Columnista Nibega.
Y eso pasa y aún nos sentimos grandes,
Vemos los juguetes como cosa de niños,
Creemos que un perro es poco trabajo y cuidado
Sentimos que podemos volar si así lo quisiéramos.
Somos grandes en la mentira,
Aprendemos a mentirnos sin importar razón,
El momento, la picardía para hacerlo,
Para perdernos, hacernos grandes y morirnos niños.
Somos astutos al robar al otro,
Inteligentísimos por aplastar con argumentos,
Somos tan, pero tan grandes
Que creemos en la crítica constructiva.
Somos reacios al cambio, pero nos creemos reactivos
Si algo nos afecta, decimos: “violación de derechos”.
Para después dormir tranquilos aún cuando otros
Proclaman reivindicaciones y más eso a nosotros no nos toca.
Somos temerosamente grandes al golpear a una mujer,
Al maltratar a un niño, obviar las necesidades de los mayores
Y no hablo solo del hombre masculino, es la humanidad.
La humanidad es valerosamente grande y moderna al pensar
Que modernizarse es lo mismo que desarrollo,
Que estos procesos se dan por igual y benefician
A los más necesitados, porque no es así.
Y nos creemos grandes por no ser uno de los miles y miles
De desaparecidos o muertos sin responsables o juicios legales,
Somos unos de muchos, somos uno de todos los que
Nos creemos grandes y con ingenuidad lo decimos.
Hasta que la naturaleza nos demuestra
Que nuestra insignificante vida puede ser
Difusa y compleja, más no única, puede ser
Que la naturaleza y su destrucción nos
Enseñe que la grandeza se da en el saber estar unidos
Y no en la individuación.
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