miércoles, 2 de marzo de 2011

De la Salvajina a la Anglo Gold y al Grifo

Por Federico Galvis Patiño.

Esta semana tuve la oportunidad de asistir al concejo comunitario de la TOMA, municipio de Suarez, Depto. del Cauca y presenciar el proceso de Consulta Previa “Salvajina Fase 2” entre la comunidad y algunos funcionarios de EPSA, empresa dueña y beneficiaria del proyecto Salvajina.

Como para refrescarles la memoria: La Salvajina es una represa construida por la CVC (Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca) en 1985 en el corregimiento de la Toma, Depto. del Cauca.

Durante la reunión del consejo comunitario me enteré de la situación de la gente respecto a la represa. A lo largo de todo este proceso se han desplazado de sus tierras una gran cantidad de familias de la zona (en su gran mayoría población afro), donde muchas de ellas se han visto obligadas a reubicarse en el oriente de Cali y otras ciudades del país. Esta situación a generado para la comunidad grandes impactos ambientales y culturales ya que antes de construida la represa el sustento económico de la comunidad se basaba en la pesca, la agricultura y la minería artesanal, mejor dicho la minería ancestral como ellos mismos la llaman o “minería ilegal” como ahora la está llamando el Gobierno por conveniencia. ¿Acaso estas tierras y estos ríos no son y han sido durante siglos el sustento vital de la existencia de estas comunidades?

Por otra parte, a la empresa dueña de la hidroeléctrica y a el Estado parece no importarles de a mucho los desastres sociales y ambientales ocurridos por causa de este megaproyecto durante estos 26 años. Ahora a la Empresa de Energía Eléctrica del Pacifico –EPSA (dueña de la represa desde el 94) le dio por desarrollar la “Fase 2” del proyecto, la cual consiste en la desviación del rio Ovejas a la Salvajina para aumentar la capacidad de generación de energía de la hidroeléctrica. Esta segunda fase, le traerá a la comunidad más problemas y miseria de la que ya ha padecido (mas despojo, más muertos y menos trabajo, salud, alimentos, pesca).

A quien sí no parece importarle ni poquito esta situación es al actual gobierno y su gran locomotora MINERA. Gracias a un comunicado del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL) me pude dar cuenta de que si bien, el territorio de la comunidad negra del Corregimiento de La Toma es de 7000 hectáreas, hoy gracias a los prósperos permisos de “nuestro” presidente Santos, 6500 hectáreas han sido solicitadas para exploración por la Anglo Gold Ashanti, la multinacional minera (Sur Africana) más perversa del planeta. Un camino rápido para que esta compañía pueda iniciar inmediatamente la explotación es a través de las 403 hectáreas de las concesiones, con licencias mineras EKE-151 (314 has) de Raúl Fernando Ruiz Ordoñez y BFC 021 (99 has) de Héctor Jesús Sarria, concesionarios estos que nunca han realizado ninguna actividad de exploración o explotación, y que no son parte ni están vinculados de ninguna manera con las comunidades y sus territorios. Dichas personas sólo ante la inminente compra de sus licencias por parte de la multinacional han iniciado un proceso de expropiación que busca impedir que los mineros afrocolombianos sigan desarrollando la explotación que de generación en generación ha mantenido vivo este corregimiento, la minería artesanal “ancestral” hoy mal llamada minería ilegal.

Lo que tal vez no vemos nosotros los “cómodos” habitantes de las urbes, en este caso de Cali es que el problema de la MINERIA a gran escala nos afecta a TODOS, ya que la explotación de mega minería de oro en alta montaña requiere para la obtención de 1 gramo de oro 1000 litros de agua por segundo y utiliza una gran cantidad de cianuro en las operaciones que requieren de la extracción por lixiviación, esto quiere decir que tanto la desviación del rio ovejas, como cualquier tipo de explotación de mega minería afecta de manera irreversible a todos los ríos que en su mayoría desembocan directamente a los grandes ríos, en este caso el Cauca, el cual nos abastece de agua potable a casi toda la ciudad.

Así que el problema ambiental y social de la MINERIA no está únicamente por allá en la montaña o en las comunidades rivereñas, es un problema que abarca en este momento a todo el país e incluso a todo el continente, es el problema del AGUA, de la vida y por tanto nos compete a todos.

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