miércoles, 14 de marzo de 2012

La encrucijada laboral colombiana

Columnista Carlos Herrera Rozo.

El nihilismo de los mercados de capital sin regular convierte el empleo y el bienestar en un simple efecto secundario de la actividad de un casino.

Jhon Maynard Keynes

Permítaseme iniciar este escrito, sobre la vida laboral colombiana, haciendo énfasis en la siguiente afirmación: "La gran empresa del tercer mundo es la calle. Quien visite las grandes ciudades que integran los países del tercer mundo observaran con intranquilidad y sorpresa , tras el diario caminar por sus calles, a gentes de todas las edades que van y vienen cargando todo tipo de mercancías de cambio y venta: Vendedores de café caliente, de galletas, de frutas, de minutos de teléfonos móviles, de ropa, de relojes, de perfumes, de DVD, adivinos, saltimbanquis, equilibristas, actores de teatro, comerciantes de sexo, de la muerte, etc. etc. etc".… Niños, jóvenes, hombres y mujeres que se disputan el diario sustento por las calles y avenidas de las grandes ciudades de éste inmenso mosaico que es el "tercer mundo"….

La encrucijada laboral colombianaLa inestabilidad laboral, el trabajo precario, están a la orden del día. No es solamente la calle, el patio trasero, donde se dirime la batalla con el hambre y la subsistencia: En las grandes empresas de servicios, en los almacenes y supermercados, los empaquetadores levantan su salario con las propinas de los clientes; en los restaurantes de comidas rápidas, en las empresas y compañías multinacionales los asalariados compiten por algunas horas de más de trabajo a destajo, mal pagado, pero que les ayuda a paliar sus necesidades: Niños, jóvenes, hombres y mujeres conforman este ejercito cada vez más grande de trabajadores pauperizados y sometidos a la férula neo-liberal de la economía de mercado bajo la mirada cómplice de los políticos de turno.

No son nuevos estos hechos, permítaseme traer a colación un pequeño texto de la obra Espejos de Eduardo Galeano, quien bajo el titulo Fundación de los Cuentos de Hadas nos dice: "En la primera mitad del siglo XVII, Jaime I y Carlos I, reyes de Inglaterra, Escocia e Irlanda, dictaron unas cuantas medidas destinadas a proteger la naciente industria británica. Prohibieron la exportación de lana sin elaborar, hicieron obligatorio el uso de textiles nacionales hasta en la ropa de luto y cerraron la puerta a buena parte de las manufacturas que provenían de Francia y Holanda.

A principios del siglo XVIII, Daniel Defoe, el creador de Robinson Crusoe, escribió algunos ensayos sobre temas de economía y comercio. En uno de sus trabajos más difundidos, Defoe exalto la función del proteccionismo estatal en el desarrollo de la industria textil británica: Si no hubiera sido por esos reyes que tanto ayudaron al florecimiento fabril con sus barreras aduaneras y sus impuestos, Inglaterra hubiera seguido siendo una proveedora de lana virgen a la industria extranjera. A Partir del crecimiento industrial de Inglaterra, Defoe podía imaginar el mundo del futuro como una inmensa colonia sometida a los productos ingleses.

Después, a medida que el sueño de Defoe se iba haciendo realidad, la potencia imperial fue prohibiendo, por asfixia o a cañonazos, que otros países siguieran su camino. Cuando llegó arriba pateo la escalera- Dijo el economista Alemán Friedrich List. Entonces, Inglaterra, invento "la libertad de comercio": En nuestros días, los países ricos siguen contando ese cuento a los países pobres, en la noche de insomnio". Regresando a nuestra historia, los trabajadores de aquí y de allá lo que no saben o lo que pretenden olvidar es que su vida laboral corre por la pendiente de los bajos salarios, inestabilidad permanente, ausencia de seguridad social, horarios no regulados, atada su contratación, cuando existe, a empresas asociadas que se quedan, como contraprestación, con parte del salario del trabajador. Además, de la voracidad de la estrategia capitalista tendiente a elevar al máximo la ganancia de los patronos exprimiendo sin piedad la fuerza laboral de que disponen. El trabajador se obliga y se somete a este mercado laboral gracias a las múltiples estrategias utilizadas por los empresarios y los estados para desplazar los campesinos hacia las ciudades, cambios de modelo de la producción, intensificación de las jornadas de trabajo, dispersión de las cadenas de producción, deslocalización internacional de las empresas y la eliminación paulatina de todos los derechos laborales con la anuencia de los gobiernos.

