viernes, 22 de marzo de 2013

Yoergi - Yoerli

Por Daniela Díaz Lozano.

Tipo de documento: Fotografía
Fecha de creación: Noviembre 16 de 2010

Yoerli estudió en un colegio masculino, lo cual dice, la favoreció: “a mí me ayudo mucho el hecho de haber tenido la oportunidad de estudiar sólo con hombres, ya que en un momento dado sentí la aceptación por parte de ellos porque yo les conté acerca de mis preferencias sexuales pero después... se siente la necesidad de verse diferente y de tener cosas que concuerden con lo que piensas y sientes, incluyendo el cuerpo”.

Y para lograr la concordancia entre lo que piensa y lo que siente a través de su cuerpo Yoerli se ha inyectado hormonas desde los 18 años, hace cuatro años se realizó un aumento de glúteos, y este año se hará el aumento de senos. Le pregunto si piensa realizarse una operación para cambiar su sexo; rápida y eufórica me contesta que no, que su pene hace parte de lo que ella es como cuerpo, que acepta esa parte.

Entonces se entra en una dicotomía acerca de lo que se es, y lo que los demás piensan que es. Se evidencia por ejemplo que los genitales no son los simples aparatos reproductores, que su función y su lugar va mucho más allá de los aspectos genéticos y médicos. El pene para Yoerli simboliza ser una transgénero, le permite aceptar tener el cuerpo que la ha ayudado a ser quien es, a pesar de ver a un hombre tratando de ser mujer, las operaciones y las decisiones de Yoerli van mucho más allá de fines estéticos. Ella necesita ocupar un cuerpo que le permita actuar en el mundo, y decirse a sí misma que las decisiones, pensamientos, y sentimientos que broten de su interior, sean ejecutados por un cuerpo que le de la posibilidad de ocupar un mundo.

El aumento de glúteos, y el próximo aumento de senos, le posibilitan ser femenina, lograr ese travesti-homosexual que hay en su interior, pero más allá de los simples implantes, los senos y la cola significan, simbolizan, representan el ser mujer. Sus tacones, su maquillaje, los rulos en su cabello, cualquiera diría que ella quisiera ser una mujer, pero su cuerpo muestra que no, simplemente quiere ser un transgénero, como otra posibilidad de género, otra manera de existir, así la sociedad no lo entienda, y en ocasiones lo desprecie por el simple hecho de pensar que “no está decidida”.

Al respecto de lo anterior Yoerli menciona: “¡no me siento, ni quiero, ni podré ser completamente mujer! Sé lo que soy, lo q puedo llegar a ser... ¡y me acepto tal cual! Además siempre quedan rastros masculinos, así sea en cuanto a la personalidad. Yo no quiero ser mujer y sé que no podré, osea que seré otra alternativa”.

El nombre de Yoerli antes de ser Yoerli, era Yoergi, sólo cambió una letra; sólo una letra bastó para iniciar una transformación que por el momento no se detiene, quería tener un nombre que nadie más tuviera, uno que le permitiera que sus allegados no tuvieran tantas complicaciones al llamarla, y que le diera originalidad a su nuevo ser. Yoerli es femenina, y todo va acorde a dicho sentimiento y percepción de sí misma. Con su actual pareja ella asume el lado femenino de la sexualidad: “eso es algo importante ya que soy consecuente con mi imagen. Me comporto y trato de hacer todo conforme me veo y me siento...osea el lado femenino de la relación”

Le pregunto a Yoerli entonces: - Ni mujer ni hombre, entonces ¿cómo enfrentas a tu cuerpo? Cómo respondes a la pregunta que podrían hacerte muchos ¿se puede tener dos cuerpos en uno?, o ¿tú lo has transformado a un cuerpo nuevo, un cuerpo que la sociedad no comprende?, ella responde, entre dudas y seguridades: - “se siente raro pero si, se podría decir que se maneja por partes, porque más adelante la gente verá un cuerpo de mujer completo; dentro de lo q ellos alcanzaran a percibir. Pero con el conocimiento de que esa parte masculina aun está ahí, no a la vista pero aún está. No sé como lo tome la gente pero ¡eso soy yo!

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