miércoles, 30 de noviembre de 2011

Crónica de una suerte re-anunciada.

Por Luis Alejandro Espinosa García.

Aún recuerdo la primera vez que asistí al Festival Petronio Álvarez. Corría el mes de agosto del año 2007 y una amiga llevaba un par de meses hablándome de él al mismo tiempo que me insistía en que la acompañara al dichoso festival. Pronto llegó el día del evento, del que sinceramente no sabía qué esperar en lo más mínimo, porque no me gusta hacerme expectativas que posiblemente puedan resultar falsas o engañosas. Así, al llegar al Teatro al aire libre Los Cristales (primera sede del evento) fui testigo de una experiencia difícil de describir con palabras. Teatro al aire libre Los CristalesLo primero que sentí fue el olor a pescado frito mezclado con una esencia dulzona pero pesada que en el momento no lograba descifrar, pero que más tarde me enteré que provenía de las empanadas de camarón (las cuales no pude probar porque soy alérgico a los mariscos). Cuando toda mi atención estaba puesta sobre la comida que allí vendían, me percaté de los sonidos que llegaban a mis oídos: la marimba y los tambores jugueteaban rápidamente sobre la tarima alegrando a un centenar de personas que trataban de seguir el ritmo con sus aplausos. Cuando nos acomodamos dentro del público, compramos una caneca de viche por 5 mil pesos y nos dispusimos a disfrutar del espectáculo, bailando y cantando, que duró hasta alrededor de las once y media de la noche. La vestimenta de los anfitriones era muy parecida a la de los artistas que se subían a tocar a la tarima: las mujeres con sus polleras de colores llamativos y sus cabellos recogidos, y los hombres con camisas entreabiertas de colores claros, en perfecto contraste con la tez oscura de sus cuerpos. La combinación entre la gastronomía, la música, las artesanías y la gente hicieron de este lugar y ese momento, una verdadera galería cultural donde era posible caminar de puesto en puesto para degustar una muestra de comida con un currulao de fondo, mientras conversaba amablemente con la gente que se encargaba de recibir y atender a los asistentes, los anfitriones del pacífico.

Festival Petronio ÁlvarezPara nadie es un secreto la condición actual y las dimensiones del festival hoy día. Relato esta experiencia anterior porque hay una cuestión particular sobre la fiesta que me intriga y sé, que al igual que yo hay varios, que se preguntan lo mismo: ¿a qué se debe semejante cambio en tan poco tiempo?

Este año, inexplicablemente una grandísima cantidad de conocidos tenían planeado asistir y me invitaron cordialmente a que los acompañara. Como no podía acompañarlos a todos al mismo tiempo, decidí hacer algo parecido a lo que había hecho 4 años antes. Escogí una amiga y me fui con ella al evento, esperando reunirme con más gente en el lugar. Afortunadamente, antes de salir para allá estuvimos en un conversatorio realizado en la Universidad Icesi con algunos artistas que se presentaban este año en el Festival, y para mi sorpresa prácticamente todo el tiempo discutiendo sobre la misma temática: los artistas consideran que el Petronio ha cambiado en su estructura, ha perdido elementos primordiales de su esencia e incluso se ha degenerado a causa de esta masificación la cual, creen ellos, ha sido impulsada por las élites políticas para hacer del festival un circo más para la masa de votantes. Para que entiendan de lo que les hablo, voy a continuar con mi relato.

Llegamos al lugar aproximadamente a las 6 de la tarde del miércoles 24 de agosto de 2011, con nuestras maletas colgadas en la espalda como dos típicos universitarios caleños. Como las calles aledañas al Estadio Pascual Guerrero estaban cerradas con vallas de contención de la policía a causa del evento, el taxi nos dejó cerca de la Iglesia el Templete y tuvimos que caminar hacia el lugar. Mientras me acercaba iba entendiendo lo que decían los artistas en el conversatorio, los ríos de gente que se vertían en el estadio eran gigantescos, la fila para entrar me tomó casi una hora y mientras la hacía me repartieron aproximadamente unos 15 volantes de publicidad política que nunca miré ni siquiera de reojo, sino que a medida que me los iban entregando los iba botando a la basura. Iglesia El Templete by Fabian Andres RuizCuando llegamos a la primera entrada, en las extenuantes requisas de la policía me hicieron deshacerme de mi lapicero, portaminas y resaltador, al igual que una cajetilla de cigarrillos y un encendedor; la multitud de asistentes parecía más cercana a lo que uno puede ver en un concierto de salsa o reggaetón en la Feria de Cali que a la experiencia de autenticidad cultural que habíamos vivido hace cuatro años en Los Cristales. Al cruzar la entrada el tumulto se hacía más evidente, los cientos de personas que estaban entrando en ese momento caminaban al mismo paso despacioso dirigiéndose hacia la fuente del sonido, al interior del estadio, donde se escuchaba una canción del pacífico que sonaba por los parlantes, pude identificar un bajo eléctrico armonizando detrás de las marimbas y los tambores, por lo cual me percaté de que la música no era en vivo, lo que quería decir que no había empezado el concurso musical todavía, algo de suerte para nosotros. Sin embargo, al entrar al estadio definitivamente el primer olor que sentí fue el de los baños públicos que quedan justo al lado de la puerta del lado occidental de la tribuna, la única entrada habilitada ese día para la audiencia. A medida que avanzaba me sorprendía cada vez más la cantidad de gente que veía en el lugar, y otra cantidad que estaba allí a causa de la primera: es decir, más de 500 policías custodiando cada rincón del estadio con la ayuda de otros 300 guardas cívicos que hacían lo mismo.

Lo primero que hice cuando entré fue contactar a un grupo de amigos que ya estaban adentro esperándonos, así que pasamos a los pasillos que están atrás de las tribunas para encontrarnos con que allí habían ubicado todos los puestos de licores artesanales, por lo cual decidimos comprar algo para empezar a aclimatarnos. Fue entonces cuando me llevé la ingrata sorpresa de que la caneca de viche costaba 12 mil pesos, y que inclusive a un amigo extranjero le habían cobrado ese día 15 mil pesos por la misma caneca. Después de regatear como buen colombiano, logramos que nos la vendieran en 10 mil pesos; sólo entonces nos dispusimos a acomodarnos en el público, ya que en contados minutos iba a empezar el festival y, con él, la música en vivo. Cuando por fin llegamos a la parte interior del estadio experimenté una mezcla de emociones. Por un lado, me sentí muy a gusto con la remodelación que le hicieron por motivo del mundial juvenil que recién se había jugado en Colombia. Ya que me considero un gran fanático del fútbol, no pude evitar sentir cierta satisfacción al saber que nuestra ciudad goza actualmente de un escenario tan hermoso y vanguardista para el deporte local, como es el nuevo Pascual Guerrero. Estadio Pascual GuerreroPor otro lado, no podía dejar de pensar en las críticas que los conferencistas del pacífico habían hecho en uno de los pequeños auditorios de mi universidad a medida que mi experiencia en el Petronio se iba convirtiendo más en lo que había vivido en Rock al Parque en Bogotá: una multitud sofocante que se reúne para ver al ídolo hacer su magia. Con la diferencia importante de que aquí seguramente no más de un 2% de los asistentes sabían realmente el nombre del artista que tenían al frente.

Cuando nos acomodamos en la tribuna occidental nos encontramos con seis amigos que a pesar de tener dos canecas de viche casi acabadas, estaban sentados en las sillas como si estuvieran presenciando un partido de la primera B, o algo muy aburrido. Acto seguido les pregunté por qué estaban tan cabizbajos, y ellos me hicieron caer en cuenta de que el espacio en la tribuna era demasiado reducido como para que un grupo de 6 personas pudiera interactuar, ni siquiera bailar, cómodamente. Entonces me di cuenta de que la pista atlética estaba habilitada para el público y decidimos bajar allá a probar si era más cómodo, lo cual comprobamos cuando llegamos abajo. Apenas llegamos pudimos sentarnos en el suelo, formando un círculo en el cual podíamos comunicarnos fluidamente, cosa que era imposible en la tribuna debido al ruido y a la ubicación lineal en la que estábamos. Cuando estuvimos abajo, tuvimos la oportunidad de bailar un buen rato aproximadamente hasta las 11 de la noche, cuando dieron por terminado el primer día del XV Festival Petronio Álvarez, y de la misma forma nosotros dimos por terminado nuestro día al irnos a nuestras respectivos hogares para interiorizar y reflexionar sobre la experiencia que acabábamos de tener. Sin embargo, yo me sentía incompleto.

Platos típicos del pácificoPor ningún lado había visto los puestos de comida y ni siquiera había sentido los olores de la cocina pacífica surcar la brisa que fluye en los alrededores del barrio San Fernando. Por eso, al otro día en la Universidad pregunté a cuanta persona había visto el día anterior, que si sabía de la existencia de la muestra gastronómica, a lo que todos me contestaron que efectivamente, la muestra gastronómica estaba ubicada en la parte de atrás de la tribuna norte del Estadio. El jueves fue imposible ir al Festival por cuestiones académicas, pero el viernes decidí ir porque no podía creer que el Petronio hubiera perdido esa capacidad de conmoverme estimulando cada uno de mis sentidos. Me negaba rotundamente a que fuera así.

Ese día llegué más tarde al estadio, aproximadamente a las 8 de la noche. Para mi asombro, no estaban permitiendo la entrada de más público al interior del Pascual, porque según ellos ya estaba copado. La historia del día anterior se había repetido, pero esta vez multiplicada por tres. Había tres veces más gente, y por tanto había tres veces menos espacio para caminar, tres veces mayor cantidad de policías y el triple de basura tirada en el piso. En la parte de atrás, donde estaban ubicados los puestos de comida, en la Plaza de Banderas habían ubicado un segundo escenario que también estaba totalmente repleto y al que tampoco estaban permitiendo la entrada por esa misma razón. Entonces nos ubicamos en un pequeño parque justo al lado del escenario, lleno de grandes árboles y en el cual hay una estación de policía que da la cara a la avenida quinta. Compramos de nuevo la consabida caneca de viche y nos sentamos a escuchar el distorsionado ruido mezclado de los dos escenarios, cosa que hacía poco placentero mi segundo día en el Festival. Cuando sentí un poco de hambre me dirigí hacia la zona de comidas, y que sorpresa me llevé cuando me pidieron 15 mil pesos por un plato de pescado frito. Precio que me quitó enseguida las ganas de estar allí. Volví al lugar donde estaban mis amigos, justo en el momento en que a unos 30 o 40 metros se formaba una pelea entre dos grupos de jóvenes, precisamente detrás de la estación de policía de la que salieron unos diez agentes a controlar la situación golpeando a diestra y siniestra a los implicados en la pelea. Afortunadamente no pasó a mayores y el evento continuó sin percances. Pero ya no había ninguna razón para quedarme en ese lugar. Haciendo un balance rápido, el viche costaba lo mismo que el aguardiente y te deja una resaca diez veces peor, la comida costaba más del doble que el año pasado y realmente la aglomeración de gente no era algo muy cómodo porque eso había evitado nuestra entrada al festival. Ahora estábamos sentados en un parque, tratando de adivinar qué era lo que estaba cantando la banda que tocaba en el escenario más cercano a nosotros a partir de un sonido por demás indefinible. Allí estuvimos hasta las 12 de la noche. En ese momento decidimos irnos para la Calle del Pecado a empezar una fiesta que creímos iba a comenzar con nuestra llegada al estadio, pero en lo cual nos equivocamos.

