martes, 15 de febrero de 2011

El “Paraíso” en vía de extinción

Por Isabel Mancera.

Hay un nuevo espacio en la universidad ICESI que está llamando mucho la atención. Éste lugar, raya completamente con lo que se puede ver en el resto de la universidad. Para varios estudiantes ha recibido el nombre de “el paraíso” y me parece pertinente para esta columna.

Comentaré un poco de historia del paraíso. Abierto desde el segundo semestre de 2010 como el espacio del gimnasio, empezó a ser utilizado para el área de bienestar universitario. Actualmente dispone varios salones para actividades de la misma entidad. El paraíso, una de las casas de “El Caballista”, narcotraficante que está ahora extraditado, quedó en manos de la universidad ICESI. La casa no se encuentra aún bajo la total posesión de la universidad, ya que está en manos de las entidades de justicia que se encargan de estos casos.

Para muchos la universidad cada día se convierte más en una selva de ladrillos. Los espacios para el descanso son pocos y el verde es escaso. En contraste, en el “paraíso” la vegetación es abundante. Se podría decir que el 60% del espacio dispone de zonas verdes y cuenta con lugares para descansar, recostarse, sentarse en el suelo o simplemente para “estar”. Sin embargo, los estudiantes suponen que pronto la universidad podría convertirlo en un edificio más de color naranja. Hace un tiempo, leí un artículo de la revista Papel de Colgadura Vol 3 llamado “El no campus”[1] donde se dice que aquellos espacios son indispensables para el desarrollo del estudiante. Se entiende, que para que la persona tenga un buen rendimiento no sólo necesita estar bajo la presión del estudio sino también poseer tiempos de descanso, para lo que llamarían “despejar la mente”. La razón por la cual hago todos estos comentarios es que a veces las instituciones, aquí refiriéndome a la universidad como tal, tienden a interpretar el ocio como algo peligroso para el desempeño del estudiante o consideran estos espacios como propicios para cometer ilegalidades. Esto último para nombrar vagos ejemplos que tratan de explicar el porqué se intenta evitar el desarrollo de estos lugares.

Tal vez si dejaran un poco más abiertos estos espacios se verían otros resultados. Las cosas deben ser equilibradas y no dejar el peso hacia un solo lado. Un poco menos de “control” no caería mal. Un poco más de despreocupación, no por el estudio sino por la oficialidad de los espacios, no estaría de más. El hecho de disponer de un lugar como “el paraíso” no quiere decir que éste vaya a ser mal utilizado. A veces sólo se quiere poder sentarse en el pasto o hacerse bajo un árbol a leer.


Bibliografía

[1] Fuente: http://issuu.com/papeldecolgadura/docs/papelvol3.

7 comentarios:

Natalia Márquez dijo...

la preocupación que planteas es compartida, pienso al igual que tu que la universidad necesita ese espacio, no todo puede ser ladrillo. se podrían hacer campañas para que la universidad no olvide la importancia de estos espacios para los estudiantes. por ejemplo las actividades de yoga se llevan a cabo en "el paraíso" y como decía titi en la inducción, no se puede pasar por la universidad solo académicamente, se tiene que distribuir el tiempo para realizar actividades extracurriculares, por eso la universidad le apuesta mucho a los deportes y actividades artísticas, porque le dan un valor agregado a nuestro paso por la institución. teniendo esto en cuenta la universidad no debería ni siquiera considerar acabar con lo verde del "paraíso".

Juan José Torres dijo...

La mente no solamente necesita estructuras y teorias tambien se hacen necesarios colores y sitios frescos donde encontrar nuevas formas de entender el mundo, si aceptamos como verdadera la premisa de que a Issac Newton le cayo una manzana en la cabeza,partiraimos entonces de la idea de que los campos abiertos son sitios donde se pueden dar grandes pensamientos, estamos hablando de una de las grandes teorias de la fisica, y sus bases no se dieron en un laboratorio, ni detras de cuatro muros, estas se dieron cuando el ladrillo y el papel se encontraron con la brisa y el susurro de las hojas.

Adolfo A. Abadía dijo...

Imagínate si en vez de una manzana le hubiese caído un ladrillo naranja …hubiese quedado medio loco del golpe y posiblemente aun no tuviéramos ni idea de lo que es esa fuerza mágica que no nos deja llegar a la luna pegando un brinco. Una buena combinación y un saludable equilibrio entre recreación y educación no implican un choque de fuerzas en contravía. Al final del día, las responsabilidades son de cada uno y cada uno verá cómo le da respuesta y actua, consecuentemente, consigo mismo.

VHV dijo...

Celebro el interés expresado por Isabel y por sus compañeros comentaristas sobre temas "mas locales". Y comparto - aunque sin todo el conocimiento de causa - su defensa bien intencionada de un espacio que antes fue destinado al goce individual de un personaje de estos que desafortunadamente abundan en nuestra ciudad; por un uso colectivo de un grupo de universitarios (como Uds.) que entiende claramente que eso es una Universidad: un "resumen" del universo, en el que confluye la diversidad (de opiniones, de pareceres, de posturas, etc); y que promueve al Hombre y la Mujer Nuevos desde las dimensiones del Saber y del Hacer... pero también las del Ser y del Pensar (estas ojalá desde una perspectiva libertaria y emancipatoria). Adelante... den la discusión!!!

David Soto. dijo...

Aquí, hay que poner de manifiesto que la universidad nos da espacios de recreación y deportes. La preocupación mía y compartida por todos es que este tipo de lugares, pero, lo que en mi genera más preocupación es la escasez de tiempo que la universidad genera en nuestras vidas para aprovechar estos espacios extracurriculares, es bien sabido que muchos no podemos aprovechar la oferta de actividades lúdicas porque simplemente nuestros deberes como trabajos y preparar clase nos lo hacen imposible.

Isabel Mancera dijo...

David, yo creo que aqui el problema no es de tiempo. A fin de cuentas uno ve como lo opimisa mejor... Se sabe que la universidad nos ofrece muchas electivas, desde guitarra hasta karate. Mas eso no es a lo que me refiero en el articulo. Como bien lo dije, hablo de espacios de descanso. Puede que estar en ese tipo de actividades como tocar algun instrumento o bailar sean extracurriculares, pero yo hablo de espacios donde se pueda hablar, dormir, pensar, estar.. No pido que abran más ludicas de las que ya tenemos, pido que no se 'extingan' espacios como el de el paraiso. (No precisamente sus salones)

No es Juanita dijo...

La verdad tienes mucha razón... Encontrarnos encerrados en ese espacio tan estructurado hace pensar que hace falta un lugar para relajarse, no para realizar una actividad en específico, sino un lugar para sentarnos en el piso, respirar aire fresco, ver un poquito de verde.

Recuerdo que en primer semestre me sentaba en canchas y eso para mí era lo más "verde" que se podía conseguir en Icesi. Ojalá el "G" no vaya a terminar como otro monstruo de cemento.

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