martes, 13 de diciembre de 2016

Mayor desplazamiento por amenazas que por el conflicto armado. El caso de Tumaco

Por Luis Fernando Barón.
Investigador, Programa de Gobernabilidad en el Pacífico, Universidad Icesi

Tumaco es la segunda ciudad más grande del litoral Pacífico colombiano, con más de 200 mil personas. La belleza de sus playas y esteros; sus patrimonios natural y cultural, y la alegría y calidez de su gente, contrastan con los altos niveles de pobreza, con el histórico abandono del Estado y de la nación, y con la persistencia de las violencias en las últimas décadas. Sus zonas rurales, habitadas principalmente por comunidades indígenas y afrocolombianas, han tenido que padecer las disputas por el dominio territorial entre organizaciones armadas ilegales. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias – Ejército del Pueblo (FARC-EP), las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y las bandas criminales y de narcotraficantes, se han turnado la imposición de órdenes sociales por las vías de la fuerza y el despojo desde hace unos 20 años, no sólo en buena parte de las zonas rurales, sino también en la cabecera de este municipio.

Tumaco - Litoral pacífico colombianoLas condiciones geográficas, la cercanía a Ecuador, y la ubicación marítima de este, el segundo puerto más importante en el Pacífico de Colombia, hacen que Tumaco se haya convertido en los últimos tiempos en uno de los mayores productores y exportadores de cocaína en el país. En 2015, la Organización de Naciones Unidas (ONU) registraba casi 17.000 hectáreas de coca sembradas en esta región, y según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), entre el 2000 y 2015 Tumaco está clasificado como uno de los municipios con mayores registros de proporción de cultivos de coca en relación con su tamaño (para más información ver esta nota en El País y esta de hsbnoticias).

Asimismo Tumaco esta entre los municipios más violentos de Colombia. Del 2000 al 2012 se contaban allí 2.427 homicidios, y en 2014 se calculaba una tasa de 75 homicidios por cada 100.000 habitantes, superando más de tres veces el promedio nacional. Durante 2014 también se reportó un aumento en el número de víctimas causadas por minas antipersonales, por la extorsión (ver), y por los atentados terroristas, como el sucedido hace más de un año y medio, cuando la voladura de la guerrilla a la estructura petrolera produjo uno de los mayores desastres ambientales en el país. Nos referimos al derrame de más de 10.000 barriles de combustible en el río Mira y otros cauces, afectando el suministro de agua potable y el sustento de unas 11.000 familias de pescadores y agricultores.

El municipio, además hace parte de las regiones en donde se han venido desarrollando estrategias y programas militares como el plan de guerra Espada de Honor, una ofensiva interinstitucional para combatir a las FARC; o el Plan Troya Pacífico enfocado en neutralizar las bandas criminales y sus economías ilícitas, o la implementación de la Política Nacional de Consolidación y Reconstrucción Territorial (PNCT) (ver), que busca asegurar la protección de los derechos fundamentales de la población en los territorios afectados históricamente por el conflicto armado y los cultivos ilícitos.

Los desplazamientos forzados son quizá la mayor y más visible expresión de los efectos del conflicto armado en Tumaco en los últimos años. De acuerdo con el Sistema de Población Desplazada (SIPOD) y el Registro Único de Víctimas (RUV), entre 2000 y 2012 se reportaron 74.348 víctimas de desplazamiento forzado en el municipio, mostrando el 2009 y el 2011 como los años más críticos, en los que primaron los desplazamientos intramunicipales, intraurbanos y hacia Ecuador. Estos hechos además convirtieron la cabecera municipal de Tumaco en receptora de población desplazada de otros municipios cercanos. Así se evidencia con el barrio Familias en Acción, formado por cientos de personas que huyeron del conflicto armado, y ahora comparten minúsculos territorios tomados a los manglares de Tumaco, en busca de de la reconstrucción de sus vidas (ver).

Desplazamientos vs. amenazas y acciones de guerra
Utilizando información cuantitativa y cualitativa del Banco de Datos de Derechos Humanos de Cinep, Noche y Niebla,* realizamos un ejercicio de investigación con estudiantes de la Universidad Icesi, y encontramos que del 2001 al 2014, en Tumaco se observa una relación directa entre las amenazas (que son principalmente de muerte), y los desplazamientos forzados. En el 2011, por ejemplo, todos los casos de desplazamiento forzado fueron de personas que habían sido amenazadas de muerte.**

Como se puede ver en los siguientes gráficos, las amenazas personales y colectivas están relacionadas con la tendencia a desplazarse. Las que más se repiten son las amenazas de muerte, desalojo, o reclutamiento de algún familiar, y generalmente son los padres los amenazados con el reclutamiento de sus hijos.




De los años estudiados, el número más alto de desplazamientos se produjo en el 2007. Así, 1.018 campesinos huyeron de la violencia generada por los grupos armados en este año. Por su parte el 2008 es el año en que más amenazas y desplazamientos se presentaron. En este año encontramos que fueron principalmente los grupos paramilitares los que amenazaron de muerte a la comunidad afrodescendiente de Tumaco, hecho que generó desplazamientos masivos de esta población (ver). También se puede observar un pico en la gráfica durante el 2013, que corresponde con el desplazamiento de 38 personas. El número de amenazas de este año fue de 96, es decir, el 40% de las personas amenazadas terminaron desplazándose. Al igual que en el 2001 y el 2008, los principales actores de las amenazas fueron los grupos paramilitares.




De manera contraria, tal y como lo muestra la gráfica anterior, encontramos que en general, las relación entre asesinatos y desplazamiento se comportan de forma inversa. Es decir, cuando las variables de muertes están más altas, la variable de desplazamiento está baja y en ocasiones en cero. Por el contrario, en los años del centro del gráfico que son 2005, 2006 y 2007 las variables de muertes están muy bajas, mientras que las de desplazamiento están bastante altas.

El dos de octubre de 2016, el 71,19% de los tumaqueños votaron afirmativamente el plebiscito que preguntaba por la refrendación de los acuerdos de paz realizados en La Habana entre representantes del Gobierno y las FARC-EP. Información testimonial nos permite afirmar que el narcotráfico, a pesar de ser percibido como un “motor de desarrollo y empleo” para Tumaco, es mayor el anhelo de sus pobladores de que no se repitan hechos de violencia, ni amenazas, ni asesinatos, ni desplazamientos, ni actos terroristas. De esta forma la gente de Tumaco de nuevo podrá “vivir con tranquilidad, para regresar a la calle, para volver a conversar con los vecinos, o poder salir al mentidero a contar historias y mitos de miedo, pero de miedo a los espantos o almas en pena, y no al terror de los actores armados”, tal y como nos lo narró una líder local.

Notas:
Agradezco mucho los aportes de María Alejandra López, estudiante de la Universidad Icesi, por su trabajo con las bases de datos, y a la profesora Valeria Eberle por compartir con nosotros los datos del proyecto de investigacion sobre política en el Pacífico. También agradezco las contribuciones de Martha Meza, estudiante de la Maestría en Periodismo.

* Nuestro estudio utilizó la base de datos elaborada por el proyecto Análisis de la Participación Política en Escenarios de Conflicto 1997-2014, que usa información de la Revista Noche y Niebla de CINEP. El proyecto en mención definió 19 categorías para identificar la intensidad y tipología del conflicto en los 41 municipios que tienen jurisdicción administrativa en el litoral Pacífico. Nuestro ejercicio investigativo se centró en Tumaco y para ello también accedimos directamente a la base de CINEP.

** Es necesario tener en cuenta que en años como en el 2002, hubo desplazamientos, pero el número de desplazados y amenazados no se conocen. Sólo se sabe que hubo amenazas y desplazamientos en masa.

lunes, 21 de noviembre de 2016

La lectura desde dos perspectivas

Por Mary Dagua.
“La lectura, resurrección de Lázaro,
levantar la losa de las palabras”
Jorge Perros

El acto de leer es inmenso en todo el sentido de la palabra, nos permite conocer nuevas cosas, viajar en el tiempo, recordar, soñar, educarnos; en conclusión, nos lleva a vivir en la mejor medida posible. Pero más que ese romántico punto de vista de la lectura, esa que tenemos los soñadores y quienes amamos la lectura, hay dos puntos que resaltare y amplificaré con la ayuda de “Como una novela” del autor francés Daniel Pennac.

En primer lugar, hablare sobre “la lectura como comprensión”. El acto de leer algo, comprenderlo e incluso poder comentarlo, reseñarlo y compartirlo. La palabra clave en esta lectura es la deducción, pues bien, necesitamos para lograr deducir un texto de tres actos claves: comprender la relevancia del texto, recuperar lo más importante del texto y finalmente la inferencia utilizando nuestro horizonte hermenéutico.

El horizonte hermenéutico es ese diccionario que todos tenemos en la cabeza, una enciclopedia o incluso, para los más estudiosos o conocedores, una biblioteca llena de información relevante para comprender un texto. Con este podemos deducir actos y palabras así podremos tener una mejor comprensión lectora.

Nos cuenta Pennac que el comienzo de ese horizonte hermenéutico, de ese amor por la lectura se da cuando empezamos a preguntar, ¿cuáles serían ese tipo de preguntas?

“- ¿Cómo se escribe eso?
- ¿Cómo se escribe qué?
- prehistórico
- p.r.e.i.s…
- déjame ver”

Y está bien eso, preguntar nos abre muchas puertas, como dicen muchos docentes “es más bobo el que no pregunta porque continua ignorante en su pregunta”, así empezamos todos, comiendo tierra por la curiosidad de su sabor, tocando la candela para saber que se siente, mordiendo al perro ya que si el muerde ¿por qué yo no puedo?

Luego de ampliarlo, podemos continuar con la lectura ya desde un acto de deducción, ya sabemos que la princesa siempre termina con el príncipe y la bruja malvada en la ruina. Y después pasamos a querer ese pedacito de texto, ese párrafo que nos encanta, esa frase, esa página y luego ¿por qué no? Ese libro.

“El mismo párrafo, evidentemente – virtudes de la repetición –, después otro, su “pasaje predilecto, después textos completos. Textos que sabe casi de memoria, que reconoce más que lee, pero que lee de todas maneras por la alegría de reconocerlos”

Yo soy consciente del hecho que hay muchos más aspectos en cuanto a la comprensión de un texto, pero quise enfocarme en nuestros inicios como lectores y en como eso impulsa el resto de nuestra vida lectora.

El segundo punto es “la lectura como practica social y critica”. Ahora bien, son 4 los aspectos principales de este, según nuestra clase. El uso de la lectura en comunidad; la lectura como una práctica social; comprensión textual e ideológica; y finalmente la configuración semántica particular de las palabras.

Personalmente considero que la primera se puede perfectamente complementar la segunda, ya que cuando leemos en comunidad estamos dando mucho de nosotros, estamos haciendo una práctica social, enseñando y aprendiendo, lo llamare lectura social. Este será mi aspecto a tratar en este trabajo, al igual que en el primer punto lo ejemplificare con la obra, del autor de “la felicidad de los ogros” (1985) Daniel Pennac, “Como una novela”.

Se nos cuenta sobre Perros, un profesor, que leía a sus alumnos, les daba vida con esa lectura.

“Por su voz descubramos de repente que todo aquello había sido escrito para nosotros”

Anteriormente se nos cuenta que los jóvenes a los cuales le leía Perros, pensaban que no sabían nada, que no eran buenos para nada, que, si son buenos en algo, quizá, pero no mucho. Con la lectura aprendieron a conocerse, sus gustos, sus placeres, a saber, que si eran algo y en algo serian buenos. A causa de esa lectura esos jóvenes fueron transformados y eso no solo pasa en Francia, para no irnos a casos más remotos, hace cuatro años yo odiaba las letras, decía que no me entraban ni con sangre, gracias a una gran docente, a sus lecturas a su trabajo social mediante la literatura, hoy amo esas letras que algún dia odie.

“Este descubrimiento intervenía después de una interminable escolaridad en la que la enseñanza de la literatura nos había mantenido a una distancia respetuosa de los libros”

Y es eso lo que quiero recalcar más que cualquier cosa, como, aunque en la mayoría de las instituciones educativas nos ponen a comer letra sin saborearla, tan solo por decir estos jóvenes “leyeron” cuatro novelas en un semestre; sin ellos elegirlas, sin quererlas, sin entenderlas. Esto cambia cuando hay una lectura verdadera, con interés, teniendo a esa persona que nos lea o que nos impuse a hacerlo. Ahora bien, digo que no hay nada más hermoso que leerle a un amigo un pequeño párrafo de nuestro libro favorito y en un par de días nos diga que lo leyó completo. El trabajo social a partir de la lectura consiste en eso, dejar de lado eso negativo de los libros, que nos obligan a ver, y enseñar ese positivo, hermoso y dedicado lado de la lectura.

Terminare con mi parte favorita del libro.

“¡Que pedagogos éramos cuando no estábamos preocupados por la pedagogía!”

Bibliografía
PENNAC, D. (2004). Como una novela. Norma: Bogotá.

jueves, 6 de octubre de 2016

Carta a mi hermana en el pos-plebiscito

Por Luis Fernando Barón.

Animado por algunos amigos y colegas cercanos, les comparto esta carta que escribí a mi hermana en su cumpleaños ayer. En la carta recojo algunos de mis sentimientos y pensamientos sobre lo que ha pasado en estos días en Colombia, un par de posibles escenarios y algunas acciones que podemos tomar el corto, mediano y largo plazo para ver como ayudamos a salir de la delicada situación en la que estamos los colombianos.

Querida Titi,

De corazón hubiese querido que en el día de tu cumpleaños el panorama de Colombia no se viera tan gris. Y digo gris, no por los caprichos de la tristeza, el dolor, e incluso la rabia, por las que, por supuesto, he pasado en estos días, sino como un ejercicio de realidad académica y política.

Con el resultado del domingo es claro que tenemos un 63% de los ciudadanos habilitados para votar que no lo hicieron. Un porcentaje de abstención que resulta consistente con el promedio histórico del país. Y la verdad en Colombia no sabemos por qué este grupo tan grande de colombianos ha delegado su participación y su voto a un porcentaje menor de la ciudadanía. Los datos del domingo también indican que el 37% que votó en el Plebiscito está profundamente divido y polarizado. Esto último se hace evidente tanto en las discusiones entre los “representantes” del sí y el no en escenarios públicos, como en lo que ha sucedido en los debates y discusiones entre familiares y amigos, del que nuestra familia no ha sido la excepción.

Con la victoria del No, por supuesto estamos enfrentando unos nuevos desafíos, que sí se le hace caso a la historia, nos podrán llevar, en el mejor de los escenarios, a un nuevo acuerdo en algunos meses, quizá un par años, y ojalá no, en otras décadas. Acuerdos que tendrán que pasar (1) por la clarificación y consenso entre las muy variadas posiciones y personalidades del No, (2) por las discusión de las propuestas de ajustes del No con el Gobierno, mientras el gobierno sea este gobierno, y luego, (3) por la discusión y renegociación con las FARC. Todo esto en medio de un frágil y delicado Cese al Fuego, que parece ser uno de los puntos del Acuerdo que más gusta a todos los adversarios. Sí esto sucede, como se ha dicho, principalmente por líderes del No, tendremos un mejor y más sólido acuerdo y de paso una nueva oportunidad para el desarrollo social, cultural, político y económico para el país.

En el peor de los escenarios, los resultados del Plebiscito nos podrían llevar al retorno de las FARC al conflicto armado, para volver a sumarse a las demás guerras que todavía tenemos con otras organizaciones y actividades ilegales. Indudablemente, serán nuevas confrontaciones, que considerarán los fracasos y decepciones del intento de negociación realizado, pero en cualquiera de los casos, sí nuevamente escuchamos la historia, seguirán siendo los pobres y excluidos de las periferias (rurales y urbanas) del país quienes sigan soportando los mayores costos humanos, materiales y espirituales de las violencias. Me refiero aquí principalmente, según dicen los estudios académicos, a campesinos, indígenas, afrocolombianos, sindicalistas, estudiantes, defensores de derechos humanos y líderes sociales. Sí esto sucede, los jóvenes, hombres mayoritariamente, irán a reforzar los ejércitos y negocios de todos los bandos, y las mujeres y los niños pagarán los mayores costos de los efectos de la guerra

Esta situación, aunque crítica y dura, no debe desilusionarnos. Nos debe llevar, como dice Pacho de Roux, a sacar a flote lo más sólido y profundo de nuestro ser humano. Lo anterior demanda mucho más trabajo, formación y pedagogía que nos ayuden, y ayuden a otros a despolarizar las discusiones y debates en el país; a bajar las tendencias a resolver los conflictos por las vías privadas y violentas, y aprender a ser ciudadanos de una sociedad plural, diversa, pero todavía muy afectada por las heridas y miedos de todas las violencias.

Creo que mujeres como tú, que valiente y comprometidamente apuestan por una vida y unas condiciones dignas para los niños, niñas y jóvenes del país, no deben dejar de lado una pedagogía para la paz, que incluya la comprensión más profunda, más objetiva y menos apasionada de los conflictos y violencias de Colombia. De igual manera te pido que sigas trabajando por la equidad y la igualdad de todos, pues las mayorías de los colombianos aún viven en la pobreza, y más de 5 millones de ellos están en la miseria, o han sido despojados o forzados a salir de sus tierras y territorios por guerreros y actividades tanto ilegales como legales.

Titi, creo además que este es un buen momento para juntarnos y exigirles a los líderes políticos y sociales de Colombia grandeza y responsabilidad histórica (que la verdad han mostrado muy poca en los últimos días), y pedir un urgente acuerdo político plural, sensato y realista para ver si se puede salvar lo avanzado. De igual manera es importante expresar, movilizarnos y trabajar por una paz con justicia, equidad y respeto por la diversidad, así como por una democracia más participativa, que representativa. Es también un buen tiempo para dar muestras de reconocimiento y solidaridad con aquellos que han sido más afectados por las violencias del país, y para buscar salir de este nuevo agujero negro en el que nosotros mismos nos hemos metido.

P.S. Hace unas horas supimos que al presidente Santos le fue otorgado el Nobel de Paz de 2016. Poco después empezaron cantidades de declaraciones e interpretaciones públicas sobre su significado. En un ejercicio de realismo académico y político, pienso que esto significa que expertos y analistas internacionales de las más altas calidades intelectuales consideran que la negociación que ha liderado el presidente con las FARC no es algo tan “descocado” ni atenta contra principios y acciones democráticas, políticas, económicas y sociales, como lo perciben muchas personas dentro de Colombia.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Lo lindo de mentir

Por Mary Dagua.

En el prólogo del ensayo “La verdad de las mentiras” el escritor peruano Mario Vargas Llosa nos cuenta desde su perspectiva, conocimientos y trayectoria porque cree firmemente que en las novelas se miente, pero dejando en claro que esa es tan solo una parte de la historia, porque al mentir, expresan una curiosa verdad. Pero realmente en la literatura no se dice que se miente, el término valido es “ficción” y esta es debido a la inconformidad de los seres humanos con nuestro entorno, queremos poder ser o hacer algo en la vida, no lo vemos hecho, entonces lo escribimos. El autor de “la cuidad y los perros” nos da como ejemplo muchas obras que han surgido a lo largo de la historia literaria, entre esas su obra.

Con todo y trayectoria encima suyo, el Premio Nobel de Literatura por fin nos responde esa pregunta tan cautivadora ¿lo que escribes es “verdad”?

A lo largo de “la verdad de las mentiras” Vargas llosa nos cuenta de una manera muy convincente porque aunque sus obras en muchos casos estén basadas en sus vivencias, el miente. Y es que tan solo empezando este ensayo nos da como ejemplo “la ciudad y los perros” una de sus obras más aclamadas, contándonos que incluso quemaron el libro acusándolo de calumnioso, no nos niega que tiene algo de verdad y anecdótico; pero también se deja en claro que no quería plasmar fielmente una historia. Al poner su obra como ejemplo al inicio es una buena jugada por parte del autor, ya que sentimos esa confianza en lo que nos está diciendo, podemos de entrada saber el tema del cual se va a hablar y como los ejemplos nos clarifican dicho tema, además de esto nos da un ejemplo aún más claro al mencionar al francés Restif de la Bretonne y sus novelas costumbristas del siglo XVII pero se nos resalta que hay algo aunque mínimo, diferente, la belleza de sus pies. Y es que claro, teniendo en cuenta que el autor francés era un fetichista del calzado femenino es apenas concebible que en sus obras se vieran plasmados los pies. Pero queda la duda ¿es posible que si Restif no hubiese sido fetichista sus obras serian “verdad”? y es que es una mala jugada por parte de Llosa, después de darnos como ejemplo su obra, ahora irse a tiempos más lejanos es bueno, pero darnos como ejemplo a un hombre que tergiverso sus “novelitas” (7) es algo muy arriesgado para esa credibilidad que ya teníamos en este ensayo. Es claro, por supuesto, que no va de la mano totalmente con la realidad, pero lo que logra eso es un fetichismo y no un deseo de no seguir la historia en la cual está basada, si es que hay una.

Lo que se perdió anteriormente se recupera muy rápido, Alejo Carpentier, Beckett y Faulkner son los elegidos por Llosa para su próximo ejemplo, y es que tienen en común que sus obras son tergiversadas mediante el tiempo en el cual ocurren, “viaje a la semilla” A. Carpentier es un ejemplo muy claro al empezar con la muerte de un anciano y terminar con su gestación (9) y es que esto me recuerda a Scott Fitzgerald y su libro “el curioso caso de Benjamín Button” porque aunque el cambio en el tiempo sucede debido a una enfermedad del protagonista y no por un cambio en el tiempo, se asemeja bastante con el hecho de querer darle un cambio muy notorio a la historia, quizá verdadera, en ese amor entre Button y Daisy. Y a partir de esto nos queda aún más claro que los grandes literatos a lo largo de la historia han mentido, pero a diferencia de las mentiras comunes que nos enfurecen y decepcionan estas no lo hacen, porque surgen obras tan maravillosas que ¿Quién podría molestarse?

“Toda buena novela dice la verdad y toda mala novela miente. Porque “decir la verdad” para una novela significa hacer vivir al lector una ilusión y “mentir” ser incapaz de lograr esa superchería”. (10) tiene mucha razón Vargas Llosa al mencionar esto y es que ¿quién no ha sentido a los Pevenci en “las crónicas de Narnia” de C. S. Lewis tan parte de su familia como a su propio primo o hermano? Bueno, aunque esto también depende del lector y es algo que Llosa no deja muy en claro a lo largo de su ensayo, porque si uno es un mal lector, o uno por moda, o por simple “desocupe” dudo mucho, o dudo todo, que logre sentir esa verdad en semejante mundo de mentiras.

"los hombres no están contentos con su suerte y casi todos -ricos o pobres, geniales o mediocres, celebres u oscuros- quisieran una vida distinta de la que viven" (6) tiene razón en eso de que los hombres siempre queremos algo más de la vida, jamás lo tendremos todo, y en la literatura nos perdemos en ese mundo de fantasía que queremos, pero también es cierto que la literatura no siempre narra maravillosos mundos, lugares hermosos, donde somos felices, o donde al final se logra lo que se quería, entonces esa literatura ficcional no entraría en el campo de lo que Llosa nos quiere hacer saber, y es que si como hombres queremos algo mejor sería absurdo escribir para perdernos, para ser felices, pero hacerlo en un mundo macabro, donde el final no era el esperado y la felicidad no se ve completada. Como ejemplo de esto tenemos "Santuario" de William Faulkner o perfectamente entraría la magnífica novela basada en la Batalla de Waterloo, con final inesperado incluido, pero perfectamente ficcional en muchos rasgos de la misma "los miserables" de Víctor Hugo.

En conclusión nos queda que el ensayo del peruano está muy bien desarrollado en cuanto a porque las novelas mienten; como la ficción es un género magnifico; pero que no cualquiera puede desarrollar con perfección. Pero por otro lado tiene falencias en cuanto a sus ejemplos y personalmente me quedan dudas respecto a su planteamiento.

Bibliografía
VAEGAS LLOSA, M. (1990) “prólogo” en La verdad de las mentiras. Seix Barral: Barcelona

miércoles, 21 de septiembre de 2016

El reto: la capacidad del Estado

Por Sebastián Acosta Zapata.

Tal y como parecen indicar las encuestas, sondeos de opinión y el fervor de jóvenes, mujeres, madres, hombres, indígenas, afro descendientes, campesinos y demás, el 2 de octubre va a ser una fecha histórica para la política y la sociedad colombiana, se van a refrendar los acuerdos logrados entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, con toda convicción vamos a votar SÍ. Los colombianos revestiremos de legitimidad esa negociación y nadie podrá, después, quitárnosla de las manos.

No obstante hay muchísimos retos, uno de ellos es la capacidad institucional del Estado colombiano. Éste ha sido un país que no ha podido responder de forma clara, oportuna y precisa a los fenómenos y necesidades de su población. No pudo responderle a los campesinos de Caldas y Tolima hace 52 años y se formó la guerrilla de FARC-EP; no pudo defender a los ganaderos y terratenientes del Urabá Antioqueño de esa guerrilla y se formaron los paramilitares; no pudo controlar amplias extensiones de tierra, ni sus fronteras y nacieron los narcotraficantes. Entonces, la historia reciente de Colombia, para no irme tan atrás, ha sido de debilidad institucional.

Por eso, el Estado que viene y que debemos construir entre todos porque el “Estado somos todos”, debe ser un ente político capaz de defender y proteger a los que están amenazados, ser capaz de ampliar la democracia sin que sea un riesgo pensar diferente, invertir en el campo con proyectos ambiciosos como lo son el mejoramiento de vías terciarias, la tecnificación de las siembras, el catastro rural, y las garantías de no repetición de este conflicto. Además debe mirar los grandes cinturones de miseria en las ciudades y responderle a tiempo a la desigualdad, la pobreza, la inseguridad y la violencia urbana.

EL 2 de octubre es el comienzo de la construcción de un país que no se ha logrado definir ni descubrir. Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla son muy diferentes a Bojayá, Buenaventura, Toribio, El Salado, Mapiripán, entre otros tantos municipios que han sufrido este conflicto armado que se pretende parar. Y el objetivo del Estado es hacer buena presencia en el último grupo de estas poblaciones mencionadas, lograr que todos los colombianos nos identifiquemos como una nación, más allá de los partidos de la Selección de Fútbol.

El Estado debe garantizar democracia, salud, educación, seguridad y empleo a los que el mercado ha olvidado. Y eso es un proyecto a largo plazo. El país se debe fortalecer en lo político y administrativo, y mirar el post-conflicto o post-acuerdo como una oportunidad para creer que ser colombiano significa algo más que violencia, droga, narcotráfico, guerrilla, autodefensa y corrupción.

Y para terminar es necesario tratar el punto, tal vez el más preocupante, de la corrupción. El Estado Colombiano del futuro no puede permitir que sus jóvenes se sigan matando en peleas de pandillas en las barriadas informales de las ciudades porque la asistencia social, la salud, la educación y la posibilidad de tener empleos dignos se la robaron unos pocos. En el futuro ni los niños y niñas de La Guajira y el Chocó se pueden seguir muriendo de hambre porque hay politiqueros que usan el ICBF como un fortín electoral y una caja menor. Y Colombia en el futuro debe tener unas instituciones fuertes y blindadas frente a los vínculos que puedan existir con la delincuencia y la criminalidad, no pueden haber alianzas nefastas entre miembros de la fuerza pública y traficantes –de lo que sea–.

Luego del 2 de octubre el próximo enemigo que hay que derrotar es la corrupción que genera pobreza, desigualdad, violencia e inseguridad.

martes, 20 de septiembre de 2016

La lectura como un acto de amor

Por Mary Dagua.

¿Qué es la lectura? Esa es la pregunta que muchos de los que leemos nos hacemos. Ahora yo responderé desde mi punto de vista, desde como lo siento y como lo vivo. Soy estudiante de licenciatura en literatura y por ello debo leer muchos textos semanalmente, algunos muy a mi estilo y otros no tanto, pero todos son textos que me dejan algo en que pensar, una reflexión, un aprendizaje, algo nuevo; y creo sobre todas las cosas que leer es eso, aprender, reflexionar y crear, pero también es amor. Y he aquí donde empieza la cuestión, el fin de este texto, y es que para muchos leer es una necesidad, para otros una simple cuestión de obligación, pero para esta humilde lectora, de libros baratos (económicamente hablando), esos que no voy a buscar a las librerías porque sé que sería una tortura total, ya que su precio es inalcanzable para mí, para esta lectora es un acto puramente de amor, de verlo en la estantería o en el piso de un mercado, leer su título, sonreír y decir ¡caray, yo tengo que leer esto!.

Y es que primero hay que saber que es el amor. Y según google es: “Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.” Concuerdo por supuesto, porque amamos a ese objeto como parte fundamental de nuestra vida, como un algo que debemos proteger de la lluvia, de ese gato inquieto, de ese perro mordelón, de esa mamá que todo lo que no ve en su puesto lo bota. Para ser mejor entendida, más útil no podría ser citar a un reconocido escritor como lo es Daniel Pennac; quien nos dice en su libro “Como una novela” (2004) que el leer es un hecho, si bien no puramente, pero si necesariamente de amor.

“Si, como se dice, mi hijo, mi hija, los jóvenes no aman la lectura -y el verbo es exacto, se trata precisamente de una herida de amor-, no hay que incriminar ni a la televisión, ni a la modernidad, ni a la escuela.”

A lo largo de mi vida he leído una buena cantidad de libros, textos, ensayos, reseñas y demás, con esto estoy convencida de que leer y amar, van totalmente de la mano. No puede uno convivir sin el otro, personalmente, no puedo leer un libro sino lo amo, por eso siempre investigo que es lo que “me mandan” a leer de la universidad, para enamorarme del autor, del tema, de las letras que voy a consumir. Ya para el final diré que espero encontrar aún más letras de las cuales enamorarme, casarme con ellas y tener una vida plena, sabiendo que ninguna de las cosas que he leído será olvidada.

Bibliografía
PENNAC, D. (2004). Como una novela. Norma: Bogotá, Colombia.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Papá, sé que el triunfo del SÍ no me permitirá retroceder al pasado y darte los abrazos que nunca te dí

Columnista José Jairo Jaramillo | @josejairojarami
Integrante de la Organización de Jóvenes Liberales del Valle

Escribo esto faltando 15 días para, el que estoy seguro será, el día más importante, políticamente hablando, de mi generación. Los ciudadanos de Colombia hemos sido convocados para el 2 de octubre, por el Presidente de la República, a un plebiscito donde se decidirá si se aprueba, o no, el acuerdo alcanzado con la guerrilla de las Farc. Y mi voto será por el SÍ.

Como miles de familias colombianas, la mía no estuvo exenta de la violencia. Cuando apenas tenía 3 meses de nacido, a sus 33 años, mi padre murió a manos de la guerrilla. Por supuesto, no sufrí su muerte pues era muy pequeño y no tenia si quiera conciencia de mi propia existencia; no obstante, sí sentí su ausencia, incluso hoy a mis 26 años ese vacío se vive.

