miércoles, 6 de enero de 2016

¿Cuál es la razón de vivir?

Columnista Nibega.

¿Cuál es la razón de vivir? Es esa historia que nos han vendido de niños, que se acompaña con el crecimiento, vives para aprender, para después hacer con ese saber, realizarte y morir feliz. ¿Feliz de qué? Si nacemos para comer mierda y crecemos para seguir comiendo mierda, aprendemos para saber que vamos a comer la misma mierda toda la vida hasta que en algún momento, entras en razón y sabes que no hay motivos para vivir. En la actualidad la única razón de vivir es el trabajo, básicamente servirle a otro, muy similar a la antigüedad pero somos los modernos, somos aquellos que hemos conquistado lo peor del ser humano, cuando no hemos dejado de estar rodeados de lo peor del ser humano.

Las experiencias de la vida trae cosas gratas, pero con qué fin. Me preocupa que nada de esto tenga su razón, existimos porque sí, pero nos han vendido la idea de que somos especiales, sí estamos en un universo y existimos, eso nos hace especiales, vaya que especiales. Lo somos todos, pero valemos nada, vaya que especiales. Porque hay personas que pueden decidir, aquellas personas que realmente tienen decisión frente a lo que pasa en el mundo. Las élites económicas y políticas, no a nivel local ni nacional aunque esas también entran, sino a nivel global son las que deciden lo especiales que somos y le dan razón a la vida. Usted vive para trabajar, para que esas personas que lo tienen todo puedan ser felices y aun así no lo consiguen, porque la felicidad no es un estado continuo, así que logran si quiera una felicidad pasajera, que llega como una brisa y así mismo se escapa, rehuye a los designios de esos seres.

Hay que ser sinceros, hay que ser realistas, hay que tener los ojos bien puestos en lo que pasa en el mundo y darse cuenta que a ese grupo de personas le interesa que usted no se mate y le encuentre sentido. Le interesa que usted, como pequeña maquinita siga funcionando independientemente de si se siente bien o mal, si está a gusto con lo que hace o no, eso es lo que menos interesa, mientras usted crea que tiene una razón para vivir o al menos la busque. Porque si cada ser humano, desdichado e infeliz se quitara la vida seguro algo empezaría a salir mal, si las personas comprendiéramos que vivir no tiene razón por lo tanto eso de quitarse la vida no tiene el peso que los occidentales le damos, es que la religión nos cagó, nos hizo creer que nuestras vidas tienen valor, que si nos la quitamos nos vamos al infierno o al purgatorio, o, a vivir torturas peores de las que vivimos en esta vida. No digo que vayamos a ser una banda de locos asesinos o suicidas, no, porque esos ya existen, son promovidos por esos grupos que dicen que la vida vale la pena, pero no les duele las muertes ajenas, porque unas cuantas muertes no hacen daño. Pero los desdichados no se pueden quitar la vida porque imagínese usted en el momento en que una gran cantidad lo haga, ¿qué les queda?

Si no hay obreritos, si no hay maquinistas, si no hay secretarías funcionando, si cada uno de esos puestos de mierda que las personas toman por obligación, porque sí, porque el hijo, porque para eso vinimos a vivir, deja de servir el sistema, colapsa y ese grupo también colapsa. A nadie se le preguntó si quería vivir, por lo tanto a nadie se le pregunta si quiere morir, esa pregunta no se hace y cuando alguna pobre alma trata de hacerlo le dicen que está mal, que es un loco y no tiene derecho sobre su vida. ¿Entonces quién? Según dice el Estado, le pertenecemos a un Estado que no ha hecho nada por nosotros, no la sociedad, un Estado, una entidad artificial que hemos construido para nuestro bienestar, ¿el bienestar de quienes del grupo o la población?