La Calle del PecadoLa Calle del pecado es una cuadra larga conformada en su mayoría por hoteles de 7 u 8 pisos que se llena de gente alrededor de los artistas que salen a tocar sus tambores después de que termina la “fiesta” en el Petronio Álvarez. Es una continuación de la fiesta, más no del festival. Es decir, no venden comida típica ni tiene relación formal con el evento, pero la gente que acude es en su mayoría gente que salió del estadio y quiere continuar su noche con un ambiente más o menos parecido. Había alrededor de mil personas (demasiadas para una sola cuadra) tomando, fumando, comiendo y bailando al ritmo de los tambores que imprimían la única alegría a la calle. Los olores más evidentes eran los de la comida callejera que allí se vendía, la cual no tenía nada que ver con el pacífico. Eran chuzos de res, chorizos y pinchos asados al carbón, cuyo aroma se mezclaba con el del cannabis que un gran número de personas estaban disfrutando en ese momento.

Mientras tomábamos viche en la Calle del pecado, me puse a pensar si habría alguna forma de responder mi interrogante y llegar a una conclusión. Tenía que recoger opiniones de varias personas y a partir de ahí construir mi propia conjetura. Estaba seguro de que no me sentía a gusto con el cambio, ya lo había experimentado en carne propia, pero mi objetivo era descifrar la razón por la cual el Festival había pasado de ser una muestra cultural bien organizada y auténtica, a un “monstruo” cultural casi que amorfo y muy desorganizado. Ya contaba con las opiniones de los maestros que las habían expuesto en un espacio académico, y las cuales resumían que el cambio estructural del Festival se debía a influencias políticas que habían descubierto en él un espacio perfecto para hacer campaña electoral. Era hora de recoger algunas opiniones en la calle acerca de lo que las personas habían vivido este año en el festival. Decidí preguntarle a varios conocidos que sabía que habían asistido a versiones anteriores. Mi pregunta fue bien clara: quería saber por qué ellos creían que el festival se había convertido en lo que es actualmente.

A pesar de que todas las respuestas eran claramente diferentes había algo particular en todas. De ahí saqué mis primeras conclusiones. El festival se había hecho gigantesco por sí solo. La misma experiencia maravillosa que yo había vivido hace 4 años, había atraído cada año más y más gente. De la misma forma, los propios anfitriones se dieron cuenta de que la sociedad caleña es un gran consumidor en potencia (cosa que explica la subida exponencial de los precios). Hecho que no fue ajeno a las élites políticas, las cuales se decidieron a impulsarlo como “un espacio para mostrar y compartir la cultura del pacífico”. Lo que vino después es en definitiva lo que el mercado le hace al arte: masificación mediante la mercadotecnia. Y con la masificación se pierde calidad, organización y autenticidad. Es el precio que debieron pagar los dueños del Festival (la comunidad afro-pacífica) por crear un evento grande que les permitiera sacar el mayor provecho económico a su cultura.

A propósito de los discursos vacíos en el acontecer político

Columnista Carlos Herrera Rozo.

Ha sido corta la respuesta pero significativa: "La condigna sanción en las urnas se verá cuando se derrote a los legítimos contradictores con el voto de los que no creen en discursos vacíos sino en la solución concreta a la problemática colombiana".

Yo entiendo que el mundo en que vivimos es el mismo y que cada cual lo ve de una manera diferente de acuerdo a su ideología o a la suma de intereses que nos acucian; de todas maneras cuando lo entendemos como una carrera, como un desgaste, como una competición somos incapaces de comprender, a la luz de la fría razón, los hilos que lo mueven. La forma en que definimos los problemas es esencial para descubrir las soluciones. Las metáforas con las que definimos la vida, la existencia, determinan como la vivimos. Así, pues, existen metáforas que resultan útiles para la convivencia y otras que serán devastadoras, destructivas. Los discursos vacíos son aquellos carentes de contenido o aquellos otros que el contenido induce a error. También existe un discurso vacío cuando en lugar de buscar la contradicción en las causas de las cosas o de los hechos, pretendemos, por razones de conveniencia y ocultación de la verdad, buscarlas en el argumento del legítimo contradictor. Practicada así la dialéctica induce a errar tanto al desprevenido lector como a quien así la práctica.

Seguridad democráticaSolo cuando nos damos cuenta, a través del análisis desinteresado, frió y racional, de que los esquemas sobre los que se sustenta el humano vivir están distorsionados por intereses ajenos a la colectividad es cuando se produce la verdadera liberación. Es cierto que la vida, individualmente vista, es una guerra sin tregua en la que morimos con las armas en la mano; pero la guerra colectiva, el enfrentamiento social armado es el sometimiento de la razón a la barbarie, tanto más grave si quienes desde el Estado de derecho orquestan estos hechos patrocinando el viaje, de muchas generaciones de ciudadanos, al corazón de las tinieblas. Es difícil, cuando leemos la prensa o escuchamos los medios de comunicación, no recordar la tremenda exclamación de Kurz, el personaje de Konrad, en el Corazón de las Tinieblas: "¡Ah, el horror! ¡El horror! Y es que dan vértigo y escalofrió los miles de desplazados, los miles de muertos anónimos, los falsos positivos, los grupos armados sin ningún control y un estado de derecho cojitranco dando palos de ciego. Se equivocan quienes creen que la solución de los problemas colombianos está en la guerra, en el combate cuerpo a cuerpo entre colombianos, hasta cuando gane el más fuerte por la imposición de las armas.

Mientras no se combatan las causas de la descomposición social del país, nada se conseguirá fuera de seguir incrementando la violencia y la sin razón que tan buenos resultados electorales les ha deparado a las huestes de los Partidos Políticos, toda su gestión, su manera de empezar sus mandatos como ultra liberales de extrema derecha, recortando el bienestar social, educación y salud pública, abriendo las puertas al libre mercado a expensas de los intereses nacionales, entregando las tierras a las multinacionales agrícolas o a las mafias, sacrificando el medio ambiente y a los campesinos, la sesión a empresas extranjeras de los recursos hídricos, las siete bases norte americanas, son tan sólo la punta del iceberg de la política de lo inconfesable, de la guerra sucia y de la trastienda que se oculta y legitima detrás de la política de Seguridad democrática.

Seguramente sigo navegando dentro de un discurso vacío de contenidos pero sigo pensando, y convendrán conmigo, que la vida no es una carrera, sino un tiro al blanco, que lo que importa no es el ahorro de tiempo para llegar primero, sino la capacidad que se ha de tener para encontrar la diana. "El arte de la guerra" del general Sun Tzu, es un libro sobre practica militar de dos mil años de antigüedad. Aunque es un libro sobre la guerra, son muchos los ejecutivos que lo leen porque ven útiles sus consejos para su profesión. En la política, la guerra también lo impregna todo, pero esta guerra tiene que ser dialéctica comprendiendo, sin atajos, que el avance de la vida de los Estados y de la de sus ciudadanos es un viaje en el que no existen caminos llanos sino pendientes pronunciadas y bajadas de vértigo que hay que aprender a manejar con tacto y mejor razonamiento. Afirmaba Proust que el verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en mirar con nuevos ojos.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Latinoamérica: La región más próspera del mundo

Por Camilo Medina.

Es curioso ver cómo nos lamentamos constantemente de la condición socioeconómica de nuestro continente, aun más sabiendo de nuestras privilegiadas condiciones tanto de suelo como de ubicación geográfica; personalmente yo me pregunto, dejando por fuera tanta teoría y especulación, por qué los del norte se “desarrollaron”, será ¿la gente?, ¿suerte?, ¿territorio?, ¡No! o por lo menos eso creo yo.

Latinoamérica: La región más prospera del mundo.Los del norte, y con esto me refiero a países del mal llamado “primer mundo”, han tenido procesos de industrialización más prósperos y precoces que los países latinoamericanos. Aquí es menester dejar claro que este proceso lo tomo de forma anacrónica. En mi concepto, este rápido desarrollo ha sido gracias a un factor clave, la integración regional. Un arma poderosa pero de doble filo, es utopía y realidad, es tenerlo todo y a la vez nada. Puede sonar a cliché pero reitero que nuestro gran tesoro es nuestra gente. Esto es cierto y a veces por ingenuos pecamos, sin embargo allí está uno de los factores que en el caso de proponérnoslo realmente nos hará grandes, fuertes y unidos ya que tenemos una sola raíz, un mismo mito fundacional. No nos dejemos engañar por esos imaginarios que lanzan y vemos a diario impulsados generalmente por países desarrollados para conservar su mano de obra, los que hacemos el trabajo sucio y recibimos menor retribución.

Hay cientos de artistas, políticos, obreros y ciudadanos que sueñan y luchan por ver este continente unido, trabajando mano a mano, sin embargo, ciertas riñas ideológicas, algunos incidentes y un fuerte tráfico de influencias no han permitido en los últimos años que ese gran sueño al final del túnel se convierta en realidad.

Latinoamérica tiene todo para ser un gran pueblo, de hecho lo es, pero no podemos vivir divididos, en Mercosur, Unasur, CAN, entre otros. Estas organizaciones más que unión nos crea barreras. Es cierto todo tiene un comienzo pero ¿no creen que estamos tratando de comenzar hace muchos años?, no podemos esperar más mientras vemos que las naciones industrializadas nos roban nuestra materia prima, nuestras ideas y nuestra gente. Tenemos todo para ser una gran región. Quiero dejar claro que no estoy proponiendo un supra-estado estilo URSS, sólo algo de integración real, efectiva y eficiente. Que en vez de quitarnos mercados, bombardearnos, robarnos y discutir, pongamos lo de mejor de cada nación a servicio de una cooperación regional que busque el beneficio de nuestro continente. El estilo de la Unión Europea no está mal para empezar, y si esa cantidad de países enanos, con suelos improductivos y poco territorio pudieron ¿por qué nosotros no?

sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Qué es hacer etnografía?

Por Daniel Hidalgo.

Desde que comencé este avatar disciplinario, de un bachiller atareado de indecisiones a un estudiante universitario de antropología, parte de mi tiempo se ha enfocado en explicar ¿qué significa, cuál es el campo laboral y qué hace la antropología? Estas y más preguntas con respuestas que varían de persona en persona me han llevado a enfrentarme a preguntas y respuestas que ni siquiera en mi mente se habían resuelto. Una de ellas ha sido, como me lo preguntó una vez un amigo que estudia ingeniería de sistemas en la ICESI, -bueno y ¿qué es etnografía?-

Qué es etnografía y qué es hacer etnografía, ambas remiten a diferentes respuestas, sin embargo el hacer etnográfico seria la pregunta que respondería con más seguridad. Hacer etnografía es... no sé, pero cuando alguien relevante para mí me lo pregunta (como mi amigo), la respuesta que me evoca está inundada de experiencias, de emociones, de risas, de desilusiones y desafíos. Tal vez es fácil sintetizarlo todo en una definición, la más clásica, o tal vez no, pero sin embargo, me toma unos segundos mientras me avasallan los recuerdos de mis experiencias pasadas. Es algo parecido como cuando se nos pregunta a los que estudiamos Antropología ¿qué es Antropología? es tantas cosas al mismo tiempo, y tal vez suene muy romántico, pero para cada quien es lo que para él o ella se ha enfocado esta holística disciplina y formas de ver el mundo en su vida. En un sentido clásico y a grandes rasgos, la etnografía es: la metodología de preferencia por el antropólogo, herramienta de análisis que se caracteriza por ser más cualitativa que cuantitativa y estar basada en lo que se denomina observación participante.

