jueves, 28 de febrero de 2013

Entrevista a Marta Peralta.

Por Juliana Salazar Figueroa.

Entrevista realizada el día 19 de abril del año 2011, en Capellanías Cauca.

La familia de marta, era una familia muy numerosa, según ella a los negros les gusta tener muchas mujeres y por lo tanto, mucha descendencia. Eran 7 hermanos de los cuales solo quedan vivos 3. La madre y el padre de marta vivieron en Popayán y después se quedaron a vivir en capellanías, en donde nació marta.

A marta le gusta permanecer en Cali la mayoría del tiempo, dice que si no hubiera tenido a su familia aquí se hubiera ido desde jovencita. Algunas veces se queda 1 o 2 meses. Su casa queda ubicada cerca de capellanías, yendo hacia el rio san bingo, a unos 5 o 10 minutos del caserío. Ahí siembra: piñuela, limón, guanábana y maíz, que vende en la carbonera, en bolívar y a 2 personas: Senon Meneses y Adela Ñañez.

El mercado de capellanías, tenía muchos productos que se traían de municipios aledaños, además de productos agrícolas, también había ropa, zapatos, los cuales los intercambiaban por maíz, plátano y yuca, que eran productos propios de capellanías.

Cuando era joven, trabajaba en las cocinas de sal como hornillera y cocinaba sal en las propiedades de la familia castro de Bolívar. Esta minas quedan cerca de Galindez cerca de la carretera panamericana donde se unen los ríos, se dedicó a esta labor aproximadamente hasta la década de los 60’s.

Este oficio, se perdió con el tiempo, pues ya las nuevas generaciones no dedican tiempo a la producción de sal, no solo porque esta actividad ya no es rentable, si no porque tampoco les parece un aspecto que se deba rescatar, como una tradición.

Normalmente la sal se comercializaba a caballo, pero a ella las circunstancias la obligaban a llevar a vender la sal, hasta Bolívar caminando, recibiendo por su trabajo 50 centavos por arroba.

En lo relacionado a las tradiciones y fiestas de capellanías, ella relata que antes en este lugar las fiestas que se celebraban eran disfrutadas por todas las personas, y también por algunos que venían de otros municipios del cauca, solamente las niñas eran las que se quedaban en casa porque no les era permitido asistir a las celebraciones. Se celebraban a partir del 24 de junio y eran realizadas en homenaje a san Juan, eran fiestas patronales. Las personas se vestían muy elegantes para esta ocasión que duraba 8 días y 8 noches de baile, comida y bebida.

Las bebidas que tomaban durante las festividades eran: guarapo, chicha chancuco, que era un licor parecido al aguardiente y lo traían del Patía las personas que iban a unirse a la celebración desde otros pueblos. La música que se tocaba y se escuchaba en la región, antiguamente y algunas veces en la actualidad, era: el bambuco, pasillo y la cumbia.

La comida típica que se daba y se da en las celebraciones y en las fiestas patronales es a base de maíz, por ejemplo hay una comida que se llama envuelto de engrudo y durante las fiestas patronales y la semana santa, las abuelas y las mujeres mayores preparan para su familia y para compartir con otras familias.

Las fiestas y celebraciones de este lugar, son bastantes pues el 28 de diciembre también es importante para ellos y además hay otras celebraciones y fiestas que no tienen un día en especial, sino que la gente se reúne cualquier día y se ponen a bailar, cantar, tomar, comer. En estas fiestas era en las únicas ocasiones que la gente peleaba, cuando ya estaban borrachos, pero nunca hubo un enfrentamiento con armas ni nada por el estilo.

Estas son las únicas peleas que dice marta que ha presenciado, nunca ha llegado a capellanías ningún actor armado, ni ha habido tampoco presencia del ejercito sobre el territorio.

Solamente aproximadamente en 2002 entraron algunos paramilitares a robarse las pertenencias de las personas, pero no mataron ni hirieron a nadie. Después de ese día no se ha visto algún enfrentamiento o presencia de actores armados, en esta zona.

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