sometido, el esclavo que en un momento determinado de su vida juzga inaceptable seguir recibiendo ordenes que coarten su libertad y sus sentimientos. Es una toma de conciencia sobre su propia realidad y el mundo que le rodea. Es aprender a no callar y expresar a voz en cuello que no aceptara bajo ningún concepto el sometimiento y la degradación.

La rebelión para Albert Camus no es una relación a un ideal, a una idea, a un concepto abstracto, se refiere a algo más cercano: “Se exige que sea considerado lo que, en el hombre, no puede reducirse a la idea, esa parte cálida que no puede servir para ninguna otra cosa que para existir”. El mismo Camus nos cuenta que, en Cumbres Borrascosas, Hesthcliff prefiere su amor a Dios y pide el infierno para estar reunido con la que ama, no es solamente su juventud humillada la que habla sino la experiencia ardiente de toda su vida siempre sometida. La rebeldía es una pulsión positiva puesto que revela lo que en el hombre hay que defender siempre.

Hoy más que nunca la vigencia de Camus no se agota. Vivimos un final y un comienzo de siglo signados por el “Miedo” y el “Terror”. El siglo XX corto termino, como afirma Hobsbawm, con una guerra, exactamente como comenzó, con la catástrofe de la primera guerra mundial. Y detrás de las guerras los señores de la guerra el miedo y el terror. Lo que más nos sorprende de este siglo que comienza, no para mí ni para los que son mis contemporáneos, es que las nuevas generaciones de ciudadanos están privadas de porvenir muy a pesar de los avances científicos y técnicos, y, a veces, también por ellos. La vida para que tenga un sentido tiene y debe tener una proyección valedera: La juventud, los recién egresados de las universidades, tienen el futuro cerrado. Sus conocimientos, el estar altamente preparados, no les ha valido de nada, se han encontrado frente al muro de unos políticos venales y una patronal codiciosa y voraz que les cierran el paso a sus dignas aspiraciones. La Gente Joven tiene que pensar, yo la invito a ello, que solo la palabra, el grito muchas veces, la organización y la protesta, la exigencia de los derechos y libertades podrán romper los muros. El silencio, la protesta pasiva, solo es la aceptación del sometimiento y, el partido de futbol, el circo donde desfogar las frustraciones.

Entre el miedo general que nos inculcan: miedo al terror, miedo a la muerte, miedo al vecino, miedo a las ideologías, miedo a quien piensa diferente, miedo al color de la piel, miedo al que tiene un Dios diferente al nuestro, miedo al extranjero, sin comprender que a lo que ciertamente debemos tener miedo es al pensamiento único, a los que se creen dueños de la razón absoluta, a las mentalidades mesiánicas donde siempre se engendra la tiranía. El hombre que siempre ha deseado la convivencia amable, el diálogo, la dialéctica en la discusión ideológica, el pragmatismo en las decisiones políticas, la amistad con sus congéneres, el silencio impuesto por la censura, el sometimiento a la disciplina de partido, la injusticia social y el amordazamiento intelectual le cercenan, no solamente las posibilidades de una vida digna y un mundo mejor, sino que le condenan a morir en vida: a la esclavitud moral, el mayor crimen que pueda cometerse, al considerar la vida humana como algo fútil y despreciable.

Estas pocas letras quieren exaltar la memoria de Albert Camus e invitar especialmente a los jóvenes a leer “La peste”, “El Hombre Rebelde”, “El Extranjero”, “El Mito de Sísifo”, “El Exilio y el Reino” etc. Etc. Y comprender a través de estos textos que a pesar de haber transcurrido más de cincuenta años desde su publicación es muy poco o nada lo que ha cambiado para el hombre desde el punto de vista de sus libertades y la justicia social. Parafraseando a Eduardo Galeano tenemos que afirmar que, El siglo XX se inicio con la primera guerra mundial. A mediados del siglo XX ocurrió la segunda guerra mundial. Pero esta guerra mortal para los ciudadanos del mundo no ha sido tan mortal para los dueños del mundo. A finales del siglo XX y a principios del siglo XXI las guerras son incontables. Caricatura de Albert CamusLas guerras multiplican el miedo y el terror, y el miedo convierte la injusticia en fatalidad y destino; las guerras multiplican la pobreza, y la pobreza termina ofreciendo brazos que trabajan por poco o por nada ; las guerras expulsan a los campesinos de sus tierras, y las tierras terminan siendo vendidas por poco o por nada; la guerra enriquece a los fabricantes de armas, a los expoliadores de las riquezas naturales y a los apátridas que se venden por un plato de lentejas; en la guerra las familias pobres ponen los muertos y los ricos los bolsillos; la guerra asesina a los que denuncian la guerra y las causas de la guerra, convirtiendo la guerra en necesaria e inexplicable. El mejor ejemplo lo tenemos en las guerras genocidas de Ruanda e Irak, en las guerras larvadas de Colombia, Sudan, Etiopia, Afganistán, Palestina, Nigeria, El Congo etc., etc.: El mejor ejemplo de los amos de la guerra son George Bush, Tony Blair y José María Aznar, los tres de las Azores.

Hay una relación entre democracia, conflictos armados y paz. En las sociedades donde rigen las libertades públicas, los derechos humanos y los derechos civiles, existen más posibilidades de que los conflictos se resuelvan sin el uso de la violencia.

Para reflexionar

De todos los enemigos de las libertades públicas, la guerra es quizá el más temible, porque contiene y desarrolla el germen de todos los demás. Como padre de los ejércitos, la guerra fomenta las deudas y los impuestos, que son los instrumentos conocidos para someter a la mayoría a la dominación de unos pocos. En la guerra se amplía asimismo el poder discrecional del ejecutivo (...) y todos los medios de seducir a las mentes se suman a las formas de sojuzgar la fuerza del pueblo...

James Madison

jueves, 2 de febrero de 2012

Aristóteles

Columnista Carlos Herrera Rozo.

Así como Platón, es el fundador de la dialéctica (encontrar la contradicción en la esencia de las cosas y no en el argumento del contrario como hacían los sofistas), su discípulo Aristóteles, es el fundador del sistema filosófico más poderoso del mundo antiguo, enraizado en las ciencias de su época, a cuyo desarrollo contribuyó en primera línea: ciencias biológicas, ciencias políticas, lógica formal. También es el creador de la teología natural y del monoteísmo filosófico, sobre el cual se apoyarían ulteriormente la teología judía, la cristiana y la musulmana.

Alejandro Magno (Estudiante) y Aristóteles (Prefesor)Nacido en Estagira (en el reino de Macedonia) hacia 384/383 a.n.e. –por lo que también se le conoce como el Estagirita .Su tutor, Próxeno, decidió llevarle a Atenas, para incorporarle a la Academia, donde fue discípulo de Platón durante veinte años (entre 367-366 y 347-346). A la muerte de Platón. Aristóteles se trasladó junto con Jenócrates a la ciudad de Assos, donde dirigió una escuela platónica. Se asentó luego en Mitilene (345-343), de donde pasó a la corte del rey Filipo de Macedonia, donde fue preceptor de Alejandro, el heredero, hasta que en 340 asumió el poder. Hacia 335 regresó Aristóteles a Atenas, y en competencia con la Academia fundó su propia escuela, en los jardines públicos del santuario dedicado a Apolo Liceo, de donde fue conocida como Liceo, y peripatéticos sus discípulos (por pasear bajo el perípatos, o paseo cubierto del jardín).

La frase

“Es posible que la mayoría, en la que cada individuo no es un hombre de talento, sea colectivamente superior a un grupo pequeño de los mejores… Siendo grande el número total, es posible que cada uno de sus componentes posea una parte de virtud y de prudencia… De esta manera, el público es mejor juez que los críticos, aun en composiciones musicales y poéticas: porque algunos juzgan una parte determinada, y otros una parte distinta, y todos juzgan colectivamente el todo… De acuerdo con esta teoría no es aconsejable confiar a las masas la responsabilidad y la autoridad final para elegir funcionarios del estado. Es probable, sin embargo, que esta forma de argumentar adolezca de algún error; en parte, a menos que el carácter de las masas sea absolutamente servil, por la razón ya aducida de que, aunque individualmente sean jueces inferiores a los expertos, en su capacidad colectiva son superiores o por lo menos iguales a ellos; y en parte porque existen algunos temas sobre los que no es el artista el único o el mejor juez, como por ejemplo todos aquellos aspectos cuyos resultados están abiertos a la crítica legítima de personas que no son maestros en ese arte. Así no es solo el constructor el llamado a juzgar de los meritos de una casa; la persona que la usa, es decir el que vive en ella, es mejor juez; de la misma manera, un piloto es mejor juez de las condiciones de un timón que el carpintero que lo ha hecho, o un asistente a un banquete apreciara la comida mejor que el cocinero que la cocinó”… “La virtud de un Ciudadano puede definirse como una relación practica, tanto como gobernante cuanto como súbdito, con las características, gubernativas, de una comunidad libre”.

Aristóteles, (Política, III)

La Obra: Política

Para Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza. Sólo los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).

Existen tres formas de legítimo gobierno: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de los mejores) y república (gobierno de muchos). A esas formas rectas de gobierno se oponen la tiranía, la oligarquía y la democracia (Aristóteles entiende por "democracia" el gobierno de los pobres). No se puede decir cuál de las tres es mejor, pues la teoría concreta para un pueblo hay que deducirla de una indagación objetiva de las varias formas históricas de gobierno, y definir según las circunstancias cuál es más conveniente para un determinado estado (Aristóteles recogió y estudió las constituciones de 158 estados). En principio, toda forma de gobierno es buena si quien gobierna busca el bien de los gobernados.

El desafío aristocrático que Aristóteles lanza a la democracia proletaria no puede ser pasado por alto. Es posible que una democracia empírica sea la única que convenga a un orden amplio, heterogéneo y cosmopolita de la sociedad. La aristocracia solo puede ser apropiada ( como el mismo Aristóteles confiesa e insiste) para la pequeña y homogénea polis o comunidad. Esta será una guía digna de observación en la medida en que avancemos en nuestro estudio de las instituciones democráticas, a través de los siglos, hasta llegar a nuestros días. Quizás la democracia tenga que volver a mirar hacia atrás y buscar en la antigua polis como vincular más activamente al ciudadano del siglo XXI con las instituciones que rigen la sociedad en que vive para evitar la perene pregunta de ¿ es el Estado, la Sociedad de Naciones, la Iglesia, la Liga Mundial, la Aldea Global, los Partidos políticos o los Grupos Financieros los que, en última instancia, gobiernan la sociedad?

Aristóteles es el filósofo del sentido común, el filosofo de la clase media. El prejuicio a favor de esta clase es en él hereditario. Por esa clase entendemos aquí, no al pequeño comerciante, sino al pequeño propietario, al labriego que posee la tierras que trabaja, al profesional. Esta clase es la mejor, doctrina que encontrara eco en el siglo XIX. Era la clase social a la que pertenecía Aristóteles. Toda polis, afirma, tiene en si, al hombre muy rico, al medio y al muy pobre, y, cita a Fokulides quien dice; “Dentro del estado, la clase media es la que vive mejor, según creo. No ansío ser muy grande ni muy pequeño, sino estar justo en el punto medio”.

Es posible discutir y rechazar a Aristóteles por ser un gran burgués. Pero su inteligencia no reconoce distinción alguna de clases. Su filosofía propone una brújula que señala la cordura y el entendimiento de toda la raza humana. Su método científico fue el único que brindo alguna esperanza para comprendernos a nosotros mismos y a la naturaleza que nos rodea, método que tuvo vigencia durante dos mil años.

En la Ética a Nicómaco, Aristóteles, nos exhorta a que evitemos los extremos y escojamos “el término medio”, un modo de existencia practicado por el hombre virtuoso como forma de moderar los excesos del apetito. Quizás su apreciación sea cierta, pero ¿qué? , el resultado no dejaría de ser un encefalograma plano… el cual no estamos muy dispuestos a aceptar.

No debemos olvidar que los ciudadanos, en la Grecia Aristotélica, tenían que ser hombres, y hombres Griegos de tercera generación. Las mujeres no contaban; su función principal, aun hoy para algunos partidos políticos y algunas ideologías trasnochadas, era la de reproductoras de hombres y la atención a los deberes y obligaciones del hogar. Los trabajadores manuales también estaban descalificados porque los hombres debían dedicarse a una sola actividad, y, si el trabajo de los ciudadanos era la reflexión y la virtud publica, estos no debían realizar trabajos manuales. La democracia ateniense, de conformidad con estos principios, estaba formada por muy pocas personas. Para Aristóteles la igualdad entre las gentes conduce a la discordia. Por el contrario, la Jerarquía, conduce al orden. La Política de Aristóteles (¿?...) es un intento de justificar la desigualdad entre los hombres, empezando por la estructura familiar.

Para desgracia nuestra, LA POLITICA, continúa ejerciendo su influencia en nuestro mundo moderno, en la actualidad, y se sigue utilizando para justificar las relaciones de desigualdad entre hombre y mujer o entre patrón y trabajador, utilizando para ello, el muy políticamente correcto eslogan de la EXELENCIA, de conformidad con el canon de quienes lo imponen, en todas las actividades del humano vivir: Un vistazo critico, a nuestro alrededor, nos devuelve a esa dura realidad.

Para Reflexionar

    “No hay nada muy extraño en que a los corderos no les gusten los buitres, pero no es razón para guardar rencor a las aves de rapiña por llevarse a los corderos. Y cuando los corderos susurran entre ellos.-”Estos buitres son diabólicos y, ¿no nos da esto derecho a decir que cualquiera que sea lo opuesto a un buitre debe ser bueno?” No hay nada intrínsecamente equivocado en semejante argumento aunque los buitres miraran algo desconcertados y dirán: “No tenemos nada contra estos buenos corderos; de hecho los queremos; nada sabe mejor que un cordero tierno”.

    Federico Nietzsche

    La flecha que lanza el arquero puede matar o no matar a un hombre. Pero las estratagemas diseñadas por un hombre sabio pueden matar incluso a los fetos en el vientre de las madres.

    Kautilya. Filósofo Indio Siglo III A.C.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sobre migración y enriquecimiento cultural

Columnas en colaboración con Trans-pasando fronteras
Columnista Carlos Herrera Rozo.
En colaboración con Trans-pasando fronteras.

“Los espejos están llenos de gente.
Los invisibles nos ven.
Los olvidados nos recuerdan.
Cuando nos vemos, los vemos.
Cuando nos vamos ¿se van?”

Eduardo Galeano

“Si nos encerramos en nosotros mismos, hacemos más profunda y exacerbada la conciencia de todo lo que nos separa, nos aisla y nos distingue.
Y nuestra soledad aumenta…”

Octavio Paz, El Laberinto de la soledad

Vivimos hoy en un mundo convulso donde no bastan las palabras para delimitarlo y donde las definiciones de las mismas más que aclarar confunde. Una mirada a vuelo de pájaro sobre términos, de uso frecuente hoy, como cultura o globalización, que corren por caminos diversos sin encontrar para sí mismas un factor común que las identifique y las defina nos obligan a repasar el diccionario. Las palabras cultura y globalización carecen de una definición universalmente aceptada encontrando en los diccionarios de la lengua, ideológicos o económicos las más variadas interpretaciones de los términos en cuestión. Desde este punto de vista los conceptos que de ellos se derivan dejan de ser funcionales, por lo que, siendo pragmáticos, debemos enunciar un significado particular cuando queremos abordar problemas concretos. No digo estas cosas por satisfacción mía y fastidio de ustedes sino porque para abordar la relación existente entre la cultura y la migración tendremos que examinar algunos elementos del concepto de cultura que nos permitan estudiar el impacto migratorio de los grupos humanos que comparten una identidad cultural. Así mismo analizaremos la migración como un factor que influye positivamente en las culturas de acogida a través de su interacción y mestizaje.

¿Cuáles son los requisitos para entrar a su país? ...artículo primero: no ser de BrasilPermítaseme incluir algunas definiciones y datos estadísticos de la ONU en relación con el asunto en cuestión. Según la Organización de Naciones Unidas: Los términos inmigración y emigración se utilizan para referirse a los movimientos entre los países, mientras que la migración interna especifica el movimiento dentro de un país. Emigrante es toda persona o migrante que se moviliza desde su lugar de procedencia a otro, posee la calidad de emigrante respecto del lugar que deja. Inmigrante, a su vez, es toda persona o migrante que se moviliza desde su lugar de procedencia a otro, posee la calidad de inmigrante respecto del lugar de llegada.

Los movimientos migratorios pueden ser definitivos o temporales, voluntarios o forzados, e internos o internacionales. Hay otro tipo de migración conocida como pendular que se refiere a los desplazamientos que se hacen a diario entre el lugar de residencia y el de trabajo.

Causas de la migración

De acuerdo al Fondo de la Naciones Unidas las causas principales que motivan la migración internacional son:

  • La búsqueda de una vida mejor para una persona y su familia.

  • Las disparidades de ingresos entre las distintas regiones.

  • Las políticas laborales y migratorias de los países de origen y destino.

  • Los conflictos sociales y políticos que impulsan la migración transfronteriza.

  • La degradación del medio ambiente, que incluye la pérdida de tierras de cultivo, bosques y pastizales.

  • Migración de jóvenes con mayor nivel de calificación académica.

La deslocalización de las empresas, provocada por la globalización económica, con los consiguientes perjuicios para el país de origen y el país de destino.

De acuerdo al Consejo Nacional de Población las causas principales que motivan la migración internacional son:

  • Factores vinculados con la oferta-expulsión de fuerza de trabajo.

  • Factores asociados con la demanda-atracción.

  • Factores sociales que ligan a los migrantes con la familia, los amigos, las comunidades de origen y las de destino.

  • Cambio climático, la desertización, etc, etc.

Según el informe Migraciones Internacionales y Desarrollo, del Secretariado General de Naciones Unidas, de mayo de 2006, la expansión de los procesos migratorios en los últimos 30 años ha sido extraordinariamente importante. El número de Las guerras, los conflictos internos, el deterioro de las tierras, etc. los migrantes, que en 1965 era de 75 millones, pasa a 155 millones en 1990 y a mas de 200 millones en 2005, lo que representa un aumento anual superior al 2,60%, mientras que el de la población mundial total apenas llegaba al 1,7% al año.

El sectarismo de los Estados, la interesada demagogia de los políticos y la ignorancia general sobre este tema exigen una clarificación de sus supuestos básicos, comenzando por deshacer la confusión que reduce las migraciones a las solas emigraciones.

No se ha logrado que exista el derecho total de migrar, pues, aunque el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos reconozca el derecho de emigrar, ha sido imposible introducir en ningún marco legislativo el derecho complementario de inmigrar. Cierto que el derecho de asilo y el derecho de reagrupación familiar han sido brechas posibles, pero que han dado poco de sí, por lo que ahora se están explorando las posibilidades que ofrece el derecho a la "migración de instalación" en el marco de las integraciones regionales, como es el caso de la Unión Europea y sobre todo de la Comunidad Económica de los Estados de África Oriental (CEDEAO).

En España la recepción de inmigrantes con certificado de registro o tarjeta de residente en vigor, de conformidad con los ficheros de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil a 31 de Marzo del 2008 llegaba a 4.192.835 sin tener en cuenta ilegales, asilados y trabajadores transfronterizos. De éste total 2.230.180, es decir el 53.2% corresponden a extranjeros incluidos en el régimen general y 1.962.655, es decir el 46.8% corresponden al régimen comunitario, del que forman parte los ciudadanos de la Comunidad Económica Europea.

Con estos datos trataremos de hacer un enfoque constructivo de la situación. Debemos tener presente que, el esclavismo, el vasallaje y cualquier otra forma de subordinación del hombre por el hombre desapareció para siempre en el espíritu de las mayorías con la Revolución Francesa que convirtió al súbdito en ciudadano de pleno derecho. Los valores de dicho movimiento, la libertad, la igualdad y la fraternidad emprendieron una larga trayectoria que han hecho del ciudadano de éste nuevo siglo que comienza su andadura un titular del Estado de Derecho; un titular del Estado de bienestar y un titular de la participación política a través de las instituciones democráticas. Titularidades estas que se han ofrecido al resto del mundo como un ejemplo de cultura y civismo. Hoy ningún ciudadano aceptara que se le nieguen estos derechos ni a él, ni a ningún ser humano. De ahí que, estos derechos que son nuestra carta de presentación ante el mundo, no pueden otorgarse por vía de excepción. Los inmigrantes, como seres humanos, cuando pisan territorio Europeo, cuando pisan la Europa de las Libertades han de ser tratados como ciudadanos iguales. Todo lo demás seria olvidar que la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano se proclamo en Europa como un valor Universal, pero la realidad no confirma la regla. La ausencia de dichos derechos para los inmigrantes lo confirma, nos basta con un somero recorrido por las legislaciones sobre inmigración de algunos países Europeos para comprender que algo está fallando en nuestro sistema de defensa de las libertadas ciudadanas.

Permítaseme, para reforzar mis palabras traer aquí una cita de Alain Touraine, quien en un artículo para la revista La factoría, titulado “Indicadores para el diálogo intercultural” afirma:

    “Simplemente pido que, primero, se rechace, ante todo, todas las formas de búsqueda de homogeneidad. Segundo, se reconozca la pluralidad de las formas de cultura minoritaria. Tercero, que todo el mundo acepte la idea de que hay que combinar, de una manera u otra, la participación en un mundo internacionalizado prácticamente económico y tecnológico con la renovación o la creación de proyectos culturales específicos. Y. finalmente, y es el punto más concreto, pero que ya supone haber RESUELTO GRANDES PROBLEMAS, creo que es muy probable que se mantenga una cierta dualidad de modelos entre los países, sean Estados Nación, grupos culturales o regiones, etc. Unos insistirán en la necesidad de mantener una definición de ciudadanía como vinculo social sin contenido cultural, tipo revolución Francesa o revolución Americana. Otros, se inclinaran por el modelo que dará mucha menor importancia al Estado, incluso en su forma más democrática, y que se define básicamente por la limitación del Estado y por la autonomía de las comunidades. Para hablar según el viejo vocabulario del siglo XVIII, hay una tendencia a Jhon Locke y una tendencia a Jean Jacques Rousseau, pero ambas se encontraban en la Constitución Americana y en la Declaración Francesa. Cuando se llega a este punto el debate se hace bastante civilizado”.

Y, acaba afirmando Alain Touraine:

    “Creo, no obstante, que los grandes peligros ya quedan algo lejos, actualmente no debe existir el peligro de un totalitarismo cultural, que es tan duro e insoportable como las demás formas de totalitarismo”.

Es con estos mimbres que debemos construir el nuevo mundo cultural, su urdimbre debe ser levantada alejándonos del totalitarismo cultural en relación con la inmigración y teniendo presente que, las condiciones previas serian:

  • El derecho a la ciudadanía sin excepciones.

  • El derecho a la inserción laboral sin restricciones.

  • El Derecho al desarrollo de las potencialidades creativas individual y colectivamente, y, por último

  • El derecho al disfrute pleno del Estado de Derecho y del Estado de Bienestar.

Es necesario igualmente dotar el proceso de la migración de un marco jurídico común, eficaz e interinstitucional. Se de las inmensas dificultades que presenta este proceso, tanto más cuanto que, ni siquiera ha sido posible formular una carta común de Derechos y obligaciones de los inmigrantes dado que el convenio para la protección de los trabajadores inmigrantes suscrito en 1990 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y ratificado después de un larguísimo proceso que abarca dos décadas por 37 Estados escasamente funciona, por no decir que esta en terreno muerto. Igualmente el Foro mundial para la Emigración y el Desarrollo de la ONU, liderado por Kofi Anan, no ha llegado a convertirse en el instrumento de promoción normativa y de coordinación ejecutiva que se necesita. De otra parte, calificar de progresista, como se presento, la aprobación de la última Directiva Europea, que regula de forma indebida y arbitraria, la expulsión de inmigrantes y la deportación de menores no deja de ser provocadora. Para bien de todos, también hay que afirmar que, la carga negativa de la directiva, lamentablemente aprobada, es abrumadora entre la Ciudadanía Europea. Dicho esto tenemos que admitir que el problema sigue vigente, que es responsabilidad de todos y que, por lo mismo, quienes nos llamamos progresistas tenemos la obligación de acercar posturas y buscar soluciones. Es urgente que comprometamos todos nuestros esfuerzos para exigirle a las autoridades nacionales y a las entidades internacionales la elaboración de una Carta Común sobre las migraciones que sea obligatoria para todas las Naciones, o al menos, una directiva común, con fuerza de cumplimiento, que funcione como un código de los organismos mundiales que evite interpretaciones tendenciosas y proteja de una vez por todas a los emigrantes. En este proceso debe integrarse toda la sociedad: El Estado, los Ciudadanos, las organizaciones sindicales, las ONG, las administraciones, los partidos políticos, la iglesia, etc., etc.