Apoyo el SI, no solo porque creo que los acuerdos alcanzados con las Farc están dentro del marco de la sensatez, porque nos permitirán como sociedad crear un nuevo escenario para pensarnos a Colombia (piensen cuantos Presidentes se han elegido por el tema de la lucha contra las Farc, mientras otros países eligen a sus líderes por temas como educación, salud, generación de puestos de trabajo y distribución de riqueza, etc.) sino porque creo que terminar el conflicto que produjo tantas víctimas es el mayor reconocimiento y honra a la memoria de todos aquellos que murieron en él ...como mi padre.

No soy tan ingenuo para pensar que si gana el SÍ, este país será un paraíso terrenal, pero tengo la absoluta convicción de que un triunfo del SÍ es por mucho más conveniente que un triunfo de su opuesto... Colombia lleva 52 años diciendo NO, y ahí están mas de 230.000 muertos, 5 millones de desplazados y más de 230 billones de pesos gastados en guerra para recordárnoslo.

Papá, sé que el triunfo del SÍ no me permitirá retroceder al pasado y darte los abrazos que nunca te di, escuchar los consejos que nunca llegaron, oír tus palabras de orgullo por mis triunfos, jugar fútbol como lo hacen sus padres con los hijos en las películas, o volárnosle a mi mamá para compartir una tarde juntos. Pero si la sociedad colombiana le da una oportunidad a la paz, tendré la tranquilidad de que en el futuro mas niños no vivirán lo que a mí me toco vivir por causa de la existencia de la guerra, y eso sin duda es un gran avance.

Papá... te llevo en mi carácter y mi nombre, y por tu memoria y la imagen, que he construido de ti a través del relato, yo digo SÍ a una Colombia más "normal", a una Colombia que use sus recursos en escuelas, hospitales, escenarios deportivos y no en helicópteros o bombas. En una Colombia donde no estemos condenados a ver en el noticiero del medio día la novedad que nos trae el conflicto, en una Colombia que con todos sus problemas, se dé a la tarea de abrir tras 52 años la puerta de la paz... para que a partir de ahí construir un país mucho mejor del que hoy tenemos, y algún día contarle a esos nietos, que como yo no te conocerán, que mi generación le puso fin a la guerra en nuestro país.

martes, 13 de septiembre de 2016

La historia no se puede repetir

Por Sebastián Acosta Zapata.

Nuestra guerra, porque lo que hemos tenido durante décadas es una guerra de “baja intensidad y larga duración” -según la literatura de los conflictos y paz- llamada conflicto interno armado, no es nueva y se pueden rastrear puntos neurálgicos en la historia de Colombia en los que casi se acabó la violencia política.

En tan solo medio siglo hemos asistido a dos intentos muy importantes de solucionar el conflicto armado por medios políticos y a través de las negociaciones entre el gobierno nacional y los grupos insurgentes al margen de la ley.

El primero de ellos fue la Ley de Amnistía promulgada en 1953 por el presidente de la República de ese entonces, el General Gustavo Rojas Pinilla, hacia las Guerrillas Liberales conformadas en todo el país con principal presencia en el Tolima, Huila y los llanos orientales. José Guadalupe Salcedo, Jorge Enrique González, Humberto Paredes, Dumar Aljure, Rafael Calderón, Marco A. Torres, José Raúl Mogollón, entre otros, firmaron el documento que “deponía las armas de forma honrosa” ante el Estado colombiano. Entre las filas de estas guerrillas liberales había un hombre que aparecería en los libros del conflicto y la violencia del país, Pedro Antonio Marín Rodríguez, alias Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo. Los acuerdos entre estas guerrillas y el Gobierno nacional se respetaron en alguna medida hasta 1957 cuando ya Rojas Pinilla no era presidente y asesinaron al comandante más notorio de este movimiento en otrora guerrillero, Guadalupe Salcedo. Así inició la espiral de asesinatos contra exguerrilleros, por parte de agentes del Estado y grupos vengativos.

Ante este panorama, varios exguerrilleros, entre ellos Tirofijo y Jacobo Arenas, se devolvieron al monte a seguir con la lucha armada, con la guerra. Y en 1964 fundaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo -FARC-EP-. Combatieron sin tregua con el Estado hasta 1982 cuando Belisario Betancur entabló negociaciones de paz con las FARC. Producto de ese proceso surgieron los Acuerdos de La Uribe que procuraban una tregua de un año con posibilidad de ser definitiva. Esos acuerdos lograron también la creación del partido político Unión Patriótica -UP-. Las FARC no se desmovilizaron como organización, pero varios de sus miembros cambiaron la lucha armada por la política.

El segundo caso, más reciente y relacionado con el anterior es el vinculado con el Movimiento 19 de Abril -M-19-. Este movimiento guerrillero surge por la exigencia de más democracia. El Frente Nacional, o sea, la oligarquía partidista, liberal y conservadora, había cooptado al Estado impidiendo que otras fuerzas políticas se concretaran. Y el hecho cumbre fue el manejo fraudulento que le dieron a las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970. El virtual ganador era Gustavo Rojas Pinilla, líder de la Alianza Nacional Popular -ANAPO- un movimiento donde convergían diferentes posturas políticas, no obstante fue declarado presidente Misael Pastrana Borrero (padre de Andrés Pastrana Arango, quien después desarrollaría una negociación fracasada con las FARC a finales de los 90). Esto motivó a que sectores de la izquierda, intelectuales, clase media se organizaran en una “democracia en armas”. El M-19 a diferencia de las FARC, era un grupo urbano y llevó a cabo acciones de mayor impacto tanto simbólicas, como el hurto de la Espada de Bolívar, como bélicas al tomarse el Palacio de Justicia en noviembre de 1985.

Por múltiples factores (narcotráfico, descrédito del Estado, violencia exacerbada, etc.), se desarrolló un proceso de paz entre el gobierno de Virgilio Barco y el M-19 cuyo epicentro fue en Santo Domingo, Cauca. Que dejaría una imagen imborrable en los colombianos, aquella que muestra al comandante máximo de esa guerrilla, Carlos Pizarro León-Gómez, envolviendo su revólver en una pequeña bandera de Colombia. Luego de ese año memorable de 1989, no solo para Colombia sino también para el mundo, la agitación política llegó a un punto álgido, se convocó entre 1990 y 1991 a una Asamblea Nacional Constituyente y a mediados de 1991 se firmó la Constitución Política de Colombia.

No obstante, en medio de estos dos acontecimientos mataron, miembros del Estado en representación del Departamento Administrativo de Seguridad -D.A.S.- en concordancia con los paramilitares, a cuatro candidatos a la presidencia: Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro León-Gómez y Luis Carlos Galán. Lastimosamente estos cuatro hombres, miembros de sectores socialdemócratas, de izquierda y representantes de la Unión Patriótica (los dos primeros), del Movimiento Alianza Democrática M-19 y del Partido Liberal Colombiano, respectivamente, hicieron parte de un plan sistemático de extermino de agentes del Estado, paramilitares y sectores de la extrema derecha contra miembros de la izquierda o figuras de la socialdemocracia. Se calcula que entre 1985 y 1995 fueron asesinados entre 3.000 y 5.000 miembros de la Unión Patriótica. Se cometió un genocidio por razones políticas, hasta ahora único en el mundo. Muchos de los asesinados habían pertenecido a grupos subversivos.

No podemos permitir que la historia se repita. Ahora, más que nunca, vale la máxima “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. No se puede repetir el asesinato de hombres y mujeres que quieren dejar la guerra. En una nación con una historia tan violenta y bélica como Colombia, incitar a la resistencia civil desde la derecha puede representar otro exterminio, como el de finales de los 50 o el de los 80 y 90, de los excombatientes, de los líderes sociales, de los líderes y defensores de derechos humanos, de líderes de base… y más cuando las fuerzas armadas paramilitares siguen vigentes y todavía hay reductos en el Estado que pueden vincularse con estas fuerzas armadas para eliminar la oposición política e ideológica. No es necesario dar la orden expresa para que se cometa una barbarie, solo basta con un gesto, con una señal, con un par de palabras: “resistencia civil”, y los violentos sobreentienden que se está incitando a la eliminación física del otro.

jueves, 23 de junio de 2016

No, a mí no se no me olvida...

Por Johanna Trochez.

NO, a mí no se no me olvida bojayá, el nogal, las tomas guerrilleras, los collares, cilindros y correos humano-bomba, las minas antipersonales, los asesinatos, el reclutamiento de niñxs, las violaciones, los abortos forzados, el narcotráfico, los secuestrados, la privación de la libertad entre jaulas y cadenas, el daño ambiental, la minería ilegal, el desplazamiento, la perdida de nuestros soldados… Y mucho menos olvido mi propia historia, mi niñez asustada, el sonido de un disparo, el secuestro de mi abuelo, su posterior enfermedad que lo dejo en cama hasta el final de su vida, las “vacunas” que ha pagado mi papá y familiares por años para trabajar “tranquilos”, los secuestros y asesinatos de amigos y vecinos, la finca, nuestra casa de la que una vez salimos y por años no se nos permitió volver, el atentado a mi papá con balas y puñal, los “retenes del ejercito del pueblo” en la vía Cauca-Huila, inevitables cada temporada de vacaciones para ver a mi papá, los camiones de café incautados, robados y quemados, la quiebra, la toma de Quilichao y los bombazos que hacían retumbar mi ventana… esos y otros sucesos similares o peores que nos pasaron, a mi, a usted, a un conocido u otro colombiano y por los que lloró mi tierra, mi pueblo, las familias colombianas, mi familia, yo…

NO, a mí no se olvida y alguna vez segada en rabia clame venganza, aún me da irá cada atentado y el cinismo de los actores del conflicto, los errores del gobierno actual y los pasados y podría ponerme en el lugar de aquellos que hoy están en contra y entender sus motivos, renegar del acuerdo, gritar venganza y firmar por el NO…

Y sin embargo, NO puedo, no he perdido la sensibilidad, la empatía y el sueño del cambio. NO puedo acostumbrarme a la guerra como parte de mi vida y en el camino aprendí que “la violencia debe ser siempre el último recurso”. NO puedo, porque yo creo en la vida y respeto profundamente a las víctimas reales; los campesinos, los habitantes de las zonas en conflicto, las familias de militares y otros grupos armados, los niñxs hijxs de la guerra, los que empuñan verdaderamente las armas a diario. NO puedo porque soy mamá, y en mis manos está el ejemplo de amor y perdón que tanto merece mi hijo, el mismo ejemplo que me han dado mis papás.

Hoy, quiero creer que la paz es posible y prefiero creer porque representa mi anhelo por un futuro con capítulos que no hable de balas, odios y muerte. Creo en la necesidad del perdón y la reconciliación, en el cambio del discurso y de aptitud/actitud como acción y confío en los escenarios de reflexión, pedagogía e intervención como lugar común para la construcción de futuro, reintegrarse a la vida después del caos, transformar, curar el alma y hacernos más humanos.

