¿Es el paisaje?, ¿Es el artista? dinámicas en las composiciones artísticas

Por Catalina Bustillos Paz.

Tipo de documento: Fragmento
Fecha de creación: 1973
Procedencia: Publicación del Museo Nacional
Características físicas: 60 palabras
Fecha de recuperación: Lunes, 25 de Febrero de 2013. 3pm.

“¿De qué está hecha una roca en la Guajira o qué siente un árbol de caucho en el Amazonas? ¿Cómo se puede fotografiar el nacimiento ficticio de los cangrejos o describir el miedo que se siente ante los espantos que asustan a los viajeros? Habría que ver todo eso con ojos nuevos, ver todo como si fuese la primera vez”. Enrique Grau. El pequeño viaje del barón Von Humboldt

Justamente lo vi con ojos nuevos. Eran las 3 de la tarde del día 25 de Febrero y casi no lograba diferenciar las palabras que leía. Cansancio ocular o visual, como sea, las cosas ante mis ojos no eran percibidas de la misma manera. Y al leer este fragmento recuperado de la página web del Museo Nacional, entendí que no estaban mis ojos cansados, estaban absortos en un nuevo hallazgo que no creían haber encontrado.

Este es un fragmento de una obra que fue escrita por Enrique Grau, el de las Mariamulatas y LA^[1] Mariamulata que está en Cali, cuando se toma la vía al mar. Enrique Grau, naturalismo y observación. Grau, sensibilidad y excentricidad. En sólo 60 palabras se encuentra la fuente de inspiración de este maestro de la pintura colombiana, una admiración y atención hacia lo que es omnisciente y omnipresente. La naturaleza, humana, animal y vegetal dentro de sus virtudes e imperfecciones. Además de ello, da cuenta del paisaje particular de las regiones, de los espacios donde los seres y sus acciones cobran significados y que son materia prima perfecta para representar a través de sus obras. Lienzos, dibujos, serigrafía y escultura son los vectores que conducen la puesta en escena de los pensamientos y sentimientos más profundos del artista.

Además de las representaciones pictóricas, El pequeño viaje del barón Von Humboldt, es un libro que cobra vida en 1973 y se publica, sin concluir, a finales de 1977. De corte ficticio, conserva fragmentos de realidad al ser inspiración de diarios de viajeros europeos a su paso por el continente americano, durante los siglos XVIII y XIX (Museo Nacional, 2012). Para este momento (1973), Grau no esperaba dar vida a las Mariamulatas; sin embargo, notando su admiración espontánea por lo natural, lo que nace en el territorio y se funde en su territorialidad, era casi predecible la concepción y el nacimiento de una de sus más importantes obras; obras que llegan al mundo en un momento cumbre entre el júbilo de la vida y el ocaso de su muerte.

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^[1] Hablo de LA Mariamulata por su carácter singular como escultura en la ciudad. Además, para hacerla visible como elemento dentro de la construcción social del territorio caleño.