Tribu PosmodernaMi primera observación participante: cuando por primera vez hice un ejercicio descriptivo en segundo semestre, me veía enfrentado a preguntas como: ¿cómo sería mejor escribir, en primera o tercera persona? ¿Qué tipo de detalles deberían estar descritos, todos y cada uno de los que había observado, o solo los que a mi parecer serian útiles? Pues, a pesar del conocimiento que había recibido sobre la etnografía en las aulas, enfrentarse a ella me resultaba desafiante. La poca experiencia, o tal vez la poca pericia de mi parte en el asunto, me hacia cuestionar mis modos de abordaje. Además, debía ponerme de acuerdo con mi compañero con el que estaba haciendo la descripción. Jugar con el medio, tal vez hacerme de espía y camuflarme con la gente mientras anotó las observaciones, como las novelas de espionaje. Ese tipo de ideas pasaron por mi cabeza pero no, tenía que darle un sentido más estricto y maduro a este primer abordaje; estaba a punto de enfrentarme a la herramienta de trabajo más importante como estudiante de antropología y futuro antropólogo.

Mi compañero y yo habíamos consensuado escoger el parque del Perro como un lugar de encuentro y de referencia nocturno con ciertas peculiaridades, en donde se evidencian varias dinámicas sociales que se mezclan: la música y sus diversos géneros, la comida y sus diferentes tipos y sabores, el cigarrillo, el licor, la marihuana. En sí, la tesis era cómo este lugar se tornaba tan propicio para ser un centro de encuentro por la misma gente que lo frecuentaba y, por su localización, en donde convergían diversos grupos de personas, practicando diversas actividades en un mismo espacio.

De igual manera, nos resultaba llamativo abordar un espacio que, conocido y frecuentado por muchos como un lugar recreativo, se transformará en un objeto de estudio de la antropología para unos pocos como nosotros. De forma que, cuando llegamos al parque, un sitio que yo frecuentaba muy seguido, el hecho de haberlo escogido y observado como un objeto de estudio me parecía algo inquietante, porque era una manera de interactuar con el medio y comprender la forma como nos comportamos y funcionamos en ciertos espacios públicos desde una perspectiva diferente a la que normalmente estamos condicionados.

Sin embargo, cuando acudimos al método etnográfico, generalmente, como lo hemos estudiado en los textos clásicos antropológicos: “Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas” (1935) de Margaret Mead o en “Los argonautas del Pacífico Occidental” (1922) de Bronislaw Malinowski, entre otros. El etnógrafo se ha enfrentado solo al campo, es un ser único dentro de una comunidad distante y diferente a él, la otredad. Él se piensa y piensa a los demás, con su único compañero no ajeno a él, el cuadernillo de campo.

Seguramente estas ideas y experiencias sobre la etnografía se alejan mucho de lo que podría ser una respuesta corta, rápida y concreta. Pero, de alguna manera, la forma en que he desarrollado un discurso sobre lo qué para mí ha sido la etnografía, pone en evidencia la complejidad de esta disciplina y el tipo de experiencias que producen sus métodos de análisis que compenetran las emociones y personalidades de sus investigadores con el entorno y con lo que significa la disciplina. Fue así, como mi desafío frente a mi primera observación participante fue motivada por una reflexión de este tipo. Mi afán por no ser una oveja más del rebaño, me motivaba a independizarme de una sola forma de ver, sentir y entender el mundo para tratar de comprenderlo en su diversidad, a partir de la herramienta por excelencia del antropólogo, la etnografía.

viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Vivimos en una Democracia o en una dictadura internacional?

Columnista Carlos Herrera Rozo.

La globalización, la aldea global o como quieran llamarla, es un hecho que padecemos diariamente, no tanto por la trascendencia misma de su expansión como por lo limitado de su alcance, habida cuenta de que solo se ha hecho patente en el sector económico y financiero. Hoy sabemos que no hay islas económicas ni fronteras para las compañías multinacionales. Que las islas se reducen al sector social, al hombre que está cada vez más desprotegido, al vaivén de espurios intereses económicos. Los ejemplos, los tenemos por doquier y son incapaces de sacudir las conciencias, basta un ejemplo: Las multinacionales de la salud se hacen multimillonarias vendiendo vacunas contra la gripe A. Y hoy sabemos que han engañado a todo el mundo y, sin lugar a dudas, comprado a muchos funcionarios de la OMS. Perdónenme pero las cosas hay que llamarlas por su nombre y, aquí, como en muchos otros asuntos públicos, ha habido funcionarios venales.

Dictadura internacional, cubrimiento mediáticoHoy, más que nunca sabemos, gracias a las nuevas tecnologías de la información que, cualquier hecho, por anodino que parezca, que suceda en cualquier lugar del mundo, tiene repercusiones en todo el globo terrestre. No existe hoy un solo dolor aislado en el mundo, guerra, expolio, sometimiento, esclavitud o tortura de la que no tengamos conocimiento y que no repercuta en nuestras vidas, por ello, no entiendo el silencio cómplice de las multitudes, solo me llegan las volutas de sus sueños truncados, el miedo y su terror… ¿A qué? ¿A seguir marginados? ¿A negarle a sus hijos y a sus nietos el futuro? ¿O, simplemente a negarse a vivir para que otros vivan de su sudor y dolor, mientras viven ellos permanentemente esclavizados?

Hoy, son muchos los países que quisieran seguir viviendo encerrados en su propia realidad, arraigados en sus costumbres vernáculas, porque las encuentran buenas o porque están habituados a ellas. Ya no pueden hacerlo ni lo podrán a volver a hacer jamás. Hoy ningún país podrá resolver sus problemas fuera del concierto de las naciones tanto más si ellos son de índole económica: los mas fútiles alimentos de la vida diaria hay que buscarlos en diversas latitudes, la carne en Argentina, el café en Colombia, el cacao en África, cereales en Estados Unidos, Flores en Holanda etc. Etc. Es decir que cualquier error de apreciación política nos puede conducir, y nos ha conducido muchas veces, a una tragedia colectiva. El cambio climático puede servirnos de ejemplo irrecusable.

Entonces, ¿hacia dónde avanzamos? Debemos convencernos de que avanzamos hacia un nuevo orden internacional que no puede ser de bloques, como pretenden algunos, con el ánimo de mantener algunas canonjías o convertirse, por mor de la fuerza, en grupos de presión, o interponiendo razones ideológicas, sociales, raciales e inclusive diferencias culturales y tribales atribuidas a su cultura y civilización, ni oriente ni occidente, sino de rigurosa integración. Nada es válido ante la realidad que nos avasalla. El mundo de hoy ha dejado de ser internacional y nos encontramos ante una realidad universal. Las soluciones parciales ya no son posibles y las concesiones entre terceros imposibles. El hambre para hoy y el pan para mañana han dejado de existir. Hoy tenemos hambre y mañana también y los crímenes están a la orden del día, todo ello seguirá ocurriendo mientras no accedamos a decisiones globales justas y equilibradas. Es lamentable, por decir lo menos, que cuando se reúnen los líderes mundiales, el de los ocho, el de los veintiuno o el de los cuarenta, están más preocupados por los resultados de las guerras y los beneficios que de ellas se derivan, como simples criminales de guerra, para hablar de PAZ, e intercambiar diálogos intonsos, sin sentido y alejados de la realidad, el mundo que dicen proteger se desborona a sus pies sobre millones de cadáveres humanos, mientras crecen de manera exponencial las cuentas bancarias de unos cuantos desaprensivos que medran a su alrededor.

¿De qué medios nos podemos valer para lograr esa revolución internacional en la que los recursos humanos, las materias primas, el comercio y la industria y, en general, la riqueza de las naciones estén al servicio del hombre? No hay, a mi modo de ver, sino una sola salida: La Sociedad de Naciones. Este mundo mezquino e interesado solo puede ser unificado dentro de un organismo donde quepan todos los Estados en igualdad de condiciones y sin limitaciones de ninguna índole, sin dobleces, donde no exista el voto de exclusión que permita asaltar la buena fe de los demás como está ocurriendo hoy en la ONU. Si no somos capaces de aceptar la democracia en su sentido más prístino jamás conseguiremos un mundo en paz y globalizado. La democracia internacional para que exista y pueda ser aplicada ampliamente debe tener como premisa previa la Ley, que tiene que a su vez, estar por encima de los gobernantes, de los gobiernos y de los gobernados, sujetando su mandato al estricto cumplimiento de sus principios como voluntad inexcusable del constituyente primario e impidiendo que el miedo y el terrorismo de Estado se imponga sobre la conciencia universal. Hoy ,querámoslo o no, vivimos un mudo donde se impone la dictatocracia, es decir, la dictadura elevada al altar de la democracia gracias a la desinformación de la población, haciendo uso de los medios de comunicación, que orientan el voto hacia los intereses de aviesos grupos de presión. Por todo ello es necesario, fundamental diría yo, ampliar la participación ciudadana en las decisiones que afecten los intereses comunales, mediante la creación de asociaciones especificas o cabildos locales, cuyas decisiones tengan fuerza de obligatorio cumplimiento para el ejecutivo, despejando con ello cualquier interés foráneo y poniéndole, de contera, freno a la corrupción. Si este paso previo se consolida, si la conciencia política ciudadana se hace cargo de sus responsabilidades para con su futuro y el de las nuevas generaciones, el paso al mundo globalizado se dará sin traumatismos en el convencimiento de que la Ley estará, como debe ser, por encima de los gobiernos, los grupos de presión y los intereses financieros.

Dictadura internacionalEstá demostrado el fracaso de las políticas neo-liberales: la aberrante situación de los trabajadores de las maquilas, la explotación inmisericorde de los trabajadores agrarios, el expolio de los recursos naturales, los desplazamientos de millones de seres humanos, el cambio de la tenencia de tierras para ser explotadas por las multinacionales del agro y las mafias, el negocio de las semillas transgénicas , la desaparición de las semillas naturales, los movimientos de capitales financieros sin estar sujetos a ningún control, la deslocalización de las empresas con el consiguiente crecimiento del paro en los lugares donde se produce, la burbuja inmobiliaria, los asesinatos selectivos, las desapariciones forzadas, las persecuciones sindicales, la división del mundo entre buenos y malos dependiendo de las necesidades de quien lo decreta, la creciente pauperización de las clases medias y, a todo este maremágnum, sumar las excelentes cuentas de resultados de los bancos y las grandes empresas, en tanto que, millones de hombres ,mujeres y niños mueren de hambre, sed y desatención general. Algo anda mal, muy mal y requiere una pronta intervención antes de que el malestar social se desborde: La dictatocracia en la que vivimos, ajena a sus obligaciones, sirve de policía, de vigilante privado, de guarda espaldas, de perro faldero y de hazmerreir de circo a los intereses del poder económico. Está en las manos de los ciudadanos cambiar estos desaguisados, basta con el firme compromiso de hacer valer nuestro voto otorgándoselo a aquellos que nos ofrezcan soluciones a los problemas de las colectividades mediante programas bien estructurados y no mediante paraísos y nirvanas. Los partidos políticos tienen que comenzar a ser creíbles, a diferenciarse ideológicamente y a practicar dentro de su seno la democracia que dicen defender, la llamada disciplina de partido, nefasta para el libre disenso, no es otra cosa que la exaltación de la dictadura, el mesianismo y el autoritarismo frente a la dialéctica y al dialogo constructivo que permite crecer y corregir a tiempo la evolución ideológica de los partidos.

Como hemos visto son muchas las cosas que tenemos que cambiar para conseguir ensamblar un mundo verdaderamente globalizado. Todo está desestructurado. Tenemos que comenzar a corregir las cargas desde la base, es decir, desde los municipios para crear conciencia ciudadana, hasta llegar a los más altos estamentos del Estado. La pirámide debemos invertirla porque no podemos continuar cambiando para seguir en lo mismo. Está ampliamente demostrado que el pensamiento de nuestros políticos es superado por los acontecimientos cotidianos o, en su defecto, que obedecen a intereses particulares desoyendo el interés general. El cambio comenzará cuando seamos capaces de reestructurar los partidos políticos, teniendo como fundamento una democracia que pueda ser aplicada al concierto general de los ciudadanos, en condiciones de igualdad para todos y dentro de la más estricta justicia social.