Pero el problema no solo afecta a los trabajadores "por cuenta propia", los que pululan las calles y avenidas de las ciudades, sino también a aquellos que bajo contratación legal a termino fijo perciben el salario mínimo mensual establecido en $ 566.700.00, es decir, cuando la canasta familiar alcanza los $ 1.300.000.00, es decir, anotándose un déficit del ciento por ciento en cientos de familias colombianas por lo que, todos los miembros de una familia tienen que buscar alguna fuente de trabajo para poder subsistir.

Vale la pena aquí insertar algunas cifras que nos permitan una visión de conjunto más clara y expeditiva: Según Instituto Geográfico Agustín Codazzi 2428 propietarios de tierras con más de 2000 hectáreas , que corresponden a un 0.06 por ciento del total de propietarios poseen entre sí 44.000.000 de hectáreas, correspondientes al 53.5% de la tierra; al mismo tiempo 1.300.000 propietarios , es decir, el 35.8% , poseen 345.000 hectáreas, o sea el 0.42%, en proporciones individuales menores a una hectárea. En Colombia, de 14.362.867 hectáreas aptas para la agricultura, solo se utilizan 5.317.862, un 37% del total. En contraste, la ganadería utiliza el doble de la superficie apta, puesto que, además, de los 19.251.400 hectáreas adecuadas para esta actividad existe un exceso con la utilización de 40.083.171 hectáreas, utilizando para ello parte de la tierra con vocación agrícola y más de 10.000.000.de hectáreas de de bosques arrasados dedicados a la cría y levante de ganado.

Colombia con 45.000.000 millones de habitantes, 28.000.000 millones son pobres, es decir el 63% de la población; 16.000.000 millones viven en condiciones de miseria y 6.000.000 millones son indigentes. El subempleo y el "rebusque" son las formas de subsistencia del 80% de la población colombiana. 5.000.000 millones de compatriotas han tenido que soportar el estigma del exilio o la emigración para seguir subsistiendo y más de 3.000.000 millones de ciudadanos han sido obligados por la violencia política a huir de sus tierras con todos los miembros de la familia que quedan vivos y con la ropa que llevaban encima en el momento de la huida (Soluciones Agrarias, Nº 7-8 Julio-Octubre 2007)

Entre esta urdimbre de perplejidad, pauperización y desprecio, el acoso laboral, la falta de tiempo para la familia habida cuenta de los horarios arbitrarios, la dificultad para acceder personal y familiarmente a los servicios de salud y educación, privatizados y costosos, para sí mismo y para su prole, se suma la guerra sucia desatada por el estado y las compañías nacionales y multinacionales con la participación probada de las fuerzas de seguridad del estado y grupos paramilitares adiestrados y financiados con dineros públicos y privados para que realicen el trabajo sucio que les indiquen los cuerpos de seguridad del estado.

La problemática laboral colombiana lleva un recorrido de largos años, pero toma un nuevo y renovado impulso con la ley que legitimo la reforma laboral del año 2002 (Ley 789) que se aprobó con el propósito de crear 200.000 nuevos empleos por año. La reforma pretendía que con la flexibilización de la contratación y con las nuevas formas de contratación a través de la eliminación de los vínculos formales de los trabajadores con las empresas se alcanzaría la meta señalada, tanto más cuanto que, se incluían aspectos tales como la ampliación de la jornada diurna de trabajo (Art.25), la jornada diurna de trabajo que iba desde las 6 A.M. hasta las 18 P.M. se ve aumentada hasta las 22 P.M ,se extiende la jornada en cuatro horas más con el objeto de proteger las actividades de sectores como el de el comercio, entidades financieras, restaurantes , grandes superficies y afines . Así mismo y por esta misma razón los trabajadores nocturnos dejan de percibir el 35% del valor de la nocturnidad por horas laborales trabajadas al rebajar su jornada de trabajo a 8 horas diarias; reducción del recargo de los costes laborales en los días festivos (Art. 26); posibilidad del empresario para fijar jornadas laborales flexibles (Art.51); cambio de naturaleza del contrato de aprendizaje (Art.30); y abolición de la figura de "Unidad de empresa" se propone flexibilizar tanto los horarios de trabajo como los salarios, lo cual afecta de forma directa y negativa el ingreso de los trabajadores que pierden a su vez un 7.34% de los ingresos prestacionales y un 0.66% provenientes de la fiscalidad que las empresas dejan de pagar por efecto del costo ahorrado de su nomina de salarios.

