Titulares: “California, en pleno referéndum sobre legalización de marihuana”[1], “Presidente Santos consideraría legalizar el consumo de droga”[2], ¿Porqué la legalización de la marihuana todavía es una discusión actual en la arena política? Para responder esa simple pregunta, hay que mirar un poco la historia, como por ejemplo ¿Cuándo la marihuana entra en los asuntos políticos?
No fue que hace menos de un siglo, exactamente en 1930, cuando la prohibición de la marihuana comienza en Estados Unidos. Su preocupación por esta planta, utilizada mundialmente sin ninguna represalia, fue de interés económico.
Érase una vez,un señor llamado Harry J.Aslinger, comisionado de la Oficina Federal de Narcóticos del Departamento de Tesorería, que en la década de los 30 fue el primero en declararle la guerra a esta planta: hay que aclarar que el Gobierno Federal, en vez de tratar la adicción como una cuestión de salud pública, este concede el control al Departamento de Tesorería. El Sr. Aslinger empieza entonces una campaña prohibitiva en contra del uso de los narcóticos, incluyendo el alcohol. Creyendo ingenuamente que los impulsos humanos pueden ser controlados con represalias, la guerra contra las drogas empieza a ver sus primeras víctimas. Pero esta guerra comienza a focalizarse en la marihuana al encontrar múltiples ineficiencias en el control del licor: su legado fue en plantar una semilla de repudio hacia esta planta culpándola de ser la amenaza más grande del pueblo estadounidense. Manipulando la información para venderles una idea a los votantes, la ilegalización total de la marihuana se estableció gracias a varias leyes adoptadas por el Gobierno Federal. Pero la cúspide total de esta prohibición es en 1961, en la reunión de las Naciones Unidas, cuando el Sr. Aslinger utiliza la influencia de Estados Unidos para convencer a más de 100 países de ilegalizar el uso de la marihuana. El resto, ya es historia.
Pero, ¿Qué realmente se está ilegalizando? Se ha comprobado científicamente que el daño de esta planta es mínimo comparado con otras drogas como el licor o la heroína, opio, cocaína, morfina, etc. Y además, su uso no ha podido suprimirse por más prohibiciones ya sea por el mercado negro, ya sea por el aumento continuo de la demanda. Antes de 1930, el uso de la marihuana fue normal, es decir, fue un bien ofrecido y demandado naturalmente por todo el mundo, no solamente para el consumo recreativo, sino para su uso medicinal y utilitario. El cáñamo, una especie más de la familia del cannabis es tan útil que el primer Modelo-T de Henry Ford fue construido para funcionar con combustible de cáñamo y una gran parte del auto mismo se hizo de cáñamo. En su extensa propiedad, Ford fue fotografiado entre sus campos de cáñamo. El coche, “crecido de la tierra” tenía paneles de plástico de cáñamo cuya asombrosa dureza fuera 10 veces más fuerte que la del acero[3]. Igualmente, las aplicaciones comunes de este producto fueron famosas por siglos y hasta fue uno de los principales bienes comercializados por Inglaterra en el periodo del mercantilismo por ser un recurso natural renovable y del cual es posible obtener tan amplia variedad de productos de óptima calidad y gran oferta en casi todos los rincones del planeta. Por ende, este producto es una amenaza para las grandes empresas de: papel, plástico, ropa, comida, casas, muebles, aceite nutritivo, forraje para animales, biomasa para calefacción, jabón, champú, esteras, sacos, aislantes, fieltros, pinturas y barnices, combustibles y lubricantes, geotextiles contra erosión, campos de cultivo para purificación de agua, enriquecedor de suelo y tutor de leguminosas, etc. Claro está para todos los empresarios que una ilegalización mundial de este producto sea beneficiosa para ellos. Al quitar del mercado un bien el cual puede ser más productivo por su facilidad en el sembrado y su bajo costo, las multinacionales ayudan a financiar la costosa guerra contra las drogas para hacer perdurar su era imperial dentro de la fijación de precios en el mercado mundial.
Por último, un dato curioso: En 1937, Dupont patentó los procesos para fabricar plásticos del petróleo y el carbón. El informe anual de Dupont instó a los accionistas a invertir en su nueva división petroquímica. Plásticos sintéticos como el celofán, el celuloide, el nylon, el rayón, el dacrón, etc., podrían ser obtenidos del aceite del cáñamo. La industrialización natural del cáñamo habría arruinado el inmensamente lucrativo negocio de Dupont y de otros multimillonarios que se perjudicarían intentando competir contra este bien. Andrew W. Mellon, se convirtió en Secretario del Tesoro de Hoover e inversionista primario de Dupont. También designó a su futuro sobrino político, Harry J. Anslinger, para que dirigiera la Oficina Federal de Narcóticos.
Y colorín colorado, este cuento … ¿se ha acabado?
Bibliografía
[1]El Espectador, 2 noviembre 2010: http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/articulo-232787-california-pleno-referendum-sobre-legalizacion-de-marihuana.[2]Caracol Radio, 13 febrero 2011: http://www.caracol.com.co/oir.aspx?id=1425320.
[3]Mecánica Popular, 1941.
1 comentario:
Excelente columna, Ana María. En particular porque devela las intenciones del Estado y del Mercado cuando intentan fungir como "actores morales". Demuestras de manera aguda cómo se reafirma esa vieja premisa que no existen cultivos ilícitos sino "cultivos de uso ilícito"... no hay tal cosa como LA MATA QUE MATA, ni se puede demonizar la naturaleza en aras de preservar los intereses de capitalistas convertidos en políticos por "obra y gracia". Si miráramos el impacto que genera el monocultivo de la caña de azucar (en la tierra, el agua... en la cultura de las poblaciones que malviven de su explotación), o el de la Palma Africana (que ha traído consigo desde inseguridad alimentaria hasta desplazamientos y masacres), entenderíamos la "trinca" que hoy tienen Estado y Mercado; quienes insisten en mirar las consecuencias humanas de los modelos de desarrollo rural como meras "externalidades".
Publicar un comentario