Para terminar esta nota permítaseme incluir aquí, a modo de buen ejemplo, parafraseando algunas anotaciones que hiciera Alexander von Humboldt, en su viaje por América, y que aun son hoy de rabiosa actualidad, lo siguiente:

Sobre los esclavos: “En ningún lugar uno se avergüenza tanto de ser Ciudadano del primer mundo como en los países pobres. Discutir sobre cual nación trata mejor a los países del mal llamado tercer mundo, a los indios, a los mestizos, a los negros y a los pobres es como elegir entre ser acuchillado o desollado.

Sobre los indios y los pobres: “Entre todas las religiones, ninguna enmascara tanto la infelicidad humana como la religión cristiana. Quien visite a los desafortunados, sujetos al látigo de los frailes, no querrá volver a saber nada mas de la Cultura Europeos y su Teocracia.

Sobre la expansión de los Estados Unidos: Las conquistas de los Norte Americanos me disgustan mucho. Les deseo lo peor vayan donde vayan. Lo mejor sería que se quedaran en su casa, en lugar de difundir su loca esclavitud parapetada en la democracia.

Sobre las desigualdades sociales: En todo el mundo las desigualdades sociales saltan a la vista. Salta a la vista la desigualdad de los derechos y de las fortunas. Pero no es menos denigrante esa desigualdad que separa a los hombres por el color de su piel, su lengua, su creencia religiosa, su bandera o su ideología política.

Notas pacíficas

Por Juan Camilo Forero Urrea.

“Bienaventurados los imbéciles, porque de ellos es el reino de la tierra.” Andrés Caicedo

‎"es común en los colombianos que dicen "noh, ese tema no lo toque, ese no…" ¿pero por qué si es la realidad?, es como si dijeran "hablemos de los dientes de Garzón" y yo dijera "no, no señor, ese tema no"...pero porqué si es la realidad??
jajajaja"

“Man himself has become God and laughs at his destruction, In which we trust a secret government, Is now in total collapse”

Slayer- World painted blood.

Loco de niño, desquiciado cuando adulto. Un joven que en su afán de tener todo por decir, que en su terrible congestión angustiante de ideas quedó inerte, allí, en su máquina de escribir a los 25 años un 4 de marzo de 1977. Un niño “grande”, víctima de un aglutinamiento de palabras que desbordaban por sus ojos y resultaban en un tartamudeo cada vez más inentendible y discordante, víctima de traumáticos electro choques tras su primer intento de suicidio, hijo de un padre que lo desprecio por estar en “artes y esas pendejadas”, como él mismo diría en uno de sus diarios personales. En fin, muchas más cosas podríamos decir de este muchacho, víctima de un magnicidio que sucedería aún años después de su muerte cuando la juventud colombiana por fin se dignó a reconocerlo, fenómeno muy común en la historia de las sociedades injustas.

17 años antes de la muerte de nuestro primer personaje, un 24 de octubre, nacería otro de los mártires de nuestra zoociedad colombiana, como él mismo la llamaría posteriormente. Con una afición casi fetichista por burlarse de las infamias de un país que se retorcía entre hipocresía y sangre, y que ahora está mucho peor, pero con una capacidad única para hacerlas públicas y lograr el objetivo izquierdista por excelencia, de ser amado por su pueblo y terriblemente odiado por sus gobernantes. Asesinado un 13 de agosto de 1999 por razones obvias, sicariato que aunque todo el mundo ya sabe quién lo mando a ejecutar continúa aún en impunidad (también por razones obvias), inclusive para sus mismos actores materiales que quizás demandan protección amenazando testimonios.

Los ninisHago exaltación de estos dos personajes colombianos de los cuales no hay necesidad de pronunciar siquiera sus nombres ni conocer sus fechas para saber de quienes se trata, aunque a efectos de reconfortar también al lector ignorante diré que se trata de Andrés Caicedo y Jaime Garzón. Esto para pronunciar algo que también todo el mundo sabe pero que la godarria conservadora no se atreve a aceptarlo. Abusaré entonces de esta columna para expresar mi sincera, mal escrita, insultante y poco estructurada opinión.

He hecho mención de estos conocidos casos Colombianos en donde el uno es asesinado por la ignorancia y la indiferencia de una familia conservadora que no concebía a un hijo escritor, sexualmente ambiguo, tartamudo y cineasta; y otro asesinado por un sistema que se rehúsa a tener un ciudadano consiente, feróz, público, elocuente y sincero al cual su conciencia, como él mismo dijo en una entrevista, valia 7mil millones de pesos: “Los Rodríguez me preguntaron que si lo que quería era plata, yo les dije que sietemil, porque si al presidente le dieron seismil...” y esta mención no ha sido para necesariamente nada.

Tanto hoy como en nuestro pasado se ha visto una repulsión, como una reacción alérgica a las propuestas alternativas. Esto en los ámbitos intrincados, difíciles y previamente titulados como los políticos, como también en el espacio que se supone debe ser el espacio más libre y experimental del alma humana como lo son las artes.

En una época de violencia, de injusticia, de narcogobiernos y de clara insuficiencia gubernamental por ofrecer a un ciudadano la simple garantía de que, en su camino a casa, no se encontraría entre una fuerte balacera o la onda expansiva de un carro bomba, se asesina al único que se puso los pantalones (o se los quitó?) para denunciar estos hechos. En un país donde se reafirman las costumbres y la visión provinciana de Colombia del letarguismo mágico de nacondo, se infravalora al único que le dio paso a la literatura urbana, al realismo sanguinario de la sed de sexo, rock-n-roll, rumba, pepas y salsa.

Me causa una vomitiva repugnancia el increíble seguimiento mediático dado a la ya “libre” Nhora Valentina, hija de aquel alcalde Araucano, la cual se dio el lujo no solo de 15 segundos sino 15 días de farándula secuestrativa. Me cansé de recordar infinitas veces los otros cientos de ciudadanos secuestrados en el Cauca, o las aberraciones que suceden en el mismo Arauca, o los tantos absurdos proyectos de ley que el partido conservador y de la U han erigido con tanta propiedad casi que con un absurdismo record en estos últimos días... ¿Hasta cuándo tendremos que vivir en este deporte casi olímpico de supervivencia, en un país que cada vez se ve más devorado por las gigantes familias casi monárquicas dueñas de las instituciones reguladoras, de multinacionales y de los garosos intereses de “progreso” de este capitalismo salvaje? ¿Hasta cuándo cada uno de los sentidos de nuestros compatriotas hará caso omiso a las palabras del pueblo, de la sociedad, las “no sociedades”, inclusive de la misma naturaleza? ¿Hasta cuándo la gente recordará estas palabras si tan fácilmente se les olvida los mismos titulares de sus masacres en el mismo momento que inicia la sección de farándula?... eso que en su conciencia.

"Y hasta aquí los deportes, país de mierda".

Los indignados colombianos son los estudiantes

Por Carlos Liévano.

Por estos días los indignados ocupan planas en los medios internacionales y aunque el nombre de indignados se le atribuye al movimiento 15-M en España, los jóvenes han protagonizado innumerables y significativas manifestaciones a través de la historia, prueba de ello es el llamado mayo de 1968 y lo que quedó de él en Colombia con el movimiento estudiantil de 1971, por no mencionar otros casos.

Evento: La reforma a la ley de educación superior: ley 30; Mayo 10 del 2011Sin duda alguna, el año 2011 si ha sido el de los indignados. Comenzando por la ola de democratización de medio oriente donde los jóvenes jugaron un papel importante para que junto con la población civil tumbaran presidentes en Túnez y Egipto; continuando con los jóvenes de países europeos como Grecia, España, Italia, Inglaterra, Alemania y otros que se han cansado del modelo económico neoliberal que en la práctica ha demostrado ser un fracaso y protestan por más control a las entidades financieras, contra el constante recorte de los derechos fundamentales como la salud y la educación, y hasta por el medio ambiente y reformas democráticas.

Si bien los indignados en el mundo no solo son jóvenes y estudiantes, ellos juegan un papel clave en las marchas y manifestaciones por su espíritu joven, rebelde y crítico. Además porque tienen un permanente y cotidiano contacto con las redes sociales, las cuales en muchos casos han servido como medio efectivo de comunicación y masificación de los mensajes. Los indignados también son los trabajadores, los maestros, el comerciante, el empresario y hasta la ama de casa que directa o indirectamente se ven afectados por el modelo y la crisis económica con sus respectivas consecuencias, algunas de ellas ya mencionadas.

Mi posición es, que aparte de los trabajadores de Pacific rubiales y otras manifestaciones aisladas, los indignados colombianos principalmente han sido los estudiantes. A continuación voy a explicar el porqué de dicha afirmación: las constantes manifestaciones de los estudiantes este año que han colmado las principales calles del país tienen una sola causa, la reforma a la ley general de educación, la famosa ley 30 de 1992.

Cuál es la confrontación entonces entre la propuesta del gobierno y la posición de los estudiantes frente a ello? La propuesta del ministerio de educación habla de una ampliación de recursos para aumentar cobertura con calidad en la educación superior, más recursos para las universidades públicas y más créditos educativos con el ICETEX.

Marcha en contra de la reforma de la ley 30Si eso pinta tan bueno, entonces ¿por qué se oponen los estudiantes? es la otra pregunta. Se oponen porque desde hace 19 años no se incrementa la base presupuestal medida por el IPC, sin tener en cuenta que cada año aumenta la población estudiantil que debe ingresar a la universidad y gastos de funcionamiento y planta laboral, porque 22 de las 32 universidades públicas tienen un desfinanciamiento de 660 mil millones de pesos lo que las ha obligado a que en los últimos años el 50% de los recursos de su funcionamiento sea por autofinanciación de la misma universidad. Porque definitivamente no se resuelve el problema de financiación de la universidad pública que es a lo que debería apostarle el país para su desarrollo. Pero no, simplemente se quiere aumentar la cobertura para mostrar mejores resultados sacrificando de esta forma la calidad. El gobierno ahora se quita la responsabilidad de subsidiar una matrícula por subsidiar la demanda, es decir, dar un crédito educativo para que el mismo estudiante se financie su carrera educativa.

Los indignados estudiantes le apuestan a una educación que avance hacia la gratuidad y una mayor cobertura, que tenga altos estándares de calidad y que le sirva al desarrollo del país y al de sus propios intereses. Por eso, como los estudiantes chilenos, los estudiantes colombianos se encuentran en paro nacional indefinido y le han apostado a la movilización como el único camino para luchar contra las regresivas leyes del gobierno. Así como a derogar esta ley, a sentarse con el gobierno a construir una nueva ley de educación pues nunca se les ha tenido verdaderamente en cuenta. Mientras esas condiciones no se den, el paro nacional estudiantil será indefinido y los estudiantes seguirán siendo los indignados colombianos a la espera de que los demás sectores sociales del país se le sumen y los apoyen en su justa causa.

Que no se les llame desinformados ni se les estigmatice la protesta, que Santos y su ministra ni con mentiras ni con astucias lograra engañar a la comunidad universitaria.

jueves, 24 de noviembre de 2011

¿Votar o Botar?

Por Luis Alejandro Espinosa García.

Desde hace algunos días, mis padres y conocidos me han preguntado por quién pienso votar en las próximas elecciones de consejos locales y alcaldía. A lo cual mi respuesta fue tajante: no quiero votar. Las críticas no se hicieron esperar: “eres un irresponsable, un ciudadano de bien tiene que votar así sea en blanco, no te vayas a quejar después si no votas hoy”, entre otras...

