Un fin del mundo del fin

Por Cristian L. Erazo

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A través de este enlace pueden encontrarse con un cuento corto de Julio Cortázar, llamado el Fin del mundo del fin. Este cuento hace parte del libro Historias de Cronopios y de Famas publicado en 1962. El libro sigue el orden de la siguiente división: Manual de instrucciones; Ocupaciones raras; Material plástico - aquí se encuentra el cuento en cuestión -; e, Historias de Cronopios y de Famas.

El cuento no es acerca de una explosión momentánea y catastrófica, ni de una destrucción masiva o una grieta que engulle todo menos un helicóptero y sus afortunados supervivientes; es otro fin: consiste en un aumento ininterrumpido de escribas - cabría la pregunta de por qué no hablar de escritor, pero creo que sería mejor cambiarla a por qué él no lo hizo, considerando que la principal diferencia es que el escriba copia escritos ajenos o escribe lo que le dictan - que produce un incremento desbordante de libros. Ya no hay espacio para almacenar los libros, se utilizan nuevos terrenos, se usan los libros como ladrillos y se levantan grandes paredes que al caer, como cualquier edificio, ocasionan más que un accidente.

Aún falta espacio, entonces "El presidente de la República habla por teléfono con los presidentes de las repúblicas, y propone inteligentemente precipitar al mar el sobrante de libros, lo cual se cumple al mismo tiempo en todas las costas del mundo". El mar se desplaza o une con los libros para formar un pasta que retiene a los barcos, utilizados luego como islas o casinos y refugio de presidentes mientras del otro lado de las montañas de papel los escribas se vuelven más recursivos por la escasez.

Lo que busco hacer notar con esta síntesis, es la presencia de un proceso cuando se piensa un posible fin del mundo. Aquí el proceso comienza con la siguiente preposición: "Como los escribas continuarán, los pocos lectores que en el mundo había van a cambiar de oficio y se pondrán también de escribas. Cada vez más los países serán de escribas y de fábricas de papel y tinta, los escribas de día y las máquinas de noche para imprimir el trabajo de los escribas". Es decir, los escribas aumentarán. No obstante, el final del cuento no se traduce en un nuevo comienzo o una última explosión vista desde el espacio por supervivientes, sino en un aislamiento que va a acabar con los escribas. Este es el fin.