La reforma laboral se redujo a una simple redistribución del ingreso en favor de la patronal, agudizando la concentración del ingreso y de la riqueza en pocas manos. En esta redistribución del ingreso, el ingreso perdido por el trabajador fue mayor que el beneficio obtenido por los empleadores toda vez que, lejos de generarse con este mecanismo un aumento de empleos como consecuencia del ahorro proveniente de los bajos costes laborales, lo que se genero fue un sacrificio de ingresos para el trabajador, y de contera, un fuerte impacto negativo en la variable económica del consumo.

Visto este panorama propio del Apocalipsis o de una película de terror, un observador exterior se preguntara con razón y, ¿qué hacen los sindicatos? La vida sindical Colombiana amerita capítulo aparte:

"Temedle a las multitudes tranquilas que parece no reaccionaran. El hombre que reacciona inmediatamente descarga su ímpetu volitivo; pero el taciturno, el ignorante, el sometido que sufre la ofensa la acumula, pasa al plano de su subconsciencia, hasta que un día, con cualquier motivo banal, estalla en forma huracanada y terrible".

Jorge Eliécer Gaitán

La Empresa Norte Americana United Fruti Company fue fundada en el año de 1899 en Boston y llegó a la zona Bananera Colombiana a comienzos del siglo XX. La casi totalidad de los trabajadores de la empresa eran vinculados indirectamente por intermedio de contratistas por lo que la empresa hacia caso omiso de las peticiones laborales e incluso decía desconocer el número de trabajadores que tenía en las plantaciones, a pesar de ello se estima que el número de trabajadores oscilaba entre 10.000 y 30.000 en tiempos de recolección.

La lucha sindical colombiana tiene su origen en las bananeras y de forma categórica en le United Fruti Company. Allí, en un comienzo, la mayoría de las huelgas fueron reacciones espontaneas de obreros no organizados ante situaciones de injusticias concretas. En el año 1928, LA United Fruti Company llevaba 30 años operando en Colombia y explotaba a los trabajadores aprovechando la falta de legislación laboral en el país y procurando, gracias a sus influencias, impedir que se legislara en ese sentido. El 12 de noviembre de 1928 uno de los sindicatos que funcionaba en la región lanzo una huelga para presionar la solución de un pliego de nueve puntos: El pliego de peticiones solicitaba el cumplimiento de leyes colombianas sobre el seguro colectivo y obligatorio para los trabajadores, accidentes de trabajo y habitaciones higiénicas; aumento salarial de un 50%, Cesación de los comisariatos y prestamos por vales, pago semanal, contratación colectiva y establecimiento hospitalario. La United Fruti Company se negó a negociar las peticiones salariales y al mismo tiempo negociaba con el Gobierno Nacional par que la zona bananera y parte de la provincia de Santa Marta fuera una provincia independiente, este hecho demuestra hasta qué punto la compañía norteamericana influía en las decisiones gubernamentales. Los trabajadores ante la actitud insolente y agresiva de la empresa deciden seguir con la huelga en términos de protesta pacífica.

El Gobierno y la United Fruti Company, a pesar de la actitud pacífica de los obreros proceden a crear una campaña de desprestigio con ridículas versiones en las que se llega a hacer del victimario la víctima, es el caso del gerente de la empresa en Santa Marta quien dirigiéndose al Gobierno le pide ayuda esgrimiendo en su defensa los aportes de la Unirte Fruta Compaña al desarrollo industrial del país, el incremento de la riqueza nacional y la mejora del nivel de vida de sus trabajadores y que estaban siendo atacados por elementos subversivos que saboteaban de manera insurgente su esfuerzo y labor a favor del país.

El Gobierno, a través del ministro de Guerra, Ignacio Rengifo, pone al servicio de la compañía los recursos militares necesarios para someter la rebelión, traicionando con ello los intereses nacionales y a sus propios conciudadanos. Estos acontecimientos se convierten en la antesala del fatídico día del 6 de Diciembre de 1928 que se saldo con varios centenares de muertos. La cifra exacta jamás se conoció pero las más alarmantes hablan de 3000 muertos en aquel aciago día.

Dasso Saldivar en García Márquez El Viaje a La Semilla sobre estos acontecimientos afirma: "Basta arañar un poco el tegumento social de Aracataca, Macondo, en la obra de García Márquez, para darse cuenta de que la esencia encubierta de aquel progreso era mas de tragedia que de bienestar, y que, por tanto, los problemas no se solucionaban ni limaban, sino que se acumulaban. Así, para el año de la masacre, las lacras del desempleo, la pauperización general, el hacinamiento de los obreros, el alcoholismo, la prostitución, la tuberculosis y las enfermedades venéreas, habían alcanzado un grado de contradicción absoluta con la cara bonita del negocio ajeno de las bananeras. Entonces aparecieron en escena los sindicalistas y encendieron la mecha de una huelga que iba a ser tan trágica como memorable".

Uno de los aspectos más llamativos de esta huelga fue el escamoteo oficial de su estadística de horror: El Gobierno solo acepto 9 muertos, mientras que los testigos presénciales y los supervivientes siempre han hablado de centenares. El cinismo del Presidente conservador Miguel Abadía Méndez, empujo a la memoria popular a rechazar el sistema ancestral imperante y saco a la luz la cifra oculta de muertos que llegó a 3000. El Cónsul Norte Americano, en informe que se conoció años después reconoce que los muertos pasaron de 1000.

Gabriel García Márquez que recoge esta tragedia en Cien Años de Soledad nos dice que, "Yo crecí con la idea de que habían sido muchos, miles, los muertos. Y cuando descubrí que los expedientes tenían como estadística el número de siete, yo me pregunte de qué masacre podía hablar para siete muertos. Entonces convertí los racimos de guineo en muertos, y fui llenando los vagones del tren, porque con siete muertos no podía llenarlos. Entonces dije en la novela que habían sido tres mil los muertos de la masacre, y los lance al mar. Eso jamás existió. Fue un invento". Pero fue un invento del pueblo y, como siempre ocurre, al trasmutar la realidad en ficción, el novelista acertó y saco a la luz pública la más bochornosa pagina de la historia de Colombia.

Entre estos mimbres y en esa realidad nació el sindicalismo en Colombia los años han pasado y nada ha cambiado. Para abreviar, pasare por alto las intrigas, menudencias, chismes, dizques y dirétes que rodean esta gran tragedia y pasare a los datos estadísticos que, aunque solo son cifras, no por ello dejan de estremecer a las conciencias. Me permitiré presentarles los últimos 17 años, es decir desde 1991 hasta el 2006 en cifras, en número de muertos, de homicidios de sindicalistas, tomadas de la Escuela Nacional Sindical de Colombia: Total de homicidios 2225 hasta el año 2006 y sigue la cuenta…

Año No. Muertos
1991 83
1992 135
1993 196
1994 104
1995 237
1996 275
1997 162
1998 101
1999 80
2000 137
2001 197
2002 186
2003 94
2004 96
2005 70
2006 72
Suma 2225
-

La pregunta que se hace cualquier observador ante estos hechos trágicos es y…¿Por qué los matan? La respuesta no es fácil, tanto más cuanto que, el conflicto que vive el país, supera cualquier expectativa de redención. Los colombianos nos encontramos ante una situación grave, pero seguramente no se trata tan solo, y quizás no se trata tanto, de la amenaza terrorista en sí como de la anormalidad de la vida de los colombianos durante los últimos cuarenta años. Tenemos la tendencia últimamente en identificar a los ciudadanos en dos categorías: Los buenos y los malos haciéndonos participes de la definición Norteamericana de los países buenos y los países malos: Los aliados o los que pertenecen al eje del mal. Los problemas políticos, aun los más aleves, participes de actitudes criminales, exigen por parte de los gobiernos y de quienes pretendan solucionarlos, para su tratamiento y solución, voluntad política cierta, respaldo de la ciudadanía y de todas las fuerzas vivas de la nación e inflexible cumplimiento de los acuerdos a que haya lugar y este no es precisamente el eje sobre el que giran las decisiones gubernamentales.

