Por Mariana Montoya
Esta entrada corresponde a la revisión de algunas fuentes que dan luces sobre el tema a tratar: Apropiación del espacio público en el Centro de la ciudad.
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ECONOMÍA INFORMAL
Para
poder comprender las diferentes dinámicas que se establecen en el centro de la
ciudad, es importante aclarar que éstas corresponden a prácticas que
constituyen lo denominado “Economía informal”. Para Sotillo, serían el
“conjunto agregado y complejo de transacciones y operaciones de naturaleza
lucrativa, de relaciones socioculturales, laborales, familiares y productivas,
y estrategias de subsistencia material, que se realizan y reproducen al margen
de la esfera normativa y regulatoria del Estado”.
Teniendo
en cuenta esta primera definición, en este tipo de mercado, existe una fuerte
relación con el Estado (así sea por evasión), de ahí que se defina como un
espacio “residual”, que para Barrantes sería precisamente eso que no es: “lo no
estructurado, lo no formal, lo no rentable, lo no legal, lo no legítimo que por
tanto no tiene capital, razón, organización, educación” (Sotillo, 2006: 761).
- ESPACIOS PÚBLICOS Y
ECONOMÍA INFORMAL
Con
base en la propuesta de Sotillo me interesa indagar en esa relación entre
informalidad y espacios públicos, lugares donde se evidencia y expone al otro,
a los demás sujetos e instituciones en esas interacciones y disposiciones de
“ilegalidad”, de venta y consumo, de cultura popular, de intersubjetividades,
etc. Para este segmento se recopilaron algunas propuestas que buscan enlazar
ambos temas, economía informal y espacios públicos, con el fin de dar mayor
direccionamiento y herramientas para la comprensión del problema que me
interesa abordar.
En
general, los autores plantean las relaciones entre los usos, el ordenamiento y
la apropiación oficial y no oficial, legal y no legal, simbólica y material del
espacio público, y, las relaciones entre ilegalidad y capitalismo, mercado,
comercio y ventas callejeras.
En “Espacio
Público e Informalidad: El caso del programa de apoyo
para la reubicación del comercio popular en la ciudad de México” de la Revista
de Antropología Experimental (2011), los autores se enfocan desde una
perspectiva política y de la atención del comercio popular en el centro
histórico de México para las políticas públicas con el fin de comprender su rol
dentro del espacio público y así brindar aportes para lograr convivir con él.
Para
los autores, los espacios públicos hacen referencia a “aquellos que representan
recursos materiales que la sociedad ha creado (Paynter, 1982) o también por el hecho de estar a cargo de la
administración pública del Estado (Escribano, 1956) y porque representan
factores sin los cuales la población no podría realizar el movimiento y
comunicación con el entorno (Lee, 1987).” (Vimael, et.al, 2011: p.141).
El
aporte de este texto es importante para comprender la relación entre los
diferentes actores que conviven en el espacio público, se apropian del mismo y
establecen relaciones sociales con los diferentes sectores que allí se
encuentran, también porque el caso mexicano ilustra unas condiciones de cómo
las políticas municipales o nacionales afectan el ordenamiento del espacio,
donde entran intereses y disputas en juego.
Por
otro lado, es clave observar desde el caso mexicano la noción de comercio
popular, que “es considerado como una parte de las expresiones socioeconómicas
denominadas generalmente como informales” (Vimael, et.al, 2011: p.140), en
donde existe una relación simbólica y material de los trabajadores informales
con esos espacios públicos, de acuerdo con el texto: las “acciones de
reproducción como sujetos económicos se expresan mediante la apropiación
material y simbólica de los espacios públicos” (Vimael, et.al, 2011: p.
140-141).
Esta
apropiación material y simbólica es interesante interpretarla en el caso de
ventas “pirata” del centro de Cali. Para los vendedores, la apropiación
material es “la ocupación física y, con ello, […] la exclusión de otros posibles
usuarios del espacio, ya que quien se lo apropia de forma material realiza una
localización física de personas, cosas y procesos, que excluyen a otros
posibles usuarios (López de Lucio, 2000); [la apropiación simbólica] no
requiere de una ocupación/localización física de personas o procesos, ya que
involucra el uso de códigos y formas simbólicas de establecer el dominio y
formas de control sobre el espacio en cuestión […] (Hall, 1969).”
Los
diferentes elementos aportan a la comprensión del tema, a la forma de abordarlo
y a las observaciones del trabajo de campo para ver las relaciones que se
establecen con los espacios, la apropiación y los ordenamientos oficiales y no
oficiales que surgen en el transcurso del tiempo.
En
el texto “Ventas Callejeras y espacio público: efectos sobre el comercio de
Bogotá” de la Revista Desarrollo y Sociedad (2009), establece que la congestión
en los espacios públicos por el comercio y las ventas callejeras tienen efectos
negativos en esas dinámicas de mercado y ganancias. También rescatan la idea
de que las ventas callejeras tienen poco de ambulantes, asunto que brinda
herramientas para pensar cómo el trabajo informal e ilegal de los vendedores
piratas convive simultáneamente con sitios fijos de trabajo, apropiados
“arbitrariamente” pero “respetados” y no ocupados por otros, punto neurálgico
que se relaciona con la propuesta del texto anterior sobre la apropiación
simbólica y material del espacio.
BIBLIOGRAFIA
-AYIMAEL VÁSQUEZ,
CRISTO; MEDRANO GONZÁLEZ, RAMIRO; SAN MARTÍN BARRIOS, PEDRO (2011). Espacio
público e informalidad: El caso del programa de apoyo para la reubicación del
comercio popular en la ciudad de México. Revista de Antropología Experimental.
Universidad de Jaén (España), 11, 139-158.
- SOTILLO, A. (2006).
Ciudadanía, informalidad y Estado en Venezuela: Una aproximación a través de
las redes. Espacio Abierto. Cuaderno Venezolano de Sociología, 15 (4), 759-786.
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