Este no es el final de nuestros problemas, tan sólo es un inicio, una invitación a que hagamos posible la paz y sembremos flores en vez de odio y mierda… ¡Salud! - "...Creo en un país en paz, creo en la salvación, creo en la democracia y eso es un norte demasiado largo" ‪#‎ElÚltimoDíaDeLaGuerra‬

jueves, 12 de mayo de 2016

Resistencia civil, ¿negación del Estado y sus normas?

Por Alejandra Galindo Ceballos.*

El ex presidente y ahora senador Álvaro Uribe ha llamado a la “resistencia civil”, con el objetivo de rechazar los Acuerdos de Paz entre las FARC-EP y el Gobierno; situación que ha derivado en una controversia entre varios sectores políticos.

Entre los que pegaron el grito en el cielo encontramos a Clara López, Navarro, Cristo, Roy Barreras, Cepeda, Aida Avella, mejor dicho, el circo completo (falta Petro). Sin embargo, las afirmaciones que captaron mi atención fueron las de nuestro respetable Presidente del Senado.

Según Velasco, "la resistencia civil se desarrolla a través de una desobediencia civil: no reconocer al Estado, no reconocer las normas", añadiendo que es un error convocar a la resistencia civil “yo quisiera ver más esa fuerza, esa entereza, esa fortaleza de ese líder no llamando a la resistencia civil, sino haciéndole control desde la institucionalidad al cumplimiento de los acuerdos, a que se respeten, a que no haya impunidad, a que los acuerdos privilegien a las víctimas. Me parece -en este caso- que se ha equivocado el Presidente del Centro Democrático”. La verdad creo que es importante aclararle algunos puntos al señor.

En primer lugar, el concepto de “resistencia civil” alude a una forma de acción política, la cual consiste en una ejecución de estrategias que no conllevan VIOLENCIA contra el adversario, se trata entonces de persuadir a la opinión pública para que de forma voluntaria decida o no, seguir depositando su obediencia y apoyo al Estado. En segundo lugar, hablar de “no reconocer al Estado y las normas” es negar que la resistencia civil sea una opción legítima y viable, además ¿Cuáles normas?, acaso el lema “nada está acordado, hasta que todo este acordado", ¿es falso?

En tercer lugar, si bien es cierto que Colombia es un país caracterizado por violencias que ponen en peligro una verdadera construcción de paz, lo que aquí se está promulgando es una concepción del poder distinta, sin armas, como la defendía Mao Tse-tung, no como lo ha hecho las FARC-EP, el ELN, entre otras, a lo largo de la historia, es decir, militarmente.

Por último, no se dejen lavar tanto la cabeza que el hecho de acogerse a una posible “resistencia civil” claro está, para quienes no están de acuerdo con las negociaciones en la Habana, no los hace ni guerreristas y mucho menos Uribistas, se trata de una movilización política y social en la defensa de sus opiniones; o ¿ahora todos tenemos que ser Santistas y quedarnos callados? Por qué no tachan entonces de “agitadores” o "violentos" a las comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinos, comunidades eclesiásticas quienes han utilizado este mecanismo como método de oposición ante las autoridades estatales a lo largo de la historia en Colombia, tal y como lo han hecho desde 1971 con la experiencia del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).

Si vamos a hablar de paz, empecemos entonces por descubrir sus espacios propios, ahí donde se materializan las experiencias de resistencia civil, vitales para el fortalecimiento de nuestra democracia.

* Publicado en el 13 de mayo de 2016 en ReEditor (ver)

martes, 10 de mayo de 2016

¿Es la impunidad el precio de la paz en Colombia?

Por Alejandra Galindo Ceballos.*

Como sabemos, la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado en Colombia ha sido una constante con poco éxito durante décadas, sin embargo, durante los últimos treinta años hemos sido participes de las distintas fases de negociación política que se han llevado a cabo con grupos guerrilleros y paramilitares. Al igual que en otros países, concretar un Acuerdo de Paz que involucre a todas las partes del conflicto, resulta ser una tarea ardua, aún más si se trata de definir las estrategias de justicia transicional; Colombia, podría decirse que cuenta con experiencia en la cuestión, debido a que entre el año 2005 y la fecha, se han formulado políticas públicas, expedidas leyes y puesto en práctica los mecanismos de justicia transicional en justicia penal y rendición de cuentas para la desmovilización ,en ese entonces de las denominadas “AUC” (Autodefensas Unidas de Colombia)

A pesar de lo mencionado anteriormente, el modelo de justicia transicional que se imponga en este proceso de paz debe acompañado por mecanismos que narren la verdad, así como defiendan la construcción de memoria histórica ,aunque el compromiso renovado por mejorar la gobernabilidad seguramente se verá nublado ante los intereses mezquinos y la controversia política.

Las FARC-EP han manifestado en varias ocasiones que no están en la Habana para ir a la cárcel, por lo que cabe preguntarse si ¿están preparados para asumir los costos de un modelo integral de justicia transicional?

En respuesta a este cuestionamiento , tenemos dos panaromas por lo pronto. De un lado, la agenda de negociación de la Habana, no menciona con claridad los aspectos claves en justica transicional, ni los mecanismos para establecer responsabilidad penal individual y reparación, ni mucho menos los estándares nacionales e internacionales para satisfacer los derechos de las víctimas.

Por otro lado, las FARC-EP han logrado que no haya privación de la libertad , lo cual pone en peligro la sociedad civil en la medida en que no entreguen las armas. Todo esto aludiendo al principio de “rebelión” el cual es legítimo; empero, dicho principio encierra a quienes estén armados y tengan una pretensión política de cambiar el estado de las cosas . Ahora bien, no logro recordar ¿Cuál ha sido la pretensión política de las FARC-EP durante décadas? , pero si tengo presente que se han valido del terror, la extorsión, el secuestro, narcotráfico y homicidios para sostenerse.

En este orden de ideas ,el Acuerdo de Justicia Transicional enviado por la Procuraduría a la Fiscal de la Corte Penal Internacional, en el mes de enero, demuestra que no existen penas adecuadas, ni proporcionales a la gravedad del crimen cometido, sino sanciones simbólicas y manifiestamente groseras que ponen a Colombia en un intercambio de delitos sin ninguna garantía. Queridos lectores, que no se les olvide que sin justicia es imposible alcanzar la paz, la justicia transicional debe ajustarse al Estatuto de Roma por medio del cual se impongan penas equiparables a los delitos cometidos.

Ya sé, los colombianos estamos mal acostumbrados a transar con bandidos, permitimos que nuestro aparato judicial siga siendo socavado, que en nuestra cultura “el crimen page bien”, y que nos toque mamarnos a un montón de parásitos que jamás han contribuido al desarrollo de nuestro país, solo porque nos tienen convencidos de que la forma correcta de negociar es como se hace hoy en la Habana. La mentira tiene un gran poder de dominación.

* Publicado en el 10 de mayo de 2016 en ReEditor (ver)

viernes, 6 de mayo de 2016

Reflexiones acerca del poder soberano y la nuda vida

Por César Augusto Morantes.

Hablar sobre la sacralidad de la vida y del rol que ésta desentraña en la configuración de un orden social establecido. Identificar desde el valor que se le atribuye a la vida de los ciudadanos desde el estado. El objetivo que persigue en última instancia este documento es mostrar cómo desde el estado se crea la excepción para ejercer soberanía sobre los cuerpos y el papel de la ley en esa nueva configuración. Estos son algunos puntos que se abordan en el presente texto, se analiza el papel de la soberanía expuesta por Agamben en el documento Homo Sacer: el poder soberano y la nuda vida. Y de cómo la retórica de la soberanía es el centro del estudio de la biopolítica, área de investigación que explica el giro de análisis de la soberanía de los estados ya no sólo sobre los espacios geográficos, sino que se centra en la soberanía del estado sobre los cuerpos.

De esta manera, Agamben expone en el texto que en el estado moderno la vida humana ha sido despojada de toda significancia. Homo sacer hace alusión a esa pérdida que sufre el ser humano, ya que como lo muestra el autor, en la antigüedad romana existía un rito que le permitía a un hombre quebrantar la ley de asesinar sin tener la correspondiente pena jurídica por tal hecho. Pero con la implementación de la excepción como norma, a la vida se le es despojado de todo significado y valor, tanto lo sagrado y como lo humano, y sólo queda un ser que puede ser utilizado y quebrantado.

Hablar de soberanía del estado sobre los cuerpos, nos permite pensar y replantear hasta dónde llega el poder del Estado. Es en la excepción donde se hace más evidente ese poder del estado, por intervenir en la vida de los sujetos, en sus rutinas, en sus prácticas, condicionándolos, y usándolos como una herramienta para alimentar ese poder. La excepción no hace referencia sólo al marco legal-jurídico en el que entran los estados durante una crisis, sino que se constituye en la ley por fuera de la ley. Y es que como lo muestra el autor, “la excepción soberana (como zona de indiferencia entre naturaleza y derecho) es la presuposición de la referencia jurídica en la forma en la forma de su suspensión” (Agamben; 1998:34). Una creación que intenta ocultar las creaciones internas desde lo externo, y con ello, legitimar las acciones propias en un estado en crisis.

Es de suma importancia en esta línea de ideas, que en el estado de excepción el soberano determina en qué casos de estado de excepción aquello que estará fuera de la ley, como lo muestra Agamben “Yo, el soberano, que estoy fuera de la ley, declaro que no hay un afuera de la ley” (1998:27), y sin embargo, muestra la excepción como un afuera. Esta paradoja que muestra el autor, permite pensarse entonces cómo por medio de herramientas jurídicas se crea la excepción, permitiendo al soberano ejercer soberanía sobre el homo sacer. Es como de esta manera que “en la excepción soberana se trata, en efecto, no tanto de neutralizar o controlar un exceso, sino, sobre todo, de crear o definir el espacio mismo en que el orden jurídico-político puede tener valor” (Agamben;1998:31).

De la anterior cita y de acuerdo a lo planteado durante la sesión, surge la inquietud de sí la soberanía sobre los cuerpos como homo sacer, se puede apreciar únicamente en estados de excepción del estado (ejemplo: campos de concentración, cárceles para terroristas, o durante el periodo de la esclavitud), no sería posible rastrear al homo sacer en las otras formas en las que el estado ejerce soberanía en un territorio. ¿Se puede hablar de homo sacer sólo cuando se vulnera la integridad física de un individuo en excepción? ¿Puede la excepción tener otras formas y otros componentes aparte de la violencia física?¿Podría ser entendida la situación de pobreza que enfrentan algunas comunidades una forma de excepción?

