Las diversas dinámicas que confluyen en el Centro de la ciudad, nos hablan además de ciertas problemáticas como la apropiación del espacio público que realizan los vendedores ambulantes. Esta apropiación materialista y simbólica, depende de una lógica ilegal legitimada, asumida como aprovechamiento de los recursos físicos con los que se cuenta, y el reconocimiento adquirido para poseer ciertos bienes “públicos” y para ser distinguido y respetado en el medio. Parte de ese reconocimiento incide en la apropiación simbólica del espacio, producto de la trayectoria de los trabajadores informales en esos sitios y de las formas o estrategias que utilizan para radicarse en el negocio.
Sin embargo, esto ha sido también una problemática a la que se ha intentado poner un freno; como puede verse en la regulación municipal impuesta por el último Plan de Ordenamiento Territorial (2000), con los Proyectos de Acuerdo de los gobiernos de turno de la ciudad y con, los Informes Operativos de la Personería Municipal, se buscó establecer una normativa en donde se priorizaran los espacios públicos y se generaran cambios en el trabajo informal e ilegal con el fin de reorganizar los trabajadores ambulantes. Un ejemplo de esto fue el “Proyecto de acuerdo” del Consejo de la ciudad de Cali en el año 2006 que estableció que:
La empresa propuesta contribuiría al Mejoramiento de la Calidad de Vida de los Vendedores Ambulantes. El valor social se consolidará en el momento que se realice la reubicación en un espacio físico al 100% de los vendedores ambulantes donde se les garantice su actividad económica formal, seguridad social, y al comercio formal se le elimine la competencia ilegal de contrabando y bajos precios en la calle. También se materializará a través de la organización social de la cooperativa con sus programas educativos, productivos, microempresariales, las guarderías, el acceso a la vivienda, y sobre todo, el convertir en propietarios de sus locales a los que hoy son vendedores ambulantes garantizará a la vez, un incremento de recaudo por concepto de impuestos para hacer mayor inversión social. (Consejo municipal Cali, 2006).
Sin embargo, estas normativas se han envuelto en choques con los vendedores ambulantes y muchas de las propuestas del gobierno no han emprendido soluciones que beneficien al sector informal en su complejidad.
Sin embargo, esto ha sido también una problemática a la que se ha intentado poner un freno; como puede verse en la regulación municipal impuesta por el último Plan de Ordenamiento Territorial (2000), con los Proyectos de Acuerdo de los gobiernos de turno de la ciudad y con, los Informes Operativos de la Personería Municipal, se buscó establecer una normativa en donde se priorizaran los espacios públicos y se generaran cambios en el trabajo informal e ilegal con el fin de reorganizar los trabajadores ambulantes. Un ejemplo de esto fue el “Proyecto de acuerdo” del Consejo de la ciudad de Cali en el año 2006 que estableció que:
La empresa propuesta contribuiría al Mejoramiento de la Calidad de Vida de los Vendedores Ambulantes. El valor social se consolidará en el momento que se realice la reubicación en un espacio físico al 100% de los vendedores ambulantes donde se les garantice su actividad económica formal, seguridad social, y al comercio formal se le elimine la competencia ilegal de contrabando y bajos precios en la calle. También se materializará a través de la organización social de la cooperativa con sus programas educativos, productivos, microempresariales, las guarderías, el acceso a la vivienda, y sobre todo, el convertir en propietarios de sus locales a los que hoy son vendedores ambulantes garantizará a la vez, un incremento de recaudo por concepto de impuestos para hacer mayor inversión social. (Consejo municipal Cali, 2006).
Sin embargo, estas normativas se han envuelto en choques con los vendedores ambulantes y muchas de las propuestas del gobierno no han emprendido soluciones que beneficien al sector informal en su complejidad.
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