sábado, 7 de enero de 2012

A vuelo de Neblí Aligero II

Columnista Carlos Herrera Rozo.

Hechos Históricos

He considerado prudente introducir al lado de nuestro tema central, el devenir histórico de la Democracia, algunos aspectos colaterales que nos permitan tener una visión más clara y abierta del tema que nos ocupa. Estos pequeños incisos procuraran ejemplarizar sobre los temas tratados e irán precedidos por el título de “Hechos Históricos” toda vez que, señalaran sucesos acaecidos en el decurso de la humanidad, del hombre como animal social. Procurare en éste apartado traer en mi apoyo opiniones de historiadores, sociólogos y politólogos que alumbren con sus conocimientos nuestra aventura intelectual. Tenemos que elegir entre ser el punto terminal de una raza a todas luces despreciable por quienes nos sucedan generacionalmente, o bien ser el comienzo de una nueva época cuyo esplendor sobrepase nuestros sueños más audaces. Los hombres solo nos convertimos en el juguete de fuerzas extrañas cuando la ceguera, la ignorancia y la pereza nos impidan ver la luz de la razón y la justicia. Salir de la caverna donde estamos sumergidos solo depende de nosotros mismos.

La caricatura en Colombia a partir de la independenciaPara iniciar nuestro periplo dejare a consideración de tu opinión, estimado lector, las pequeñas lecturas que encontraras a continuación: la primera, un poema sobre la historia de mi puño y letra; la segunda, una nota sobre el peligroso vicio de preguntar que aparece en la obra Espejos, de Eduardo Galeano, autor de Las venas Abiertas de América Latina; la tercera, unas palabras de Nicolás Maquiavelo, cuando terminada la jornada de trabajo diaria, se retiraba a su biblioteca, entre sus libros de autores clásicos, a meditar sobre el futuro de Florencia, y, por último, el testimonio de Herodoto de Alicarnaso sobre los motivos que lo condujeron a escribir su Historia...


¿Qué es la historia?

La memoria de un extraño cuento
donde se cuenta la verdad a medias.
Un silencio largo sin ninguna prisa,
un vacío sin esperanzas,
una vana esperanza.
Es el murmullo de ayer
en un castillo muerto.
Un desierto sin oasis.
Un huracán violento
en un territorio equivoco y oscuro.
Es una noche de ausencias presentidas,
muchos rostros sin palabras,
muchas voces sin concierto.
Un alarido mudo en una región sin ecos.
Es origen y destino.
Obra perennemente comenzada,
huella permanente de lo que ya no existe,
presencia inquieta de figuras idas
a no se sabe donde...
La historia es el Quijote,
un libro abierto en cualquier pagina,
razón de la sin razón,
ínsula barataría de nuestra fantasía.

¡La historia es la locura que llevamos dentro!


El estudio de la historia...

“Deposito en el umbral de la casa los vestidos fangosos de todos los días; me visto como para presentarme en las Cortes y ante los Reyes… Vestido convenientemente, entro en las Cortes antiguas de los hombres de otros tiempos; me reciben con amistad; junto a ellos, me nutro con el único alimento que puedo llamar mío, para el cual he nacido. Me atrevo sin falsa vergüenza a conversar con ellos y a preguntarles las causas de sus acciones; y tan grande es su humanidad, que me responden, y durante cuatro largas horas no siento ya ningún aburrimiento, olvido todas las miserias, no temo ya a la pobreza, la muerte ya no me espanta, transmigro por entero a ellos”.

Nicolás Maquiavelo


El peligroso vicio de preguntar

¿Qué vale más? ¿La experiencia o la doctrina?

Dejando caer piedras y piedritas y bolas y bolitas, Galileo Galilei comprobó que la velocidad es la misma aunque el peso de los objetos sea diferente.
Aristóteles estaba equivocado, y durante diecinueve siglos nadie se había dado
cuenta.

Johannes Kepler, otro curioso, descubrió que las plantas no giraban en círculos cuando perseguían la luz a lo largo del día. ¿Acaso no era el círculo el camino perfecto de todo lo que gira? ¿No era el universo la perfecta obra de Dios?

—Este mundo no es perfecto, ni mucho menos —concluía Kepler—. ¿Por qué habrían de ser perfectos sus caminos?

Sus razonamientos resultaban sospechosos para los luteranos y para los católicos también. La madre de Kepler había estado cuatro años presa, acusada de practicar brujerías.

Por algo sería.

Pero él vio y ayudó a ver, en aquellos tiempos de oscuridad obligatoria: adivinó que el sol giraba en torno de su eje, descubrió una estrella desconocida, inventó la unidad de medida que llamó dioptría y fundó la óptica moderna. Y cuando ya se estaba arrimando al fin de sus días, se le dio por decir que así como el sol decidía el viaje de las plantas, las mareas obedecían a la luna

—Demencia senil— opinaron los colegas.

Eduardo Galeano / “Espejos”


El estudio de la historia

Herodoto de Alicarnaso va a presentar aquí frutos de sus investigaciones llevadas a cabo para impedir que el tiempo borre la memoria de la historia de la humanidad, y menos que lleguen a desvanecerse las grandes y maravillosas hazañas, así de los griegos como de los barbaros. Con este objeto refiere una infinidad de sucesos varios e interesantes, y expone con esmero las causas y motivos de las guerras que se hicieron mutuamente los unos a los otros”.

Heródoto de Alicarnaso / “Historia”


En “Estudio de la Historia” afirma Arnold J.TToynbee, que los historiadores generalmente ejemplifican, más que corrigen, las ideas de las comunidades dentro de las cuales viven y obran, y el desarrollo en los últimos siglos, y particularmente en las últimas generaciones, del presuntamente autárquico Estado Soberano Nacional ha llevado a los historiadores a escoger las naciones como los campos normales del estudio histórico. Pero ninguna Nación o Estado Nacional puede presentar, aisladamente, una historia que se explique por si misma.

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