martes, 2 de noviembre de 2010

Cumplimiento de los Derechos Humanos ¿un imposible en el país?

Por Ana Cristina Murillo.

Es frustrante saber que desde las estancias militares se siguen cometiendo crímenes barbáricos en contra de la sociedad civil, como es el claro ejemplo de los tres niños asesinados en Tame, Arauca. Después de los mal llamados “falsos positivos” no se escuchaba un hecho tan escandaloso de parte del ala militar del país.

A pesar que se están realizando castigos ejemplares y varias sustituciones además de haber una aparente transparencia en las investigaciones, se debe tener en cuenta que este esfuerzo en particular se debe tener en todas las investigaciones que se hagan en contra de los militares, ya que por el status que poseen en el país, de han pasado varios crímenes de largo y ha reinado la impunidad.

Por otro lado es pertinente tener en cuenta que éste es un indicador de la situación precaria que pasan los derechos humanos en nuestro país. Es claro que no solo los grupos armados son los que comenten crímenes atroces, además también son cometidos desde el ala militar. Es aquí donde se pregunta ¿en quien confiar? Las estancias gubernamentales aseguran que estos hechos no se pueden tomar como hechos realizados por toda el ala militar sino más bien de unos cuantos militares que se salen de los principios de un militar; son militares deshonrosos, que no cumplen con los parámetros que se le establecen al empezar como militar. En este sentido, el gobierno puede tener razón, generalizar de un militar a todos los militares no sería justo con los que sí han actuado bien, pero al mismo tiempo es justo tener en cuenta la cantidad de delitos cometidos por los militares que han pensado desapercibidos, delitos que han quedado impunes ante la opinión pública, y que tal vez nunca los militares se van a responsabilizar de estos.

Podríamos a partir de lo anterior tener dos variables que estancarían el cumplimiento a cabalidad de los derechos humanos: a) la impunidad en delitos militares y b) la negación de la precaria situación de los derechos humanos en el país. Si estas dos variables siguen latentes en el país, el cumplimiento de los derechos humanos será un imposible para el país.

2 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

Es cierto, Ana... lo verdaderamente terrible del crimen es que no sólo se cubra al victimario para salvar la honra institucional, sino que se le desconozcan los derechos a las víctimas a la verdadera información, a la justicia pronta y a la clarificación de los hechos. Esto sería sano no solamente para los padres de las niñas asesinadas (acontecimiento central de la revista semana que circula hoy) sino para un país que ha decidido convertir en heroes a sus militares.

Laura dijo...

La precariedad de los derechos humanos en nuestro país, que comentás en tu artículo es una triste y (para algunos, como nosotros) una evidente realidad. Lastimósamente, y creo que no sólo en Colombia, es un objetivo permanente hacernos sentir protegidos por los héroes militares, a quienes a veces siento que deberíamos temerles más que a sus enemigos. Y no porque puedan ser más "malos" si no porque esa falacia de heroísmo nos pone en una situación en la que no pueden existir castigos, porque sería admitir que no son tan perfectos, y que no están bajo control, como se supone que deberían estarlo.
Perdonarán mi comentario, pero creo que la posibilidad de un país en el que los derchos humanos se cumplan a cabalidad, sólo puede darse en una nación en la que Dios sea realmente una prioridad para cada persona, y no un escudo o una escusa para actuar de formas atroces.

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