Abril - Mayo - Junio de 2012
Profesor del programa de Ciencia Política con concentración en relaciones internacionales
Director del CIES
Universidad Icesi - Cali
Quizás, en la historia de la Rusia post-Soviética no existe otra figura política que ha generado tantas discusiones y controversias, en los ámbitos de la política domestica e internacional, como la de Vladimir Putin. Si contamos desde el momento de su llegada al Kremlin, el 1 de enero de 2000, en calidad del presidente interino, luego la renuncia sorpresiva de Boris Yeltsin, y la recién victoria en las elecciones presidenciales, la permanencia de Putin en el Olimpo del poder político en Rusia se ve muy prolongada. Sin embargo, en algunos aspectos de su vida privada y política, uno de los hombres más poderosos del mundo todavía sigue siendo poco conocido para el público, más allá de su círculo cercano.
El servicio de prensa de Vladimir Putin publica regularmente las fotografías en las cuales el jefe del gobierno ruso aparece disfrutando su tiempo libre en los bosques siberianos o del Extremo Oriente, casando animales silvestres o practicando la pesca deportiva, y, en la época invernal, practicando el esquí. Se sabe sobre su amor a los perros: su labrador negro Kony se volvió en la mascota más famosa de Rusia y, luego de recibir como regalo, un cachorro durante su visita a Bulgaria, Putin pidió a los rusos para que le ayudan a escoger el nombre a su nueva mascota. El año pasado, el en ese entonces el primer-ministro ruso recibió muchos créditos por cantar una canción en inglés y tocar el piano durante una cena organizada por una fundación que ayuda a los niños menos favorecidos.
Pero la vida privada real de Vladimir Putin y de sus familiares más cercanos se convirtió en un secreto del estado. Ningún periódico en Rusia puede publicar las fotografías recién tomadas de las hijas de Putin, pues se argumenta que se debe proteger su identidad para disminuir el riesgo de ser blancos de los enemigos de Putin. Según la información oficial, ellas son estudiantes de la Universidad de San Petersburgo pero se desconoce si alguna vez estuvieron en las aulas de la universidad. En la mayoría de las ceremonias oficiales, en las cuales, según el protocolo, se requiere la presencia de la esposa, Putin aparece solo. La ausencia de información ha generado un abanico de mitos y rumores en Rusia acerca de las relaciones de Putin con su familia: las babushkas, rusas en el metro de Moscú, rumoran el retiro de la mujer de Putin a un monasterio ortodoxo en la provincia o el matrimonio de su hija mayor con el hijo de un diplomático coreano, pero a ningún medio de información impreso se le permite discutir el tema abiertamente. Recientemente, un periódico ruso se arriesgó a publicar una nota sobre la vida privada de Putin; lo amenazaron con el cierre.
Aun más incertidumbre existe acerca de la riqueza personal de Vladimir Putin. Según las declaraciones oficiales, él es uno de los miembros más pobres del gabinete ruso y casi no tiene ninguna propiedad salvo un par de los automóviles de la producción rusa. Pero los amigos cercanos de Putin se convirtieron en los hombres muy exitosos en el mundo de negocios. Casi todos ellos fueron socios de Putin en la asociación de los constructores de las casas de verano “El Lago”, cerca de la ciudad de San Petersburgo en la década de los noventa. Algunas de las empresas que se pueden relacionar con los accionistas de “El Lago”, están registradas en las zonas off-shore, tales como las de las islas Caimán y se desconoce sus propietarios reales. Vale la pena mencionar que uno de los hombres de negocios, a quien más lo relacionan con las finanzas personales de Putin, renunció la ciudadanía rusa por obtener la ciudadanía de otro país.
Por otro lado, tampoco se puede tener certeza sobre algunos otros aspectos de la personalidad del nuevo viejo presidente ruso. Se trata, por ejemplo, sobre sus gustos en el mundo de la literatura. En pocas ocasiones y en las entrevistas muy bien preparadas, Putin refiere a los escritos del satírico ruso del siglo XIX Michael Saltykov-Shedrin, cuyas obras hicieron parte del programa obligatorio de las escuelas secundarias de la Unión Soviética. Pero no se sabe cuál es el autor favorito entre los escritores contemporáneos rusos de Putin. Posiblemente no le interese la literatura contemporánea rusa. En la respuesta a las preguntas sobre sus gustos en la literatura extranjera, Putin menciona a las novelas que fueron favoritas entre los adolecentes de la época soviética: las de Julio Verne, Alejandro Dumas y Ernest Hemingway.
Se llama la atención la ignorancia que muestra Putin en sus discursos a las obras escritos por grandes pensadores del pasado o contemporáneos. Las referencias favoritas que hace Putin en sus discursos son a los protagonistas de las películas producidas durante los años de la Unión Soviética que siguen siendo populares en la Rusia de hoy. No debe sorprender, entonces, el hecho de que fue uno de los directores de cine más conocidos en URSS quien recibió el puesto del jefe de la última campaña electoral de Putin.
Aparentemente, a Putin no le gusta a defender su punto de vista en un debate abierto con las personas que tienen opiniones distintas a las de él y esa es una de las razones por las cuales se desconoce sus creencias sobre varios temas importantes. También es cierto que ha tenido muy pocas oportunidades para demostrar sus habilidades como debatiente y, en estos casos, no le fue bien. Igualmente, la primera entrevista internacional de Putin con Larry King hace diez años, en directo desde Nueva York, fue un fracaso. La otra entrevista con Larry King, el año pasado, fue pre-grabada y editada al igual que muchas otras entrevistas de Putin para la televisión. Esto es porque Putin considera la televisión como una herramienta clave en el mantenimiento del entorno político que se creó durante su permanencia en el tope del poder en Rusia y no quiere arriesgar su imagen construida y mantenida por la televisión debido a una imprevisión. Cualquiera de sus apariencias en las pantallas de la televisión es bien calculada y de acuerdo a un escenario previo. El público que participa en los “teledebates” con Putin es preseleccionado y él escoge las preguntas que quiere responder antes del “debate”. No se debe considerar como pura coincidencia el hecho de que el dueño de uno de los canales de televisión más grande de Rusia -El Primer Canal- sea muy cercano a Vladimir Putin.
Una de las cualidades personales indiscutibles de Vladimir Putin es su lealtad a las personas que son fieles a él. Esta característica es indispensable para entender el sistema del poder en el país creado por él. No se registra ni un solo caso de despido a algún funcionario de su gobierno bajo la presión de la opinión pública o por hacer mal su trabajo. Ser fiel a Putin se convirtió en una de las condiciones de la permanencia entre las elites rusas, la mayor parte de las cuales sigue siendo la misma desde hace más de una década.
Al mismo tiempo, no se perdona a los que se atrevan a mostrar, en público, su desacuerdo con Putin. Con respecto a esto, es relevante mencionar la frase con la que se hizo famoso, unos meses atrás, del jefe de la Comisión Electoral Central de Rusia, Vladímir Churov: “¿Cómo Putin puede no tener la razón?”. El caso de Mijaíl Jodorkovski, anteriormente uno de los hombres de negocios más exitosos y actualmente el “prisionero No.1” de Rusia, es muy emblemático de lo que le puede pasar a las personas que se creen con el poder de cuestionarlo. Jodorkovski intentó a comenzar su propio “juego político”, a pesar de las advertencias que le hizo Putin. Como consecuencia, fue encarcelado y recién recibió una nueva sentencia, ya que ya había estado en la cárcel.
Vladimir Putin es egresado de una facultad de derecho y, con frecuencia, en el público, hace gloria al papel que juega el sistema jurídico y la división entre los poderes en un país democrático. Pero en la Rusia de Putin, en la práctica, las cortes no son independientes. El caso de Jodorkovski puede ser el más conocido para el público en general, pero es una práctica habitual que las autoridades castiguen a la oposición utilizando las cortes de “bolsillo”. ¿Realmente conocemos algo sobre Putin que nos pueda indicar que él está dispuesto a romper con esta práctica mientras que se mantiene firme con sus principios de no despedir a las personas fieles?
La vuelta de Putin al puesto del presidente de Rusia fue esperada por la mayoría de los observadores y ha generado, para algunos, las expectativas de encontrar un “nuevo” Putin que sea capaz de ofrecer una nueva alternativa para el desarrollo político, social y económico del país. Por otro lado, se hace pensar sobre el hecho de que ni siquiera conocemos suficientemente bien al Putin 1.0 para poder especular sobre Putin 2.0. Haciendo una mirada a las declaraciones públicas del pasado, acerca de lo que significa la democracia para él y las prácticas políticas que llegaron a dominar en la Rusia de hoy, se detecta un divorcio importante entre lo manifestado y lo implementado. Parece que hoy, más que nunca, llegó el momento de obtener la respuesta clara y completa a la misma pregunta que le hicieron hace más de diez años: Who are you, Mr. Putin? La duda grande, sin embargo, si él realmente quiere responder a esta pregunta.
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