Revolución de los paraguas: reflexión de una acción colectiva contenciosa
Motivados por el ideal de una democracia, centenares de jóvenes de Hong Kong se tomaron las calles de esta importante ciudad, por casi tres meses, reclamando la constitución de un gobierno local democrático con más candidatos que solo los del partido oficialista-comunista del Estado. 'Armados' de mucho valor, desafiaron a las fuerzas policiales con un ejército de paraguas para soportar los gases lacrimógenos que les eran lanzados. Teniendo en cuenta este marco situacional, mi idea central es que esta 'Revolución de los paraguas' constituyó una acción colectiva contenciosa. Para esto, tomaré las propuestas de Charles Tilly (2011) y Sidney Tarrow (2004) al respecto.
Para estos intelectuales, una acción colectiva es contenciosa cuando quienes actúan carecen de un acceso regular a las instituciones. Así mismo, para Tarrow, es contenciosa cuando quienes actúan lo hacen “en nombre de reivindicaciones nuevas o no aceptadas constituyendo una amenaza para las autoridades” (2004, 24). Dado que el Estado chino es un régimen político de un único partido, estas acciones colectivas fueron contenciosas porque provinieron de jóvenes con un acceso restringido al rígido marco institucional de ese país, al exigir una apertura democrática que permitiera que más actores políticos entraran a decidir el futuro de su nación.
Así mismo, esta 'Revolución de los paraguas' constituyó una acción colectiva contenciosa porque al desafiar a las autoridades, estos jóvenes buscaron una reivindicación simbólica por el cambio político y social, asunto de inmediato rechazado por representar una amenaza a ese orden social que pareciera el gobierno chino representar. Otro asunto clave que se asoma, a propósito de esta acción colectiva contenciosa, es la estructura de oportunidades que a nivel macrosocial posibilitó que estos jóvenes levantaran su contienda. Tomando como referencia una ley de 1997 en donde el gobierno chino se comprometía que se podría elegir democráticamente un alcalde para Hong Kong, los jóvenes justificaron y legitimaron activamente sus protestas.
Más allá de que los movimientos de jóvenes en Hong Kong hubieran representado una acción colectiva contenciosa por amenazar el orden social estando al margen de las instituciones, la pregunta que surge es ¿hasta qué punto, en un gobierno con esa estructura política rígida, pueden existir factores estratégicos y procesos políticos favorables que sigan impulsando movimientos sociales como estos? La pregunta surge partiendo de la propuesta de Jenkins (1994) que sostiene que el éxito de un movimiento depende, entre otros elementos, de los factores estratégicos y procesos políticos favorables. En ese sentido, ¿fueron exitosas las movilizaciones de los jóvenes en Hong Kong? ¿Qué papel entrarían a jugar, en estos movimientos sociales, la movilización de recursos como la información, propuesta en Melucci (1999), en un régimen totalitario que restringe muchas veces el acceso a, por ejemplo, internet? Amanecerá y veremos. Por lo pronto, en China los paraguas siguen abiertos.
Referencias
JENKINS, Craig. (1994). La Teoría de la Movilización de Recursos y el estudio de los movimientos sociales. En: M. Revilla (Comp.) Movimientos sociales. Acción e identidad. Madrid, España: Zona Abierta.
MELUCCI, Alberto. (1999). Qué hay de nuevo en los nuevos movimientos sociales. En: L. Enrique (Ed.) Los nuevos movimientos sociales: de la ideología a la identidad, (pp. 119-149). Madrid, España: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
TARROW, Sidney. (2004). El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política. Madrid, España: Alianza.
TILLY, Charles. (2011). Describiendo, midiendo y explicando la lucha. En: R. Hobert y J. Auyero, (comp.), Acción e interpretación en la sociología cualitativa norteamericana, (pp. 13-38). Quito, Ecuador: Flacso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario