La inadecuada política de internacionalización de Colombia, como uno de los objetivos enmarcado dentro de los planes santistas, podría ser denominada como una política de Subasta Mundial de Colombia, un plan de venta mundial, un plan de entrega total de la soberanía nacional. Pero toda esta internacionalización, ¿A costa de qué? ¿De mayor desempleo? ¿De mayor inequidad? ¿De privatizaciones por doquier? Y es que los tratados de libre comercio nos han cogido, como trivialmente suele decirse, con los pantalones abajo y ello no sólo a nivel empresarial, comercial y productivo sino donde estamos en peores condiciones, específicamente, a nivel de infraestructura.
¿Cómo es posible que el gobierno colombiano pretenda suscribir acuerdos comerciales con países como Corea del Sur?, con quienes en materia de infraestructura estamos años de distancia, teniendo en cuenta que dentro del territorio colombiano caben 8 coreas y media y que, de un total de 103,029kms de red vial que posee Corea, el 78% esté pavimentado, mientras que en Colombia con un total de 11.040,87kms posea el 73% de carreteras pavimentadas, sin profundizar en la calidad de las que se cuentan como pavimentadas (Central Intelligence Agency. The World Factbook www.invias.gov.co). Esta brecha representaría altos costos en transporte para los exportadores colombianos, la cual no alcanzaría a cubrir el ahorro que podría generarse al dejar de pagar aranceles con el acuerdo comercial.
Corea cuenta con el Aeropuerto Internacional de Incheon, que fue elegido como el mejor aeropuerto del mundo durante seis años consecutivos (2005-2010), el quinto mayor puerto de contenedores del mundo en Busan, un sistema ferroviario sofisticado que traslada a cualquiera en 12 horas a cualquier parte del país, además de galardonados sistemas de bus y metro. Colombia por el contrario no ha estado ni cerca de obtener algunos de estos galardones.
Según el Índice de Logística (LPI) del Banco Mundial, el cual crea perfiles de logística para países a partir del rendimiento a lo largo de la cadena de suministro logístico dentro de un país determinado, Corea ocupa el puesto número 21 en el mundo con un porcentaje de rendimiento del 86.2%, mientras que Colombia se encuentra en el puesto 64 con un 59.8% de rendimiento entre 155 países en total; es decir, Corea nos lleva la delantera con una diferencia de 26,4 por ciento.
Asimismo, se evidencia una brecha en términos de procesos portuarios. Así, el tiempo consumido para la inspección física en días en Corea es de 1 día, mientras que en Colombia tarda lo equivalente al doble de tiempo, es decir, 2.04 días. Ello incrementa los costos para el exportador colombiano. Además, del total de la mercancía coreana sólo el 2.62% es inspeccionado manualmente, en comparación con Colombia en donde se inspecciona el 21.21%, es decir, 8 veces más del porcentaje inspeccionado manualmente en Corea. A esto se debe incluir que según la Policía Antinarcóticos, la autoridad encargada de la inspección a las mercancías de exportación, este procedimiento de inspección se hace manualmente para evitar el comercio ilícito lo que abre la oportunidad a comercio de mercancías ilegales, lo cual acarreará mayor trabajo para la misma Policía Antinarcóticos.
Ahora bien, al contemplar las diferentes tarifas en los procedimientos de comercio exterior, (ver tabla arriba) el valor de la exportación ronda aproximadamente 1.275 US$ en Colombia con una diferencia de 703US$ con Corea en donde este valor se acerca a los 572 US$. Por otro lado, mientras que el valor de importación en Colombia es de uno 1.783 US$ en Corea se aproxima a los 707 US$, lo que deja en desventaja a Colombia al excederse en uno 524 US$ respecto a Corea. Estas diferencias generan mayores costos que pueden verse reflejados en los futuros precios de los bienes y servicios ya que esta diferencia se traslada en nuestra contra, es decir, al consumidor final.
En Colombia, el transporte por carretera representa el 75%, un 8.33% de más a diferencia de Corea. Sin embargo, la calidad del transporte por carretera mismo es en Colombia de un 12.50%, mientras que en Corea es del 33.33%, es decir, la calidad coreana en materia de transporte por carretera es 2,66 veces mayor que en Colombia. En este sentido, por ejemplo, aunque en el acuerdo se haya logrado el acceso inmediato para el café verde al territorio coreano, los costos del transporte aumentan el valor de la exportación debido a la calidad del estado de las vías, lo que reduce el nivel de competitividad de este producto que por si fuera poco en Corea el café no representa una de las bebidas mas apetecidas como sí lo es el té. Es de anotar que en café, las exportaciones actuales de Colombia hacia el mercado coreano son de US$100 millones aproximadamente, ahora con el TLC, Corea tiene previsto importar cerca de US$1.000 millones, lo que equivale a 10 veces de las exportaciones actualmente.
Otros datos comparativos que dejan en desventaja a Colombia frente al TLC con Corea se puede ver para el transporte aéreo, Colombia cuenta con un 42.86% y Corea con un 66.67% de infraestructura. Igualmente, el transporte marítimo representa el 28.57% y 66.67%, respectivamente, una diferencia cercana al 38% en desventaja para Colombia, si se tiene en cuenta que el transporte marítimo es el modo más utilizado para el comercio mundial.
En relación al costo de almacenamiento y cargos de trasbordo la comparación sigue siendo odiosa. Este valor es mayor para Colombia, aproximadamente, un 42% respecto a Corea. En cuanto a la eficiencia de los procesos de comercio exterior, tanto para Colombia como para Corea, en materia de despacho y entrega de exportaciones, el 62.50% de eficiencia corresponde a Colombia, mientras que Corea obtiene un 100% de eficiencia; luego, ¿podremos competir en condiciones de igualdad con un actor que tiene 100 por ciento de eficiencia en procedimientos aduaneros?
Es impugnable entonces, la viabilidad de la política de Subasta Mundial de Colombia al evidenciarse la desigualdad, específicamente, en términos de infraestructura en el marco del TLC con Corea puesto que, en definitiva, nos encontramos en condiciones arcaicas. Asimismo, aunque Colombia estuviera en mejores condiciones, en materia de infraestructura, no sería motivo para alegrarnos, puesto que para Corea llegar a nuestro país no es su fin último sino un medio a razón de la mayor accesibilidad que pueda darse entre la economía dominante mundial Estados Unidos y este tigre asiático. Es así como Estados Unidos sería quien realmente se beneficiaria de este tratado. Pues al tener a Colombia como socio de interconexión directa con Asia Pacifico, nuestro país incrementaría su dependencia con éste al convertirse tan sólo en una parada para el comercio de mercancías entre Corea y Estados Unidos.
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