Todo esto inició una noche en que habiendo conocido sobre el tema en una conversación muy singular, distinta a las que entablamos normalmente los jueves, pero igualmente interesante; me dispuse a ir en busca de esos textos viejos y maltrechos de los que me habían hablado, Casualmente, o debería decir causalmente y en el término de un año di con la poca información existente.
De antemano prefiero contextualizar al lector que desconoce de qué trata lo que vengo a relatar, quiero dejar explícitamente indicado que la información que se encuentra presente es una nimia parte de lo poco que se sabe, se cuenta o se encuentra disponible para su uso académico; los conocedores sobre el tema afirman que puede encontrarse más información en manuscritos como los ya encontrados y gracias a los cuales puedo refutar mis palabras.
El Prio-Di O-Jon es el hueco donde suele caer todo aquel que vaya en busca de una verdad, finita y verdadera. En las culturas precolombinas se consideraba el Prio-Di O-Jon como esa maldición para los inconformes con esa realidad y ese cúmulo de saberes considerados verdad, por ende era un elemento simbólico y fáctico de coerción y control. Físico: para quienes se perdían en el Prio-Di O-Jon; y simbólico: para quienes conocían las historias que se repetían a los ciento veinte días de iniciado su calendario [1], por lo tanto estos acontecimientos reinicidían y era un tipo de celebración lúgubre y nefasta que evitaba cambios estructurales en su organización social y política.
Prio-Di significa: búsqueda o camino, O-Jon: hueco o fosa sin fin, por lo tanto era ese final sin final que tomaban aquellos en esa senda de la verdad "la verdad no os hará libres" era el mensaje que yo, después de estudiar los pocos textos existentes deduzco, apoyado en las propias experiencias de nuestros días en los que parece existir una correlación entre lo que acontece con aquellos abanderados de la verdad y la maldición del Prio-Di O-Jon. La verdad digamos es un camino tortuoso y sin fin que nos excluye del mundo aceptado y la cual cargamos como fatalidad [2].
Con Los trabajos que encontré sobre el Prio-Di O-Jon, más los manuscritos que se encuentran disponibles, logré aglomerar frases y palabras que fueron llenando los espacios en blanco de mi mente y excluidos por mi desconocimiento sobre el tema. Aun me sigue siendo desconocido, pero del cual se al menos ahora que esas celebraciones [3]. Eran llevadas a cabo con rigurosidad, sopesar de los no presentes y homenajeados como el valeroso recuerdo de lo no debido.
Estos acontecimientos y remontándonos a aquellas épocas sucedían en medio de la selva, en medio de la nada, cubiertos por la espesa verdura que componía su cotidianidad: árboles de toda índole, flores de todas las formas y de colores que difícilmente hoy encontraremos en otra selva, en esta selva de cemento; acompañados también del canto de los pájaros, del croar de las ranas, del chirrido gorgoteante de los grillos, con la pacha mama bajo sus pies y de techo las estrellas que iluminaban todo su entorno; usualmente la luna se escondía durante estos sucesos en función de lo acontecido, “una forma de retratar la desaparición de aquellos personajes caídos en el Prio-Di O-Jon” dicen las descripciones de los rituales registrados en manuscritos.
Lo único seguro de aquellos caídos en desgracia es que nunca se les volvió a ver, lo que se relate de ahí en adelante son puras habladurías y por ende es mejor no divagar en aquellas situaciones tratando siquiera de cavilar lo acontecido.
jueves, 20 de septiembre de 2012
Prio-Di O-Jon
Columnista Nibega.
[1] Cabe anotar que los tiempos cambian según las concepciones de tiempo y calendario, entendiéndose siempre que las culturas precolombinas o nativos de este nuevo continente concebían el tiempo de manera circular y no lineal como nosotros los "occidentales".
[2] Las siguientes anotaciones fueron personales y por lo tanto subjetivas.
[3] Celebración no entra en el contexto ni occidental, ni actual, sino como acontecimiento repetitivo y marcado dentro de una comunidad, para nuestro caso abarca todo lo que ahora es Ecuador, Perú y la zona del sur occidente Colombiano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario