LA DEMOCRACIA, SU DESARROLLO
Nos narra Protagoras, en el mito de la creación y origen de la raza humana, que Zeus envía a sus emisarios a entregar a los hombres y animales todo tipo de capacidades (fuerza, rapidez, inteligencia, audacia, astucia, etc.) aunque de forma desigual entre ellos. Entonces, Hermes le pregunta a Zeus a quienes de entre los hombres debían repartir el sentido de la moral y de la justicia. A todos, dijo Zeus, y que todos sean participes. Pues no habrá ciudades si solo algunos de ellos participan, como de los otros conocimientos. Además, impón una ley de mi parte: que al incapaz de participar del honor y la justicia lo eliminen como a una enfermedad de la ciudad.
“Que terrible resulta la lectura del poema de Shelley, “La Máscara de Anarquía”, por no hablar de las canciones campesinas egipcias de hace tres mil años, denunciando la opresión y la explotación. Quienes lo lean en un futuro todavía dominados por la opresión y la explotación, afirmaran: [Ya en aquel tiempo…]
Bertolt Brecht
Menos mal que aún quedan espíritus que no se conforman con el actual estado de cosas y que, de conformidad con los acontecimientos que están sacudiendo el norte de África, el medio oriente y el mundo occidental, con el movimiento de los indignados, creo que se ha iniciado un periodo revolucionario que puede tener éxito y extenderse al mundo entero… en pos de una verdadera democracia participativa.
El Mito de Protagoras dice relación a la competencia política del ciudadano. Ahora debemos entender que la igualdad, la Isonómia, debía encontrarse con todo tipo de procesos sociales para ser efectiva. La igualdad no significaba solamente la igualdad ante la ley, sino igualdad de derechos políticos y de participación activa en los asuntos comunes y en la cosa pública. Esta concepción de la sociedad hacia necesaria la consideración de todos los ciudadanos como capaces de juicio político autónomo e independiente. Y es justamente esto lo que supieron poner en marcha los sofistas.
Para los sofistas el sentido moral y de justicia y la competencia política no son creaciones de individuos solitarios, sino que emergen como producto contractual de la polis. En este devenir de ideas, en concordancia con la democracia participativa, Protagoras cree que la integridad socio política de la polis y de los individuos son interdependientes y se hallan ligadas a través de la participación política en todos los órdenes que les son comunes. En otras palabras la sociedad política no es partija de poder e instrumento de bienestar de los individuos sino parte constitutiva de la polis conformada por seres humanos capaces de raciocinio y acción.
Frente a la teoría de Protagoras, Platón afirma que, el autentico gobernante es aquel que sabe gobernar y que esta virtud solo unos pocos pueden adquirirla, justificando con ello su oposición a la democracia y dándole importancia a la educación de los gobernantes y no de la polis. Posteriormente Aristóteles se centra en la educación cívica del ciudadano, pero en la creencia de que el hombre común y corriente no tiene capacidad para acceder a la verdadera virtud y ser digno de gobernar la ciudad democráticamente.
En el Teeteto de Platón queda clara la idea de la relación entre el sofista y la comunidad. En él, la dialéctica, las opiniones que el orador convierte en fuertes se equiparan a la percepción correcta de un organismo sano. La dialéctica consistía básicamente en encontrar la contradicción en el argumento del contrario. Lo fundamental residía en el logos entendido como argumentación racional. Hacer que una cosa parezca y sea justa, en lo que expresa el Teeteto, es persuasión. El objetivo sofistico es enseñar la virtud y hacer posible la contribución de todos los hombres a los asuntos de la polis.
La palabra, afirma Gorgias, en el Elogio de Helena, “es un soberano poderoso que con un pequeño e invisible cuerpo realiza empresas divinas”. Los sofistas provocaron un desarrollo importante de la democracia: La igualdad en el juicio político y en la competencia ciudadana, el concierto de las instituciones y por consiguiente la capacidad para transformarlas, el poder de la palabra y su capacidad de persuasión y la posibilidad de enseñar la virtud y formar a los ciudadanos a través de la educación ciudadana y de su praxis.
Vale la pena hacer unas lecturas para ampliar el campo de comprensión sobre este tema, en efecto, releer las Suplicantes de esquilo y su visión sobre la democracia; el Teeteto de Platón; la política de Aristóteles y en general toda la Tragedia Griega: Todo ello apunta hacia la creación de un ciudadano consciente de los problemas a los que la igualdad pudiera conducirle, decidido a hacer frente a las dificultades que pudieran presentarse y actuar democráticamente para resolver los conflictos.
No podemos pensar con pleno conocimiento y hondas convicciones a cerca del estado y sus implicaciones externas básicas del día a día sin conocer tanto la historia de nuestros antepasados como la historia reciente del concierto internacional. El desconocimiento del pasado o, dicho de otra manera, de los vínculos y mecanismos sociales que ligan la experiencia de las generaciones contemporáneas con la historia de nuestros antepasados es la característica más extraña de los ciudadanos del siglo XXI. Vemos con preocupación cómo las gentes jóvenes, hombres y mujeres, se levantan en una especie de presente permanente, en el aquí y ahora, sin relación alguna con el pasado del tiempo en que viven y sin precaver, por lo mismo, el futuro inmediato destruyendo con su proceder todas las esperanzas que se puedan concebir y anulando de paso valores e ideales sin haber encontrado antes sustitutos acordes al nuevo estado de cosas.
¿Qué buscan los jóvenes griegos en la enseñanza de los sofistas?
“La sabiduría practica que evita los escollos, y los consejos fecundos que aseguran el éxito en la oratoria política”*. Pero este modo de proceder la aleja de la realidad quedándose en lo puramente instrumental, en la parafernalia de las palabras, en la demagogia. No obstante no debemos perder de vista que, la demagogia, se usa actualmente para atender las reivindicaciones inmediatas de los ciudadanos en detrimento del bien común. Igualmente los sectores más reaccionarios de la política utilizan el termino para calificar todo aquello que no sea conforme con el orden establecido y sus propios intereses aunque las medidas que se pretendan tomar favorezcan el bien común.
HECHOS HISTORICOS PARA REFLEXIONAR
"Las manifestaciones de mayor éxito no son necesariamente las que movilizan a mayor número de personas, sino las que suscitan mayor interés entre los periodistas. A riesgo de exagera un poco, podría decirse que cincuenta tipos listos que sepan montar bien un acontecimiento para que salga cinco minutos por la televisión puede tener tanta, o más incidencia política, como medio millón de manifestantes"**.
UN SEÑOR FEUDAL EXPLICA CÓMO HAY QUE TRATAR A LOS CAMPESINOS
"Bertrand de Vorn, señor de Perigord, guerrero de brazo valiente, trovador de verso violento, definía así a sus campesinos, a fines del siglo XII: El labriego viene después del cerdo, por su especie y por sus maneras. La vida moral le repugna profundamente. Si por casualidad alcanza una gran riqueza, pierde la razón. Así, pues, hace falta que su bolsa éste siempre vacía. Quien no domina a sus labriegos, no hace más que aumentar su maldad"***.
Nota: cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia...
**.-Pierre Bourdieu. (1930-2002), sociólogo francés, continuador del método y de la doctrina de Durkheim. Una de las figuras centrales del pensamiento contemporáneo.
***.-Eduardo Galeano, ESPEJOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario