domingo, 29 de septiembre de 2013

Salvador Allende y la consecuncia política

Columnista José Jairo Jaramillo.

Se acaban de cumplir 40 años del Golpe de Estado que derroco al gobierno de la Unidad Popular el 11 de septiembre de 1973, en Chile e interrumpió la “vía chilena al socialismo” proyecto encabezado por Salvador Allende, elegido Presidente de Chile en 1970.Salvador Allende y la consecuncia política

A diferencia de los proyectos revolucionarios surgidos en el marco de la guerra fría, como la Cuba, Vietnam y Corea comunistas, Chile represento un cambio de paradigma a la hora de instaurar el socialismo…la vía pacifica, ganar el poder a través de elecciones. Allende creía que el socialismo era la máxima expresión de la democracia, en donde todos tuvieran acceso a los bienes y servicios básicos: trabajo, alimentación, vivienda, educación, cultura, salud, crédito etc. Fue así como se nacionalizo la industria del cobre, el salitre y otros minerales y recursos del subsuelo, para aumentar el recaudo de dinero del Estado y mantener los programas sociales del gobierno, fue así como se nacionalizo el sistema bancario, para garantizar el crédito a las clases medias y a los sectores populares.

El gobierno socialista llevo a cabo una reforma agraria que restituyo miles de hectáreas a campesinos, acabando con el latifundio en el país, y entrego el control de la industria a los sindicatos, empoderando a la clase trabajadora y obrera…asumiendo esta el control del sector productivo. El “experimento chileno” toco grandes intereses económicos, de la oligarquía nacional y de las multinacionales americanas que a través de boicots económicos pretendieron desestabilizar al régimen.

Considero que el error de Allende fue pretender instaurar el socialismo, contando con una base electoral de apenas el 37% (en las elecciones de 1970 Salvador Allende obtuvo esta cantidad, seguido por Jorge Alessandri del Partido Nacional, candidato de la derecha, que consiguió el 35% de los sufragios, luego el primero obtuvo la jefatura del Estado al ser ratificado por el congreso, en una votación contra Alessandri, al ninguno de los dos haber obtenido la mayoría absoluta de los votos en primera vuelta).

¿Como pretender llevar a cabo reformas estructurales como el cambio de régimen teniendo a su favor, si bien la mayoría relativa, solo un tercio de todo el electorado? Ante este panorama era inevitable la confrontación económica, política y social.

No soy socialista (soy Liberal Socialdemócrata) pero admiro profundamente la figura de Salvador Allende, es un referente moral, porque siempre fue coherente (valor que pocos políticos tienen hoy) era un convencido de que el socialismo era el mejor sistema para resolver los problemas de la sociedad, creía en la democracia y aposto por ella para acceder al poder y cuando vio en el horizonte cercano que su gobierno podía ser víctima de un golpe militar dijo:
“no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social, que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado, pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer a la voluntad mayoritaria de Chile… sin tener carne de mártir no daré un paso atrás y que lo sepan, dejare la Moneda (palacio Presidencial de Chile) cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera. No tengo otra alternativa, solo acribillándome a balazos podrán impedir mi voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo”.

El 11 de septiembre de 1973, los militares le pidieron la renuncia, y en un acto de consecuencia política decidió quitarse la vida…pues un Presidente no puede entregar el cargo que le dio el pueblo a los perpetradores de un Golpe de Estado y tampoco puede renunciar a él desconociendo la voluntad popular que se lo otorgo. Allende ofrendo su vida por sus ideas y convicciones, la violencia la pusieron otros.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Carta a un(a) candidato(a) presidencial

Columnista José Jairo Jaramillo.

REF. Proceso de paz.

Señor candidato o candidata a la Presidencia de la República de Colombia.

Mi aporte es creer, yo creo en la pazLa paz, va más allá de la dejación de las armas de los grupos al margen de la ley. Pero sin duda su desmovilización y reinserción a la sociedad civil es una condición necesaria para vivir en un clima nacional de mayor concordia y poder encaminar el futuro de la nación por sendas de progreso y desarrollo.

El conflicto armado nos cuesta, para este año (2013) más de 26 billones de pesos de las arcas del Estado, lo que representa alrededor del 14% del presupuesto general de la nación. (53.000.000 millones de pesos cada día, 40 millones de pesos por segundo). El fin del conflicto representaría un aumento del 2% del PIB (según Alfredo Rangel) a todas luces es más que deseable llegar al fin del conflicto desde el punto de vista económico.

Por otro lado y según el último informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, los últimos 50 años del conflicto han causado la muerte de unas 220.000 personas, 25.000 desaparecidos y casi 5 millones de desplazados. Dentro de las víctimas esta mi padre, muerto hace mas de 20 años por una de las guerrillas…y lo puedo decir por la autoridad moral que me da ser hijo de una víctima: “el conflicto es más que números, más que cifras, es sentir la ausencia de tus seres queridos, es preguntarse día a día que sería de mi vida si mi papá estuviera vivo”.

El conflicto amputa familias, por ello apoyo el proceso de paz. ¿Para qué otros 50 años de guerra? ¿para qué más muertos, desaparecidos y desplazados?

La victoria militar es una ilusión que se soporta en el nacionalismo y deseo de triunfo sobre el enemigo, pero que tras más de medio siglo de conflicto demostró no ser viable pare ponerle punto final. Si hoy la guerrilla está sentada en la mesa de conversaciones de la habana, es porque la presión militar las llevo allá (y puso en ventaja para la negociación al gobierno) el Presidente Álvaro Uribe los diezmo, y el Presidente Juan Manuel Santos los sentó en la mesa a conversar y espero logre firmar un acuerdo. Porque es preferible ver a los guerrilleros defender sus ideas en el escenario democrático e institucional, porque es preferible que sus armas sean sus argumentos y razones y no…sus balas.

Creo en el proceso de paz, porque no es solo un imperativo ético, es un mandato constitucional (el artículo 22 de la Constitución Política establece: que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento).

El argumento de que el marco jurídico para la paz genera impunidad no es correcto, esta herramienta parte del reconocimiento de que el aparato de justicia del Estado no está en la capacidad de investigar los crímenes de 50 años de conflicto (ejemplo de ello es la ley de justicia y paz que por pretender investigar cada delito en la práctica ha emitido poquísimas sentencias, perpetuando así la impunidad).

Yo apoyo el proceso de paz, creo en él y discrepo respetuosamente de quien está en contra. Llegado el caso de que usted sea elegido o elegida Presidente o Presidenta de la República le pido que busque una salida política al conflicto y que nunca se le olvide que la guerra es más que cifras… son recuerdos, preguntas sin respuestas…es ausencia.

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