jueves, 14 de julio de 2011

Fuego Cruzado: Retrato de una sociedad sumergida en la violencia

Columnista Margarita Rosa Silva.
Reseña sobre el libro de Marcela Turati Fuego cruzado.

Como el más fino bisturí que disecciona un cuerpo y lo explora hasta el fondo de sus entrañas, así se sumerge Marcela Turati en la realidad actual de la violencia en México con su libro Fuego Cruzado. Las víctimas atrapadas en la guerra del narco. (Editorial Grijalbo, enero de 2011).

Esta mexicana, reportera de la revista Proceso y finalista del Premio de Periodismo Narrativo de la FNPI y Cemex, dedicó más de un año a la investigación de la llamada “guerra contra el narco” en México, durante el sexenio del presidente Felipe Calderón. Habla sobre un gobierno que ha desatado la violencia en todo el país, donde las principales víctimas son los civiles.

Así, este libro escrito a manera de crónica se centra en las historias de unas víctimas que, (como ella misma afirma) tan sólo esperan ser escuchadas. Por eso, Turati decidió escribir sobre esas víctimas que reflejan el verdadero conflicto de la violencia en México: el involucrar inocentes en una guerra que está desintegrando la sociedad y dejando huellas imborrables en cada rincón del país.

Y es precisamente éste el valor de la obra. Es humana, cercana y real. Es un retrato de una sociedad cegada por la indiferencia, la costumbre y el miedo ante una situación que, aunque es difícil, resulta más fácil pasar por alto que confrontar. Es un espejo crudo donde la autora no solo refleja una realidad indignante y dolorosa, sino que se pone ella misma al desnudo, como periodista investigativa, pero sobre todo, como ser humano que siente y vive, que se conmueve y se preocupa por la situación de su país.

“Como si una máquina de matar hubiera sido activada y produjera cadáveres en serie, la nuestra escupe un promedio de 20 cadáveres por día, imparable, sin descanso, sin lógica.”(Capítulo I, pág 27) Así, estremecedoras, impactantes y dolorosas son las metáforas que Marcela Turati utiliza en su libro, para plasmar como en un lienzo aquellas historias y hechos de la realidad que busca reflejar. Es amplia en descripciones, metáforas y recursos literarios, que se contrastan con datos, cifras y estadísticas, logrando un equilibrio donde periodismo y arte se alían para generar un impacto conmovedor en el lector y darle vida a esos personajes tan humanos, sumergidos en el dolor.

Es el poder de esas historias el que llega hasta los tuétanos del libro. Son relatos que hablan de niños, de madres, de esposos, de amigos, de todos aquellos inocentes que a diario mueren por enfrentamientos de narcos y de gobierno. Y son los cadáveres quienes cobran vida a través de los capítulos de Turati: son despojos humanos que reflejan las estrategias de tortura, los crímenes impunes, las barbaridades y los alcances de los narcos, que son actores de una situación con un léxico propio y hasta programas televisivos que convierten en un espectáculo la situación ― que va en crescendo y parece no tener fin.

Podría decirse que esta obra se convierte en un texto casi obligado para todo mexicano, en tanto busca despertar del coma a una sociedad que, aunque inconforme, prefiere callar por miedo o por resignación. Es una sociedad que no se da cuenta de que el silencio termina por ser la peor arma contra unas víctimas desamparadas y olvidadas y que, a diario, van en escalofriante aumento.

Si usted, respetado lector, aún no se da cuenta de ello, puede que la lectura de ésta cruda realidad lo ayude a reaccionar y a actuar al respecto, antes de que la víctima esté en su círculo social o incluso sea usted.

1 comentario:

Adolfo A. Abadía dijo...

Increíble ser testigos de la imposibilidad que tienen los gobiernos de nuestros pueblos latinoamericanos de aprender de las experiencias de los países vecinos y parecen caer o, al menos no evitan, dejarse conducir a situaciones similares de violencia, inseguridad y narcotráfico una y otra vez. ¿¿¿Hasta cuándo???

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