Mi argumento es el siguiente. Estoy realmente cansado de ver cómo son elegidos los gobernantes en Cali. En primer lugar, ninguno de los candidatos me llama la atención en lo absoluto, sin embargo este no es ni el lugar ni el momento para enumerar las razones por las cuáles pienso eso. En segundo lugar, así suene algo a frase de cajón y probablemente a excusa barata. La masa de electores es ignorante, pasional y volátil. Votan por el político que se muestre más cercano a ellos mediante sus prácticas clientelares y su imagen de campaña, en vez de votar por las mejores ideas. Su voto es personalista y no programático. Muchos dirán que esto se debe a que el gobierno no invierte en la educación de las clases más necesitadas, pero esto me lleva a deducir que estamos en un círculo vicioso que pareciera no tener fin: si la masa sigue eligiendo políticos mal preparados y que se sirvan primero a sí mismos y a su gente, nunca vamos a tener educación de calidad para todos.

La idea de los que me critican es que si yo no ejerzo mi derecho al voto, no tengo la autoridad moral para reclamar después por una mala administración. Pareciera ser que ellos asumen que lo que me hace ciudadano es el hecho de votar, pero no pueden estar más equivocados. Desde que nací en este terruño soy ciudadano colombiano; y así participe o no del sufragio, es suficiente el ser ciudadano para gozar del derecho de hablar sobre mi país en cualquier dimensión: política, cultural o económica. El hecho de votar o no, no me hace más o menos colombiano que ninguno de ustedes.

Todo esto trae a colación dos cuestiones sobre las cuales las sociedades democráticas vienen discutiendo hace tiempo. En primer lugar ¿debería ser el voto un deber cívico, es decir, obligatorio y sujeto a sanción? Y por otro lado está la cuestión del abstencionismo como una expresión válida de la voluntad en una democracia. No quiero detenerme a discutir la primera, porque es un tema que exigiría mucho tiempo y ejercicio filosófico, y tal vez sería como tratar de probar la existencia o inexistencia de dios. Es decir, probablemente es algo que se reduce a cuestiones fundamentales de la subjetividad: el hecho de ver la participación política como un deber más que como un derecho. Lo único que voy a decir sobre esto es que afortunadamente, Colombia y Venezuela (quien lo tuvo en el pasado) son los únicos países de América del Sur donde el voto no es obligatorio de ninguna forma.

Aún cuando en los regímenes democráticos se asocia a la ciudadanía un deber cívico o moral: votar, y en algunos ordenamientos se convierte hasta en deber jurídico. El abstencionismo electoral aparece con el sufragio mismo yconsiste simplemente en la no participación en el acto de votar de quienes tienen derecho a ello. El abstencionismo electoral, que se enmarca en el fenómeno más amplio de la apatía participativa, es un indicador de la participación: muestra el porcentaje de los no votantes sobre el total de los que tienen derecho de voto. En las elecciones del fin de semana pasado (domingo, 30 deoctubre de 2011) el porcentaje a nivel nacional de abstención fue de 57% y en Santiago de Cali fue de 42%. Sin embargo, es una manifestación que esconde una pluralidad de motivaciones, las cuales pueden variar casi que con el individuo.

El día que valga la penaAhora bien ¿cuál es mi finalidad al no votar? Existen personas o grupos de ellas que no lo hacen porque están en total desacuerdo con el sistema político, con la democracia misma. Existen otras que son partidarias de no votar con la intención de que otros también lo hagan. De esta manera entienden que las elecciones pierden legitimidad debido a su bajo escrutinio. La idea es que la clase política asuma su papel de representante del Pueblo y no de las élites, presionada por dicha situación.

Podría decir que estoy de acuerdo con lo anterior hasta cierto punto. Soy consciente de que no logro nada tangible absteniéndome. En mi caso, lo hago simplemente porque siento que no tengo otra opción y porque puedo. No quiero verme obligado a elegir entre unos grupos de políticos (para mí) retrógrados, incapaces, corruptos y egoístas. No elijo porque no hay ninguna opción que me llene y no pienso votar por votar. Dejándome llevar por la imaginación, si viviese en mi ciudad natal (Bogotá) la decisión sería difícil porque es una ciudad que por una u otra razón ha sido cuna de buenos políticos, buenos candidatos (igualmente no quiero entrar a discutir por qué digo esto); y probablemente votaría por Gustavo Petro. Pero vivo y ejerzo mis deberes como ciudadano en Cali, es por eso que mi elección es no elegir. Entre otras cosas porque considero que el voto en blanco no sirve para nada en esta democracia, a no ser que sea la opción escogida por una amplísima mayoría, cosa que no va a pasar por la razón que ya expuse: la masa electoral es ignorante y pasional. No quiero pasar por pesimista antes que realista. No me queda más que la esperanza de que en Cali surjan nuevos líderes o (algo menos probable) que hagamos un “ensayo sobre la lucidez” y mediante el abstencionismo o el voto en blanco hagamos historia y revoquemos un círculo vicioso que pareciera no tener fin.

La ciudadanía no se queda en la cédula

Por Alejandra Galindo.

¿Indignados?... Yo los llamaría “Movimiento de rehabilitados mentales”. Ya era hora de que por lo menos unos pocos colombianos despertáramos de ese sueño sin fin, aquel que produce más aturdimiento y Alzheimer que una borrachera; lastima el efecto retardado de esta enfermedad y las consecuencias que han traído a nuestro país. La reciente ola, cabe resaltar que es emitida desde las principales potencias mundiales, ha traído un efecto positivo a Latinoamérica. Disculpen, se me olvidaba decir: ésta no fue iniciativa de los líderes políticos, el imperio norteamericano o los grandes monstruos económicos. Fueron y son personas como tú y como yo, ¡querido lector!, aquellas que critican aquel modelo neoliberal que prometía maximizar ganancias, comercializar sin restricción, la desregulación y entre otras políticas que traería verdaderos beneficios a nuestro pueblo colombiano, caso particular aplicadas por nuestros honorables ex presidentes Samper, Pastrana y Gaviria, en fin. Por lo menos, desde mi punto de vista el empobrecimiento desmedido no es algo favorable, aunque si piensa diferente lo respeto. Solo le propongo una invitación: pase por cualquier semáforo de la República de Colombia.

Pequeño pero lo tienenSi bien, nuestra apertura económica llega en los 90', desde ahí hemos sido devorados por los grandes monopolios. Solo recientemente, gracias al surgimiento de los indignados en Madrid y decenas de personas que protestaron en Roma, New York, Canadá, Chile, México, Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador entre otros, el movimiento ciudadano ha empezado a difuminar aquellos límites que nuestra propia mente ha ido alimentando a través de la historia por medio de discursos hegemónicos y sin fundamentos. ¡Hoy! una nueva esperanza hace escurrir mis lágrimas. Jóvenes dispuestos a cambiar el destino de una nación, a romper los esquemas de la avaricia corporativa, y, lo más sorprendente, dispuestos a exigir una verdadera democracia que por muchos años no ha sido la tiranía de la mayoría sino la de los pocos privilegiados. Razón por la cual me quito el sombrero. Es más, con tanto regocijo, estaría dispuesta a militar en el Partido Verde así nunca llegue a tener claro el destino político de mi país. Una vez más: ¡Gracias ciudadanos!, así no tengamos un ágora, somos una sola voz.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Generalmente todo florece en primavera, incluso los cedros: el Líbano y la Primavera Árabe

Por David Muñoz Aristizabal.

La Primavera Árabe ha sido todo un fenómeno en el que Occidente ha visto a su máxima otredad manifestar su intención de cambiar. De distintas formas y desde distintos actores la cuarta ola de democratización, como se le ha asumido desde diversos sectores, plantea un cambio en el orden mundial inusitado, con profundas consecuencias para la política exterior de Occidente, e incluso replanteando las relaciones entre los mismos países árabes.

Las mencionadas formas de llamar este hecho encierran varios significados. El título de “Primavera árabe” encierra una relación, por la palabra primavera, con los hechos ocurridos en mayo de 1968, bajo el estandarte de “la imaginación al poder”, y demás representaciones que propusieran el cambio, la liberación, la igualdad, la esperanza y demás valores Occidentales, alimentado ideológicamente por escuelas teóricas del cambio como el marxismo y el anarquismo, y materializado en diversas y floridas formas de movilización contra el status quo.

flickr: Protest against Erdogan's visit to Lebanon by SakoLBOtra catalogación que se hace sobre estos hechos es la de “Cuarta ola de democratización”. Esta impone sobre todas las movilización una generalización sobre su fin, su objeto, hacia lo que están orientadas, la formación de un régimen democrático. Al igual que la anterior, este nombre también introduce una relación o conexión, en su discurso, con las olas de democratización, siendo la primera la de las revoluciones francesa y norteamericana. La segunda, ocurrió al finalizar la Segunda Guerra Mundial en Europa y en América Latina, en países como Brasil y Uruguay. La tercera ola tuvo lugar en Europa y Asia con la caída del comunismo, y en América Latina con el fin de las dictaduras (Huntington, 1994). La generalización que introduce llega incluso a adelantarse demasiado, pronosticando un resultado aún incierto para la gran mayoría de países que están en diferentes etapas del proceso, si es que van en él.

Las generalizaciones que imponen dichas etiquetas no solo invisibilizan las particularidades de los procesos que ocurre en cada país. Desde el uso de la categoría de “árabe” a la de “democratización”, los procesos de cambio o continuidad política son metidos todos dentro del mismo saco, pasando por alto incluso si son árabes dichos países hasta los resultados de sus procesos.

Pero las generalizaciones también parten de casos particulares, como en Túnez, donde la “Primavera árabe” inició en diciembre de 2011, en el que la movilización llevó a derrocar el régimen de Ben Ali, luego de gobernar por cerca de 24 años, o en Libia donde los rebeldes, con la ayuda de la OTAN, expulsaron del poder a Gadafi y actualmente gobierna el Comité Nacional de Transición.

De cualquier forma, para que una generalización pierda validez basta que no aplique para uno solo de los casos sobre los que se pretende aplicar. Esto en el rigor de las ciencias sociales es casi una ley. Desde luego los contextos de aplicación de dichas etiquetas son diferentes. Mientras en los medios de comunicación se usan indiscriminadamente, en ciencias sociales, ciencia política y relaciones internacionales principalmente, nos preguntamos ante qué fenómeno se enfrenta ahora la disciplina, y entre muchos otros debates sobre lo que ocurre en el llamado mundo árabe, sobre si estamos ante la Cuarta Ola de Democratización o si esta es la Primavera Árabe.

Este trabajo es precisamente un intento de discutir a qué nos estamos enfrentando, de cómo puede ser o no ser el inicio de la democratización del mundo árabe, su primavera, abordando el caso de Líbano, bajo la hipótesis de que éste es diferente, lo cual invalida la generalización. Más que invalidar, a lo que apunto con este ejercicio es exponer las particularidades del Líbano como parte del mundo árabe en una supuesta primavera.

Para esto iniciaré planteando dos modelos teóricos que explican la primavera árabe como cambio, es decir, como transición a la democracia, y como continuidad, a partir de la sucesión, sin querer decir que esta no pueda implicar cambios. Estos modelos son los de transición a la democracia de Przeworski y el que propone Kausch, basada en Hale, de sucesiones de presidencialismo patronal. Luego expondré las particularidades del caso del Líbano y finalmente concluiré respondiendo específicamente ¿por qué el caso del Líbano es invalida la generalización?