Bibliografia
Agamben, Giorgio (1998). Homo Sacer: el poder soberano y la nuda vida. Pre-Textos

jueves, 3 de marzo de 2016

¿Cómo los medios de masas configuran formas de vida social e imaginarios?

Por Adolfo A. Abadía.

A la luz del texto de Lila Abu-Lughod (2005) Dramas of Nationhood. The Politics of Television in Egypt, me propongo a entender cómo los medios de masas configuran formas de vida social e imaginarios que permiten entender la idea de nación como un marco que definen (imponen) posturas ideológicas

La autora nos invita a mirar el impacto de la televisión en tanto a transmisor de mensajes, narrativas, imágenes y sentidos, en la vida cotidiana de los ciudadanos de una nación, como Egipto. Para ella, la televisión juega un importante rol en este proceso de configuración de un carácter hegemonizante del Estado-nación (Abu-Lughod, 2005). Para ello, la autora revisa el caso de Egipto y sostiene que su estudio se justifica por dos razones, principalmente, por un lado, la televisión puede dar cuenta de cómo se ha configurado el proceso de construcción de una cultura nacional, si se entiende como una institución; por otro lado, la televisión se ha involucrado en todo el proceso de construcción de nación y de sentimientos nacionales así como modelando imaginarios nacionales (Abu-Lughod, 2005).

Como antropóloga, su intención de fondo es hacer una etnografía del Estado(-nación) y para ello se ha propuesto rastrear cómo en Egipto se ha construido un imaginario de Estado-nación a partir de los medios masivos de comunicación, principalmente, la televisión. Por lo tanto, es importante partir de lo que se va a entender por estado-nación. Ella parte de la idea de comunidad imaginada (Anderson, 1991) y sugiere entender el Estado como un artefacto cultural. En este marco analítico, el Estado-nación constituye un modelo ordenador del día-día, y la autora lo ve cristalizado en las series que transmite los canales estatales de Egipto. Con esto en mente, metodológicamente, la autora propone una mirada articuladora, por un lado, de la circulación de sentidos, objetos e identidades culturales con perspectiva espacio-temporal difusa, y por el otro, de una etnografía multisituada identificando las conexiones con los "mundos" de la vida que se dan en diferentes lugares. Con esta propuesta, la autor intenta desentrañar las relaciones de las vidas particulares dentro de un sistemas más amplio (Abu-Lughod, 2005).

Dicho lo anterior, la autora reconoce que la televisión, mejor dicho, los programas y películas transmitidos por los canales nacionales, sus estrellas (actores/as) ofrecen formas de cómo naturalizar la nación. Lo que ocurre, por un parte, en la medida en que el ritmo de la cotidianidad se ve organizada según los tiempos de estos programas y por otra parte, porque trata preocupaciones nacionales "palpables": escándalos, corrupción, violencia, entre otros, articulando asuntos de orden estatal y religioso. En todo caso, la lógica detrás del asunto consiste en que por medio la televisión se imponen formas que modelan los componentes que inciden en la configuración ideológica de una nación.

Me causa inquietud, o más bien curiosidad, que la autora no registre (ni en la bibliografía) un texto como Homo Videns. La Sociedad Teledirigida (1997) o La opinión teledirigida. Videopolítica (1998) del italiano Giovanni Sartori (1997), quien aborda la relación de la televisión en su vínculo con la política y la construcción de ciudadanía, haciendo hincapié en el contenido que se transmite que condiciona el vivir y el convivir. Aunque Sartori se preocupa más sobre los tipos de contenidos (contenido/información frívola u objetiva) y cómo la televisión ha privilegiado el tipo de información que, el autor, entiende como carente relevancia “significante”. A esta conclusión llega el autor al advertir que la televisión ofrece un contenido que apela más al entretenimiento, distracción y diversión, que a la reflexión crítica. Lo que no debe constituir un asunto de desinterés pues, para Sartori, es la televisión, entre los demás tipos de medios de comunicación de su época, la principal fuente de información, es a partir de ella que los ciudadanos construyen su mirada sobre los asuntos cotidianos.

Lo que más me inquieta del asunto, es que para gran parte de la población que estudia el autor, la televisión es la única fuente de creación de opinión, para aprobar o desaprobar decisiones políticas. De esta forma, esta población solo puede opinar de la forma en que la televisión le induce (Sartori, 1998).

De ambas posturas, destaco su inquietud acerca de cómo la televisión (la cultura de la televisión como menciona Abu-Lughod, 2005) influye, tanto en la construcción de imaginarios, de símbolos, de identidades afín a un proyecto de nación particular, como en la determinación de los asuntos acerca de los cuales se opina, o al menos se tiene idea, en la cotidianidad social de los individuos que se constituyen como insumos para la toma de decisiones políticas.

Bibliografía
SARTORI, Giovanni (1998). “La opinión teledirigida. Videopolítica” [traducción al español por Valentina Valverde] en Claves de Razón Práctica, enero-febrero 1998, núm. 79.

ABU-LUGHOD, Lila (2005). Dramas Of Nationhood: The Politics Of Television In Egypt. (pags, 1-53, 111-134, 193-245)

ANDERSON, Benedict (1991). Imagined communities. London: Verso.

miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Cómo etnografiar la realidad en la ilusión?

Por Laura Silva Chica.

Comprender cómo se viven las versiones de aquellos conceptos que estructuran nuestros sentidos comunes en la cotidianidad pareciera ser un asunto central para la etnografía. Más allá de ser un ejercicio que nos invita a descubrir qué hay detrás de la ilusión, es un camino que nos acerca a la realidad que hay en ella. Al pensar en lo que significa realizar una etnografía del estado, valdrá la pena entonces volver sobre aquellas narrativas y representaciones que se han edificado en cada uno de nuestros escenarios compartidos a propósito de éste. No son pocas las ocasiones en las que nos referimos al estado como una estructura ubicada sobre nosotros la cual está ahí para determinar y vigilar comportamientos. Sin embargo, si volvemos a él pensándolo como una idea, como un marco de referencia al cual recurrimos para establecer diálogos y concretar relaciones, como una humana ilusión, el campo de posibilidades se abre. En este punto vale la pena preguntarse entonces ¿Cómo etnografiar la realidad en la ilusión?

Íngrid Bolívar (2011) y Ángela Rivas (2011), nos invitan a reflexionar sobre la manera en que ha sido abordado conceptual y metodológicamente el estado. Ambas propuestas resultan de gran utilidad por cuanto nos presentan elementos centrales que deberíamos considerar al momento de proponernos etnografiarlo. En “El problema es la falta de estado”. La dificultad de etnografíar al estado, Rivas (2011) llama nuestra atención sobre los obstáculos y posibilidades que se nos presentan al intentar aproximarnos al estado como un sujeto de estudio. Su naturaleza elusiva y polisémica, aquella que nos impide delimitarlo, localizarlo y acotarlo, así como la tendencia a reificarlo son algunas de las principales dificultades. Ahora bien, sobre el cómo sortear este tipo de obstáculos, la propuesta de Rivas (2011), muy cercana a la postura de Bolívar (2011), será ir a la cotidianidad, al momento, sujetos y contextos sociales que producen o reproducen narrativas sobre el estado o en su nombre. Buscarlo en los efectos que produce, en los procesos de simplificación de realidades complejas que se atribuye (censos, políticas públicas, análisis estadísticos, etc.), o en la manera en que se lo alude, son algunas de las rutas que harán posible una etnografía del estado.

Sandra Patricia Martínez (2013) en su artículo Hacia una etnografía del Estado: reflexiones a partir del proceso de titulación colectiva a las comunidades negras del Pacífico colombiano, nos presenta el caso del proceso de titulación colectiva agenciado por los pobladores negros del Alto Atrato como una excusa para aproximarse al quehacer del etnógrafo del estado. Retomando algunos de los planteamiento realizados por autores como Abrams (1988), Gupta y Sharma (2006), Mitchell (1991), Hansen y Stepputat (2001), Nuijten (2003), Gupta y Ferguson (2002), entre otros, sobre la definición o aproximación metodológica a la comprensión del estado, Martínez vuelve sobre el caso del Consejo Comunitario Mayor de la Organización Popular Campesina del Alto Atrato –Cocomopoca–, para conocer las representaciones que la gente construye en torno al estado a partir de la interacción con los funcionarios a cargo de la implementación de la política de titulación de tierras de comunidades negras (Martínez, 2013). A través del análisis de las prácticas y representaciones de los miembros de Cocomopoca, Martínez (2013) da cuenta de cómo “el estado se presenta como una forma de organización social compleja, como una arena de regateo, cálculo y negociación entre actores diferencialmente situados”. Al volver sobre el estado como un artefacto cultural construido a partir de prácticas y representaciones sociales, de la interacción entre ciudadanos y funcionarios, la autora nos invita a comprender la realidad en la ilusión.

Referencias
Bolívar, I. (2011). “Prácticas disciplinares y promesas de la etnografía: redescubrir el estado”. En Margarita Chaves (comp.) La Multiculturalidad Estatalizada, pp. 49-66. ICANH

Martínez, S. P. (2013). “Hacia una etnografía del Estado: reflexiones a partir del proceso de titulación colectiva a las comunidades negras del Pacífico colombiano”. En: Universitas Humanística, no.75, enero-junio, pp. 157-187.

Rivas, A. (2011). "“El problema es la falta de estado” La dificultad de estenografiar el estado". En: Margarita Chaves (comp.) La Multiculturalidad Estatalizada, pp. 43-48. ICANH

miércoles, 6 de enero de 2016

¿Cuál es la razón de vivir?

Columnista Nibega.

¿Cuál es la razón de vivir? Es esa historia que nos han vendido de niños, que se acompaña con el crecimiento, vives para aprender, para después hacer con ese saber, realizarte y morir feliz. ¿Feliz de qué? Si nacemos para comer mierda y crecemos para seguir comiendo mierda, aprendemos para saber que vamos a comer la misma mierda toda la vida hasta que en algún momento, entras en razón y sabes que no hay motivos para vivir. En la actualidad la única razón de vivir es el trabajo, básicamente servirle a otro, muy similar a la antigüedad pero somos los modernos, somos aquellos que hemos conquistado lo peor del ser humano, cuando no hemos dejado de estar rodeados de lo peor del ser humano.