La apasionada ofensiva de los empresarios y el gobierno contra los sindicatos no tiene como fundamento atajar reivindicaciones que pidan mayores salarios, seguridad social cierta o mayores derechos sino para impedir que se mantenga el escaso equilibrio que aún persiste, quebrar definitivamente la estructura sindical y poder aplicar sin trabas las nuevas políticas neo-liberales, la nueva redistribución del ingreso y de la propiedad del país sustentada en el auge paramilitar. Para conseguirlo necesitan acallar para siempre la única fuerza social independiente que sigue enarbolando el principio de la redención de clase: Los Sindicatos.

Lo único realmente cierto, es que en los centenares de crímenes de sindicalistas cometidos en los últimos veinte años existe absoluta impunidad, los jueces, los políticos, el gobierno, la patronal, los medios masivos de comunicación así lo quieren. Entre todos han corrido un tupido velo sobre el que han grabado en letras indelebles la palabra terroristas. Estados Unidos influye sobre los gobiernos afines y les vende la idea de que en Colombia no hay un conflicto social larvado desde hace muchos años sino grupos criminales terroristas que deben ser extirpados. En concordancia con estas recomendaciones la Organización Internacional del trabajo traga piedras de molino, ordena una comisión de evaluación sobre los crímenes contra sindicalistas y se limita a dar conceptos vacuos que no obligan al Estado colombiano.

La encrucijada laboral colombianaVale la pena recordar que la política de EE.UU. en relación con América Latina se sustenta en una ofensiva político-militar orientada a apuntalar los regímenes clientes-adeptos y a socavar y desestabilizar los gobiernos independientes en la región. Lo más llamativo de esta táctica reside en el esfuerzo económico- militar del gobierno Norte Americano para derrotar los movimientos socio-político popular, independientemente de si son ideológicos o militares, opuestos a la dominación imperial. Los países de la región donde con mayor intensidad se lleva a efecto esta ofensiva son Colombia y Venezuela. En los dos países la apuesta Norte Americana es muy alta por cuanto los intereses políticos, económicos, ideológicos y las consideraciones geo-estratégicas lo exigen, así piensa Bush y el pentágono.

Colombia y Venezuela poseen costas que los comunican con los países del Caribe y tienen acceso a los países Andinos; el que emerja en Colombia un régimen revolucionario o que se estabilice el régimen nacionalista en Venezuela podría inspirar movimientos similares en la zona transformando la región y minando seriamente el control que ejerce Washington a través de sus regímenes clientes. De producirse cambios significativos estos afectarían el control Norte Americano sobre la producción y abastecimiento de petróleo no solo en Colombia y Venezuela sino que, tal actitud, provocaría como efecto domino reacciones similares en México y en el Ecuador, en éste último país ya se están sucediendo, así como los procesos de retroceso de privatización masiva de las empresas nacionales que tan ávidamente persiguen los especuladores financieros internacionales y las grandes compañías multinacionales.

Estados Unidos necesita mantener un abastecimiento creciente de combustibles- Petróleo y derivados- para mantenerse inflexible en el actual momento de guerra no declarada con Irán y otros países del Golfo incluyendo a Irak al que aun, a pesar del genocidio, no ha podido someter, sin perder de vista la creciente vulnerabilidad de Arabia Saudí y otros países Árabes productores de Petróleo.

Geoestratégica mente las transformaciones políticas en Colombia y Venezuela podrían llevar a un pacto de integración regional que incluiría no solamente a la mayoría de los países de América del Sur , Centro América y la inclusión de Cuba, destruyendo el embargo que desde hace 40 años mantiene Washington sobre la isla y creando una alternativa viable al acuerdo de libre comercio (ALCA/FTAA en ingles) impulsado por Estados unidos, primando un pacto regional que jamás ha sido visto con buenos ojos por EE.UU. como lo demuestra el reiterado fracaso de los diferentes intentos de los países de la región en éste sentido.

