martes, 2 de noviembre de 2010

La vigilancia: sometimiento y costumbre

Por Juan Paulo Grajales Molina.

Los estudiantes de la universidad Icesi parecen tener una posición respecto de la seguridad que se fundamenta en los controles estrictos y la búsqueda de culpables antes que una posición de auto conciencia y solidaridad frente a los hechos que pueden concebirse como inseguros dentro del campus. Estos hechos por ejemplo, los robos por descuido, tienen en la prevención y la actitud de las personas antes que formar toda una estructura basada en la vigilancia y el control constante. Sin embargo, la mentalidad los estudiantes y de los jóvenes hoy por hoy parece una continuación de la hegemonía de la dominación de unos grupos con poder sobre otros indefensos.

Los jóvenes adoptan y trasladan la configuración de la ciudad al contexto universitario. Por fuera de la universidad se comportan constantemente en alerta y extrapolan las necesidades de protección a las instituciones sociales y políticas. No tienen ningún problema en criticar la inacción de las instituciones o la corrupción de sus integrantes cuando sufren un flagelo. Esta necesidad de encontar culpables legitima todo tipo de mecanismos reaccionarios que ayudan a sanar el daño hecho por tal flagelo, más no aportan ninguna solución de fondo al problema real de la comunidad.

De igual manera sucede en la universidad, donde antes de encontrar en este lugar, un espacio de libertad y de autonomía, parecen querer difuminar el modelo exterior y hasta administrar por cuenta propia la justicia desde sus posiciones particulares. Me he dado cuenta de esto promoviendo un espacio de universidad universal y de libre circulación de ideas como ejes de una propuesta política que intervenga desde todos los puntos de la conciencia nuestra sociedad universitaria. Por el contrario, encuentro en los estudiantes la necesidad de ser vigilados antes que llevar procesos a largo plazo que podrían generar mayores beneficios, como puede ser, un posible cambio en las prácticas culturales en un sentido de auto cuidado.

Parece que no estamos listos para una transformación humanista y perecemos antes las prácticas institucionalizadas propias de una sociedad que nunca se ha asumido como administradora de sus conductas y prácticas.

2 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

Muy bien, Juan Paulo. El tema es de gran trascendencia pues los discursos y relatos ampliados alcanzas las microesfereas en las que los seres humanos habitamos. El deseo irrefrenable de "seguridad" objetiva ha llevado a los caleños a vivir en unidades cerradas, trashumar por centros comerciales en vez de plazas públicas, pedir a gritos vigilancia electrónica y fáctica hasta en los campos universitarios... ya sólo falta la policía del pensamiento que pronosticó G. Orwell en su famoso 1984.

Laura dijo...

Será que no vigilan nuestro pensamiento??? Me quedó martillando en la cabeza ese comentario... porque pienso que si bien es imposible que vean lo que pensamos, si se vigila de diferentes formas lo que piensan los ciudadanos y eso me causa terror!!!
El "problema" de la seguridad en icesi, es una parodia que refleja la forma de pensar y sentir de la clase media alta en Cali, y me causa muchísima gracia y a veces molestia, escuchar en ciertos grupos, cuando voy por los corredores, las preocupaciones y temores que los acechan, y me doy cuenta de dos cosas: Primero como Juan Pablo menciona en su artículo, el deseo de sentirse seguros lleva a las personas a plantearse una universidad en donde la vigilancia traspasar las barreras de la indivudualidad. En segundo lugar, como la obsesividad en sentirse seguros, distrae la atención de los verdaderos problemas.

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
De Colombia para el mundo