Las migraciones son un proceso que forma parte del desarrollo integral de las sociedades con efectos positivos sobre las comunidades de origen y destino cuando son encausados adecuadamente. Tradicionalmente se ha pensado, no sin cierta razón, que las migraciones están impulsadas por la falta de oportunidades laborales y educativas, por la marginación a la que está sometida un inmenso porcentaje de la población mundial o por graves problemas políticos internos. Sin embargo, a día de hoy, las migraciones tienen connotaciones más profundas como producto de la globalización económica, la deslocalización de las industrias y por ende de la mano de obra, el surgimiento de una nueva cultura mundial especialmente tecnológica que determina y modifica las ideas y la forma de comunicarnos permitiendo, en tiempo real, el intercambio de ideas, necesidades, practicas, valores y actitudes antes desconocidos, que interactúan en los comportamientos de las sociedades receptoras de estos conocimientos, integrando de una manera efectiva la comunidad mundial. Este fenómeno, propio del siglo XXI, afecta de manera especial a las gentes jóvenes y promueve de manera exponencial la movilidad de las sociedades, las migraciones. Ha sido el surgimiento de las nuevas tecnologías las que han traído con sigo la incorporación de los medios masivos de comunicación en la vida cotidiana, creando importantes redes masivas de comunicación alrededor del mundo, manteniendo a la población intercomunicada entre sí. Estos procesos han generado a la vez un intercambio entre las características de vida tradicionales y las que comienza a generar las expectativas de un nuevo mundo. Las nuevas generaciones de ciudadanos ya no se caracterizan por el deseo de acceder a nuevos espacios y mejores recursos económicos, lúdicos, informativos, educativos, y mayor espacio político, democrático e institucional; las nuevas generaciones se consolidan como un conglomerado diferente y fuerte que cuenta con nuevas herramientas y nuevas capacidades para alcanzar una nueva sociedad, un nuevo mundo en constante expansión y desarrollo, donde aplicara todas sus experiencias en beneficio de una nueva sociedad. El mundo que nosotros conocíamos hoy comienza a sernos ajeno y distante.

Todo cambio cultural atraviesa por un proceso de modificaciones del comportamiento subjetivo individual, social y familiar etc., etc. Un proceso continuo, complejo de readaptaciones que deben ser resueltas con diferentes medidas tendientes a evitar el colapso y a hacer menos severos los cambios, tanto más si ellos, abarcan aspectos tan importantes como forma de vida, costumbres en general, códigos éticos y existenciales, vínculos familiares, amistosos, hábitos alimenticios, idioma, religión, prácticas políticas y restricción de derechos en relación con los habitantes del lugar de acogida.

Los cambios, por sencillos que parezcan, implican modificaciones significativas de la noción de cultura. Se modifica, total o parcialmente, el mundo real en que se ha vivido para adaptarse a los nuevos simbolismos del nuevo mundo en que se vive. Es por ello que el emigrante siente que rompe, pierde sus raíces, y se siente frágil ante su nueva realidad sobre la que no tiene ningún control dando origen a una amplia variedad de conflictos que afectan su relación con el mundo externo que le rodea. Dice el Sociólogo Josep Burcet que, “La cultura de cada pueblo se empieza a ver como lo que da forma a la manera de vivir de las personas de una manera parecida a cómo el genoma condiciona a los organismos vivos o, salvando las distancias, como el "software" que da forma a lo que pueden hacer los ordenadores. Siguiendo con esta analogía, se podría decir que la cultura viene a ser como el sistema operativo y el software de las sociedades”.

Antes de traer aquí lo que consideramos indispensable realizar para hacer viable el enriquecimiento cultural de la sociedad a través de las migraciones es importante citar como ejemplo de de éste hecho a Richard Pells en su obra “¿Existe el Mcmundo?” donde afirma que, la cultura Norte Americana es un ejemplo de enriquecimiento cultural debido a la acción permanente de influencias extranjeras, dado que, al ser un país de inmigrantes desde sus orígenes, su cultura ha recibido, a través de las migraciones influencias foráneas de todo tipo, académicas, artísticas, literarias, ideológicas, científicas, que se reflejan en todas las formas en su cultura popular, en todas las actividades de su vida social, a tal punto que, contrario a lo que puede pensarse sobre la influencia norteamericana no ha pretendido colonizar el mundo culturalmente, sino que, Estados Unidos gracias a la diversidad de culturas que en él se alojan se ha convertido, sin habérselo propuesto, en una réplica del mundo que de una u otra manera queremos imitar, pero que, a pesar de esta constante migración sobre Estados Unidos, el trato que se le da al inmigrante dista mucho de ser socialmente aceptable.

Planteado así el problema, aun que tiene mucho de verdad, está un tanto alejado de la realidad por cuanto deja de lado los problemas de integración social y adaptación cultural de diversos grupos en el interior del país. Igualmente y con mayor complejidad aun debe tenerse presente el frecuente uso de la identidad cultural utilizada por algunos grupos que buscan conseguir el poder político o mantenerse en él como instrumento para conseguir movilizaciones que, al reforzar la identidad étnica se trasforma en herramienta para combatir y satanizar a los otros y justificar la violencia étnica.

A fin de evitar las actitudes negativas descritas y generar las condiciones imprescindibles para fomentar que la inmigración sea vista como un factor de enriquecimiento y diversidad cultural es fundamental, desde las instituciones gubernativas, gestionar adecuadamente las migraciones para conseguir una inserción efectiva del inmigrante dentro de la sociedad de los países de acogida y dentro de su cultura. El primer obstáculo que hay que salvar es el que dice relación con el reconocimiento de la diversidad cultural y el respeto a los derechos fundamentales y culturales de todas las culturas presentes en el organismo social. La integración de los inmigrantes precisa del respeto por su identidad, pero el inmigrante debe tener presente que es su deber respetar la lengua, la cultura, las tradiciones y el ordenamiento jurídico e institucional de la sociedad de acogida. De otra parte, la integración del inmigrante requiere de inserción en la vida laboral que le permita realizarse y demostrar su capacidad y potencialidad; acceder igualmente al ejercicio pleno de los derechos políticos y ciudadanos. Con ello se permite al inmigrante mantener su cultura y a la vez la obediencia debida, con los deberes y obligaciones que le imponen, en condiciones de igualdad, la sociedades de acogida, que a su vez, con esas bases, asimilaran e integraran al inmigrante al considerarlo como un igual, ambas culturas, con ese presupuesto, saldrán beneficiadas. Sé que en diferentes ámbitos sociales y políticos hay personas interesadas, más por mezquindad de espíritu que por otra cosa, para impedir llevar a buen puerto el proceso de integración, pero es interés y obligación del estado y las instituciones imponer los criterios de ley necesarios para evitar distorsiones que afecten el proceso creando guetos y conflictos que enrarecen y complican la vida social.

Para finalizar quiero recordar, para que no olvidemos, las palabras de Albert Camus, “Todo Muro es una Puerta”, al respecto, Eduardo Galeano nos recuerda que, vivimos rodeados de muros: los de Cisjordania, el que levanta Estados Unidos Frente a México, el muro de Marruecos contra los Saharauis, las vallas en Ceuta y Melilla, el muro de Berlín que al fin cayo, la cortina de hierro que aún persiste y otros que no son físicos, pero no por ello, menos traumáticos y entre ellos, el considerar que el otro es diferente y que por lo mismo, podemos ofenderlo, en fin, los muros de la infamia. Y se pregunta, ¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?

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