miércoles, 23 de febrero de 2011

Biblioteca. ¿Para qué, si lo que quiero es leer?

Por Laura María Mayor Patiño.

Una biblioteca según la RAE es “una Institución cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documentos”. Se ha de suponer que en este sitio es posible encontrar el silencio, la calma y el respeto necesario entre los usuarios y trabajadores para lograr un buen aprovechamiento del espacio y los recursos. Esta condición de quietud y tranquilidad no es gratuita ni arbitraria, pues las mismas personas interesadas en acceder a estas oportunidades se auto regulan. Entendiendo que estas condiciones mencionadas facilitan el estudio y el trabajo realizados en este espacio. Desafortunadamente no en todos los casos es así.

En la Universidad ICESI la biblioteca sólo es apta para el préstamo de libros o documentos. Pensar en leer o estudiar allí es descabellado pues, desafortunadamente, es el espacio cerrado más bullicioso. A pesar de esto, hay algunas personas que la utilizan con estos fines… será que poseen habilidades adaptativas superiores o más bien que, ante la falta de lugares adecuados para leer y estudiar que cuenten con buena iluminación, con un mobiliario adecuado y las instalaciones eléctricas necesarias, deben escoger entre la biblioteca o terminar en cualquiera de los tantos espacios no aptos. Es común ver a personas tratando de leer en la cafetería, mientras a su alrededor los demás departen bulliciosamente, disfrutando de un momento de ocio y compañerismo; también en los pasillos se pueden observar los estudiantes con un computador portátil entre sus piernas tratando de realizar importantes trabajos en medio de un continuo ir y venir de personas.

Esto no sólo es perjudicial para aquellos que no encuentran lugar para estudiar, sino que también molesta a las demás personas del campus universitario. Ante la falta de un lugar adecuado para la lectura y el estudio, los demás ambientes del campus son destinados hacia otras actividades para las cuales no fueron diseñados, lo cual a fin de cuentas puede generar consecuencias negativas, a largo plazo, en el buen aprovechamiento de la institución por parte de todos sus beneficiarios.

Por estas razones se hace imperante un replanteamiento de las políticas de ICESI con respecto a la biblioteca de la universidad, pues a pesar de las múltiples campañas, ninguna se ha realizado con la suficiente fuerza o decisión para generar un cambio permanente de la situación. Y es que el problema no radica únicamente en las actitudes de los usuarios de la biblioteca, sino en el diseño mismo de la estructura. Este edificio está constituido por varios niveles, todos alrededor de un espacio central, a manera de foso, que los comunica a todos. Por esta razón el ruido generado en cualquier piso, es escuchado en toda la biblioteca, lo cual magnifica significa cientos de voces que, por más bajo que se emitan, al sumarse unas a otras generan un ruido insoportable.

Para solucionar estas cuestiones, la universidad debería tomar ejemplo de otros diseños mucho más efectivos, como el de la biblioteca Departamental, o la Mario Carvajal en la Ciudad Universitaria, Universidad del Valle. Soy consciente del gran costo que implicaría un rediseño estructural de todo un edificio, máxime si tenemos en cuenta que está ubicado en un punto central de la universidad. Sin embargo, debo admitir que plantear una propuesta de este tipo raya con la utopía pues resulta poco probable que se realice una inversión de este tipo. Esto no significa que no puedan existir otras medidas que permitan solucionar la situación. Una vez más tomando como ejemplo otras bibliotecas más utilizables, se puede proponer el endurecimiento de algunas medidas, como la prohibición del ingreso de maletines dentro del edificio, pues esto se presta para generar en los estudiantes una dispersión hacia otras actividades impropias de este lugar. Decisiones de este tipo podrían ser vitales para lograr instaurar en la comunidad estudiantil una cultura de biblioteca más fuerte y coherente con los objetivos de este tipo de institución. Un cambio de actitud que impulse el silencio y la tranquilidad para repasar documentos, crear trabajos o perderse entre las hojas de un buen libro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy muy de acuerdo con todo lo que afirmaste, solo tres palabras me quedaron sonado : "la universidad debería" si ella debería y notros también desvariamos hacer menos ruido. posiblemente las otras bibliotecas se respetan por que son bibliotecas en donde se encuentran desconocidos.

Adolfo A. Abadía dijo...

Que columna más pertinente. No más hoy he compartido mesa con un ferviente fan del reggaetón. Estilo musical que, aparentemente, le inspira y motiva en su aprendizaje de las matemáticas de la universidad. No critico el hecho de que escuchar música durante el estudio lo que me choca es que lo haga a todo volumen por lo que los audífonos no sirvieron con su función de canalizar el sonido, exclusivamente, a su portador.

Considero que la biblioteca de la universidad Icesi no está siendo usada como un espacio de retiro para el ejercicio intelectual individual sino como sitio de encuentro para la deliberación colectiva del conocimiento. Estas dos actividades no son excluyentes para el uso adecuado de una biblioteca, lo que si debe hacerse es darle sus espacios. Seguramente, en la biblioteca de la Icesi estos espacios no están bien delimitados o la oferta no satisface completamente la demanda por estos lugares convirtiendo así a la biblioteca en un constante punto de discusión y comunicación, lo que implica voces, murmullos, en general, bulla.

Isabel Mancera dijo...

Esta es una temática que no hay porque dejarla sin atención.
Hace un tiempo hablé con una de las bibliotecarias respecto al ruido. En ese entonces apenas empezaba a utilizarse la biblioteca. Podría decir que hace tres o cuatro semestres. Lo que ella me planteó, es que la biblioteca estaba diseñada, a diferencia de las demás, con una politica de 'poco control' o 'menos sistemática'. Con el fin de que los estudiantes no sintieran una presión por parte tanto de las bibliotecarias, como de sus compañeros.
Esto, hace unos cuatro semestres , parece ser que no lo veían como el problema que es ahora. Es algo asi como "se le da la mano y toman el codo"
Actualmente han hecho muchas cosas para que esto mejore. Pero como era de esperarse, los estudiantes pareciera no interesarles en lo absoluto. Como dice Laura en el articulo, si ya no se puede con 'el mimo' por ejemplo. Habrá que poner reglas y regresar a el control y la sistematización de la cual desistieron al principio.

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