Creo que ya vamos encontrando, si bien no una razón individual sí una colectiva. Claro, somos seres sociales, juntos hacemos esta sociedad y aportamos de nuestros saberes para hacerla más rica y por ende beneficiosa para los individuos que la componen, está bien, la sociedad debe persistir para que el ser humano lo haga, pero ¿para qué? Tampoco hay que mirar todo con desconsuelo pero si de manera crítica. No hay ninguna razón para que estemos aquí más que para experimentar esta existencia, no hay un fin más que el de aprovechar el tiempo en este lugar, eso al menos nos da una tranquilidad, que si bien no tengamos una razón para nuestra existencia, es esa misma existencia la razón. Son palabras muy lindas pero si las aplicamos a la realidad ¿qué obtenemos? Nada, que son precisamente eso, palabras, porque el papel lo soporta todo, lástima que los actos humanos no sean capaces de soportar sus palabras, sus deseos y anhelos, menos los sueños.

Porque estamos matándonos para soportar los sueños, deseos y anhelos de unos pocos, sí de ese grupo del que tanto se hace referencia, quizá suene un poco descabezado, conspirativo decir que hay un grupo de gente que, disculparan la expresión, se cagan en todos para ellos tener bienestar. Acaso queridos lectores ustedes creen que yo les miento, quizá no me conozcan pero sepan algo, hay pocos hechos que me hacen pensar que eso si ocurre, cuando el 1% de la población humana tiene el mismo dinero que el 99%, básicamente el resto, nosotros. ¿Creen ustedes que ese 1% no va a estar de acuerdo en perder ese privilegio? Más cuando de pequeños han sentido que les deben respeto por ser ricos, se sienten superiores, que valen más. Porque la mayoría que ha llegado a ese 1% vienen de familias adineradas, no son esos nuevos ricos que se han construido de la noche a la mañana. Estos nuevos ricos de los que hablo qué creen que van a hacer cuando se junten con ese 1%, pues comportarse igual, por una razón sencilla, si no quedan afuera. Somos seres que aunque tengamos libre albedrío nos movemos por patrones, conductas, códigos, esos cogidos son los que nos dicen cómo actuar en el día a día. Está bien sigue sonando a locura pero si no es una locura que el 99% se reúna en sindicatos para evitar que les violen derecho o reclamando una situación más justa, por qué no, ese 1% se reúne para evitar perder sus privilegios.

Sí la razón de la existencia del ser humano es precisamente eso, existir, pero debe ser un buen existir, una buena vida, la felicidad vendría siendo el resultado de una buena vida, cosa que no se ve en la actualidad y seguramente en muchos periodos de la historia tampoco. Pero ninguna de las dos, ni una buena vida ni la felicidad se pueden conseguir si nos seguimos vendiendo la idea de ese grupo, la idea de que venimos a este mundo a comer mierda, a crecer, aprender, a hacer con ese saber y servir cual siervo a su amo. No es broma, cada una de las instituciones nos enseña a obedecer y nada más.

En casa es necesario seguir la guía de nuestro protector, así funcionan las familias y no está mal, siempre hay quien lidere a la manada, pero ese mismo es quien la cuida no quien le hace daño. En la escuela el docente es la guía y protector en el aprendizaje, donde usualmente, sólo buscan que se repita la lección. Así como en los saberes que no se aprenden en escuela hay mentores, siempre dispuestos a ayudar, siempre dispuestos a hacerte mejor y eso no está mal, eso está perfectamente bien. La espiritualidad nos debe ayudar a entender nuestras pasiones y así poder convivir con nosotros mismos y con los demás, caso aparte es la religión que trata al creyente, a aquel que ha buscado entenderse a sí mismo y a los demás, a buscar consuelo en tanto dolor que siente y ve sentir. Lo trata como si fuese un ser sin consciencia, no le enseña a pensar por sí mismo sino a repetir hasta el cansancio o hasta que se vayan los dolores, si es que se van.

Finalmente el trato entre iguales, que resulta no ser así y al entrar en la vida pública nos damos cuenta que todo ese saber, el de agachar la cabeza y obedecer, el de aprender de memoria y no cuestionar trata de hacerse más fuerte y romper con tus deseos y anhelos que seguramente no van con esa idea de agachar la cabeza, de ser borregos.

Sí, quizá generalice, pero sé que no miento, si se generaliza es para no dejar dudas que la razón de vivir, no es la de servir como esclavo sino la de prestar un servicio con amor a la sociedad para poder tener una buena vida y quizá ser feliz.

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