martes, 15 de febrero de 2011

El camino dudoso de la economía nacional

Por Juan David Montoya de Soto.

Se hace mas impresionante a cada momento (aun no tengo claro por qué), la ignorancia, que parece casi ceguera, con la que se toman las decisiones en el país. La carencia real de políticas económicas bien diseñadas, se hace patente a cada momento.

Los objetivos que se había propuesto el gobierno para este año, parecen, hasta ahora, verse frustrados, y las medidas que se ven venir, no se muestran como una verdadera opción para corregir el camino.

El déficit en cuenta corriente, así como la inflación, van para arriba, por fuera de lo previsto. El desempleo, si bien se ha reducido, es por el crecimiento de la informalidad (cuando justamente, una de las metas del gobierno, era reducir esta variable). La restitución de tierras ha sido un éxito, al menos en la inmediatez del hecho, pero aun no tienen un éxito asegurado en su futuro, así que será mucho el trabajo a realizar. La minería no se ve como un buen camino a seguir, por el abuso medioambiental que se significa (como se está proponiendo).

La generalidad en el país, ha consistido en la implementación de modelos económicos de libre comercio, de diferentes industrias y apertura a nuevos mercados, sin la adaptación que estos modelos requieren para ajustarse correctamente al contexto del país.

En definitiva es necesario un verdadero cambio estructural en la forma de organización económica, para poder pensar en un cambio que sea realmente duradero.

Lijphart menciona como ejemplo de cambio, sistemas democráticos que permiten la toma de decisiones consensuadas, que aunque pueden ser más lentas, son más eficaces. Y este concepto, es aplicable, no solo a la política, sino también a la economía y cualquier medida social, porque consiste en la modificación consciente de las estructuras, que finalmente repercute en el cambio en el accionar de las personas. Lo invisible se hace visible.

Es necesario considerar, concienzudamente, todas las opciones que le sirvan al país para, finalmente, salir de esta carrera de las ratas en la que está sumida la vida de la mayoría de las personas en este pedazo de tierra. Se tiene que dejar de pensar en el extremadamente corto plazo, que ha sido la normalidad en nuestra forma de entender la política, la economia y la sociedad en general. Es necesario empezar a establecer planes a mediano y largo plazo para el mejor desempeño economico, diseñados para el beneficio de la mayoría de la población.

Fuente: http://www.elespectador.com/impreso/columna-250506-seis-meses-de-santos

Lipjphart, Democratización y modelos democráticos alternativos.

1 comentario:

VHV dijo...

La soberbia del 85% de aceptación hace que cualquiera sea el mandatario neoliberal de turno se crea por encima de todo escrutinio. El único que vale es el de las urnas, y ese sucede cada 4 años (cuando no, cada 8). Es sintomático de una crisis económica coyunturas como el Paro Camionero, la negación de firmar el TLC por parte de EU, el recorte en la "cooperación" militar proveniente del Plan Colombia, el renacimiento de las BACRIM - creadas y respaldadas por las élites políticas y económicas del país -. Como diría un amigo: "El capitalismo del siglo XXI no es solamente salvaje, sino también criminal"

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