sábado, 26 de marzo de 2011

La música y el Anti-¡Estrés!

Columnista Nibega.

La música la música, es algo que difícilmente podremos explicar, unos dicen que relaja, otros que esto anima, que está del ¡carajo!, que mejor que su música no hay nada. No digo que no, pero tampoco rectifico la afirmación. ¿Qué contiene la melodía, la letra, las dos, la guitarra, el beat y de más que nos hace excitar, estremecer, entristecer, quizá llorar, coincidir con unos y chocar con otros?

Todo aquello que una o muchas canciones hacen en nosotros no sólo es interesante sino también profundo, puesto que aunque afirmemos y afirmemos simplemente será la idea de uno que de pronto acertó a lo que otro u otros piensan acerca de tal ritmo u otro género. Es por eso que es tan polémico hablar de música, de canciones, de qué te hace sentir y por qué ha de ser así. Somos en la medida de lo ya dicho, complejos y profundos, no exactamente únicos.

Y bueno, sé que la intención de este texto era escribir sobre música, claro mi intención, pero como he aprendido a reconocer dentro de mi vida, nunca termino haciendo lo que me propongo a hacer. Primero: como ya he dicho antes, me extralimito en el discurso y la palabra, más en la palabra claro in (in-coherente), en el esparcimiento de los pensamientos en un papel y lo estoy haciendo de nuevo. No sé si he dicho pero estoy estudiando ciencia política y escribo a gusto, como todos los que teclean frente al computador, lo hacen por gusto, en fin, ahora quiero hacer una simultaneidad con psicología y aunque puede que esto no tenga sentido alguno con lo que en un inicio era el escrito, lo digo para avisar por qué el cambio y por qué creo que es mejor hacer el cambio. En parte es porque, segundo: (acabo de caer en cuenta que dije primero y si no pongo segundo, sonaría más incoherente de lo que ya es) la in me acompaña y ahora expongo que siempre me dejo llevar. Cuando algo viene a la mente y busca salir se deja salir como venga, con lo que venga y hacia donde vaya, de esta manera sale algo natural, con fondo y forma, ¿qué tan acertada es? Pues he tenido mucha certeza en ese modo de dirigir mi entusiasmo, creatividad, energía, mi vitalidad, todo.

Claro tratemos de sentirlo bien. No confundir un pensamiento al azar con un sentimiento y una acción, y por eso cambie de tema, primero no me encontraba a gusto con lo que escribía y segundo no me sentía a gusto con un letrero de mier! que está destellando, mostrando cuantos tipos de archivos ha desactivado o no. La verdad ni tengo mente para leerlo, porque titila, aparece y desaparece tan rápido que si lo miras lo suficiente pierdes las ganas de vivir, ¿por qué no se ha comprobado? Los estudios sobre esta anomalía nunca concluyen, siempre mueren quienes traten de estudiarlo.

Así fue que quise cambiar, claro que para darle un giro hay que dar los por menores anteriores para soltar los avisos parroquiales de los que tanto hablo, como el letrero que estoy que mando a fusilar. El único problema, el ínfimo es que si lo elimino quedo desprotegido a la manda de virus, que los padres bien saben aportar abriendo tanto, pero tanto spam que más y más papás saben enviar y abrir, es como un complejo plan de ellos para evitar que sus hijos tengan unas vidas internésticamente feliz.

Y así fue como termine acá, no basta comentar sobre los otros blogs. Creo que si no esta en el blog de abajo, ya los posteo, para que puedan verlos, dando un segundo aviso parroquial, el cual hace referencia a mi vicio por las letras y es que abrí un nuevo blog! ¿Para qué carajos otro blog? No me pregunten, aún no lo he descubierto! Es esa manía de guardar cosas, sí algo muy parecido.

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