La Estrategia de EE.UU. hacia Colombia y Venezuela corre por diferentes derroteros: En Colombia Washington ha optado por la "guerra total". En Venezuela se ha adoptado la doble estrategia de una sublevación civil de des estabilización político-económica que subvierta el orden y termine en un golpe de estado.

Es bien conocida por todos la estrategia en Colombia. La lucha contra-insurgente en Colombia se lleva a efecto bajo el paraguas del Narcotráfico para justificar la acelerada escalada militar y para-militar. La campaña se lleva a efecto en las zonas en las que las Farc mantienen su presencia y son más fuertes, así mismo sobre civiles, campesinos, organizaciones ciudadanas, sindicatos y en fin contra todos aquellos que rechazan el pensamiento único .De otra parte, ignoraban, a un tiempo, las áreas controladas por las fuerzas para-militares aliadas de las Fuerzas Militares de Colombia.

En Venezuela, en contraste con la política de tierra arrasada en Colombia, se ha implementado un enfoque cívico-militar que permita el derrocamiento del Presidente. La primera parte es la desestabilización de la economía presionando a grupos allegados de negocios profesionales y a dirigentes políticos y sindicales de derechas mediante la utilización de los medios masivos de comunicación y el cierre de empresas estratégicas. La segunda fase se orienta hacia la captación de militares en retiro o activos que provoquen fisuras significativas dentro de las fuerzas de seguridad del Estado que desemboquen en un Golpe Militar.

A grandes rasgos, es lo que está ocurriendo, y somos los ciudadanos quienes reflexivamente debemos pensar, dejando egoísmos y pasiones a un lado, sobre el futuro de las nuevas generaciones de Latino Americanos. Es por lo menos prudente llenarnos de razones, examinar detenidamente los acontecimientos mundiales, leer lo que se opina sobre nosotros en otras latitudes, estar pendientes de lo que los politólogos internacionales opinan sobre el devenir del mundo y luego tomar posiciones que nos permitan estar a la vanguardia del desarrollo justo y equitativo de las sociedades en las que no ha tocado vivir o rechazando, sin paliativos, la negación al libre ejercicio de las libertades, a la garantía de nuestros derechos y al cumplimiento de nuestros deberes. Debemos evitar que otros piensen por nosotros para ejercer sin limitaciones los derechos que nos otorga la Democracia.

Se que no está todo dicho. Sé que el tema es muy extenso, pero si es necesario vale la pena abrir un debate para despejar incógnitas y dar luz a las zonas oscuras. Por hoy solo quería abrir una ventana a la esperanza, alejar la guerra de nuestro diccionario e invitarlos a todos a una reflexión más profunda de nuestra situación política, económica y social haciendo énfasis en el análisis reflexivo de lo que entendemos por justicia social. Allí donde no hay justicia social no suele existir la democracia. La democracia se nutre y se fortalece con la diversidad ideológica, pero no puede ni debe dar lugar a la creación de guetos aislados y sometidos. Por ello es importante el establecimiento de reglas comunes que permitan que funcione el sistema sin alteraciones del ritmo, es decir, cumpliendo estrictamente todos y cada uno de sus principios sin que ninguno de sus miembros se vea perjudicado por otro. Es éste principio de la equidad y de la vulneración de las libertades el que da origen a movimientos sociales no deseados. Vale la pena citar como ejemplo la deriva reaccionaria de los Neo-con que tiene que ver con la deriva de los movimientos cristianos hacia el quehacer político activo: El Papa Wojtyla fue, entre otras cosas, un activo hombre de estado involucrándose de lleno en la lucha contra el comunismo y las ideologías de izquierda y de devolverle los favores que la CIA le prestó desarticulando los movimientos de la teología de la liberación en América Latina y en el resto del Mundo: Para ello el Vaticano se involucro en Polonia y en Croacia y no condeno la intervención de Bush con ocasión de la guerra del Golfo.

Los Demócratas tenemos que hacer un esfuerzo de comprensión sobre lo que sucede. No se trata de transigir con la vulneración de los derechos humanos en nombre de ideologías, tradiciones o creencias que reclaman respetabilidad. Se trata más bien de regresar a los valores según los cuales es el dialogo y el raciocinio lo que nos permite acercar posturas por alejadas que se encuentren las unas de las otras. Por eso es injusta y peligrosa la identificación de la violencia con el disenso ideológico.

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