Las experiencias de la vida trae cosas gratas, pero con qué fin. Me preocupa que nada de esto tenga su razón, existimos porque sí, pero nos han vendido la idea de que somos especiales, sí estamos en un universo y existimos, eso nos hace especiales, vaya que especiales. Lo somos todos, pero valemos nada, vaya que especiales. Porque hay personas que pueden decidir, aquellas personas que realmente tienen decisión frente a lo que pasa en el mundo. Las élites económicas y políticas, no a nivel local ni nacional aunque esas también entran, sino a nivel global son las que deciden lo especiales que somos y le dan razón a la vida. Usted vive para trabajar, para que esas personas que lo tienen todo puedan ser felices y aun así no lo consiguen, porque la felicidad no es un estado continuo, así que logran si quiera una felicidad pasajera, que llega como una brisa y así mismo se escapa, rehuye a los designios de esos seres.

Hay que ser sinceros, hay que ser realistas, hay que tener los ojos bien puestos en lo que pasa en el mundo y darse cuenta que a ese grupo de personas le interesa que usted no se mate y le encuentre sentido. Le interesa que usted, como pequeña maquinita siga funcionando independientemente de si se siente bien o mal, si está a gusto con lo que hace o no, eso es lo que menos interesa, mientras usted crea que tiene una razón para vivir o al menos la busque. Porque si cada ser humano, desdichado e infeliz se quitara la vida seguro algo empezaría a salir mal, si las personas comprendiéramos que vivir no tiene razón por lo tanto eso de quitarse la vida no tiene el peso que los occidentales le damos, es que la religión nos cagó, nos hizo creer que nuestras vidas tienen valor, que si nos la quitamos nos vamos al infierno o al purgatorio, o, a vivir torturas peores de las que vivimos en esta vida. No digo que vayamos a ser una banda de locos asesinos o suicidas, no, porque esos ya existen, son promovidos por esos grupos que dicen que la vida vale la pena, pero no les duele las muertes ajenas, porque unas cuantas muertes no hacen daño. Pero los desdichados no se pueden quitar la vida porque imagínese usted en el momento en que una gran cantidad lo haga, ¿qué les queda?

Si no hay obreritos, si no hay maquinistas, si no hay secretarías funcionando, si cada uno de esos puestos de mierda que las personas toman por obligación, porque sí, porque el hijo, porque para eso vinimos a vivir, deja de servir el sistema, colapsa y ese grupo también colapsa. A nadie se le preguntó si quería vivir, por lo tanto a nadie se le pregunta si quiere morir, esa pregunta no se hace y cuando alguna pobre alma trata de hacerlo le dicen que está mal, que es un loco y no tiene derecho sobre su vida. ¿Entonces quién? Según dice el Estado, le pertenecemos a un Estado que no ha hecho nada por nosotros, no la sociedad, un Estado, una entidad artificial que hemos construido para nuestro bienestar, ¿el bienestar de quienes del grupo o la población?

Creo que ya vamos encontrando, si bien no una razón individual sí una colectiva. Claro, somos seres sociales, juntos hacemos esta sociedad y aportamos de nuestros saberes para hacerla más rica y por ende beneficiosa para los individuos que la componen, está bien, la sociedad debe persistir para que el ser humano lo haga, pero ¿para qué? Tampoco hay que mirar todo con desconsuelo pero si de manera crítica. No hay ninguna razón para que estemos aquí más que para experimentar esta existencia, no hay un fin más que el de aprovechar el tiempo en este lugar, eso al menos nos da una tranquilidad, que si bien no tengamos una razón para nuestra existencia, es esa misma existencia la razón. Son palabras muy lindas pero si las aplicamos a la realidad ¿qué obtenemos? Nada, que son precisamente eso, palabras, porque el papel lo soporta todo, lástima que los actos humanos no sean capaces de soportar sus palabras, sus deseos y anhelos, menos los sueños.

Porque estamos matándonos para soportar los sueños, deseos y anhelos de unos pocos, sí de ese grupo del que tanto se hace referencia, quizá suene un poco descabezado, conspirativo decir que hay un grupo de gente que, disculparan la expresión, se cagan en todos para ellos tener bienestar. Acaso queridos lectores ustedes creen que yo les miento, quizá no me conozcan pero sepan algo, hay pocos hechos que me hacen pensar que eso si ocurre, cuando el 1% de la población humana tiene el mismo dinero que el 99%, básicamente el resto, nosotros. ¿Creen ustedes que ese 1% no va a estar de acuerdo en perder ese privilegio? Más cuando de pequeños han sentido que les deben respeto por ser ricos, se sienten superiores, que valen más. Porque la mayoría que ha llegado a ese 1% vienen de familias adineradas, no son esos nuevos ricos que se han construido de la noche a la mañana. Estos nuevos ricos de los que hablo qué creen que van a hacer cuando se junten con ese 1%, pues comportarse igual, por una razón sencilla, si no quedan afuera. Somos seres que aunque tengamos libre albedrío nos movemos por patrones, conductas, códigos, esos cogidos son los que nos dicen cómo actuar en el día a día. Está bien sigue sonando a locura pero si no es una locura que el 99% se reúna en sindicatos para evitar que les violen derecho o reclamando una situación más justa, por qué no, ese 1% se reúne para evitar perder sus privilegios.

Sí la razón de la existencia del ser humano es precisamente eso, existir, pero debe ser un buen existir, una buena vida, la felicidad vendría siendo el resultado de una buena vida, cosa que no se ve en la actualidad y seguramente en muchos periodos de la historia tampoco. Pero ninguna de las dos, ni una buena vida ni la felicidad se pueden conseguir si nos seguimos vendiendo la idea de ese grupo, la idea de que venimos a este mundo a comer mierda, a crecer, aprender, a hacer con ese saber y servir cual siervo a su amo. No es broma, cada una de las instituciones nos enseña a obedecer y nada más.

En casa es necesario seguir la guía de nuestro protector, así funcionan las familias y no está mal, siempre hay quien lidere a la manada, pero ese mismo es quien la cuida no quien le hace daño. En la escuela el docente es la guía y protector en el aprendizaje, donde usualmente, sólo buscan que se repita la lección. Así como en los saberes que no se aprenden en escuela hay mentores, siempre dispuestos a ayudar, siempre dispuestos a hacerte mejor y eso no está mal, eso está perfectamente bien. La espiritualidad nos debe ayudar a entender nuestras pasiones y así poder convivir con nosotros mismos y con los demás, caso aparte es la religión que trata al creyente, a aquel que ha buscado entenderse a sí mismo y a los demás, a buscar consuelo en tanto dolor que siente y ve sentir. Lo trata como si fuese un ser sin consciencia, no le enseña a pensar por sí mismo sino a repetir hasta el cansancio o hasta que se vayan los dolores, si es que se van.

Finalmente el trato entre iguales, que resulta no ser así y al entrar en la vida pública nos damos cuenta que todo ese saber, el de agachar la cabeza y obedecer, el de aprender de memoria y no cuestionar trata de hacerse más fuerte y romper con tus deseos y anhelos que seguramente no van con esa idea de agachar la cabeza, de ser borregos.

Sí, quizá generalice, pero sé que no miento, si se generaliza es para no dejar dudas que la razón de vivir, no es la de servir como esclavo sino la de prestar un servicio con amor a la sociedad para poder tener una buena vida y quizá ser feliz.

¿Cómo financiar el postconflicto?

Columnista José Jairo Jaramillo.
Integrante de la Organización de Jóvenes Liberales del Valle

Colombia pasa por una coyuntura que determinara el destino del país para las próximas décadas, el actual proceso de paz es una oportunidad no solo de cerrar un ciclo de 50 años de violencia que nos ha costado más de 220.000 muertes, 5 millones de desplazados y alrededor de 220 billones de pesos en la última década[1]. Sino, en palabras del alto comisionado para la paz Sergio Jaramillo: "el proceso de paz es la oportunidad de construir una transición para el cambio"[2]. Que debe concretarse en superar las asimetrías territoriales de Colombia, suministrando a los municipios más pobres e históricamente sometidos a la violencia del conflicto "bienes e infraestructuras públicas, redes de protección social, acceso a la justicia, seguridad, sistemas de apoyo productivo, garantías de participación democrática, protección de intereses ambientales, entre otros"[3].

El enfoque que el gobierno le ha dado al postconflicto es territorial, lo que indica que el foco de las inversiones y el fortalecimiento institucional debe centrarse en los municipios, de esta manera:

"El municipio es entonces la entidad territorial natural para la identificación, localización y formación de los territorios de paz. Ello se entiende perfectamente pues en el municipio confluyen el poder político local y el aparato de la administración pública local y nacional. También el municipio es el espacio natural de acción e interacción de las poblaciones con las instituciones. Todas estas circunstancias le dan al municipio un rol preponderante en el manejo de la transición hacia la paz y la reconciliación, por ende, estas entidades locales y sus administradores tendrán que prepararse muy bien para enfrentar este gran desafío histórico en el futuro inmediato".[4]

Para lograr lo anterior, se hace necesario profundizar la descentralización política, administrativa y económica para, entre otros, robustecer fiscalmente a las entidades territoriales, y así ellas poder coadyuvar a la nación con recursos propios para financiar el postconflicto y el plan de inversiones que este nuevo escenario implica, pues de lo que se trata es fortalecer la presencia Estatal en el territorio que permita "universalizar el Estado social de derecho, para lo cual se requiere una especie de plan para la paz, basado en un nuevo pacto fiscal distributivo en un sistema descentralizado, con una democracia local fuerte, pero también con un sistema robusto de corresponsabilidad y de compensación nacional de las asimetrías".[5]

¿De dónde se van a obtener los 93 billones de pesos que según el Senado de la República se requieren como inversión para el postconflicto durante los próximos 10 años?[6] se ha propuesto por el gobierno y el Congreso de la República diferentes fuentes como por ejemplo recursos de cooperación internacional, prestamos multilaterales, una reforma tributaria nacional que contemple (entre otros) el impuesto a los dividendos, la eliminación de exenciones tributarias a algunos sectores como por ejemplo el minero-energético, luchar contra la elevada evasión de impuestos, el denominado dividendo por la paz[7], etc.

Creo que la firma de un acuerdo con las FARC es el escenario ideal para que el gobierno nacional en compañía de los gobernadores y alcaldes (recién electos) concierten una reforma tributaria que propenda por el fortalecimiento del sistema tributario municipal y territorial y les permita a estas entidades acceder a fuentes de financiamiento propias en aras de tener recursos para las inversiones necesarias en el postconflicto. Este breve escrito pretende abordar la necesidad de una reforma tributaria territorial que permita a estas entidades acceder a más recursos para profundizar la descentralización, y así poder financiar, en parte, las inversiones necesarias una vez si firme el acuerdo de paz.