Los modelos

El modelo de sucesión de presidencialismo patronal de Henry E. Hale, tomado por la autora Kristina Kausch (Kausch, K. 2010. Sucesiones orquestadas y estabilidad en el mundo árabe. Madrid: FRIDE), analiza la forma en que las sucesiones no han progresado, sino que se ha expuesto a ciclos de contestación por parte de otros actores políticos. Esto se debe a la escisión de la élite, iniciándose una contienda que al finalizar produce un cambio de lealtades y expectativas con la sucesión y sus acciones antes, durante y después de la consolidación. Dichas acciones determinan las fases de los ciclos, sea de estancamiento, liberalización, sucesión, represión, etc.

Los sucesores, plantea Kristina Kausch son generalmente “jóvenes educados en Occidente quienes intentan posicionarse desde muy pronto como agentes del cambio” (2010: 3), para los actores políticos y sociales nacionales e internacionales, buscando diferenciarse del régimen anterior y mostrarse entusiasmados con la reforma, ímpetu que según Hale termina con la consolidación en el poder. Esto ocurre generalmente bajo problemas de legitimidad, que es buscada formalmente por medio de elecciones. Ya respecto a la continuidad en el poder, la autora plantea en base a Hale, que la centralización del poder en el sistema y en la autoridad del Presidente es un factor clave. Por otro lado, su principal amenaza es “la competencia de la sociedad civil y la oposición para movilizarse” (2010: 5), la cual es menguada por la forma en que el estado la contenga y contrarreste.

En Democracia y Mercado (Przeworski, Adam. Democracia y mercado. Cambridge University Press. 1995) Adam Przeworski plantea un marco de análisis para la comprensión de los procesos de transición los cuales van “de diversas formas de autoritarismo a la democracia y de unos sistemas de gestión estatal, monopolistas y protegidos, también diversos, a otros basados en los mecanismos de mercado” (Przeworski, 1995: X). El autor construye su argumento basado en los casos de Europa Oriental y el Cono Sur de América del Sur, nutriéndose constantemente de los procesos ocurridos en los países de estas regiones para ejemplificar sus afirmaciones. El proceso de la caída del comunismo en Europa Oriental se estructuró en una dinámica de dominó, en la que “con el desarrollo de los acontecimientos en un país, la población de los demás revisaba sus estimaciones sobre sus probabilidades de éxito y el cálculo se volvía progresivamente más esperanzador a medida que un país tras otro procedían a traspasar a su vez el umbral” (1995: 5).

Continua exponiendo una teoría sobre la solidez de las instituciones democráticas, en la cual afirma que la perdurabilidad de las democracias se fundamenta en el acatamiento espontaneo e interesado que suscita en las principales fuerzas políticas, el cual se logra cuando la democracia garantiza a estas fuerzas “una oportunidad equitativa de competir en el marco institucional y de lograr resultados significativos” (1995: XI), incluyendo los periodos de fuertes transformaciones económicas, que como condiciones históricas particulares, perturban la acción eficaz e imparcial de las instituciones democráticas.

Posteriormente aborda la liberalización de los regímenes autoritarios y luego en este mismo capítulo “se centra en la elección de instituciones durante la transición a la democracia” (1995: XII), siendo esto producto de una negociación, lo cual diferencia concretamente los casos de transición a partir de la participación en las negociaciones de fuerzas relacionadas con los autoritarismos o de aliados en contra de estos. La primera forma que mencioné en que ocurren las negociaciones, son llamadas de “emancipación gradual” (1995: XII), dejan rastros del antiguo autoritarismo sobre las instituciones, siendo dentro de estas relevante y común la autonomía de las fuerzas armadas. De cualquier forma, la construcción de instituciones se da progresivamente y son objeto de conflictos políticos.

A continuación, desplaza el interrogante hacia el sistema económico y la probabilidad de “fomentar el crecimiento con una distribución humana del bienestar” (1995: XIII), afirmando la irracionalidad del capitalismo basada en la imposibilidad de aprovechar plenamente el potencial productivo, asignando descentralizadamente los recursos escasos por medio de agentes económicos que promueven sus propios intereses, a menos que sus capacidades sean remuneradas plenamente; y la infactibilidad del socialismo arraigada a supuestos insostenibles sobre el comportamiento de los planificadores, trabajadores y consumidores. Teniendo en cuenta este dilema, argumenta la importancia de los mecanismos de asignación sobre las formas de propiedad, siendo así “el sistema económico más racional y humano” (1995: XIII), destacando sus efectos transitorios, produciéndose el problema de determinar la tolerabilidad de estos costes políticamente. Frente a esto demuestra que la estrategia que minimice los costos sociales no es la que tiene mayores probabilidades de avanzar ni la más preferida por los políticos, generándose conflictos alrededor de la elección de la estrategia.

Estos marcos teóricos explican los procesos de cambio de dos formas diferentes, y a partir de esto sirven para fundamentar las generalizaciones ya planteadas. Creo que ya he insistido bastante y seguiré insistiendo en que cuando un modelo no aplica para uno solo de los casos, entonces la generalización que fundamenta pierde validez, y eso es lo que a continuación abordaré, en ell caso específico del Líbano.

El Líbano

Luego de una cruenta y devastadora guerra civil (1975-90), alimentada por las tensiones entre los distintos sectores políticos y sociales, el Líbano comenzó la construcción de sus instituciones políticas bajo el Tratado de Ta’if, todo orientado a la reconciliación nacional, a partir de un sistema político más equitativo, que canalice institucionalmente las diferencias sectarias. Luego de la guerra civil la gran mayoría de los grupos armados se disolvieron, con la excepción de Hezbollah, la cual, además de la influencia de Siria, ha sido el principal factor de alteración de las elecciones que se vienen celebrando desde entonces constante y exitosamente. La intermitente intervención de Siria sobre el Líbano está arraigada al despliegue de tropas sirias, y de otros países como Israel, durante la guerra civil, las cuales luego de esta se han retirado lentamente.

flickr: Protest against Erdogan's visit to Lebanon by SakoLBA pesar de la ratificación de la retirada por parte de la comunidad internacional, Siria sigue interviniendo en los asuntos del Líbano, lo cual ha generado numerosos levantamientos de ciudadanos libaneses demandando la retirada total de sus fuerzas. Con el asesinato del Primer Ministro libanés Rafiq Hariri en 2005, esta situación se recrudeció generando una movilización masiva en contra de la presencia e influencia siria en el Líbano a la que se llamó la Revolución de los Cedros. Esto dio paso a la celebración de las primeras elecciones legislativas libres y sin intervención extranjera, después de la guerra civil, ganando la mayoría de escaños el bloque de Sa’ad Hariri, hijo del difunto PM, en 2005.

Luego de esto la tensión continuó en varias ocasiones con Israel, a partir de las acciones de Hezbollah, generando consecuencias para la población libanesa y los refugiados palestinos, este ultimo más relacionado con enfrentamientos entre Fatah y el ejército libanés. Por otro lado, en 2007 los problemas para la elección de un gobierno de unidad nacional comenzaron, llevando a una larga negociación, de la que resultó la formación de una mayoría perteneciente a la facción de Sa’ad Hariri, de nuevo.

En 2011, comenzaron las revueltas, alimentadas por las otras movilizaciones en el Mundo Árabe pero sin llegar a las mismas proporciones, en contra de las políticas sectarias, en las cuales los protestantes encuentran la causa de la debilidad del gobierno libanés.

Conclusión

En pleno flujo de la Primavera Árabe, el Líbano aparece como un caso particular en esta ola de cambio. Sus procesos políticos son diferentes, sus actores lo son también y la idea de este trabajo fue precisamente exponerlos lo suficientemente como para entender la particularidad del caso, responder a por qué es diferente y explicar cómo anula la generalización. Para esto tomé dos modelos que fundamentan la generalización y luego expuse un caso en el que estos no tienen lugar para explicarlos, al menos no en su totalidad.

El primer modelo explica una forma bajo la que el cambio está operando en el Mundo Árabe. Las sucesiones plantean un punto crítico en las relaciones de los mandatarios y sus élites, respecto a las expectativas, intereses y acciones de cada uno de estos actores, generando tensiones relacionadas con el futuro del régimen en cambio. Una vez la sucesión ya está en flujo las lealtades se reorientan durante y después de la consolidación y los ciclos que la preceden. La consolidación sube al poder, incluso legitimado por medios electorales, a un sucesor que se pavonea desde su trono como un agente del cambio, un reformista y enemigo de la tradición, abriendo la ventana a un nuevo orden social.

El Líbano, a pesar de que se puede afirmar que hay una sucesión luego de la muerte de Rafiq Hariri, es el bloque de su hijo Sa’ad el que sube al poder. Para que esto ocurriera hubo una competencia entre actores políticos, lo que ya venía ocurriendo desde antes, y en las que Rafiq Hariri fue elegido, así como otros. Esto evidencia que ha existido un cambio constante en el ejecutivo que rompe con la tendencia de un régimen tradicional con muchos años de permanencia en el poder. Así, a partir del funcionamiento de un régimen democrático como el libanés vemos que el modelo de sucesiones no aplica para este caso.

Por otro lado, el modelo de Przeworski plantea que “con el desarrollo de los acontecimientos en un país, la población de los demás revisaba sus estimaciones sobre sus probabilidades de éxito y el cálculo se volvía progresivamente más esperanzador a medida que un país tras otro procedían a traspasar a su vez el umbral” (Przeworski, 1995: 5), lo cual puede tener relación con que las movilizaciones de principios de año en el Líbano estuvieron inspiradas por las protestas en otros países. Sin embargo, esto choca con una noción fundamental del modelo, y es que los procesos de transición van “de diversas formas de autoritarismo a la democracia y de unos sistemas de gestión estatal, monopolistas y protegidos, también diversos, a otros basados en los mecanismos de mercado” (1995: X). La incompatibilidad opera a partir de que el Líbano es una democracia y no es un régimen autoritario como si lo son otros casos del Mundo Árabe donde sí podría ser más pertinente la aplicación del modelo, donde sí se cumple está condición base.

Estas son las razones fundamentales por las cuales considero estos modelos no podrían fundamentar la generalización que introducen los títulos de “Primavera Árabe” y “Cuarta Ola de Democratización”. Desde luego, el Líbano es un país con diversas complejidades como la influencia Siria, Hezbollah, los vínculos entre estos dos y la relación con Israel, problemática por las acciones de Hezbollah hacia ellos, y es precisamente frente a esto que su población se ha manifestado de forma limitada, y no contra su gobierno en sí, sino contra las externalidades que lo debilitan.

Así pues, traté de esbozar, por un lado, el caso libanés y su relación con lo que en sí significa la Primavera Árabe y la Cuarta Ola de Democratización, a partir de dos modelos que explican este proceso. Todo esto, por otro lado, orientado a exponer las particularidades del caso libanés y cómo rompe con la generalización que plantean los títulos masivamente mediatizados ya mencionados.

Bibliografía

Gonzalez-Quijano, Y. (2011). Las revueltas árabes en tiempos de transición digital. Nueva Sociedad.

Kausch, K. (2010). Sucesiones orquestadas y estabilidad en el mundo árabe. Madrid: FRIDE.

Huntington, S. P. (1994). La tercera ola: la democratización a finales del siglo XX. Barcelona: Paidós Ibérica.

Przeworski, A. (1995). Democracia y mercado. Cambridge University Press.

Recursos en línea

CIA World Factbook. Disponible en línea en https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/le.html. Consultado el 16 de noviembre de 2011.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La teoría de la esfera pública, una aproximación al pensamiento de Habermas (John B. Thompson)

Columnista José Jairo Jaramillo.

