Por estos días los indignados ocupan planas en los medios internacionales y aunque el nombre de indignados se le atribuye al movimiento 15-M en España, los jóvenes han protagonizado innumerables y significativas manifestaciones a través de la historia, prueba de ello es el llamado mayo de 1968 y lo que quedó de él en Colombia con el movimiento estudiantil de 1971, por no mencionar otros casos.
Sin duda alguna, el año 2011 si ha sido el de los indignados. Comenzando por la ola de democratización de medio oriente donde los jóvenes jugaron un papel importante para que junto con la población civil tumbaran presidentes en Túnez y Egipto; continuando con los jóvenes de países europeos como Grecia, España, Italia, Inglaterra, Alemania y otros que se han cansado del modelo económico neoliberal que en la práctica ha demostrado ser un fracaso y protestan por más control a las entidades financieras, contra el constante recorte de los derechos fundamentales como la salud y la educación, y hasta por el medio ambiente y reformas democráticas.
Si bien los indignados en el mundo no solo son jóvenes y estudiantes, ellos juegan un papel clave en las marchas y manifestaciones por su espíritu joven, rebelde y crítico. Además porque tienen un permanente y cotidiano contacto con las redes sociales, las cuales en muchos casos han servido como medio efectivo de comunicación y masificación de los mensajes. Los indignados también son los trabajadores, los maestros, el comerciante, el empresario y hasta la ama de casa que directa o indirectamente se ven afectados por el modelo y la crisis económica con sus respectivas consecuencias, algunas de ellas ya mencionadas.
Mi posición es, que aparte de los trabajadores de Pacific rubiales y otras manifestaciones aisladas, los indignados colombianos principalmente han sido los estudiantes. A continuación voy a explicar el porqué de dicha afirmación: las constantes manifestaciones de los estudiantes este año que han colmado las principales calles del país tienen una sola causa, la reforma a la ley general de educación, la famosa ley 30 de 1992.
Cuál es la confrontación entonces entre la propuesta del gobierno y la posición de los estudiantes frente a ello? La propuesta del ministerio de educación habla de una ampliación de recursos para aumentar cobertura con calidad en la educación superior, más recursos para las universidades públicas y más créditos educativos con el ICETEX.
Si eso pinta tan bueno, entonces ¿por qué se oponen los estudiantes? es la otra pregunta. Se oponen porque desde hace 19 años no se incrementa la base presupuestal medida por el IPC, sin tener en cuenta que cada año aumenta la población estudiantil que debe ingresar a la universidad y gastos de funcionamiento y planta laboral, porque 22 de las 32 universidades públicas tienen un desfinanciamiento de 660 mil millones de pesos lo que las ha obligado a que en los últimos años el 50% de los recursos de su funcionamiento sea por autofinanciación de la misma universidad. Porque definitivamente no se resuelve el problema de financiación de la universidad pública que es a lo que debería apostarle el país para su desarrollo. Pero no, simplemente se quiere aumentar la cobertura para mostrar mejores resultados sacrificando de esta forma la calidad. El gobierno ahora se quita la responsabilidad de subsidiar una matrícula por subsidiar la demanda, es decir, dar un crédito educativo para que el mismo estudiante se financie su carrera educativa.
Los indignados estudiantes le apuestan a una educación que avance hacia la gratuidad y una mayor cobertura, que tenga altos estándares de calidad y que le sirva al desarrollo del país y al de sus propios intereses. Por eso, como los estudiantes chilenos, los estudiantes colombianos se encuentran en paro nacional indefinido y le han apostado a la movilización como el único camino para luchar contra las regresivas leyes del gobierno. Así como a derogar esta ley, a sentarse con el gobierno a construir una nueva ley de educación pues nunca se les ha tenido verdaderamente en cuenta. Mientras esas condiciones no se den, el paro nacional estudiantil será indefinido y los estudiantes seguirán siendo los indignados colombianos a la espera de que los demás sectores sociales del país se le sumen y los apoyen en su justa causa.
Que no se les llame desinformados ni se les estigmatice la protesta, que Santos y su ministra ni con mentiras ni con astucias lograra engañar a la comunidad universitaria.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Los indignados colombianos son los estudiantes
Por Carlos Liévano.
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1 comentario:
Texto breve y claro, con un objetivo bien logrado: relevar la posición de los estudiantes en el movimiento social para el caso colombiano. En ese sentido, me parece que se abre un gran tema a trabajar como es la constitución del actor social estudiantil o, mejor aún para el caso de Colombia, la reconstitución del actor social estudiantil. Esa puede ser la etapa siguiente de este artículo inicial y creo que es bueno animar a su autor en tal dirección. Reafirmo las coincidencias que plantea con el caso chileno.
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