Por Héctor Helí Rojas. Vicepresidente por Colombia Parlamento Andino En colaboración con Trans-pasando fronteras. |
Con satisfacción he visto que mi blog anterior sobre el tema de la migración en el área andina despertó gran interés en el círculo de mis amigos en la red. Fueron muchas las visitas y eso, creo, se debe al profundo impacto humanitario y familiar que despierta esta problemática. Por eso insisto en el tema.
Las remesas son muy importantes para la familia y los allegados al migrante. El pan de cada día, el arriendo de la pieza o del apartamento, la educación de los menores, la salud y seguridad social de los padres y aun, de los abuelos, etc, todo depende de la llegada del giro, que envía devotamente el arriesgado y valiente miembro de la familia que se aventuró, y a riesgo de perder sus derechos, traspasó las fronteras.
Algunos datos ilustrativos sobre el monto de las remesas se encuentran en la Revista Dinero del 8 de agosto de 2010:
“El flujo de remesas a América Latina se mantendría estable en 2010 pese a la crisis y alcanzaría los US$58.000 millones, según el Banco Mundial que sitúa a México a la cabeza de receptores con un total de US$22.600 millones. |
A la cabeza del pelotón, además de México, está Brasil, que se espera reciba US$4.300 millones este año, Guatemala, con el mismo monto, Colombia con US$3.900 millones y El Salvador con US$3.600 millones”.
El drama de muchas familias colombianas podría estar en la eventualidad de que el monto de las remesas disminuya, se suspenda o desaparezca. ¿Cómo reemplazar ese ingreso básico?
Cada día la situación de los migrantes es más difícil. La crisis de la economía mundial ha hecho crecer el desempleo en los países desarrollados a niveles alarmantes de dos dígitos. Millones de migrantes han perdido su fuente de trabajo. Las pequeñas empresas de nuestros migrantes ha desaparecido, y sus dueños han vuelto a ser obreros, después de haber sido patronos.
Sin embargo, no todo puede ser exigir a otros países respeto y protección a los derechos de nuestros migrantes. Es necesario dar fuerza y vigencia permanente a este tema y exigir del gobierno nacional una política pública para el retorno y otra especial para las familias de los migrantes.
Sabemos que el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene el programa “Colombia nos une”. Las y los invito a conocerlo en la página (ver enlace) Sin embargo es incipiente y cuenta con pocos recursos.
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