Reseña de La teoría de la esfera pública. Una aproximación al pensamiento de Habermas de John B. Thompson (1996). Aquí el autor hace una reflexión en torno a la construcción de la esfera pública y como esta se ha ido modificando conforme pasa el tiempo. Para llevar a cabo lo anterior, se centrara en lo que al respecto ha mencionado J. Habermas.

En un principio la vida pública se manifestaba en las plazas de mercado, en las asambleas, lugares donde los individuos (Hombres) se encontraban en un espacio común, donde podían compartir sus opiniones respecto a diversos ámbitos de la vida en comunidad. Mas esta forma primigenia de construcción de la esfera pública sufriría grandes transformaciones durante los siglos XVII y XVIII, cambios impulsados principalmente por el desarrollo de la economía capitalista (mercantilismo) y por el surgimiento de una nueva organización política (el Estado Liberal). Dentro de este marco, surge una esfera pública ajena al control del Estado, un espacio de reflexión y critica respecto a la conducta de quienes manejaban los asuntos públicos.

En palabras de Habermas: “el surgimiento de la esfera pública burguesa fue facilitado por dos hechos: el primero fue el desarrollo de la prensa periódica y el segundo el desarrollo de una variedad de nuevos centros de sociabilidad en los pueblos y ciudades” (pág. 3, La teoría de la esfera pública).

La teoría de la esfera pública. Una aproximación al pensamiento de Habermas de John B. Thompson (1996)Mas este tipo de esfera pública, en la que los ciudadanos en igualdad de condiciones interactúan los unos con los otros, sobre asuntos comunes cambio, en la medida en que el Estado asumió una postura intervencionista y en que grupos de intereses organizados tomaron una gran relevancia en el proceso político, esto devino en la toma de los espacios públicos por parte de instituciones económicas y empresas comerciales, en palabras del sociólogo Alemán: “la comercialización de los medios de comunicación altero su carácter en un sentido fundamental: aquello que fue un ejemplo del debate racional critico, se convirtió en un campo de consumo cultural” (pág. 4, La teoría de la esfera pública). Al hecho de convertir la política en un espectáculo “teledirigido” (como diría Sartori) por intereses económicos y no por el libre discernimiento de las gentes Habermas lo llama: la refeudalización de la esfera pública.

Críticas a lo planteado por Jürgen Habermas:

El filósofo alemán se centra principalmente en la esfera pública burguesa, dejando de lado otras expresiones en el espacio público, Thompson se refiere a esto, manifestando que durante los siglos XVII y XVIII existía una gran diversidad de movimientos sociales y políticos populares organizados, que en el estudio de Habermas no juegan un rol determinante en la conformación de la esfera pública.

Por otro lado Thompson se hace la pregunta de si ¿tiene alguna solides la tesis de la refeudalización de la esfera pública?

El estadounidense plantea que a pesar del consumo cultural, el poder que Habermas le otorga a los medios masivos es excesivo, parte de la premisa falsa que los receptores de la información que proviene de los Mass Media son pasivos, lo que simplifica un proceso que por sus propias características es complejo, en la medida en que el mensaje es decodificado y analizado de forma diferente por cada receptor según sus propias creencias, vivencias, ideología, credo etc. La teoría de la esfera pública. Una aproximación al pensamiento de Habermas de John B. Thompson (1996)Por otro lado Habermas se equivoca en su apreciación sobre el impacto de los medios de comunicación sobre el mundo moderno, se limita a establecer que estos han capturado la esfera pública a través de la industrialización de la información y el consumo de masas que esta implica, sin analizar las nuevas formas de interacción social creadas a través de, por ejemplo: los medios de comunicación electrónicos.

El debate que se plantea en este artículo, es pertinente, en tanto nos permite entender las tensiones existentes a la hora de comprender y determinar que se entiende por esfera pública y quien y como la determina. Comparto la posición de Thompson de valorar el papel de los medios de comunicación de masas en la composición de esta, pero a la vez comparto la posición de Habermas en tanto propone que la configuración de la esfera pública no puede ser ajena al ciudadano, quien a partir del debate con otros como iguales ayudan a pensar la forma de transformar la esfera común…la sociedad.

John B. Thompson (Minneapolis, Estados Unidos) es catedrático de Sociología. Ha estudiado la influencia de los medios de comunicación en la formación de las sociedades modernas. Uno de los temas claves en su trabajo es el papel de los medios de comunicación en la transformación del espacio y el tiempo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Calitrans: fragmentos de vida de tres mujeres transgénero.

Producido por Diana Henao y Gustavo Collazos.

Calitrans: fragmentos de vida de tres mujeres transgénero de la ciudad de Cali. Corto producido por Diana Henao y Gustavo Collazos, antropóloga y diseñador de medios de la Universidad Icesi de Cali.

"Entre tanto rosado, uno se pierde...."
Barbie Máscara


jueves, 17 de noviembre de 2011

Casi no llega: Festival Internacional de cine de Cali

Por Alejandra Erazo.

Hay una noticia vieja que hace días me pica. El pasado 22 de junio se anunció que sí se realizará la tercera versión del Festival Internacional de cine de Cali, inaugurado en el 2009 bajo la dirección artística del cineasta caleño Luis Ospina. Lo anterior fue afirmado más de un mes después de que Carlos Rojas, el entonces Secretario de Cultura y Turismo, hubiera confirmado la cancelación del evento por falta de fondos. Esto causó mucho revuelo cuando sucedió hace unos meses. Varios medios de comunicación reportaron que su restablecimiento en la agenda pública sucedió como respuesta a la reacción de académicos y cinéfilos que protestaron contra la decisión.

III Festival Internacional de cine de CaliDesde su primera versión, el Festival se ha configurado como una muestra y certamen de cine independiente, en contraposición al comercial. Considerándome una amante del cine, pienso que esto trae muchos beneficios para Cali, principalmente porque logra exponer a los ciudadanos a otras visiones del mundo con las cuales no tendríamos contacto por fuera de estos espacios. Sin embargo, también he notado que el Festival se está configurando como un evento elitista y excluyente. Si bien la intención inicial fuese la contraria, su aplicación ha resultado diferente. Más no creo que esto se deba a la indiferencia del público, sino al contenido exhibido. Como ya dije, el cine independiente nos acerca a múltiples realidades que no son visibles en las producciones de Hollywood, por ejemplo. No obstante, este cine también es más difícil de ver e interpretar, precisamente por la novedad de sus propuestas visuales, conceptuales y estéticas. Por su misma apuesta por la vanguardia cinematográfica, el Festival se ha convertido en un escenario que apela mayormente a cierto tipo de público, aunque desde la iniciativa de la Alcaldía y de sus promotores se haya dirigido a la ciudadanía en general. Personalmente creo que el cine independiente tiene mucho más para aportar que las fórmulas clichés que normalmente se ven en la pantalla grande. Por esto, celebro un Festival que privilegie la proyección de este tipo de cine y, sobretodo, un Festival que descentre a Bogotá como productora de la oferta cultural.

Por todo lo anterior, me uno a las voces que protestan contra el recorte de presupuesto para la tercera versión del Festival este año ¿Cómo espera la Alcaldía que este evento se consolide como representativo de la ciudad si los líos presupuestales afloran tan sólo al tercer año de su nacimiento? Se podría argumentar que existen otros proyectos que requieren mayor financiamiento del municipio, como los programas de educación, vivienda, salud y alimentación, y sobre esto estoy de acuerdo. Sin embargo, no creo que esto signifique que se le deba restar importancia a un proyecto que también aporta al beneficio de la sociedad, dándonos herramientas para pensar el mundo y acercarnos a sus multiplicidades. El presupuesto para todas las iniciativas “culturales” de la Alcaldía, podría salir del sueldo de los guardias cívicos que charlan en las esquinas o de la dudosa repavimentación de vías en buen estado. Pero este no es un problema que se vaya a resolver para la muy próxima tercera versión del Festival y en la cuarta ¿quién sabe? Si fueron tantos los esfuerzos para sacar el evento a flote este año, su realización se me hace aún más incierta con el cambio de mandato al recientemente elegido Rodrigo Guerrero. Con sinceridad espero que el Festival no se convierta sólo en un recuerdo, sino que perdure para que pueda ser vivido por muchas más personas.

Ver programación: III Festival Internacional de Cine - Cali, 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

Otra de las megasobras del Doctor Ospina.

Por Olga Llanos.

“Como cualquier máscara, puede seducir y distraer de modos atrayentes, pero llega a un momento en que deseamos descubrir qué hay detrás. Si la máscara se rompe o es violentamente rasgada, puede aparecer el terrible rostro del empobrecimiento de Baltimore” (Harvey; 2007; 160)

Cali es una ciudad de contrastes, irregularidades y contradicciones; una ciudad estancada por sus delirios y aspiraciones de “gran ciudad”; una extensión de tierra rica en sonidos, colores y caos. Que delicia Cali, que delicia esos compases de salsa que irrumpen en mi sistema, cada vez que ella me permite entenderla y vivirla. Todo esto no es Cali. Cali es mucho más; es miedos, risas, flujos descodificados que alteran nuestros órganos hasta ocasionarnos esquizofrenias perpetuas, un delirio de inseguridad y peligro constante, un escalofrío esperado cada vez que damos un paso y nos atravesamos con una sombra desconocida, una sombra que habita la ciudad, que se adueña de ella con cada pisada al andar. La primera impresión es de un cuerpo no muy definido, que arrastra bultos o en su defecto una carreta que parece más una prolongación de sí, que un instrumento de trabajo.

Cali es una ciudad que espera, como bien lo dijo Caicedo, pero que difícilmente le abre las puertas a los desesperados, a los errantes, a los sin nombre, a los recicladores, en este caso particular. Esta población que viene a ser una capa considerablemente grande en la ciudad, como resultado de innumerables migraciones de todos los rincones del país, ha sido objeto de amplias discusiones desde el año 2008, época en que Iván Ospina se posiciona como alcalde de la ciudad. Su llamativa, pero poco consumada propuesta de los 21 Mega proyectos, en apariencia alentadora, engendró una propuesta de vivienda de interés social en el terreno donde se ubicaba anteriormente el vertedero de basura más grande de la ciudad: El basurero de Navarro. Éste fue clausurado obedeciendo a los intereses de muchos ciudadanos preocupados por el peligro ambiental que representaba. Sin embargo se ignoró casi por completo la situación de la gente para la que ese vertedero constituía su hogar y su fuente de ingresos. Aún hoy este proyecto ve obstaculizada su materialización, por falta de cumplimientos de las reglamentaciones ambientales y de garantías de seguridad para los posibles beneficiarios. Además no se había logrado establecer claramente una propuesta que cobijara de manera permanente a los afectados. Dentro del proceso los recicladores se movilizaron como comunidad y lograron victorias legales que se vieron reflejadas en la sentencia T291 de 2009. Tras este suceso se han venido estableciendo acuerdos de conciliación entre el gobierno y la comunidad, que si bien tiene un objetivo común no está exenta de conflictos internos entre los recicladores. A pesar de esto la comunidad se ha consolidado como tal desde hace ya muchos años. El punto de inflexión que potenció la movilización y organización de los recicladores a nivel nacional fue el desafortunado suceso en la universidad libre de Barranquilla en 1992, que involucró a más 11 recicladores muertos, cuyos cuerpos eran utilizados como material pedagógico por estudiantes de medicina y para la comercialización de órganos. Vemos cómo desde mucho antes han sido blanco de atropellos y silenciamientos que vienen desde las leyes mismas, que buscan constantemente argumentos para alejarlos de sus quehaceres; quehaceres que, si prestamos atención, se han convertido en una industria que resulta ser muy rentable.

