Se acaban de cumplir 40 años del Golpe de Estado que derroco al gobierno de la Unidad Popular el 11 de septiembre de 1973, en Chile e interrumpió la “vía chilena al socialismo” proyecto encabezado por Salvador Allende, elegido Presidente de Chile en 1970.
A diferencia de los proyectos revolucionarios surgidos en el marco de la guerra fría, como la Cuba, Vietnam y Corea comunistas, Chile represento un cambio de paradigma a la hora de instaurar el socialismo…la vía pacifica, ganar el poder a través de elecciones. Allende creía que el socialismo era la máxima expresión de la democracia, en donde todos tuvieran acceso a los bienes y servicios básicos: trabajo, alimentación, vivienda, educación, cultura, salud, crédito etc. Fue así como se nacionalizo la industria del cobre, el salitre y otros minerales y recursos del subsuelo, para aumentar el recaudo de dinero del Estado y mantener los programas sociales del gobierno, fue así como se nacionalizo el sistema bancario, para garantizar el crédito a las clases medias y a los sectores populares.
El gobierno socialista llevo a cabo una reforma agraria que restituyo miles de hectáreas a campesinos, acabando con el latifundio en el país, y entrego el control de la industria a los sindicatos, empoderando a la clase trabajadora y obrera…asumiendo esta el control del sector productivo. El “experimento chileno” toco grandes intereses económicos, de la oligarquía nacional y de las multinacionales americanas que a través de boicots económicos pretendieron desestabilizar al régimen.
Considero que el error de Allende fue pretender instaurar el socialismo, contando con una base electoral de apenas el 37% (en las elecciones de 1970 Salvador Allende obtuvo esta cantidad, seguido por Jorge Alessandri del Partido Nacional, candidato de la derecha, que consiguió el 35% de los sufragios, luego el primero obtuvo la jefatura del Estado al ser ratificado por el congreso, en una votación contra Alessandri, al ninguno de los dos haber obtenido la mayoría absoluta de los votos en primera vuelta).
¿Como pretender llevar a cabo reformas estructurales como el cambio de régimen teniendo a su favor, si bien la mayoría relativa, solo un tercio de todo el electorado? Ante este panorama era inevitable la confrontación económica, política y social.
No soy socialista (soy Liberal Socialdemócrata) pero admiro profundamente la figura de Salvador Allende, es un referente moral, porque siempre fue coherente (valor que pocos políticos tienen hoy) era un convencido de que el socialismo era el mejor sistema para resolver los problemas de la sociedad, creía en la democracia y aposto por ella para acceder al poder y cuando vio en el horizonte cercano que su gobierno podía ser víctima de un golpe militar dijo:
“no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social, que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado, pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer a la voluntad mayoritaria de Chile… sin tener carne de mártir no daré un paso atrás y que lo sepan, dejare la Moneda (palacio Presidencial de Chile) cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera. No tengo otra alternativa, solo acribillándome a balazos podrán impedir mi voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo”.
El 11 de septiembre de 1973, los militares le pidieron la renuncia, y en un acto de consecuencia política decidió quitarse la vida…pues un Presidente no puede entregar el cargo que le dio el pueblo a los perpetradores de un Golpe de Estado y tampoco puede renunciar a él desconociendo la voluntad popular que se lo otorgo. Allende ofrendo su vida por sus ideas y convicciones, la violencia la pusieron otros.
domingo, 29 de septiembre de 2013
Salvador Allende y la consecuncia política
Columnista José Jairo Jaramillo.
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