Conforme a la Federación Nacional de Departamentos, de cada $ 100 que recauda el Estado Colombiano, $ 83,5 van para el gobierno nacional y entidades de orden central, $4,6 van a financiar a las 32 entidades departamentales y $11,9 van dirigidos a financiar a 1.123 municipios. (Ver gráfico 1)

Gráfico 1. Asignación según nivel de gobierno por cada $100 de impuestos (2012)[8]
Fuente: Federación Nacional de Departamentos Julio 16 de 2015

La misma federación muestra como tras cada una de las reformas tributarias desde 1994 hasta el año 2012 los ingresos fiscales de la nación han aumentado considerablemente pasando de 8,8 billones de pesos de recaudo en 1994 a 95,1 en 2012 (es decir un aumento de 1.080%). Mientras los departamentos pasaron de 0,7 billones en 1994 a 5,3 en 2012 (es decir un aumento de 757%) y por último los municipios pasaron de 1,1 billones a 13,5 en el mismo periodo (es decir un aumento de 1.227% que en términos absolutos es precario si se tiene en cuenta que van a distribuirse entre 1.123 entidades municipales) (Ver gráfico 2).

Gráfico 2. Ingresos tributarios por nivel de gobierno en cada reforma tributaria (1994-2012)[9]
Fuente: Federación Nacional de Departamentos Julio 16 de 2015



Lo anterior pone en evidencia la necesidad de una reforma territorial, que permita a estas entidades tener los recursos fiscales necesarios para financiar el plan de inversiones para la paz y el postconflicto. En este sentido abordare los cambios que deben darse en los dos impuestos territoriales más significativos (dado los limites de extensión de este ensayo), a saber el de predial y el de industria y comercio. Esa reforma territorial debe contemplar:

Respecto al impuesto predial: debe hacerse un compendio legislativo que facilite la comprensión normativa sobre el impuesto predial. Actualmente el IPU es regulado por las leyes 1430 de 2010, 1448 de 2011, 1450 de 2011 y la ley 44 de 1990, lo anterior en aras de dar seguridad jurídica a los sujetos pasivos del impuesto, a la vez que simplificar el pago del mismo y dar herramientas claras a las entidades territoriales para efectuar el cobro y recaudo del tributo, esto pasa por recopilar en un solo texto jurídico los elementos de la obligación objetivos y subjetivos de tributaria.

Por otro lado, la nación debe reconocer la autonomía catastral de los municipios en aras de permitir a estos realizar la actualización del catastro, a la vez que facilitar los recursos para que estos puedan contar con las herramientas técnicos e institucionales para adelantar dicha labor, o en su defecto (y en caso de no reconocerse la autonomía catastral) dar más recursos al Instituto Geográfico Agustin Codazzi para que pueda adelantar esa tarea. Cuya importancia radica en que la base gravable del Impuesto Predial Unificado según el artículo 3ro de la ley 44 de 1990: "será el avalúo catastral, o el autoavalúo cuando se establezca la declaración anual del impuesto predial unificado". Es decir, según el valor monetario del avalúo (cifra sobre la que se aplica la tarifa) se determina el total del impuesto a pagar por el contribuyente. Lo anterior se hace necesario pues según el IGAC solo el 62,3% de los municipios cuentan con un avalúo catastral actualizado, lo que interfiere notablemente en la gestión fiscal que tienen a cargo los gobiernos locales. (Ver gráfico 3)

Gráfico 3. Actualización de predios en Colombia IGAC[10]
Fuente: Conpes 3630, DNP Reajuste a los avalúos catastrales para la vigencia 2010



Esto quiere decir que 37 de cada 100 municipios no tienen sus catastros actualizados por lo que a la hora de definir la base grabable del impuesto no cuentan con la información suficiente para poner al día el quantum impositivo, pues no tendrán información respecto al uso de los suelos (es decir la actividad productiva para la que se destina el predio), o el valor real de los predios, etc.

Adicional a lo anterior, que se circunscribe en el ámbito legislativo y administrativo, se hace necesario fortalecer la variable de confianza ciudadana, pues este es uno de los elementos claves para comprender la evasión. Cuando un ciudadano percibe que el gobierno es corrupto y no hay ningún tipo de retribución publica por la tributación se crea un desestimulo para cumplir con la carga tributaria, esto se resume en la pregunta ¿para qué pagar impuestos si no se recibe ningún bien público a cambio? lo anterior se puede hacer por ejemplo haciendo accountability sobre el uso que el gobierno local le da a los recursos obtenidos por el recaudo del predial, por ejemplo explicándole a contribuyente en la factura de cobro que se va a hacer exactamente con el dinero que el va a dar al fisco.

Respecto al impuesto de industria y comercio (ICA)
: al igual que con el impuesto predial, respecto del ICA, debe hacerse un compendio legislativo que facilite la comprensión normativa sobre este impuesto, que actualmente es regulado por las leyes L. 97 de 1913, L. 56 de 1981, L. 14 de 1983, D. 3070 de 1983, L. 14 /1915, L. 72 de 1926, L. 89 de 1936, L. 50 de 1984, L. 55 de 1985, L. 75 de 1986, D. 1333 de 1986, L. 49 de 1990, L. 43 de 1987, L. 223 de 1995, L. 488 de 1998, L. 633 de 2000, L. 716 de 2001, L. 863 de 2003, y L. 788 de 2002, lo anterior en aras de dar seguridad jurídica a los sujetos pasivos, a la vez que simplificar el pago del impuesto y dar herramientas claras a las entidades territoriales para efectuar el cobro y recaudo del mismo, esto pasa por recopilar en un solo texto jurídico los elementos de la obligación tributaria.

Por otro lado se hace necesario, con respecto al impuesto de industria y comercio, resolver los conflictos que se generan por la territorialidad del gravamen, en la medida en que algunas actividades están vinculadas a más de un municipio, lo que deriva en situaciones de doble tributación o conflictos entre administraciones por el cobro del impuesto a los contribuyentes[11]. Por lo anterior, debe haber una reforma legislativa que permita dirimir estos conflictos jurídicos que muchas veces dificultan la determinación correcta del impuesto a pagar por el contribuyente y por tanto el cobro del mismo. Por otro lado, varios sectores, académicos y políticos, han propuesto que se incluyan medidas para facilitar el recaudo del tributo, como su unificación con el impuesto de avisos y tableros o la autorización para el cobro y liquidación bimensual (en aras de tener mayor control sobre el recaudo). Lo anterior ayudaría sustancialmente a aumentar los ingresos fiscales.

Adicional a lo anterior, que se circunscribe en el ámbito legislativo y administrativo, se hace necesario fortalecer la variable de confianza ciudadana, tal como se explico en el caso del impuesto predial. Otro asunto para debate, solo por mencionarlo, es el cobro de impuestos a bebidas no alcohólicas, como gaseosas, bebidas energizantes y afines, que tienen efectos negativos sobre la salud y por tanto deberían contribuir con recursos adicionales para las finanzas territoriales, en este caso, de los departamentos.

Es así como fortaleciendo los impuestos territoriales (y con ello la descentralización) se pueden crear las condiciones económicas propicias en los territorios para financiar la Colombia después de la guerra, esto pasa necesariamente, por la capacidad de recaudo para inversión (entre otro tipo de fuentes) que tengan las ciudades de nuestro país, he ahí la relevancia de la tributación local, pues:

"Después de los impuestos nacionales, los impuestos municipales son los que realizan un mayor aporte al recaudo tributario agregado del país, pues representan el 2.14% del PIB y el 11.8% del total del recaudo tributario. Con municipios debilitados, con escasos recursos propios para financiar autónomamente su funcionamiento y simultáneamente, la presión por el aumento de la inversión que demanda el desarrollo (y en este caso el posconflicto), es imposible superar los obstáculos que alejan a una gran parte de colombianos de mejores condiciones de vida".[12]

Este es el reto que tenemos como país, empoderar mas institucional y fiscalmente a nuestras ciudades en aras de garantizar el goce efectivo de los derechos ciudadanos desde el primer escenario de vivencia y participación democrática, el municipio.

Notas a pie de página
[1] Tributación municipal para la equidad y el desarrollo,Federación Colombiana de Municipios (2010) Pag16,tomado:https://www.fcm.org.co/Publicaciones/Libros/Tributaci%C3%B3n%20Municipal%20para%20la%20equidad%20y%20el%20desarrollo2.pdf

[2] "La transición hacia la paz es una gran oportunidad para el cambio: Alto Comisionado para la Paz" tomado de: http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/herramientas/prensa/Pages/2015/mayo/la-transicion-hacia-la-paz-es-una-gran-oportunidad-para-el-cambio-alto-comisionado-para-la-paz.aspx?ano=2015#sthash.BJdWPUK1.dpuf

[3] Desafíos de la paz territorial (Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz - Universidad Nacional de Colombia)http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/desafios-de-la-paz-territorial.html

[4] Morales, Jairo "¿qué es el postconflicto? Colombia después de la guerra" 2015 Géminis Bogotá pag. 71

[5] Marco, Romero " Desafíos de la paz territorial" Unperiodico, febrero 7 de 2015 tomado de: http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/desafios-de-la-paz-territorial.html

[6] Plenaria de Senado analizó financiación del posconflicto, 7 de octubre de 2014, tomado de: http://www.senado.gov.co/historia/item/20835-plenaria-de-senado-analizo-financiacion-del-posconflicto

[7] El presidente Juan Manuel Santos, ha mencionado que (según proyecciones de Min Hacienda) de llegar a concretarse la paz con la guerrilla el producto interno bruto del país estaría creciendo 2% adicional anual

[8] Amylkar Acosta Medina Director Ejecutivo Federación Nacional de Departamentos "MODERNIZACIÓN DE LAS FINANZAS PÚBLICAS TERRITORIALES, IX Congreso de Nacional de Contabilidad Pública 2015" Julio 16 de 2015, diapositiva 10.

[9] Ibídem, diapositiva 11.

[10] Tributación municipal para la equidad y el desarrollo,Federación Colombiana de Municipios (2010) Pag34,tomado:https://www.fcm.org.co/Publicaciones/Libros/Tributaci%C3%B3n%20Municipal%20para%20la%20equidad%20y%20el%20desarrollo2.pdf

[11] Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (observatorio legislativo), reforma tributaria territorial, boletín 128, abril de 2009, tomado de: http://www.icpcolombia.org/archivos/observatorio/boletin_128

[12] Tributación municipal para la equidad y el desarrollo,Federación Colombiana de Municipios (2010) Pag15,tomado:https://www.fcm.org.co/Publicaciones/Libros/Tributaci%C3%B3n%20Municipal%20para%20la%20equidad%20y%20el%20desarrollo2.pdf

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