No es un secreto que el negocio de las basuras en el país ha sido redescubierto como un nicho económico considerablemente rentable, razón por la cual “curiosamente” ha caído en manos de concesionarios, provistos de grandes avances tecnológicos, lo cual representa una pérdida para los recicladores, que no cuentan con herramientas apropiadas para realizar su labor. En el 2009 los hijos del ex presidente Uribe, inauguraron una empresa de manejo de residuos, que estaba abarcando el negocio de las basuras cual monopolio y estaba afectando seriamente el trabajo de los recicladores, que en tal caso, estaban perdiendo sus clientes. Este es un negocio que, según Emsirva en la declaración de la sentencia anteriormente mencionada, es libre, y se convierte cada vez más en un campo altamente competitivo, en donde los recicladores, al no contar con el avance tecnológico de las grandes industrias, se ven perjudicados.

Hasta julio del presente año los recicladores representaban un problema y una noticia que suscitaba interés. Hoy la agenda mediática no dedica espacios que den cuenta de la situación actual de esta comunidad. Resulta pertinente agregar que si esto consiste en una estrategia de silenciamiento, ha sido extraordinariamente efectiva. ¿Dónde quedó todo ese movimiento que logró tomar tanta fuerza y protagonismo durante la primera mitad del presente año? ¿Que va a pasar ahora, con el cambio de dirigente?

El alcalde Ospina se posicionó promulgando determinadas nociones de desarrollo en sus proyectos de megaobras, que hoy se ven reproducidas por varios de los candidatos a la alcaldía de Cali. Valdría la pena pensar, tras este corto pero entorpecido periodo, cuál es la concepción de desarrollo que se maneja en las propuestas, ya que fácilmente un discurso desarrollista puede establecer una pantalla que recubra las desigualdades y fragmentaciones que constituyen a Cali. Entonces ¿desarrollo para quién? Todo esto, porque tras un juicioso seguimiento del proceso del reciclaje en la ciudad, cuesta pensar que la situación de tanta gente haya sido solucionada de un día para otro. De manera que no está de más dejar planteada esta cuestión, esperando que las condiciones, tanto de los ex recicladores de navarro, como de muchos otros en el país no siga siendo una realidad que se esconda tras un discurso de progreso y desarrollo, que busque por todos los medios mercadear la ciudad a costa de muchos; una realidad que enfrenta a diario escenarios de limpieza social, de indiferencia y de irrespeto. Gracias a estos mismos discursos esta dimensión de la sociedad aparenta ser lejana. Sin embargo, no hay que ir muy lejos para darnos cuenta de qué tan crudo es el día a día de esta comunidad. El 31 de diciembre del 2009, 42 personas resultaron gravemente intoxicadas tras consumir una natilla con pesticida, suministrada por personas no identificadas, que se movilizaban en una camioneta por el sector el calvario, en el centro de la ciudad. Es de saber que este barrio resulta ser el lugar de residencia de una gran cantidad de recicladores e indigentes, que quizás poco o nada tengan que ver con la inseguridad de la ciudad, contra la que las improvisadas organizaciones de limpieza social chocan. Casualmente este sector, además de ser vulnerado por este tipo de agresiones explícitas, debe hacer frente a las agresiones difusas de una administración basada en la indiferencia, que con lo único que responde es con desalojos e injusticias, lo cual se ve reflejado – otra vez “ curiosamente”- en la construcción de otro de los grandes megaproyectos: la construcción de “ciudad paraíso”. Este proyecto, así como muchos otros, ha tenido un costo social lo suficientemente alto como para gestionar al menos este tipo de reclamos.

Cali no deja ser lo que se dice que es. Su cara bonita sigue exaltada y su faceta no tan atrayente sigue estando en el fondo de las discusiones. La ciudad sigue siendo hoy una colcha de retazos, en donde el desarrollo no es coherente y está en constante tensión por las tendencias de inclusión y exclusión de unas capas de la sociedad. ¿Qué será, pues, del corazón insigne del actual alcalde? ¿Habrá un nuevo latir que cobije a todos por igual? Esperemos que el periodo que se acerca no se fundamente en la elaboración de nuevos proyectos de renovación urbana y en la tendencia a la monopolización de las empresas privadas de aseo, aspectos que perjudican directamente a la comunidad recicladora.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Universidad con ánimo de lucro, un engaño para la comunidad estudiantil

Por Francisco Piedrahita.
Rector, Universidad Icesi - Cali
Agosto 21, 2011.

(Publicado en ElPaís.com.co ver)

Francisco Piedrahita. Rector de la Universidad Icesi - CaliEntrevista a Francisco Piedrahita, Rector de la Universidad Icesi, publicada en el periódico El País el 21 de agosto de 2011. Francisco Piedrahita, Rector de la Icesi, rechaza la reforma a la Ley 30 de Educación Superior, que legarizaría las Universidades con ánimo de lucro.

¿Qué diferencia la universidad sin ánimo de lucro de aquella con ánimo de lucro?

La diferencia central es la distribución de excedentes. La universidad sin ánimo de lucro no tiene dueños, es dueña de sí misma y, si tiene excedentes, por ley, deben reinvertirse en la misma universidad, mientras que la universidad con ánimo de lucro tiene dueños o accionistas que hacen una inversión para obtener unas utilidades, como en cualquier otra empresa.

¿Por qué no es conveniente la reforma a la Ley 30 de Educación Superior?

He estudiado casos en Estados Unidos, Chile, México y Brasil, pero sobre todo en EE. UU. porque esas universidades funcionan como empresas sociedades anónimas y publican su información. Y el Congreso ha sido más estricto y se generan escándalos por ello. El último gran escándalo fue esta semana cuando la Fiscalía General y cuatro estados de ese país demandaron a una de estas empresas (universidad con ánimo de lucro) por fraude de US$13.000 millones, cifra superior al presupuesto de toda la educación en Colombia.

¿Qué logran esas universidades?

Los resultados son muy buenos en dividendos para las empresas, pero muy malas en calidad para la población estudiantil: tienen tasas de deserción muy altas y las de graduación son muy bajitas, los egresados no consiguen trabajo y no tienen cómo pagar los créditos de estudio. La semana pasada vino el rector de la Universidad Fluminense y habló mal de esta experiencia en Brasil. En México es a bajo costo para estudiantes pobres y ofrecen programas de estudio de muy mala calidad. Y las revueltas en Chile están relacionadas con las universidades con ánimo de lucro, que allá son ilegales. Y se complica más porque descubrieron que, como la universidad es sin ánimo de lucro, le montan una empresa que se vuelve dueña de los activos de la universidad y le prestan servicios y así sacan las ganancias y luego parten entre los dueños y los políticos.

¿Por qué es tan mala la universidad con ánimo de lucro si la competencia en el libre mercado es buena?

Los economistas coinciden en que la ley del mercado no funciona cuando se trata de bienes públicos y si hay externalidades positivas o beneficios para todos. Y porque hay una asimetría en la información, es decir, que el proveedor sabe muchísimo más que el comprador sobre lo que éste compra. Y cuando se compra educación universitaria, ésta no se da en uno o dos días sino en cinco años y sus logros se ven a lo largo de la vida. Esta desinformación se debe a que las universidades con ánimo de lucro invierten más en publicidad y mercadeo, tienen una fuerza de ventas reclutando jóvenes, así que es muy fácil ganar estudiantes con cuentos, hay una tendencia o probabilidad de engaño.

Mencionemos un ejemplo...

Mientras en Icesi, por ejemplo, gastamos el 4% del presupuesto en mercadeo, una universidad con ánimo de lucro en EE. UU. gasta el 25%. En internet hay un video de un ex directivo de una de estas empresas contando muy tranquilo que sólo el 10 o 20% lo invierten en profesores y el 25% va a mercadeo. Cuanto el periodista lo confronta, responde que eso qué importa, si cuando se compra un perfume, ¿acaso solo el 10% del precio no corresponde al contenido, y el resto es publicidad? Por eso digo que ellos son vendedores de ilusiones.

Una de esas universidades es la de Phoenix. ¿Cómo funciona?

Es universidad con ánimo de lucro más grande en EE. UU. está en la bolsa, y aunque en ese país todo es con todas las de la ley, invierte sólo la séptima parte de lo que invierte Icesi por estudiante, que es en Colombia y en la provincia, pero invertimos siete veces más. Eso sí, Phoenix cobra el doble de lo que Icesi cobra, así que el negocio es redondo. Es más, ganan el 60% neto sobre el patrimonio invertido, el triple de lo que ganan en promedio las grandes empresas norteamericanas.

¿Esta reforma sería dar una patente de corzo a las universidades piratas?

En Colombia hay universidades con ánimo de lucro, sólo que sin decirlo, como en Chile. Algunas personas, ante la propuesta de reforma a la Ley 30, olímpicamente responden que ‘si ya las hay, legalicémoslas, sincerémosnos y pongámoslas a que paguen impuestos’. Con ese cuento podemos arreglar todos los problemas del país: si hay gente que roba, pues legalicemos el robo, o si hay gente que mata, legalicemos el crimen. Esa disculpa es horrible. El Estado debe es preocuparse de que las universidades con ánimo de lucro se vuelvan universidades de verdad y exigir que reinviertan sus utilidades en educación, no para los accionistas.

¿La reforma sería un retroceso a las medidas de cualificación tomadas por el mismo Gobierno y el MEN?

La década pasada fue sostenida de mejoramiento de calidad de la educación superior, desde que estableció el registro calificado, la acreditación, las pruebas Ecaes, ahora Saberpro, el observatorio laboral para el seguimiento a los egresados, Colciencias fortaleció su evaluación de la investigación, y una serie de medidas que buscaban mejorar la educación superior, pero esta reforma iría en contravía.

¿Hay algún caso en Colombia?

El Politécnico Grancolombiano, que ya entró en la red de la multinacional Whitney y el único resultado es cuánto le entra de flujo de caja a la universidad y a los accionistas, en vez de mostrar logros académicos: cómo les va a los graduados; no hablan de deserción escolar ni de incorporación laboral. Se cambia el paradigma de calidad académica, el de la década pasada, donde las universidades del país hicimos un esfuerzo y el Gobierno exigiéndonos, por el paradigma de las ganancias.

Se pierde en investigación...

El ánimo de lucro desfigura la esencia de la universidad porque no le importa la investigación, que es la gran misión de toda universidad en todas partes. En la Universidad de Phoenix, cuyos dueños son los accionistas de la empresa Apollo, no gastan un peso en investigación, eso no está en su agenda.
¿Eso en qué se traduciría?

En que no van a abrir programas como biología, química, geología, ni de humanidades o ciencias sociales, porque eso requiere mucho laboratorio, mucha investigación, mucha inversión y tienen poca demanda, y así no da dividendos. Entonces van a montar programas baratos de tiza y tablero y de mucha demanda. Eso es gravísimo porque no vamos a tener profesionales en áreas que el país requiere, así sea en cantidades reducidas. Por eso la universidad es un bien público, y esa es la gran preocupación de las universidades oficiales como la del Valle y que compartimos,y es que esta reforma desfigura la esencia de la universidad, porque desaparece como bien público y aparece como vendedora de títulos.

Le preocupa el tema del mercado...

Y le está hablando un hombre de empresa, que cree en el mercado, pertenece a juntas directivas, pero hay sectores donde el mercado no funciona y la educación es uno de ellos. En Icesi hay muchas empresas de la región que invierten, pero donando recursos, porque creen que eso mejora el entorno, a la población, a la ciudad, a sus empresas porque van a estar en una comunidad más sana y más próspera, y además van a tener profesionales calificados, pero no son accionistas a la espera de ganancias netas o utilidades en efectivo, sino de resultados de investigación y de docencia en el mediano y largo plazo.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
De Colombia para el mundo